Los
famosos, observados por mil ojos, lo tienen muy difícil para guardar
secretos. Ocultar alguna circunstancia importante de sus vidas ...
GENTE
Hugo Silva-foto.
Hugo Silva-foto.
Hugo Silva es padre de unos gemelos de 3 años
El actor ha sido fotografiado en la playa con los niños, Darío y Diego, resultado de su relación con una mujer que no es famosa
Los famosos, observados por mil ojos, lo tienen muy difícil
para guardar secretos. Ocultar alguna circunstancia importante de sus
vidas durante unos días ya es cosa de cierto mérito. Conseguirlo durante
meses es casi una heroicidad. Así que Hugo Silva se merece el título de
campeón nacional de la reserva: las revistas 'Lecturas' y 'Cuore'
aseguran en su edición de esta semana que el actor es padre de unos
gemelos de tres años y medio, un hecho que, como apunta la primera de
estas publicaciones, «solo su familia y sus amigos íntimos conocían». El
rumor, que circulaba desde hacía días, se confirma con reportajes
gráficos que presentan a Hugo en una playa de Cádiz, en compañía de los
dos niños -sus dos niños, según las revistas- y una mujer desconocida.
No es la primera vez que el actor es retratado junto a los pequeños,
pero hasta ahora se ignoraba que se tratase de sus propios hijos. Según
la información de 'Cuore', los gemelos nacieron el 12 de enero de 2010,
se llaman Darío y Diego y su madre es una chica a la que identifican
simplemente como Primitiva, es decir, un nombre que no figuraba hasta
ahora en el nutrido historial amatorio del intérprete, copado por
colegas de profesión como Olivia Molina, Kira Miró, Michelle Jenner,
Raquel Infante o Hiba Abouk. El mes pasado se supo que esta última y
Hugo Silva se estaban dando una segunda oportunidad, aunque resulta
difícil olvidar las fotos que publicó la propia 'Cuore' allá por junio,
en las que Hugo y otra novia, Irene Conde, aparecían en pleno arrebato
amoroso en una playa de Portugal.
Se ve que las playas dan serios disgustos al actor, que
siempre se ha acercado a lo obsesivo en lo que respecta a preservar su
intimidad. Jamás hace declaraciones sobre su vida privada e incluso ha
llegado a negar entrevistas a las revistas del corazón y las agencias de
prensa, una actitud que hace tres años le enfrentó a los reporteros
durante la presentación de 'La princesa de Éboli'. Por eso, en principio
nadie espera que el protagonista de la noticia rosa de la semana se
pronuncie sobre el tema: ayer, mientras las redes sociales agotaban los
signos de exclamación para comentar su paternidad, Hugo Silva publicó un
solo tuit, en el que enlazaba una noticia sobre el IVA del cine.
TÍTULO; EN MANOS DE VECCHI,.
En manos de Vecchi-foto,.
'Héroe de Tesalónica', descubridor
de Buffon y ahora nuevo 'verdugo' de Casillas. A punto de cumplir los
65, el entrenador de porteros del Madrid no se arruga ante nada
Acababa de comenzar el partido en el estadio Kaftantzoglio,
en la ciudad griega de Tesalónica. Tras sufrir una discutible tarascada
sancionada por el árbitro, el delantero del Milan Luciano Chiarugi
preparó el césped con los tacos, bajó el cuero, esperó a tener permiso
del trencilla para sacar la falta y golpeó la pelota con toda su alma.
La barrera, que parecía andar a por uvas, se tragó un misil que acabó
colándose en la portería tras pegar en la cepa del palo y superar la
inútil palomita del cancerbero.
Era el minuto 5 de la final de la Recopa de Europa de 1973 y
los italianos se adelantaban en el marcador a los ingleses del Leeds
United, que en aquellos años deslumbraba al continente. Pero el Leeds,
que jugaba de blanco inmaculado, se topó contra dos muros en su largo y
desgarrado intento por remontar el gol de Chiarugi. Por un lado, el
árbitro del encuentro, el griego Christos Michas, que no volvió a pitar
un solo partido en su vida tras las sospechas de su implicación en lo
que muchos calificaron de «amaño». Michas se tragó dos penaltis a favor
del Leeds y docenas de sangrantes faltas de los 'rossoneri' que el
colegiado 'compensó' con la expulsión del defensa inglés Hunter ¡en el
minuto 89! Un auténtico escándalo para el que aún hoy exigen reparación
un puñado de diputados británicos.
