sábado, 20 de octubre de 2012

PROTAGONISTA EL PLACER DE SER ABUELA;/ , NUEVOS PECHOS NUEVA VIDA; ..

TÍTULO: PROTAGONISTA EL PLACER DE SER ABUELA;

Celebramos el Día de la Abuela con la matriarca de la ... ... Los tonos arena, protagonistas de tu piso 'adulto' ... El placer de ser abuela ...
 
 Tiene cuatro hijas, diez nietos y una empresa con con proyección internacional que no deja de crecer, aun en tiempos de crisis. Celebramos el Día de la Abuela con la matriarca de la saga Tous, que nos habla, junto a su hija, del apasionante reto de madurar y ayudar a hacerlo.
Rosa Oriol de Tous no será nunca la típica abuelita de cuento. Mujer de carácter, autodidacta y empresaria de éxito, dirige desde hace más de 30 años una de las empresas de joyería más importantes de nuestro país. Entre viajes de negocios y reuniones, lo tuvo difícil para dedicar tiempo a sus cuatro hijas y a sus 10 nietos, pero nunca ha desistido. “Cuando mis hijas eran pequeñas tuve que hacer un esfuerzo por conciliarlo todo. Siempre tienes que renunciar a cosas, pero el resultado merece la pena”, dice Rosa desde Nueva York, donde está por motivos de trabajo. Aunque sigue liderando la compañía, está encantada de ejercer de abuela y de tener más tiempo ahora para sus nietos. “La vida es larga y hay que saber aprovecharla. A los que no pudimos hacerlo antes, por cuestiones de trabajo, nos llega ahora la recompensa. Yo me siento ahora más libre que nunca y, en los años que me quedan por delante, espero tener un poco más de tranquilidad para disfrutar de las pequeñas cosas... y de mis nietos”.

La mayoría de ellos vive en Manresa (Barcelona), donde sigue estando la casa familiar de los Tous y la sede de la empresa. Consciente del esfuerzo que las abuelas de nuestro país hacen para cuidar de sus nietos y ayudar a sus familias (especialmente en tiempos de crisis), a la matriarca del clan se le ocurrió fijar un día del calendario –el tercer domingo de octubre– para homenajear a estas mujeres tan importantes en el sostén del estado del bienestar.

Creatividad y optimismo

“Mi madre no ha sido nunca de las que se encargan de ir a buscar a los niños al colegio y darles de merendar, pero igualmente es una abuela genial –reconoce Rosa Tous, hija mayor de Rosa Oriol y Salvador Tous y directora de Relaciones Institucionales de la firma–. Es lo malo de tener una madre empresaria”. La ejecutiva, de 46 años y madre de tres niños, siempre ha admirado a su progenitora por su capacidad de trabajo, su creatividad y su optimismo, valores que espera que sus propios hijos aprendan de ella. En honor al Día de la Abuela, la empresaria de Manresa se propuso diseñar una pieza única, capaz de remitir a los momentos más entrañables de esta relación. “Todos guardamos memorias de infancia con nuestros abuelos. Yo solía pasar todo el verano con ella y guardo un recuerdo muy especial de aquellos días”, explica. La joya diseñada para la ocasión es una medallita de nácar decorada con una flor, que permite grabar mensajes de afecto. “Es una joya simple, que se adapta a las abuelas de todo el mundo”, opina la primogénita, gemóloga de formación y responsable de la imagen de marca de la empresa.

Y no es fácil adaptarse a los gustos de “la abuela global”. ¿Qué tienen en común las de Japón con las de Rusia o Colombia? “Al final, a todas las mujeres nos une el gusto de ponernos cosas encima por el placer de sentirnos guapas”, explica la hija. Su madre le da la razón porque está convencida de que hay valores universales que nos unen a todas, como la diversión y el sentimiento de ternura. “¡Y nuestras piezas transmiten estas emociones comunes!”, exclama la creadora del entrañable osito que se ha convertido en la imagen de una marca presente en más de 40 países.

Experiencia y dulzura

Ha sido muy difícil encontrar un rato para conversar con Rosa Oriol y su hija mayor. Ambas estaban pendientes de la convención anual de la empresa, que a principios de octubre reunió en Manresa a más de 200 vendedores de todo el mundo. “Es una semana de locos”, explica. Pero está tranquila. Sabe que tendrá unos minutos para ver a sus tres hijos. “En Tous siempre hemos tenido muy presente la conciliación entre la vida laboral y la familiar. Somos una empresa muy femenina”. De hecho, tres de las cuatro hijas de Rosa Oriol trabajan en la firma.

