De pequeños siempre nos decían que las buenas acciones
acaban teniendo su recompensa, pero rara vez sucedía que ese premio
llegase rapidito y en forma más o menos disfrutable. También en el caso
de Glen James, el mendigo de Boston que entregó a la Policía una mochila
repleta de dólares que acababa de encontrar, la cosa podría haberse
quedado en un reconfortante sentimiento de dignidad moral, pero la
Policía de la ciudad estadounidense decidió organizarle una ceremonia
pública de reconocimiento. Y, de ahí, se ha pasado por sorpresa a una
retribución como es debido, de esas que echábamos de menos en las vagas
promesas de nuestra infancia: una suscripción abierta a través de
internet ha ido acumulando donaciones hasta rebasar ayer la frontera de
los 100.000 dólares, unos 74.000 euros. Y la cifra sigue subiendo.
El sábado pasado, Glen estaba sentado delante de una tienda
de ropa en el centro comercial de South Bay, a las afueras de Boston. A
pocos metros, alguien se dejó olvidada una mochila negra que contenía
2.400 dólares en metálico y casi 40.000 en cheques de viaje, una suma
importante que, en manos de un hombre que lleva más de cinco años sin
hogar, equivalía a una fortuna. Glen buscó a unos policías y les entregó
la bolsa, que no tardó mucho en llegar a su despistado propietario, un
estudiante chino de visita en la ciudad. Fue fácil confirmar su
identidad, porque en la mochila también estaba su pasaporte.
Las autoridades pensaron que Glen merecía, al menos, un
elogio oficial y un elegante diploma. El lunes por la tarde, en la sede
central de la Policía bostoniana, nuestro protagonista escuchaba,
azorado pero contento, un pequeño discurso sobre su «extraordinaria
muestra de carácter y honestidad». Los periodistas también querían
escucharle a él, pero se quedaron con las ganas: «Yo hablo poco, porque
tartamudeo», explicó el homenajeado, que prefirió repartir un breve
escrito en el que relataba algunas circunstancias de su biografía.
Durante trece años, estuvo trabajando como archivero en los juzgados,
pero tuvo problemas con sus jefes y acabó sin empleo y viviendo en la
calle. Pasa las noches en un albergue para indigentes, se alimenta
gracias a «la bendición» de los bonos de comida y sufre la enfermedad de
Ménière, un trastorno del oído interno que le provoca graves vértigos y
le complica la búsqueda de un nuevo empleo.
«Aunque necesitase dinero desesperadamente, no me habría
quedado ni siquiera un centavo de lo que encontré. Soy extremadamente
religioso y Dios siempre ha cuidado muy bien de mí», explicaba en el
papel. También manifestaba su agradecimiento a quienes alguna vez han
depositado monedas en su platillo -«es muy agradable llevar algo de
dinero»- e incluso personalizaba ese sentimiento en el veterano concejal
y candidato a alcalde Charles Yancey: «Me ha dejado un total de siete
dólares», precisó, con las cuentas muy claras. Tras la ceremonia, cuando
Glen salía del edificio con su diploma enmarcado, todo el personal de
oficina se levantó tras sus mesas para aplaudirle.
Que no le roben
La historia, reproducida en decenas de medios
estadounidenses, conmovió a un joven que vive a 900 kilómetros de Boston
y jamás ha puesto el pie en esa ciudad. Esa misma tarde del lunes, el
virginiano Ethan Whittington decidió promover una colecta a través de la
página de internet Gofundme para premiar a Glen con algo más que buenas
palabras. «Demostremos que todavía queda esperanza y humanidad en
nuestra gran nación», argumentaba. Su idea era reunir doscientos o
trescientos dólares y hacerlos llegar al buen hombre, para alegrarle un
poco el mes, pero la cosa pronto superó todas las expectativas. A
primera hora de la tarde de ayer, la recaudación estaba ya por encima de
100.000 dólares y seguía creciendo a ritmo vivo. Mientras tanto, a
través del correo electrónico, Ethan Whittington recibía decenas de
ofertas para mejorar la vida de Glen: puestos de trabajo, comida,
muebles, ropa, cuidado dental gratuito, ordenadores...
