TÍTULO: EL DIVAN DE OLGA IVIZA CON Fran Russo: Un buen fotógrafo de bodas se apaña con lo que hay alrededor,.
En sus bases de operaciones en las internacionales Granada (España) y Punta del Este (Uruguay), podemos encontrar, a veces, y digo bien, a Fran Russo. Este fotógrafo de bodas además de por la calidad de sus trabajos es conocido también por no parar mucho en ningún sitio. Su apuesta se basa en mostrar su trabajo en gran parte gracias internet, a los foros especializados de bodas y a las redes sociales, donde procurar cuidar bastante su imagen.Así también, a medio camino entre España y Latinoamérica, hemos podido conversar gracias a las nuevas tecnologías, en el momento que Frank estaba en el Aeropuerto de Veracruz en México. Con un modelo de negocio algo particular (aunque se da cada vez más) el cual mezcla la formación a otros fotógrafos del sector con los propios reportajes. Con un estilo personal ya que según su palabras en el que el número de fotografías sí importa: “La razón por la que incluyo tantas fotografías en el álbum es porque mi estilo narra el día de la boda y es necesario para contar correctamente la historia”.
XATAKA FOTO: Hola Fran, bienvenido a Xatakafoto. Tras algunos problemas técnicos conseguimos por fin realizar la entrevista. ¿Qué tal?
FRAN RUSSO: Hola Alfonso. Muchas gracias de todo corazón por esto. Es un honor que la gente se interese por lo que hago, sobre todo siendo tan denostado el asunto de la fotografía de boda, en gran parte por culpa nuestra y de cómo hemos convertido un arte en un mero negocio.
Disculpa que haya tardado en contestar pero estoy impartiendo seminarios y me pillas en medio de los de México y Argentina y corriendo para España si me solucionan el vuelo de la compañía que me ha dejado colgado y de cuyo nombre no quiero acordarme. Ahora mismo estoy en Veracruz, México, y en una hora comienzo el seminario ante compañeros de aquí.
Un, dos, tres, … tienes que disparar y qué foto nunca, nunca has de fallar en una boda
Todas. Precisamente mi forma de trabajar es evitar las fotos cliché, las que al menos hemos malacostumbrado los fotógrafos de boda a que no falten llegando a que sean siempre las mismas, copias exactas evento tras evento.
Yo trato de que siempre se cuente la historia, a través de las fotografías que sean necesarias y cada boda es diferentes. Siempre intento que se palpe la emoción, el sentimiento y la humanidad en mis imágenes, pero me da igual el momento que sea. Precisamente en los instantes menos esperados es cuando ese día te sorprende con momentos más emotivos. Hay que estar atento todo el tiempo, mirando la realidad a través del visor, o al menos yo así lo concibo y lo hago.
Qué dirías que te diferencia en tus trabajos?
No hay nadie ni mejor ni peor, sino que como bien dices todos somos diferentes. Cada fotógrafo expresa la realidad que percibe y la comparte, eso es la fotografía para mí. Justamente si yo trato de hacer algo diferente es respetar esa realidad, no interferir, no condicionar ni manipular lo que está aconteciendo. Lo que yo hago algunos lo llaman fotoperiodismo de boda, aunque yo considero que solamente es contar historias sin manipularlas.
Me da igual si lo que hago se denomina puro fotoperiodismo o no, o si la gente piensa que hago posar o preparo las imágenes. Yo sé que no, y que todo eso se logra con un trabajo previo, pero sobre todo sustentado en que la pareja se sienta ella misma, se relaje delante mía y de mi cámara. Para eso veo esencial el conocer, a nivel humano sobre todo, a la pareja y para ello siempre hago las prebodas, las que puedan ser, para que desaparezca el rol de cliente/profesional, y aparezca el de humano/humano, persona/persona. Una vez logras eso, lo que haces el día de la boda es seguir a los protagonistas y documentar todo lo que sucede. En parte soy fotógrafo de conflicto frustrado (por amor a mi familia), de modo que cuento la historia igual, sea una boda, una guerra o un reportaje sobre un personaje.
