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"El Juli 15 de 30", vida de un niño prodigio convertido en referente taurino
"El Juli, 15 de 30" es un reportaje documental producido por Canal Plus Toros en el que se realiza un repaso a la carrera del que fuera un niño prodigio de los ruedos convertido ahora en uno de los referentes más importantes de la historia del toreo, con motivo del 15 aniversario de su alternativa.En el proyección, de una hora y cuarto aproximadamente de duración, se pueden apreciar momentos del Juli en sus inicios, cuando empezó a despuntar desde muy niño como becerrista en la Escuela de Madrid, y su irrefrenable ascensión hasta instalarse en la cúspide del toreo.
Pero también hay instantes muy íntimos en los que Julián López abre su alma para hablar de su familia, sus amigos, sus inquietudes y pasiones, sus más profundos sentimientos como torero y como persona, estampas que dejan ver una cabeza privilegiada pero a la par sensible y responsable, con una madurez a la hora de hablar de la vida fuera de lo común.
Especialmente emotivos sus vínculos con su familia, sobre todo con su padre, Julián López, su gran apoyo y valedor, quien ha vivido en su hijo la vida que deseó para él mismo, y, como no, su madre, Manoli Escobar, una persona fundamental en la vida del Juli, y de quien tuvo que separarse cuando emigró a torear a México al no tener aún la mayoría de edad.
También sus hermanos, Manuela e Ignacio, y su mozo de espadas, Armando, que más que un hombre de confianza es uno más de su familia, forman parte de un círculo y de una vida ejemplar dentro y fuera de su profesión.
A lo largo de "El Juli, 15 de 30", el torero madrileño aborda con una memoria casi fotográfica todos los momentos que han marcado su vida como torero.
El indulto del novillo "Feligrés" en La México, su estrecha relación con grandes hitos de la historia del toreo como El Viti, Curro Vázquez o Paco Ojeda, la emocionante y triunfal tarde de su alternativa en Nimes y su singular relación de amor-odio con la afición de Las Ventas, son puntos claves también del reportaje.
Pero no todos fueron momentos buenos, pues en la vida de un torero siempre hay luces y sombras, y El Juli no se esconde a la hora de valorar los momentos difíciles de su vida taurina, desde su necesaria separación del lecho familiar en su etapa mexicana, hasta las dos cornadas más graves que ha sufrido en su carrera, pasando por la crisis personal que tuvo al ser desbordado por la fama.
El Juli confiesa que la cornada que sufrió en 2001 en Madrid por un toro de Guardiola y la que padeció este mismo año en Sevilla han sido las dos heridas que más le han asustado.
También reconoce que llegó un punto en el que se llegó a sentir un "esclavo del éxito", e incluso con la retirada de José Tomás sintió la responsabilidad añadida de liderar el toreo en unos años en los que la marcha del torero de Galapagar supuso un duro revés.
Momento que El Juli aprovechó para crecer como torero, rehusando del triunfalismo y el espectáculo en detrimento de una mayor madurez, una mayor hondura, profundidad e intensidad a la hora de ejecutar el toreo, algo que despertó sus alabanzas pero también críticas.
Éstas últimas especialmente personificadas en la afición de Madrid, que de siempre le ha exigido mucho, aunque, lejos de rencores, El Juli sigue soñando con cuajar la faena perfecta en "su" plaza, repetir algo parecido a lo de aquel "Cantapájaros" de Victoriano del Río del año 2007, pues él se considera, por encima de todo, torero de Madrid.
Estampas muy bonitas con sus compañeros de profesión, rivales pero, sobre todo, amigos como Alejandro Talavante o Miguel Ángel Perera, con su mujer Rosario, y con los miembros de su cuadrilla, que desvelan un lado mucho más íntimo de El Juli en su día a día, trufan también un reportaje delicioso y muy ameno.
Este documental se ha estrenado hoy en Madrid al más puro estilo Hollywood, con alfombra roja, "photocall" y posterior proyección de la pieza en uno de los cines más solera de la capital de España, dentro de un acto muy concurrido en el que se han dejado ver rostros muy conocidos dentro y fuera de los ruedos.
TÍTULO; MAGNATES DE PELÍCULA,.
La fascinación del cine por los grandes emprendedores
mediáticos, más que fértil en cantidad lo ha sido en calidad. Sobre
todo, si nos centramos en dos de los títulos que más huella han dejado:
'Ciudadano Kane' (1941) y más recientemente 'La red social' (2010).
Ambas dibujan el recorrido vital en la construcción de un emporio de dos
magnates de los medios de comunicación de masas, personajes también
marcados por sus carencias afectivas y sociales y algún que otro trauma
infantil. El ejercicio viene al pelo ante el estreno hoy de 'Jobs', el
biopic que con Ashton Kutcher al frente sigue los pasos de Steve Jobs
desde sus años de psicodelia universitaria a la construcción del gigante
tecnológico Apple. Su meteórico ascenso social y económico, como
sucedía en las películas de Orson Welles y David Fincher, marca sus
relaciones de amistad y su vida.
Steve Jobs aparece también como un líder solitario, a pesar
de su carisma. Un hombre de tintes tiránicos y egocéntrico como
pudieron ser Charles Foster Kane, personaje de ficción basado en William
Randolph Hearst, en el que se inspiró Welles, o el Mark Zuckerberg,
retratado por Aaron Sorkin y Fincher con maestría y encarnado por Jesse
Eisenberg. Retratos todos de personajes triunfadores, cuya trayectoria
nos muestra el precio del éxito, y la soledad que impera en la cima.
La capacidad evocativa, el pulso narrativo y la sutileza y
vigor con que retratan a sus personajes centrales, hermanan también a
'Ciudadano Kane' y a 'La red social', dos películas que ahondan en dos
tipos de emprendedores muy concretos: aquellos capaces de influenciar en
la opinión pública de manera masiva a través de los medios. Algo que
comparte también la tecnología emocional de Steve Jobs, prestidigitador y
gurú mediático de la era internet.
Faltos de amor y marcados por las traiciones a sus amigos y
viejos amores mal terminados, los protagonistas tanto de 'Ciudadano
Kane', como de 'La red social' inciden en personalidades marcadas por el
desamor y empeñados en emprender un gigantismo empresarial casi
profético para compensar su falta de amor. Desde luego que la
personalidad del Steve Jobs, que retrata el film que ahora se estrena
coincide con estos rasgos, quizás no tanto con la maestría con que se
muestra en pantalla.
Por supuesto que otros filmes como 'There Will be Blood',
de Paul Thomas Anderson, magnífica epopeya sobre las nefastas
consecuencias del sueño americano, también podría marcarse un baile con
'Ciudadano Kane' o 'La red social', como retratos épicos en torno a
magnates egoístas, locos y solos, si bien la pesadez de la industria del
petróleo poco tiene que ver con la volatilidad de los medios de
comunicación y la tecnología.
O incluso 'El aviador', que sigue la vida del empresario
del cine Howard Hughes, ambicioso innovador y perfeccionista, que como
Jobs, vivió marcado por la orfandad y ciertos desarreglos mentales. Y
forzando, o no, un poco más la maquina, podríamos considerar que la
trilogía de 'El padrino', de Francis Ford Coppola, y especialmente su
célebre segunda parte, es un análisis a fondo de cómo se erige un
emporio, se construya este fuera o dentro de la ley, un asunto que, como
sabemos, mantiene una frontera muy tenue y fácil de cruzar.
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