El promotor de la iniciativa tiene que plantearse ahora
cómo gestionar la entrega de ese dineral y también la mejor manera de
ayudar al bueno de Glen a administrarlo. «No quiero que esto se
convierta en una historia negativa dentro de un par de semanas, que
alguien le robe o algo por el estilo -ha declarado al 'Boston Globe'-.
No voy a darle un montón de dinero y decirle 'ahí te quedas'».
TÍTULO,. EMPORIO ALONSO,.
Aunque les cueste creerlo, en Fernando Alonso (Oviedo, julio de 1981) las consecuencias de la crisis saltan a la vista. Hace un par de ...
Emporio Alonso-foto,.
El deportista español mejor pagado
colecciona coches de Fórmula-1 y posee un entramado empresarial que
gestiona desde su imagen pública a inversiones inmobiliarias. Ahora
negocia también la compra de un equipo ciclista, el Euskaltel
Aunque les cueste creerlo, en Fernando Alonso (Oviedo,
julio de 1981) las consecuencias de la crisis saltan a la vista. Hace un
par de temporadas, apenas había un espacio libre en su mono de
competición, colonizado hasta el cogote por logotipos, marcas, letras,
símbolos y figurines. En ésta, apenas dos anunciantes -las gafas Oackley
y los relojes Viceroy- campean, junto a los espónsores oficiales, en el
buzo del bicampeón de la Fórmula 1.
Así y todo, el piloto asturiano se ha convertido esta
temporada en el deportista español mejor pagado, con unos ingresos de
22,4 millones de euros. Esa cantidad proviene de su contrato con
Ferrari, por el que recibe 21 millones de euros netos, y del millón y
medio con que sus patrocinadores pagan tanto el uso de su imagen pública
como la presencia de Alonso en los actos promocionales de la compañía,
que se tarifan por horas y cuyo horario se cumple de manera escrupulosa.
Hasta el punto de que no es infrecuente verle salir corriendo de algún
acontecimiento o comida mientras señala el reloj con el índice y comenta
que les ha 'regalado' tiempo de más.
Según 'Forbes', algo así como la revista que toma la
temperatura a las grandes fortunas del mundo, Alonso ocupa el puesto
decimonoveno entre los deportistas mejor pagados del planeta, lista que
encabeza, un año más, el golfista Tiger Woods (58,4 millones), seguido
del tenista Roger Federer (53,5). Cristiano Ronaldo (32,9) aparece en
novena posición mientras que la primera mujer, la tenista Maria
Sharapova (21,7), se encuentra en el puesto 22. El único piloto que hace
sombra a Alonso es Lewis Hamilton (con 20,6 millones) en el puesto 26.
Desde que en 2001 ingresó en la escudería Minardi para
romper todos los registros conocidos entre los pilotos noveles, Fernando
Alonso no ha dejado de darle a la manivela de los ingresos. El
asturiano es impermeable hasta la exageración en todo lo que tiene que
ver con su vida privada. Así que imaginen el celo con que defiende sus
finanzas, como si trataran de adelantarle por dentro en la mismísima
Parabólica de Monza. «Hablar de dinero siempre es contraproducente»,
subraya Luis García Abad, representante del piloto.
Como suele ser habitual en estas fortunas, Fernando Alonso
diversifica sus inversiones entre productos financieros con garantía de
capital, que proporcionan intereses reducidos, pero otorgan seguridad, e
inversiones inmobiliarias y actividades empresariales con socios
experimentados en el mundo de los negocios.
Al margen de esas inversiones, Alonso dispone de dos
grandes conglomerados para atender sus asuntos. Por un lado, Gespuam S.
L., que inició sus operaciones el 21 de abril de 2004, cuando Alonso
cumplía su segunda temporada en Renault, equipo con el que alcanzó el
cuarto puesto del Mundial de Fórmula 1. En esa sociedad, propietaria del
dominio www.fernandoalonso.com, aparece como apoderado el padre del
piloto, José Luis Alonso Fernández, y como socia única su madre, Ana
María Díaz Martínez.
