DOCE DE OCTUBRE
Fiesta Nacional, día de la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad y de la Guardia Civil y día de la raza,.
El día 12 de octubre, Fiesta Nacional de España, día de la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad y del “Benemérito Instituto, guardia fiel de España entera”, de Zaragoza, etc., celebramos también el “Día de la Raza”, cuando es imposible determinar un algo étnico en la mezcolanza de moros, judíos, germanos, celtas, iberos... que configure la raza española.
Sin embargo, observando a hombres y mujeres de Hispanoamérica que vienen a España: lo mismo criollos que descendientes, puros o mestizos, de diversas etnias indígenas de Ecuador, Perú, Méjico, Venezuela, Guatemala, Argentina, Colombia, Chile o Paraguay… por citar algunos países, una de las cosas que más sorprende es que, blancos y más o menos cobrizos, pelirrojos de ascendencia anglosajona o germana y morenos indígenas de ojos rasgados, casi todos, a la hora de hablar del día 12 de octubre, hablan del “Día de la raza”.Esto me ha hecho reflexionar a mí, que como navarro, convivo diariamente y codo con codo, con quienes imaginan que unos milímetros de nariz, unos grados de diferencia en el cráneo, o un RH concreto son factores condicionantes de un hecho racial diferencial. Y, pensando y reflexionando, una de las cosas que he hecho ha sido mirar en el diccionario qué es, exactamente eso del racismo, y he hallado dos acepciones: 1-” Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro.”; y 2-”Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.”
La primera de ellas puede considerarse humanamente aceptable. La segunda no, ya que es la causa de atrocidades como la esclavitud; de genocidios como los que tuvieron lugar en los Estados Unidos con los indios, o en el Israel de hoy con los palestinos; y, sin salir de España, de imbecilidades como las que suelen predicar los hijos de Sabino y su entorno, así como de barbaridades como la violencia de grupos skinhead, ultras futboleros…
Puede ser legítimo que ningún aire nos parezca tan fino como el de nuestra tierra o ningún césped más tierno que el suyo, pero a la hora de la verdad, si el patriotismo fuera la ternura afectiva, los hombres cederíamos en patriotismo a las plantas, que nos ganan en apego a la tierra. Por eso, ahora que, con el pretexto de la “memoria” se quiere revisar y manipular la historia o dejar a cada Comunidad inventar la suya, puede ser un buen momento para lograr que todos los pueblos de España sintamos, no ya el patriotismo elemental con que nos tira la tierra, sino el patriotismo de lo trascendental, el patriotismo de la gran España.
Centrándonos en el problema de qué es la raza, vemos que el vocablo RAZA tiene diferentes usos. Según la biología, hay un género, el humano, varias razas (blanca, negra , amarilla...) más subespecies ( blanca celta , blanca eslava , blanca judía...) lo que , sin dejar de ser cierto , se opone a otros principios no menos ciertos, como el que dice: sólo hay una raza, la raza de los hijos de Dios, como dice san Pablo, “ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 28) y sólo en tal creencia se fundamenta que personas tan dispares celebremos el Día de la raza.
Aquí yo me pregunto, si trascendemos los valores materiales y buscamos en la persona su componente espiritual e intelectivo ¿no encontraremos elementos como la lengua, la cultura, la religión, el folklore... que son, en sí y por sí, más importantes que el color de la piel o el RH sanguíneo? Respondiendo a esto, podrá comprenderse que nuestros hermanos de Hispanoamérica celebren el doce de octubre el Día de la raza. Pero luego surge otro interrogante ¿Por qué a los españoles nos apura llamarlo así?
Quizá sea una explicación el que no tengan una conciencia histórica clara, o la poca que se tiene suele ser la que se nos quiere imponer desde fuera, quizá, para matar el espíritu y cortar las alas que cantaba Rubén Darío al decir “¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos / y que el alma española juzgue áptera ciega y tullida?” Sólo con esta respuesta puede explicarse que cada vez se hable menos de España y más del Estado de las Autonomías; que los españoles seamos los únicos europeos que nos creamos la “leyenda negra”; que el Gobierno de España cierre los ojos a América para tender las manos mendicantes a Unión Europea, pasando de poner picas en Flandes a soportar que nos piquen en Bruselas o Estrasburgo.
No me opongo a la enseñanza en los colegios de la segunda lengua extranjera y la regional cuando proceda y se desee, sin imposición ni chantaje; ni me opongo a que, se busque profundizar particularmente en la historia de cada tierra. Precisamente, en Navarra tenemos una gran historia que, si fuera mejor conocida, sería menos manipulable por los pelafustanes del entorno aberzale. Sin embargo, con las últimas reformas educativas, particularmente en lo concerniente a las humanidades, se ha suprimido lo que, para la formación integral de la persona aportan materias como griego, latín, arte, música, filosofía, literatura, historia…
Con estos conocimientos los jóvenes de hoy, hombres de mañana, podrían comprender mejor quiénes y qué somos, de dónde venimos, a dónde vamos y hacia dónde deberíamos ir. Así se comprendería también el verdadero valor de que al Doce de octubre se le llame Día de la raza. Así se entendería que América es para España, no sólo la anchura del mundo mejor abierta a su influencia cultural, sino uno de los mejores títulos que España puede alegar para reclamar un puesto preeminente en Europa y en el mundo. Así se entendería mejor que. España es varia y es plural pero sus pueblos varios, con sus lenguas, sus usos, sus características están unidos irrevocablemente en una unidad de destino en lo universal. Sólo así se podrá interpretar en su verdadero sentido el hecho de que Rubén Darío, nicaragüense universal de origen mestizo, titulara un poema Salutación del optimista y lo concluyera con estos versos:
Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
Latina estirpe verá la gran alba futura,
en un trueno de música gloriosa , millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente ,
Oriente augusto en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios , la actividad infinita.
Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros.
¡ Ínclitas razas ubérrimas , sangre de Hispania fecunda¡.
Un hombre de 79 años ha resultado herido grave este viernes en la localidad pacense de Castuera después de ser atropellado dentro de las instalaciones de la empresa Turrones Rey, donde ha sufrido un traumatismo craneal y una fractura del peroné.
Según informa el Centro de Urgencias y Emergencias 112, el herido ha sido trasladado hasta el Hospital de Don Benito.
En concreto, el 112 indica que en torno a las 9.28 minutos de este viernes ha recibido una llamada telefónica, que ha informado de que el anciano ha sido atropellado dentro de las instalaciones de la empresa.
Hasta el lugar de los hechos se ha trasladado una unidad medicalizada del 112, con base en Cabeza del Buey, así como una patrulla de la Policía Local.,etc.
Foto de La Plaza de España de Castuera,.
TÍTULO: MO YA, UN NOBEL ENTRE KAFKA Y GABO,.
Mo Yan hizo bueno el pronóstico. El escritor chino se adjudicó ayer el premio Nobel de Literatura 2012 y sus 930.000 euros de bolsa,.
Mo Yan hizo bueno el pronóstico. El escritor chino se adjudicó ayer el premio Nobel de Literatura 2012 y sus 930.000 euros de 'bolsa'. Se le premió «por conjugar el realismo alucinatorio, leyendas, historias y elementos contemporáneos». Lo hace en una obra original, variada e intensa que constituye un rico friso de la China profunda, su evolución y sus desafíos a lo largo del siglo XX y en la que destaca 'Sorgo rojo', su novela más popular. Para los académicos suecos la narrativa de Mo Yan muestra «una complejidad que evoca a William Faulkner y Gabriel García Márquez» a pesar de su anclajes «en la antigua literatura china y en la tradición oral». Presentado a menudo como 'el Kafka chino', él mismo reconoce su deuda con estos narradores y se autodenomina «hijo de Faulker de Tólstoi».
Yan se confirma con el Nobel como uno de los grandes maestros de la narrativa contemporánea. Se impuso a candidatos eternos, como el japonés Haruki Murakami, la canadiense Alice Munro y el estadounidense Phillip Roth. Tremendamente popular en China, tiene en su poder el premio de los escritores chinos y todos los grandes galardones oficiales de su país. Otro excepcional Nobel asiático, el japonés Kenzaburo Oé, había advertido que «si pudiera escoger al próximo Premio Nobel, sería Mo Yan». Es el segundo galardón de la Academia sueca para la literatura del gigantesco país asiático después de que el franco-chino Gao Xingjiang lo obtuviera en 2000.
Campesino
Hijo de campesinos, nacido en 1955 en Gaomi, al noreste de China, Mo Yan es uno de los autores más leídos y respetados en su país. A salvo del rigor del régimen chino, a pesar de las aceradas críticas que encierran sus narraciones, alterna tragedias épicas e insondables y con un vitriólico sentido del humor, una delicada sensualidad y una sátira mordaz. Su afán por no llevar sus críticas más allá de sus libros y la tibieza de sus escasas declaraciones públicas le han señalado a veces como colaboracionista con el régimen comunista.
Su verdadero nombre es Guan Moye y su seudónimo Mo Yan significa 'El que no quiere hablar'. Agricultor y obrero durante la revolución cultural, obligado a dejar la escuela con 12 años, se sumó a mediados de los setenta a las filas del Ejército Popular de Liberación. En esa época comenzó a estudiar literatura y a publicar sus primeros relatos.
Traducido a todas las grandes lenguas, su primer éxito llegó en 1986 con la novela corta 'El rábano de cristal'. Se dio a conocer en Occidente con 'Sorgo rojo', narración de 1987 adaptada al cine por el director Zhang Yimou que mereció el Oso de Oro en Berlín en 1988. En cinco historias que se entremezclan, recorre los acontecimientos más trágicos de China a lo largo del siglo XX, de la ocupación japonesa a la explotación del campesinado. Con la misma truculencia y alucinante intensidad, Yan es capaz de narrar una escena de sexo o un suplicio, de recrear los estragos de una guerra o un desbocado festín, por lo que ha sido también comparado con Rabelais. «Junto a escenas grotescas, puede evocar el delicado perfume de un loto», dice su traductora francesa, Chantal Chen Andro.
La obra de Mo Yan está bien editada en España por el sello Kailas. La media docena de títulos del narrador chino de su catálogo incluyen sus grandes novelas. Publicó en 2008 'Las baladas del ajo', gran retrato de la China rural elogiado ayer por la Academia sueca. En 'Grandes pechos, amplias caderas' (2007), prohibida en su país hasta que Yan se vio obligado a autocriticarla, repasa la historia reciente de la China del siglo XX desde la experiencia de una heroica mujer.
El Nobel le consagra como un indiscutible maestro de la literatura universal, capaz de sorprender con cada nueva novela y mantener su desafío literario a la clase dirigente de su país. No haber sufrido cárcel ni el acoso habitual en disidentes y artista no afectos y el hecho de plegarse a las exigencia de autocrítica y aceptar premios oficiales ha empañado su perfil de presunto disidente. Y eso que la literatura de Yan no elude los temas más polémicos y escabrosos y se atreve con damas como la dictatorial política de planificación familiar en China que condena y satiriza en 'Rana', su última novela,.
No hay comentarios:
Publicar un comentario