Por entonces, únicamente el empresario Máximo Gómez del Castillo había comenzado a embotellar algo de vino. Era el tiempo de los ...
En los años 80 Almendralejo ya era la segunda ciudad
productora de alcohol procedente de vino de España, solo detrás de
Tomelloso, aunque el porcentaje de vino embotellado apenas llegaba al 1
por ciento.
Por entonces, únicamente el empresario Máximo Gómez del
Castillo había comenzado a embotellar algo de vino. Era el tiempo de los
conocidos 'Chacaíto' o 'Castoreño', un vino recio, que gustaba mucho en
la zona y que había alcanzado cierto grado de popularidad. Al poco, las
empresas 'Chicurri' y 'Cevisur' lanzaban al mercado vino embotellado,
aunque el más reconocido sería con el tiempo el 'Lar de Barros'.
Sin embargo, el vino de Almendralejo seguía destinándose
en su mayoría a la destilación y a la venta a granel. A pesar de ello,
se comenzaban a dar los primeros pasos para lo que sería primero la
distinción 'Vinos de la Tierra de Extremadura' y posteriormente la
denominación de origen 'Ribera del Guadiana' para reconocer la calidad
de los caldos extremeños, con Almendralejo como principal productora.
La importancia que tenía en la economía local la
industria vinícola y que quedaba patente en cientos de bodegas y decenas
de alcoholeras, quedó plasmada en 1987 al recibir Almendralejo el
título de 'Ciudad Internacional del Vino', otorgado por la Organización
Internacional del Vino (OIV).
Ese bagaje, junto con las Jornadas de Viticultura y
Enología de Tierra de Barros, organizadas por el Centro Universitario
Santa Ana que aquel año iban por su novena edición, y una feria del vino
fueron los motivos por los que se concedió el título a esta localidad
extremeña, junto con Jerez de la Frontera, Logroño y San Sadurni de
Noya.
Fue la Asociación de Enológos Extremeños la que, en
colaboración con la Cofradía del Vino Tierra de Barros, solicitó a la
OIV este título, que recogieron en Roma tal día como hoy hace 25 años
varios enólogos extremeños, encabezados por el entonces alcalde, José
García Bote, y una embajada de unas 80 personas. Un aniversario que se
conmemoró ayer en el Museo del Vino.
TÍTULO: TRAFICO QUIERE LETRAS MÁS GRANDES;
La Dirección General de Tráfico (DGT) quiere aumentar el tamaño de las letras y números de los carteles y señales para evitar los despistes y ...
La Dirección General de Tráfico (DGT) quiere aumentar el
tamaño de las letras y números de los carteles y señales para evitar los
despistes y mejorar la seguridad vial, según fue puesto ayer de
manifiesto durante la presentación de un estudio sobre la visión y la
conducción nocturna, donde se insistió en que durante la noche se
produce el 40% de las víctimas mortales por accidente de tráfico, a
pesar de ser la franja horaria con menor intensidad circulatoria.
No se trata de hacer los carteles informativos o la
señales más grandes, sino aumentar los caracteres en los que están
instalados en las carreteras. De momento, esto solo se quedará en un
deseo debido al elevado coste que tiene la sustitución de los
caracteres. Hace poco más de un año, el Gobierno gastó 230.000 euros
únicamente en el cambio de las señales de 110 por 120 kilómetros por
hora.
Son pocos los conductores que, circulando por la noche
por una carretera desconocida, no han tenido que dar un volantazo o
realizar un cambio brusco de carril al no leer bien un cartel por falta
de visibilidad. Según la DGT, la peligrosidad más alta se produce
durante la noche en carretera, siendo la tasa de fallecidos de 6,3 por
cada 100 accidentes, frente a 1,6 fallecidos por cada 100 accidentes en
zona urbana. En 2010, durante la noche se produjeron 25.245 accidentes
frente a los más de 60.000 que se registraron el resto de la jornada.
El estudio 'Conducción y visión nocturna', realizado por
la Fundación Alain Afflelou y el RACE, destaca que al 43% de los
conductores españoles no le resulta seguro conducir por la noche por
pérdida de su capacidad visual. En cuanto a la percepción del riesgo, al
73% no le parece seguro conducir por la noche, frente a un 27% que sí
le ofrece seguridad. El 10% de los consultados dice haber sufrido una
grave situación de riesgo por la noche por un problema relacionado con
su visión.
Ver para circular
Durante la presentación del estudio, el subdirector
general de Tráfico, Federico Fernández, recomendó a los conductores que
«si no lo ves claro, evita conducir y revisa tu vista». Y es que a los
factores de riesgo de la conducción nocturna se añade la natural pérdida
de agudeza visual y la aparición de problemas oculares, como la miopía
nocturna y la pérdida de sensibilidad al contraste, es decir, la
dificultad de distinguir una figura sobre un fondo, como puede ser un
peatón o un animal en la calzada. De hecho, en carretera durante la
noche se produce el 72% de los atropellos a peatones, y el 83% de los
atropellos a animales.
El 32% de los conductores diagnosticados por problemas de
visión (el 56% de la muestra estudiada) manifiesta que tiene serias
dificultades visuales, especialmente por la noche. Entre los síntomas
más frecuentes que detectan los propios conductores se encuentran la
sensibilidad al deslumbramiento de otros vehículos y la visión borrosa.
Una alteración visual que afecta a muchos conductores es
la miopía nocturna, se trata de dificultad para ver nítidamente durante
la noche. Dado que estos conductores tienen buena visión diurna,
desconocen su afección. Este problema puede corregirse con lentes
oftálmicas o de contacto. Desde el RACE se recomienda mantener en
perfecto estado las luces del vehículo -preferiblemente con bombillas
electrónicas- y sus ópticas, llevar el parabrisas y el cristal trasero
limpios y reglar los espejos. Y, ni que decir tiene, revisarse la vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario