Océano de sol, por ti alcé la voz.
Sin " dónde " ni con " quién ", sin " luego " ni "también ".
Buceo en la razón, estrella de carbón.
Dejé en la orilla un hola y un adiós.
Quiero tener tu edad: madura juventud.
Hoy cerca del hogar, ayer a un año-luz.
Era un planeta azul, éranse Norte y Sur.
Tan cierto, tan veloz como el azar.
PUEDO RECORDAR SUEÑOS DE UN MILLÓN DE AÑOS ATRÁS.
SOY GUARDIÁN DEL FUEGO ORIGINAL, NO ME OLVIDO DE QUE SOY ANIMAL.
HISTORIA UNIVERSAL, DIME CÓMO ERA EL MUNDO AL EMPEZAR.
YO PARTÍ HACE MUCHO TIEMPO YA, SOY EL FRUTO DE LA RELATIVIDAD
Océano de Sol, me entrego a tu fulgor.
Profunda creación, nadé sin condición.
Desde el vacío pude ver mejor
PUEDO RECORDAR SUEÑOS DE UN MILLÓN DE AÑOS ATRÁS.
SOY GUARDIÁN DEL FUEGO ORIGINAL, NO ME OLVIDO DE QUE SOY ANIMAL.
HISTORIA UNIVERSAL, DIME CÓMO ERA EL MUNDO AL EMPEZAR.
YO PARTÍ BUSCANDO VECINDAD, LA PACIENCIA FUE MI GRAN RIVAL.
TÍTULO: TE NECESITO:
Oh, cómo quieres que me aclare
Si aún soy demasiado joven
Para entender lo que siento
Pero no para jurarle al mismísimo ángel negro
Que si rompe la distancia que ahora mismo nos separa
Volveré para adorarle, le daría hasta mi alma
Si trajera tu presencia a esta noche que no acaba
Te necesito como a la luz del sol
En este invierno frío
Pa' darme tu calor
Como quieres que te olvide
Si tu nombre está en el aire
Y sopla entre mis recuerdos
Si ya sé que no eres libre,
v Si ya sé que yo no debo
Retenerte en mi memoria
Así es como yo contemplo
Mi tormenta de tormento,
Así es como yo te quiero
Te necesito como a la luz del sol
En este invierno frío
Pa' darme tu calor
Te necesito como a la luz del sol
Tus ojos el abismo
Donde muere mi razón
Oh, cómo quieres que me aclare
Oh, amor, cómo quieres que te olvide
Te necesito como a luz del sol
En este invierno frío
Pa' darme tu calor
Te necesito como a luz del sol
Tus ojos el abismo
Donde muere mi razón.
TÍTULO: LOS MALOS TRATOS DEL HOMBRE A LA MUJER O AL REVES.
VIOLENCIA DE GÉNERO (MASCULINO Y FEMENINO)
Es noticia frecuente la
violencia ejercida por el varón sobre su pareja, resultante del
matrimonio de la unión de hecho, cuyos malos tratos finalizan muchas
veces en la muerte de la víctima a manos de su agresor. En los últimos
cinco años 335 mujeres perdieron la vida, sin contar los miles de casos
de malos tratos, que se denuncian o no, año tras año.
Pero aunque la abrumadora mayoría de estos malos tratos se registra en contra de las mujeres es los cierto que también, en ese mismo plazo al que nos referimos, se han dado 32 casos de hombres que han perdido la vida a manos de sus parejas; como también se producen muchas más situaciones de maltrato doméstico por parte de las mujeres sobre los hombres, que son menos conocidas, porque la mayoría no se denuncia, ya que efectivamente para un hombre resulta más humillantes que para una mujer, reconocer que es objeto de malos tratos por su pareja, y mucho más admitir que convive con el temor de esas amenazas o violencias. Y ello sin contar las mil pequeñas formas en que la mujer, sin utilización de la violencia, somete al marido a otro tipo de castigos.
Me cuenta el abogado Liaño Flores de algún caso que le fue consultado, en el que la situación del hombre era de auténtico miedo, y que pese a todo, y a la angustia que le invadía, no se atrevía a presentar la denuncia que le aconsejaba dicho letrado, por el temor a las consecuencias que le podía originar la reacción de su esposa. Es injusto, que al margen de los malos tratos o la violencia material ejercida sobre el hombre por la mujer, las amenazas constituyan una discriminación legislativa, porque sólo son delito si quien las profiere es el hombre contra su pareja, pero no al revés; y porque si el consultante fuera mujer, estaría a salvo en una casa de acogida y no se encontraría tan desamparado, e incluso podría acudir a la vía judicial sin el riesgo para su vida. Me refiere, también dicho letrado que tras la Ley contra la Violencia de Género se pena más la agresión del hombre a la mujer, que la de la mujer al hombre.
Y acaso no esté de más recordar, aquí y ahora, que la Ley es igual para todos. Cuando menos, en teoría.
Pero aunque la abrumadora mayoría de estos malos tratos se registra en contra de las mujeres es los cierto que también, en ese mismo plazo al que nos referimos, se han dado 32 casos de hombres que han perdido la vida a manos de sus parejas; como también se producen muchas más situaciones de maltrato doméstico por parte de las mujeres sobre los hombres, que son menos conocidas, porque la mayoría no se denuncia, ya que efectivamente para un hombre resulta más humillantes que para una mujer, reconocer que es objeto de malos tratos por su pareja, y mucho más admitir que convive con el temor de esas amenazas o violencias. Y ello sin contar las mil pequeñas formas en que la mujer, sin utilización de la violencia, somete al marido a otro tipo de castigos.
Me cuenta el abogado Liaño Flores de algún caso que le fue consultado, en el que la situación del hombre era de auténtico miedo, y que pese a todo, y a la angustia que le invadía, no se atrevía a presentar la denuncia que le aconsejaba dicho letrado, por el temor a las consecuencias que le podía originar la reacción de su esposa. Es injusto, que al margen de los malos tratos o la violencia material ejercida sobre el hombre por la mujer, las amenazas constituyan una discriminación legislativa, porque sólo son delito si quien las profiere es el hombre contra su pareja, pero no al revés; y porque si el consultante fuera mujer, estaría a salvo en una casa de acogida y no se encontraría tan desamparado, e incluso podría acudir a la vía judicial sin el riesgo para su vida. Me refiere, también dicho letrado que tras la Ley contra la Violencia de Género se pena más la agresión del hombre a la mujer, que la de la mujer al hombre.
Y acaso no esté de más recordar, aquí y ahora, que la Ley es igual para todos. Cuando menos, en teoría.
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