Tiene esa magia a la hora de jugar que sólo destilan algunos zurdos.
Marcus Williams (Los Ángeles, 1985) está en la Costa del Sol para volver
a encontrar el juego que le convirtió en uno de los mejores bases
procedentes de la NBA en 2006. Con un bagaje en Europa algo anodino,
Jasmin Repesa tiene entre manos a un diamante al que sacar brillo, que
tiene el baloncesto a flor de piel y un objetivo al alcance de pocos:
ser el mejor base del continente.
"Repesa dice las cosas a la cara y me gusta que no nos deje jugar blando"
"Es el jugador con más talento de la plantilla junto a Simon, pero
debe crecer en cada entrenamiento y mejorar en defensa". Repesa no
regala halagos.
Marcus Williams echa un vistazo a sus tatuajes y explica el motivo
que le llevó a hacerse algunos de ellos: "El primero me lo hice con 20
años porque era un símbolo de arte", recuerda.
"Calculo que les habré dedicado un mínimo le 70 horas"
Tal cantidad de dibujos no le ha salido gratis, ni económicamente ni
en tiempo, aunque él no le da importancia: "No sé el dinero que he
gastado en todos los que me he hecho ni el tiempo que he empleado en
hacérmelos, pero calculo que le habré dedicado un mínimo le 70 horas".
Detrás del horror vacui de su torso y larguísimas sesiones de tinta y
agujas se esconde su propia historia: "Ninguno de mis tatuajes tiene
que ver con el baloncesto, es una historia complicada, pero tiene que
ver con cosas de mi propia vida: mi madre, mi abuela, inscripciones de
la biblia, imágenes de pasajes bíblicos y una de George Washington, uno
de los presidentes de Estados Unidos, el que sale en los billetes de un
dólar, porque al final el dinero es algo por lo que todos se mueven",
comenta el jugador de Unicaja.
"Ninguno de mis tatuajes tiene que ver con el baloncesto, es una
historia complicada, pero tiene que ver con cosas de mi propia vida"
Pero el norteamericano parece no tener freno y ya piensa en tatuarse
algunas imágenes en la espalda: "Aún tengo sitio ahí detrás", dice el
nuevo base del club malagueño, que luce uno de los torsos más adornados
del campeonato.
Sus fans pueden comprobar cómo la mancha de tinta ha ido creciendo
desde que ganó el campeonato universitario, allá por el año 2004, con
Connecticut y su posterior paso por la NBA, donde militó en los Nets, en
los Warriors y también en los Grizzlies. Escenas de la biblia, pasajes
del libro sagrado y frases alusivas a su propia vida son los temas que
predominan en sus tatuajes.
TÍTULO: REVISTA TIRAMILLAS CON LIVIA BRITO:
Livia Brito-foto, quiso deleitar a sus fans y posó muy sexy y con muy poquita ropa para una revista masculina.
Livia Brito Pestana (La Habana, Cuba; 21 de julio de 1986) es una actriz cubana que debutó en México en 2010 y se dio a conocer en su papel de Fernanda Sandoval en Triunfo del amor.
Livia Brito Pestana es una actriz cubana, residente de la Ciudad de
México. Estudió en el CEA, y egresada de ahí tuvo la oportunidad de
participar en las telenovelas.
La madre de Livia es bailarina de ballet clásico, y su padre es
actor, éste posee un restaurante en México, el cual es muy exitoso,
desde hace 10 años.
En 2010 participa en su primer telenovela, la cual es Triunfo del amor del productor Salvador Mejía donde ésta realiza su debut y comparte créditos con Maite Perroni, William Levy y Victoria Ruffo. Gran actuación le valió a Livia ganar el premio a la Mejor actriz juvenil en los Premios TvyNovelas 2012.
En 2012 le llega la gran oportunidad a la actriz, cuando la productora Angelli Nesma le ofrece co-protagonizar la telenovela Abismo de pasión junto a Angelique Boyer, Mark Tacher y David Zepeda. Livia deleitó al público con su actuación y demostró ser una gran actriz debutante.
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