lunes, 9 de septiembre de 2013

El Villanovense descabalga al Díter,. DITER-1- VILLANOVENSE-3-/ Motor Vettel es el techo de Alonso


El Villanovense se llevó tres valiosos puntos de su visita a Zafra, donde venció al Díter en un partido que sólo tuvo una parte igualada. Abriría ...

TERCERA

El Villanovense descabalga al DíterEl Villanovense descabalga al Díter

El equipo serón remonta el gol inicial segedano, que ve frenado su fulgurante arranque liguero



El Villanovense se llevó tres valiosos puntos de su visita a Zafra, donde venció al Díter en un partido que sólo tuvo una parte igualada. Abriría la lata José Chino para los locales cuando aún el choque no llegaba a la media hora de partido. Con este resultado se llegaría al final de una igualada primera mitad.
Sin embargo, en la segunda mitad el panorama cambió y el encuentro pasó a tener como dueños a los visitantes, que dominaron la pelota y bajo la batuta de Vergara dieron una verdadera lección de fútbol ante un Díter que se vino abajo en el momento en que llegaron los goles. Sin embargo, hubo que esperar al minuto 72 para que Javi Ramos desde el punto de penalti igualara la contienda. Con diez jugadores sobre el terreno de juego, los locales bajaron los brazos y sólo le hicieron falta cinco minutos más, que con los goles de Vergara y Juanfran cerraron una valiosa victoria.
El partido comenzó con un contraataque de Villanovense, quedándose solo Juanfran ante Isaac, y este último detuvo el chut del jugador visitante. En el minuto 27, en una jugada de estrategia del Díter Zafra botada por Dieguito, el rechace del portero lo remató dentro de la portería José Chino estableciendo el 1-0.
En el minuto 29, en un contragolpe dirigido por Antxo, tras fabricarse la jugada él mismo remató a portería e Isaac desvió a saque de esquina de forma muy acertada. Pasada la media hora, el Villanovense reclamó un penalti en el área local. Ya en el ocaso de la primera mitad, en el minuto 45, Álex Berjano remató sobre la portería de Fuentes, que detuvo el esférico.
En la segunda mitad sólo hubo un equipo sobre el tapete del Nuevo Estadio de Zafra: el Villanovense. El cambio de Javi Ramos espoleó aún más a los visitantes, y ya en el minuto 72 un claro penalti a favor de Villanovense fue anotado por Javi Ramos. En la jugada resultó expulsado Dieguito al ver la roja directa.
Cuando restaba un cuarto de hora para el final, Vergara se plantó solo ante Isaac, y en el mano a mano estableció el 1-2. Apenas dos minutos después, en una trenzada de los visitantes, Vergara cedió a Juanfran y ante la salida de Isaac estableció el 1-3 definitivo. Desde ahí hasta el final del partido el Villanovense mantuvo la posesión. No tenían nada que hacer unos locales que habían perdido en cinco minutos los tres puntos que tenían hasta ese momento.
Penalti discutido
Sin embargo, hubo tiempo para la polémica al entender los locales que Cubi había cometido penalti al tocar el esférico en su mano dentro del área. El colegiado no lo decretó. Su actuación fue muy discutida por ambas partes al no dejar continuidad en el juego, pitando excesivas faltas y entendiendo los jugadores que los parones continuos no beneficiaban al juego.
En líneas generales, partido muy competido durante 70 minutos donde la dosis de calidad por parte local la puso Abraham, pero donde el verdadero protagonista fue el visitante Vergara, que demostró además de su calidad y talento, su capacidad de sacrificio con un verdadero despliegue físico. Sin duda, el mejor futbolista de los que ayer se congregaron en el estadio.

TÍTULO: Motor

Vettel es el techo de Alonso

Triunfo crucial del energético alemán en Monza, feudo de Ferrari y de la velocidad pura