La boda más extraña que te han encargado …
No hago bodas extrañas, son todas maravillosas mientras que la pareja se ame y el casarse para ellos sea sencillamente decir te amo delante de los que le importan, sea cual sea el modo.
En sí no considero ninguna como extraña, todas son diferentes y tienen su personalidad, y eso es lo que más amo de este trabajo. Para mí, al menos, quizás por cómo llego al cliente y lo que entienden de mi trabajo, no llegan bodas todas iguales en las que una llame la atención, son todas en sí únicas.
La más divertida …
Todas. Sería injusto y maleducado si dijera que una es más divertida que otra. Tengo una pasión por lo que hago que muchos piensan roza la locura, así que es imposible no implicarme. Como justamente me implico muy personalmente en cada evento para mí es lo mejor. Siempre trato de cumplir una frase; hagas lo que hagas, ama lo que haces.
TÍTULO: HOY LE TOCA A ,
La 'groupie' que se convirtió en la secretaria personal de los Beatles
El documental 'Good Ol' Freda' cuenta la historia de una fan que acabó siendo la confidente del grupo más famoso de la historia.
"Me llamo Freda Kelly y trabajé para The Beatles durante once años". Así comienza el documental que desvela el último misterio del cuarteto de Liverpool, una pieza esencial en una época ávida de sueños y cuentos con final feliz. Desde su estreno el 6 de septiembre en iTunes y otros circuitos minoritarios, Good Ol' Freda ha conseguido el aplauso de crítica y público gracias al testimonio en primera persona de Freda Kelly, secretaria y confidente de la formación inglesa desde 1960 hasta 1971. Dirigida por Ryan White y presentada en el festival de cine musical SXSW de Austin, la película cuenta los secretos que durante cincuenta años ha callado Kelly, y nace con el visto bueno de Paul McCartney y Ringo Starr, los dos integrantes del grupo que todavía viven.
El filme narra la historia de quien siendo todavía una adolescente frecuentaba el Cavern Club y otros tugurios de Liverpool donde las bandas locales probaban suerte. ¿Su favorita? The Beatles, por supuesto. Brian Epstein, el tipo que guió al cuarteto desde sus inicios, observó en ella devoción y responsabilidad, dos virtudes que consideró esenciales en quien debía acompañar a sus chicos en su meteórica carrera. Abordó a Kelly y le ofreció un puesto como secretaria y asistente del grupo. Ella aceptó, y el resto ya es historia. Durante una década fue amiga, confidente, hermana y madre de los egos revolucionados de cuatro jóvenes que acabaron conquistando el mundo. Kelly fue la discreta cancerbera de sus fortalezas y debilidades, así como la máxima responsable de su club de fans, que contaba con más de 50.000 miembros en todo el mundo.
Los amores, las drogas −"me consta que John probó el LSD"− y las diferentes personalidades de los miembros del grupo quedan al descubierto. "Pese a que nos sentíamos laboristas, éramos unos adolescentes y no hablábamos de política", dice Kelly en el documental. Así es como describe a cada uno de ellos: "Paul nunca se enfadaba, Ringo era el gracioso, George el más considerado y John el más irascible". El suspicaz carácter de John Lennon le jugó una mala pasada cuando en una ocasión la despidió "por pasar demasiado tiempo con los chicos del grupo The Moody Blues, pero acabó rogándome que volviera", cuenta.
Sin miedo a pillarnos los dedos, vaticinamos un largo recorrido a esta pieza audiovisual que apela a la nostalgia y las emociones. No importa que solo se haya estrenado en medio centenar de salas, pues contamos con un fantástico precedente indie que ojalá se repita: Searching for sugar man, ganadora del último Oscar al Mejor Documental, trataba la increíble historia de Rodríguez, el artista que saboreó la mieles del éxito en Sudáfrica y otros países con su música... sin saberlo. Good Ol' Freda también es el relato de una triunfadora invisible cuya labor finalmente se ve reconocida. Dicen que la cosa huele a Oscar, pero Kelly ya se siente satisfecha: "Lo he hecho por sus familias", zanja. Una vez más se confirma aquello de que detrás de todo gran hombre siempre hay una mujer. En este caso, una mujer para cuatro leyendas irrepetibles.
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