Para ella, ser abuela ha significado no solo un nuevo paso en su vida personal, sino también un motivo de inspiración. Para el Día de la Abuela, “me inspiré en una mujer fuerte, de grandes valores, experiencia y dulzura –explica–. Una persona a la que creo que no se le ha prestado nunca la atención que se merece. Es nuestro pequeño homenaje a esta mujer, espontánea y vital, directa, amable y muy activa, cuyo rol es clave en tantísimas situaciones, en muchas familias”. Para promocionar la fecha señalada, ella misma se hizo fotografiar junto a siete mujeres, todas abuelas, como ella, con perfiles muy distintos. “Las abuelas de hoy en día son un pilar esencial de la sociedad. Cuidan a los niños los fines de semana, los buscan a la salida del colegio, les dan la cena. Están siempre ahí y, sin duda, se merecen este homenaje”, dice la primogénita de los Tous. La expansión internacional de la joyería de Manresa tiene mucho que ver con ella. Se incorporó al negocio familiar en 1985, poco después de regresar de Los Ángeles, donde estudió gemología. “Allí tuve mi primer contacto con la internacionalización”, recuerda Rosa. Actualmente, está presente en 45 países, con más de 200 tiendas repartidas por todo el mundo.

Tras su experiencia en EE.UU., sus padres la pusieron al frente de la joyería de Lleida, la segunda tienda de Tous. Al principio, Rosa se dedicó a su ámbito de especialidad: supervisar la compra de diamantes, perlas y gemas de color. Durante los siete años siguientes, empezó a darse cuenta de la importancia creciente de la comunicación y empezó a presionar a sus padres sobre la necesidad de desarrollar un buen plan de marketing e internacionalización. Su iniciativa dio resultado.

Una firma global

La expansión global ha sido clave para salvar a Tous de la crisis y Rosa puede sentirse hoy orgullosa de sus logros como directora de Relaciones Institucionales y Comunicación. Desde Nueva York a Tokio, Moscú o Kuwait, la empresa ha sabido consolidar una imagen única, asociada al osito creado por Rosa Oriol, que lleva trabajando desde los 15 años, cuando comenzó en la zapatería de sus padres, y de ahí, a los 18, pasó al número 8 de la calle misma calle, donde estaba la tienda de sus suegros.

El eslogan favorito de la hija para definir la estrategia de marca es “Think global, act local” (Piensa global, actúa local). Y no hay nada más local que trabajar en una empresa familiar en la que tus padres son los jefes. “Al principio fue más complicado, pero luego se convierte en un aprendizaje y crecimiento conjunto”, admite Rosa Tous.

Trabajar en familia 

Aprender a separar la faceta familiar de la profesional requiere un esfuerzo extra. Sin embargo, estoy orgullosa, porque lo hemos conseguido y estamos muy unidos”, opina su madre. “Además, trabajar en familia tiene una gran ventaja y es que puedo ver a mis hijas casi todos los días”. La numerosa presencia femenina en las oficinas ha llevado a la empresa a ser pionera en iniciativas para conciliar la vida social y laboral, como la instalación de una guardería. La propia Rosa Tous ha llevado allí a sus hijos, algo que “te permite estar más tranquila”, asegura.

Como mujer y empresaria, Rosa cree que aún queda mucho por hacer en el terreno de la desigualdad de género. “Las mujeres hemos de perder el miedo a ser empresarias, dejar de cuestionarnos si seremos o no capaces”, insiste, animando a las mujeres a emprender, especialmente en este contexto de crisis. “Muchas grandes empresas han nacido en condiciones económicas adversas, porque es cuando surgen nuevas oportunidades de mercado”, opina. Está convencida de que constancia, pasión y un deseo continuo de mejorar son claves para llegar lejos. “Aquí tenemos mucho miedo al fracaso”, se lamenta. Cree que sus conocimientos en joyas y piedras preciosas le han permitido desarrollar una estrategia más sólida. “Cuando hablo de joyas, sé de lo que estoy hablando”.  

TÍTULO: NUEVOS PECHOS NUEVA VIDA;
 
 
  1. Para una mujer es muy traumático verse sin pechos”, lo dice Esther Cañamero, quien, tras ser mastectomizada en ambas mamas por un ...
     
    Solo el 20% de las españolas que sufren una mastectomía tras un cáncer de mama optan por la reconstrucción. Descubre las últimas técnicas y cómo tres de estas mujeres han vivido la intervención. 