Increpaba la marabunta roja a Sebastian Vettel mientras el expiloto de Ferrari Jean Alesi trataba de silenciar la diatriba con un tono vociferante desde el podio, micrófono en mano para la entrevista y una cierta sensación de miedo escénico. El germano asestó un golpe letal al campeonato de Fórmula-1 y a las esperanzas de éxito de Fernando Alonso y su equipo, el mítico Ferrari, que observa carrera tras carrera cómo su techo se llama Vettel y se apellida Red Bull. Lo puede hacer genial la escudería en cuestiones estratégicas, cambiando ruedas o aplicando un demoledor sistema de salida. Puede jugarse el pescuezo Alonso en cada adelantamiento. El Red Bull siempre corre más. Vettel siempre conduce mejor. No hay fallos en el engranaje de la factoría energética para desolación de esta hinchada italiana que vive la Fórmula-1 como si fuesen partidos de la selección nacional de fútbol. El germano pone tierra de por medio a siete citas de la conclusión: 53 puntos pueden obligar a una rendición de Ferrari si en el próximo Gran Premio de Singapur la balanza no se desnivela.
«Hemos luchado como leones y más no se puede dar», expresó por radio el ingeniero Andrea Stella a Fernando Alonso unos segundos después de concluir el Gran Premio de Italia. Fue un perfecto resumen de situación en Monza. Probablemente sin quererlo, Stella perpetró un retrato del vaivén emocional por el que transita el piloto asturiano. Persigue con coraje y fe su primer título con Ferrari, entrega cada fin de semana todo lo que tiene y el veredicto permanece invariable desde hace tiempo. La realidad decreta una evidencia. Sebastian Vettel parece intocable con su bólido alado. Volvió a ganar el alemán en el feudo de Ferrari y Alonso acabó segundo en una hermosa persecución.
Edoardo Bendinelli, uno de los asistentes del asturiano en el plano físico, cuida cada detalle en la aproximación del piloto a cada carrera. El preparador italiano le acompaña en sus excursiones en bici, estudia su telemetría corporal, programa sus entrenamientos, analiza sus datos fisiológicos y escrutina la dieta como si le fuera la vida en ello. Junto a Fabrizio Fabri ordena la vida física de Alonso. Y, en ocasiones como el sábado, se ofrece como pasajero suplente de la equipación del asturiano. Bendinelli se calza los botines del piloto unas horas antes de que este salga a la pista para ahormar el calzado al pie del protagonista principal. Nada queda a la improvisación en el centro de operaciones de Alonso, pero después de todo el desempeño laborioso, el periscopio siempre se dirige al mismo lugar. Red Bull. Vettel. La sombra negra que planea sobre la trazada del ovetense.
Ferrari no consigue construir monoplazas supersónicos como los Red Bull, cincelados a mano para mayor gloria de la aerodinámica, el único tótem que hoy impulsa la F-1. La escudería manufactura motores fantásticos, coches que nunca se rompen ni abandonan, sistemas de salida fabulosos que permiten avanzar a sus pilotos en cada semáforo verde y estrategias que rara vez contradicen a la lógica. La última y sonada aún la están pagando en Maranello y en la residencia asturiana de Alonso: aquel despropósito de Abu Dabi que entregó el primer título a Vettel y le arrebató el tercero al español.
El ovetense ofreció una vez más la identidad de su espíritu combativo. Salió quinto, derribó todos los obstáculos y alcanzó el límite de su actual estatus. Segundo, un escalón por detrás del intocable Vettel y su coche impecable. No comete un error el germano, conduce sólido y lo hace todo bien. Y por ahí se explica su hegemonía. Sexto triunfo de 2013, líder destacado del campeonato e indiscutible favorito.
La carrera se ventiló en dos puntos. La salida y el cambio de ruedas. Se lo jugó todo Alonso en la posición de partida. Arrancó quinto, superó a Hulkenberg y se situó detrás de Webber, Massa (magnífico) y Vettel. En la vuelta tres, el español exprimió su Ferrari en un espectacular adelantamiento al australiano y se dispuso a dar batalla. Massa no se opuso a que pasase el líder del equipo y, ya segundo, Alonso intentó buscar a Vettel.
No lo consiguió. En ningún momento y de ninguna de las maneras. Vettel mantuvo una distancia de cinco segundos y cuando ingresó en el garaje por el desgaste de sus neumáticos, Ferrari intentó mantener en pista a Alonso por si llovía, salía un coche de seguridad u ocurría algo diferente que cambiase el decorado. Nada sucedió. Alonso tuvo que ir al garaje y ya no hubo forma.
El resto de la carrera se dilucidó en torno a batallas secundarias, entre ellas la de Alonso y Webber por la segunda plaza. No lo permitió el español, pese a la velocidad del Red Bull. Vettel prosigue su escalada. Ya suma 32 triunfos en su palmarés, los mismos que Fernando Alonso.

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