Marc Márquez tenía muchas posibilidades de coronarse la madrugada de este domingo el campeón del mundo Moto2: solo necesita sumar ...
Foto de Valentino Rosi un gran campeón.
Marc Márquez tenía muchas posibilidades de coronarse la
madrugada de este domingo el campeón del mundo Moto2: solo necesita
sumar dos puntos, los que otorga la 14ª posición, o que Pol Espargaró no
ganase la carrera. Sabía que si no sucediera en Phillip Island, tendría
una nueva oportunidad en idénticas condiciones en la carrera de
Valencia, última de la temporada, dentro de dos semanas. Se trata del
segundo título mundial para él, primero en la categoría mediana (ganó el
de 125cc en 2012), broche de oro a una trayectoria impresionante antes
de dar el salto a la clase reina, MotoGP, el próximo año. Los números de
Márquez en las categorías de promoción le sitúan entre los más grandes
de la historia, pero si nos fijamos también en su precocidad, la
conclusión es impactante: no ha habido otro como él.
Con 19 años y 255 días, el palmarés de Marc Márquez ya
contempla (a expensas de añadir el título de Moto2) un campeonato del
mundo de 125cc, y 25 victorias, 37 podios y 28 'poles' en 76 grandes
premios disputados en el mundial de velocidad. Su promedio de victorias
es de un espeluznante 32%, superior al de Casey Stoner (11%, 7 victorias
en 61 carreras en 125cc y 250cc), Jorge Lorenzo (22%, 21 de 94) y Dani
Pedrosa (29%, 23 de 78) antes de llegar a la clase reina; pilotos que
marcan la pauta actualmente en MotoGP y que, como él, empezaron su
andadura en el campeonato del mundo en 125cc.
De los que corren actualmente el mundial, solo Valentino
Rossi, considerado por muchos el mejor de todos los tiempos, supera el
porcentaje de triunfos de Marc en las categorías menores, con un
arrasador 43% (26 de 60) en 125cc y 250cc. Pero Rossi terminó más tarde
su carrera en 250cc y 500cc (llegó a 500cc en el año 2000, con 21 años),
y a la edad actual de Márquez tenía menos logros que el catalán.
Rendidos a su talento
En la era moderna, también Max Biaggi y Daijiro Kato, que
tuvieron brillantes carreras en 250cc, superan en número y porcentaje
las victorias de Márquez, pero ellos nunca corrieron en 125cc. Como
tampoco lo hizo el más laureado de la historia, Giacomo Agostini, aunque
el motociclismo de los años 60 y 70 ('Ago' corrió en el mundial entre
1964 y 1977) poco o nada tiene que ver con el actual. No son solo sus
magníficas estadísticas, sino también, y sobre todo, su manera de correr
y de ganar lo que encandila a aficionados y compañeros de profesión.
«Mi estilo es arriesgar siempre para ganar, siempre tengo
la ambición de ser el mejor», afirma Marc. Lo ha demostrado
sobradamente en la pista este mismo año, con duelos electrizantes por la
victoria en la última vuelta, casi siempre con Pol Espargaró, teniendo
una amplia ventaja en la clasificación general. Su pilotaje es agresivo y
espectacular, siempre jugando con el límite, y pese a su juventud ya ha
protagonizado varias carreras memorables, como las remontadas de
Estoril en 2010, desde la cola de la parrilla de 125cc (porque se había
caído en la vuelta de formación de la segunda manga) a ganar en tan solo
nueve vueltas; Australia 2011 (salía último por sanción y llegó tercero
tras adelantar a 35 rivales, 22 de ellos en la primera vuelta); o la de
Japón de este mismo año, cuando se quedó clavado en la parrilla de
salida y, pese a ser adelantado por 27 pilotos, fue capaz de ganar.
Aún no se codea con los mitos de la categoría reina, pero
ya los ha cautivado. «Siempre he sentido cierta debilidad por él porque
me parece un piloto fabuloso», dice de él Rossi. «Tiene un talento
increíble y llega a MotoGP para ganar», afirma Casey Stoner. «Su llegada
a la categoría es una buena noticia para el campeonato, estoy seguro de
que irá rápido desde el primer día», dice Lorenzo. Y Pedrosa, que será
su compañero de equipo, le define como «un piloto con muchísimo talento y
una gran determinación». Todos creen que será un rival a tener muy en
cuenta.
En Honda ya le han preparado un puesto de privilegio para
su llegada a MotoGP, nada menos de que una de las dos motos oficiales
pintadas con los colores de Repsol. El martes 13 de noviembre se subirá
por primera vez a la RC213V, y empezará a escribir las páginas más
grandes de su leyenda.
Ya es el campeón del mundo más joven de la historia (17
años y 264 días cuando ganó el título de 125cc), y también el más precoz
en subirse al podio y lograr una 'pole' en el Mundial. Y tendrá media
temporada para sumar un nuevo récord: si gana una carrera de MotoGP
antes de mediados de agosto del próximo año, arrebatará a Fredie Spencer
(lo hizo con 20 años y 192 días, en el Gran Premio de Bélgica de 1980)
el honor de ser el más joven en ganar una carrera de la clase reina.
TÍTULO; LA SÉPTIMA FINAL DE FERRER;
Séptima final del año de Ferrer El alicantino se mete en la final tras derrotar al croata Ivan Dodig por 6-4, 6-7(5) y 6-1.
David Ferrer hace de 'profeta' en su tierra y conquista el Valencia Open.
El tenista alicantino David Ferrer ganó este domingo el Valencia Open 500, el torneo tenístico más importante de su comunidad autónoma, al imponerse en la final al ucraniano Alexandr Dolgopolov por (6-1, 3-6 y 6-4).
El alicantino ha logrado así su tercer Valencia Open 500. El partido ha sido mucho más complicado de lo esperado. El tenista de Jávea ha necesitado tres sets para ganar esta dura final.
El primer set cayó del lado de Ferrer con un contundente (6-1). Tras este demoledor resultado parecía que la final iba a ser un paseo militar para David Ferrer.
Pero en el segundo set la historia cambió. El ucraniano Dolgopolov comenzó a sacar con extrema violencia y colocación, muchos servicios cerca de los 200 km/h impedían a David restar con colocación. Al final, el set fue para el ucraniano con un contundente (3-6).
El último set empezó muy igualado, cada tenista se imponía en su servicio. A medida que fue avanzando este definitivo set los puntos se fueron igualando y alargando. David Ferrer se puso con un (5-4) pero el servicio era para el ucraniano, pero dos fallos consecutivos de Dolgopolov dieron la victoria a Ferrer, que se tiró al suelo como si de un Gran Slam se tratase.
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