    Para una mujer es muy traumático verse sin pechos”, lo dice Esther Cañamero, quien, tras ser mastectomizada en ambas mamas por un cáncer, decidió reconstruir sus pechos. Le costó nueve operaciones y algún que otro contratiempo, aunque el resultado, según sus propias palabras, compensa: “Ahora me encuentro estupenda. Puedo utilizar ropa con escote y no dependo de prótesis externas”. En España, la supervivencia en el cáncer de mama a los cinco años es del 80% y la curación definitiva gira en torno al 66%. Lo malo es que solo el 20% de las mujeres que han pasado por una mastectomía se reconstruyen la mama, según cifras de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE). Un dato muy alejado de la media europea, que supera el 60%. ¿La razón? “La paciente tiene como único objetivo curarse y, una vez superado el cáncer, le da pereza volver al quirófano”, argumenta el Dr. Vicente Paloma, cirujano plástico en el Centro Teknon, de Barcelona. En este sentido, el Dr. José Ramón Castello, cirujano plástico en el Hospital Puerta de Hierro, en Madrid, es tajante: “La paciente ha de ser informada siempre sobre la reconstrucción mamaria y se le debe ofrecer la posibilidad de enviarla a un centro que disponga de cirugía plástica”.

    Inmediata o diferida

    En los últimos cinco años, la reconstrucción mamaria ha avanzado mucho, tanto, que es casi imposible que la paciente no encuentre la técnica adecuada para abordar su problema. En este sentido, el Dr. José Mª Román, cirujano ginecológico en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y uno de los médicos más prestigiosos en patología mamaria, aconseja tener una actitud abierta y receptiva ante las nuevas técnicas.

    No todas las mujeres a las que se les detecta un cáncer están condenadas a perder la mama. En la mayoría de los casos, se lleva a cabo una cirugía conservadora (se elimina solo una pequeña porción del pecho). El resto, las mastectomizadas, puede optar a la reconstrucción de forma inmediata o diferida (aplazada). La primera alternativa aporta la ventaja de unificar mastectomía y reconstrucción en la misma intervención, lo cual reduce en la mujer el impacto emocional de verse amputada y ahorra nuevas visitas al quirófano. Suele requerir una técnica compleja, por lo que no todos los centros disponen de personal cualificado. Este es uno de los motivos por los que se realizan un mayor número de reconstrucciones diferidas. Otra razón responde a criterios estrictamente médicos: “No se recomienda la reconstrucción, si la paciente ha de ser radiada tras la mastectomía, porque este proceso estropearía el tejido y alteraría el resultado”, explica el Dr. Tomás Gómez Cía, jefe de servicio de Cirugía Plástica del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.

    A pesar de que hay unanimidad entre los cirujanos plásticos sobre la no conveniencia de implantar prótesis si la mujer va a recibir radioterapia, existe cierta controversia con respecto a las reconstrucciones que utilizan tejido de la paciente. El Dr. José Ramón Castello, especialista en este tipo de técnica, opina que la mujer sí puede someterse a radioterapia: “La mama reconstruida con tejido del abdomen o del muslo puede radiarse, porque se estropea poco”, afirma.

    Lo último que ha aparecido para regenerar tejidos dañados es el 'lipofiling', una técnica que se utilizada como complemento a otras más complejas. Suele emplearse, sobre todo, en mujeres cuya piel ha sido dañada por culpa de la radioterapia. Este es el caso de Maye García-Balibrea, de 46 años, que espera comenzar con la reconstrucción en breve: “Para colocarme una prótesis, necesitan que la piel esté elástica. Con el 'lipofiling' me inyectarán grasa de otra parte del cuerpo en los lugares más dañados del pecho, para conseguir que se regenere la zona y la engrose. El tiempo estimado en terminar el tratamiento varía entre los ocho y los 12 meses. Una vez conseguido, me colocarán un expansor para dar de sí la piel y poder implantar después la prótesis”. El poder casi mágico de la grasa reside en las células madre que contiene, capaces de regenerar los tejidos. “No es un milagro, pero sí ayuda, porque regenera el tejido cicatrizal y aporta volumen”, explica el Dr. Tomás Gómez Cía.

    Se trata de una técnica poco invasiva, aunque precisa anestesia, ya que es necesario practicar una liposucción previa. El inconveniente reside en que la grasa puede reabsorberse, lo que alarga el proceso. Para llevarla a cabo, es imprescindible que la paciente tenga grasa en el abdomen o en los muslos o gluteos, que es de donde se extrae. Actualmente se realiza ya en algunos hospitales públicos, como el Gregorio Marañón (Madrid), El Clínic (Barcelona) o el Virgen del Rocío (Sevilla). 

    Efectos sobre la salud emocional
    La reconstrucción de la mama es positiva, sobre todo, para el bienestar emocional, ya que reduce el impacto de verse amputada.

    Según diferentes estudios, la mujer recurre a la reconstrucción por sentimientos de integridad corporal (no sentirse amputada), por una cuestión práctica (no tener que utilizar prótesis) y por la información que le ha facilitado su médico.

    Otras razones de menor peso son la relación de pareja y la actividad sexual. Las mujeres de mayor edad recurren menos a la reconstrucción, pero las que lo hacen están igual de satisfechas que las jóvenes reconstruidas.

    Un estudio llevado a cabo en el Hospital La Paz, en Madrid, con una muestra de 418 mujeres operadas, desveló que las que se habían reconstruido presentaban menos trastornos de ansiedad, depresión y daño en la autoestima.

    ¿Qué posibilidad hay?
    Los procedimientos quirúrgicos se dividen en dos grandes grupos: reconstrucción con tejido de la propia paciente o bien con implantes.

    Con prótesis: es la más utilizada, pero no está indicada en mujeres que se hayan sometido a radioterapia o que tengan previsto hacerlo. Antes de colocar la prótesis, la paciente suele llevar un expansor, un globo de silicona que se ubica entre el músculo pectoral y las costillas. Su función consiste en dar de sí la piel, por eso se rellena con suero fisiológico. Esta técnica implica pasar por el quirófano de nuevo para retirar el expansor y colocar el implante. Luego necesita revisiones cada cinco años y tiene fecha de caducidad. Suelen durar entre 25 y 35 años, pero también los hay de vida mas corta, de 10 años.

    Con tejido propio: la técnica más utilizada actualmente es la DIEP, que trasplanta piel y grasa del abdomen a la zona de la mama mediante microcirugía. Otra variante es la reconstrucción con colgajo de dorsal ancho, que lleva este músculo de la espalda hacia la zona de la mama, pero requiere, además, una prótesis. La ventaja es que resulta definitiva, no necesita más cirugías, y la evolución de las formas es más armónica y natural que con la técnica de implantes o prótesis. Un requisito importante es que la paciente tenga grasa en la zona abdominal para conseguir volumen, ya que se traslada el tejido con piel, grasa y vasos sanguíneos. El inconveniente es la cicatriz en las zonas donantes (espalda, abdomen y muslos). La reconstrucción es completa cuando se da forma al pezón y la areola.

    Testimonio de tres mujeres que optaron por la reconstrucción de sus pechos.

    Maribel Pérez. 63 años, empresaria. 
     “En la misma operación, me quitaron la mama y me la reconstruyeron. Los cirujanos practicaron una técnica nueva que consiste en trasplantar una porción del abdomen (con grasa, piel, músculo y vasos sanguíneos), al pecho. Posteriormente, me sometí a 25 sesiones de radioterapia que no han afectado a la estética. La ventaja de esta técnica es que es definitiva y que, al usar tejido de mismo organismo, acaba resultando mucho más natural”.

    Sol Alonso. 53 años, periodista.
    “Una vez que supe que debían quitarme ambos pechos, me planteé la reconstrucción. En concreto fue mi prima, que es ginecóloga, la que me animó. Se trataba de salvar el impacto psicológico de ver dos costuras en el lugar de mis pechos. La mama enferma la reconstruyeron con tejido de la espalda y, además, me pusieron una prótesis. En el otro pecho, que se quitó por precaución, solo llevo prótesis. Estoy encantada: hago “topless”, nado, practico pilates…”.

    Esther Cañamero. 43 años, auxiliar administrativo.

    “La decisión inicial de reconstruirme los pechos no la tomé yo, fue un familiar que es médico, quien me dijo que la recuperación psicológica en las mujeres mastectomizadas sin reconstruir no es tan rápida. Cuando te lo proponen, lo habitual es aplazarla. Me hicieron la mastectomía en una mama y en la misma operación me colocaron un expansor. Pero, a los 22 meses, decidí volver al quirófano para retirarlo e implantar la prótesis”. 

    Marcha rosa por el centro contra el cáncer de Mama en Don Benito;

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