El otro muro con el que no contaban los atacantes del
Leeds, confabulaciones aparte, era la propia portería del Milan,
defendida por Villiam Vecchi (Scandiano, 1948). Pétreo, con la
experiencia del arquero más veterano y unos reflejos felinos, este
guardameta aguerrido, pero bastante bajito (1,78), acabó desesperando a
jugadores y aficionados ingleses con paradas milagrosas y una actuación
memorable.
El Milan, replegado en su campo desde el gol de Chiarugi,
decidió encomendarse a la buena estrella de Vecchi para levantar la
Recopa. Y acertó. Justo la misma decisión que ha tomado el entrenador
del Real Madrid, Carlo Ancelotti, ante una de las mayores disyuntivas de
su carrera: elegir entre Iker Casillas o Diego López como portero
titular de una plantilla galáctica. Para la afición madridista, algo así
como elegir entre papá o mamá. Ancelotti y Vecchi son grandes y viejos
amigos desde que el primero fichara al segundo como entrenador de
porteros para la Reggiana, allá por el 95. Y Carlo Ancelotti ha vuelto a
confiar en el 'héroe de Tesalónica' para su etapa en el Real Madrid
después de 14 años trabajando codo con codo. Una relación que solo se
vio interrumpida en 2009, cuando Ancelotti puso rumbo a Inglaterra para
dirigir al Chelsea y Vecchi, un hombre aferrado a sus orígenes, decidió
quedarse en Italia cuidando de sus padres. «Villiam, se hará lo que tú
digas», atajó en el vestuario el técnico 'azzurro' a principio de esta
temporada, cuando el debate de la portería amenazaba con avivar el fuego
que ya había provocado Mourinho al bajar de la nube y sentar en el
banquillo al mejor portero del mundo durante los últimos años: Iker
Casillas.
Diego, como Buffon
Cargado con buenas dosis de presión, Vecchi no se amilanó y
eligió como titular a Diego López, un portero que, a diferencia de
Casillas, cumple con creces todos los requisitos del particular librillo
del italiano, considerado un «sabio» en la materia. Diego,
'Superlópez', es alto (1,96), poderoso en el juego aéreo y maneja los
pies a la perfección. Características que también destacaban en uno de
los grandes descubrimientos de Vecchi: Gianluigi Buffon, ídolo y capitán
de la selección italiana, de la Juventus y mejor portero del planeta en
2003, 2004, 2006 y 2007. Un mito en activo al que Vecchi y Ancelotti
convirtieron en un gigante de la portería con 1,92 de estatura y solo 18
años cuando ambos entrenaban al Parma. Llama la atención que Vecchi,
que no superaba el 1,80 de altura, apostara siempre después por
guardametas de talla. El holandés Van der Sar (1,97) o el brasileño Dida
(1,96) fueron algunos ejemplos. Y ahora lo hace con Diego López que,
además, según el preparador, «está mejor que Casillas».
Pese a que tiene fe ciega en el criterio de su colaborador,
Ancelotti quiso esta semana repartir juego entre egos y calmar los
ánimos: Diego será el portero de la Liga e Iker el de la Champions. El
'santo' de Móstoles, con su 1,85, metros y su talento por bandera,
intentó aprovechar su oportunidad el pasado martes en el debut del
Madrid en la Liga de Campeones hasta que, a los 55 segundos de partido,
Sergio Ramos lesionó al capitán en un choque fortuito. Diego López salió
del banquillo y, prácticamente sin calentar, se marcó dos paradas
antológicas que confirmaron el excelente momento de forma del portero
gallego y, de paso, la capacidad de Vecchi para defender con todas las
consecuencias la portería de su equipo. El Madrid puede estar seguro en
manos de Vecchi... aunque ya no esté bajo los palos.
EN PRIMERA PERSONA
Campeón en el Bernabéu. Vecchi puede jactarse de haber
levantado una Copa de Europa en el Santiago Bernabéu. Fue el 28 de mayo
de 1969, aunque lo hizo como suplente de Cudicini, titular en la final
ganada por el Milan al Ajax de Cruyff (4-1).
Tímido y humilde. Siempre alejado de las cámaras, para el
entrenador de porteros del Madrid lo más importante es «el diálogo, la
humanidad y la humildad», según su entorno. De Ancelotti dice que es
«especial».
«Magnífico es poco». Aunque echa de menos más tiempo libre,
Vecchi, que antes de recalar en Madrid dirigía a los juveniles del
Milan, está encantado en la capital de España. «Decir magnífico es
poco», reconoce.
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