¿Los objetivos de Gespuam? Un cajón de sastre donde cabe
todo, desde la gestión de páginas web a la representación de deportistas
profesionales o artistas, pasando por «la gestión y dirección de
participaciones en los negocios de otras entidades» y finalizando con la
«adquisición, venta, tenencia, arrendamiento y gestión de todo tipo de
inmuebles». Una sociedad instrumental, en suma, hecha a la medida de los
intereses mercantiles del ferrarista.
Todo se compra y se vende
Gespuam registró en 2010 unas pérdidas de 213.061 euros,
según algunas informaciones. En el anterior ejercicio, el saldo contable
fue también negativo en 57.465 euros, cifras ambas que contrastan con
los 431.755 euros de beneficio de la sociedad en 2008, cuando su volumen
de facturación rebasó el millón de euros, en concreto 1.005.246 euros.
La otra sociedad ligada al emporio Alonso es DAF 5
Management SL, también constituida en Asturias y que declara como objeto
social «la compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia», y en
la que vuelven a aparecer los padres del piloto, esta vez como como
responsables solidarios. DAF 5 se ocuparía en la práctica de gestionar
los derechos de imagen, de gestar y comercializar productos de
mercadería así como del asesoramiento integral y el management del
piloto. En 2009 cerró con un beneficio de 976.242,43 euros y de
834.998,88 euros en 2010. En los últimos años sus reservas por ganancias
acumuladas llegaban a 4,13 millones de euros, aunque su actividad se ha
ralentizado.
Lo que está fuera de toda duda es que Fernando Alonso ha
amasado una fortuna con cada 'pole position'. Es, además, el único
piloto que comparte con todo su 'staff' (y eso incluye hasta al último
mono) los premios en metálico que consigue en los circuitos. También
puede vérsele en el 'paddock' entreteniendo al respetable con trucos de
magia.
No es de extrañar entonces que un simple movimiento de su
varita mágica, una simple llamada suya en pleno naufragio del equipo
ciclista Euskaltel, pintara una sonrisa en el entramado del equipo
naranja. Alonso, se dijo, respondía de la operación de compra de la
licencia con 17 millones de euros de su patrimonio personal. Un paso al
frente que, con los días, ha desembocado en una negociación en toda
regla, que una cosa es la afición y dar pedales con Samuel Sánchez y
otra bien distinta, hacer el bobo.
El sueño del museo
La operación ha sacado a la luz el tirón del apellido
Alonso: digno de un motor de 800 caballos como el que equipa su Ferrari
F-138. El día en que se anunció que Alonso se ligaría a Euskaltel, nada
menos que 168.000 nuevos internautas visitaron por primera vez la página
web del piloto. Alonso es mucho más que un nombre.
El asturiano, hijo de una empleada de El Corte Inglés y de
un trabajador de una fábrica de explosivos en la Asturias 'dinamitera'
que regentó luego una pista de karts y vivía en un cuarto sin ascensor,
siempre ha dicho que quería invertir su dinero en una escuela de
pilotaje, en un equipo ciclista y en un restaurante.
No se sabe si entre sus inversiones figura alguna
relacionada con la gastronomía y los manteles, pero lo del equipo
ciclista va viento en popa y el circuito de karts, también. De hecho, el
nombre de Alonso pasará a la historia del Principado de la mano del
complejo que se levanta en el municipio de Llanera. Allí, junto a la
pista que él mismo ha diseñado, se exhibirán los once 'Fórmulas 1' que
Alonso, el 'Nano', ha utilizado en sus años de piloto en la cumbre y que
ahora tiene en naves industriales cerca de Oviedo. Algunos han sido un
'regalo' de las escuderías, otros, fruto de un ajuste en las condiciones
de contratación... es decir, rebajo mi ficha medio millón de euros y,
al final de temporada, me quedo con el coche. El último lo compró hace
nada su 'papi' a precio de oro. Le faltaba el McLaren del malhadado 2007
de donde salió por la puerta falsa. Ya lo tiene.
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