TÍTULO; FÚTBOL,.
Dudas españolas en Helsinki
Del Bosque admite que las bajas le crean varios interrogantes para la 'final' de hoy ante Finlandia
FINLANDIA -0 -ESPAÑA-2-
Casi medio año después de ese gol de Pedro que derrotó a la
orgullosa Francia en Saint-Denis y devolvió a España el liderato, la
selección retoma el camino hacia el Mundial de Brasil con una visita a
Finlandia que en condiciones normales no debería suponer mayor
obstáculo. Pero 'La Roja' no fue capaz de imponerse en sus dos
desplazamientos a Helsinki, el último hace solo seis años con Luis
Aragonés, y ahora se presenta con poco rodaje, dudas en todas las líneas
del equipo y perjudicada por las sensibles bajas de Busquets y Xabi
Alonso, fijos en el eje del centro del campo.
Los futbolistas aseguran estar metidos de lleno en este
duelo desde agosto, pero la cita apenas ha generado expectación. Apenas
habría noticias si no fuera por el morbo de saber si Casillas perderá
también el puesto en la selección, extremo que todavía está por ver
aunque los rumores e indicios apunten a Víctor Valdés como titular. La
selección se ve eclipsada por la elección de los Juegos Olímpicos de
2020, los ecos de las tres primeras jornadas de Liga y el sonado fichaje
de Gareth Bale.
Hay cierto resquemor en los españoles y deseo de revancha.
El grave tropiezo ante los nórdicos en El Molinón hizo mella. Ese gol de
Pukki, reciente fichaje del Celtic, a solo 12 minutos del final, forzó
un empate hiriente. Luego llegó la postrera diana del francés Giraud en
el Calderón que certificó otra igualada inesperada y obligó a esa
machada en la periferia de París. A falta de tres jornadas, España
aventaja en un punto a los galos. Si vence en Finlandia, el camino
quedaría expedito, pendiente solo de recibir a las flojas Bielorrusia
(Palma de Mallorca) y Georgia (Albacete).
Varios experimentos
«Tengo varias dudas», confesó Del Bosque ayer. Tantas que
ha probado incluso por si acaso con Koke en el lateral derecho y es muy
probable que recurra a Mario Suárez como pivote defensivo. Una solución
experimental, ya que el rojiblanco solo participó con la absoluta en un
bolo ante Uruguay, celebrado en Doha (Catar). Cumple a la perfección en
el Atlético, pero el perfil musculoso que propone el 'Cholo' Simeone no
se asemeja en nada al bello estilo que adorna a la selección.
«Pese a las bajas, no caben excusas ni dramatizar», subraya
Del Bosque. El técnico ha insistido a sus jugadores en que ese partido
de Gijón es un referente. El ejemplo perfecto de un partido que domina
España de inicio a fin ante un rival que por temor cambia su identidad,
se encierra en su terreno, se limita a defender y te acaba
sorprendiendo. Si se escucha a Xavi, se concluye que la lección está
aprendida y asimilada. «Nos regalarán el balón y buscarán el contragolpe
y explotar las acciones a balón parado. Debemos extremar la vigilancia
defensiva, hacer circulaciones rápidas y tener acierto en ataque»,
expuso al cerebro catalán, lejos de su mejor momento en este arranque de
temporada. La clave, a su juicio, es que «el balón se mueva
rapidísimo». Del Bosque está inquieto por los problemas recurrentes para
contrarrestar el juego aéreo.
Advierte, preocupado, falta de especialistas españoles por
la llegada de foráneos a la Liga. Iñigo Martínez también se lesionó y
tuvo que recurrir a Nacho, canterano del Madrid. «Es verdad que hay
muchos extranjeros en esa posición en España y hemos optado por una
solución de la sub-21, un futbolista polivalente. Finlandia tiene
peligro por arriba y nosotros no somos excesivamente fuertes en cabeza»,
avisó. En su opinión, el éxito pasa por «tener paciencia y energía»
ante un rival «bien ordenado y organizado que pondrá dificultades como
en Gijón».
Los finlandeses apelan al factor sorpresa para lograr un
resultado que les permita seguir soñando con la repesca. Una derrota
contra España les dejaría matemáticamente sin opciones de quedar
segundos de grupo, si Francia cumple los pronósticos y vence a Georgia
en Tiblisi.
TÍTULO; Morata golea con la sub 21-Austria-2- ESPAÑA-21-6-,.
La selección española sub 21 comenzó ayer de forma prometedora la fase de clasificación para el Europeo de 2015 al imponerse por 2-6 a Austria en un partido donde Julen Lopetegui empezó a dibujar el que será el relevo generacional y en el que el madridista Álvaro Morata se destapó con cuatro goles,.
TÍTULO; AL RITMO DE MALJKOVIC,. ESLOVENIA-78- ESPAÑA-69-.BALONCESTO,.
Al ritmo de Maljkovic,.
España perdió ante una
hipermotivada Eslovenia en un partido en el que no encontró la
regularidad y falló en defensa en una floja segunda parte,.
Hubo un tiempo en el que Bozidar Maljkovic era capaz de
manejar a su antojo el baloncesto europeo y de imponer a los demás la
forma jugar que más convenía a sus equipos. Lo hizo primero con el
estilo vivo, vibrante y repleto de talento de la Jugoplastika Split de
Kukoc, Radja, Tabak o Savic, en la que apostaba por potenciar la calidad
y castigar al rival con una ofensiva de múltiples variantes, no carente
de orden. Y cambió radicalmente el modelo poco después, cuando hizo
campeón continental a un Limoges con escaso talento pero una fe
inquebrantable en su entrenador, que basaba su éxito en arrastrar a la
desesperación a su adversario mediante múltiples trampas y una defensa
repleta de afiladas aristas, generar marcadores inferiores a los 60
puntos y fiar la suerte anotadora al genio del estadounidense Michael
Young. Durante un tiempo, todos se apuntaron al efectivo feísmo de
'Boza'.
Con Eslovenia, que busca su primera medalla en un
campeonato, el veterano técnico ha pretendido crear un híbrido entre los
croatas y los franceses, intentando correr hacia el aro contrario de la
mano del base de los Suns Dragic pero alargando las posesiones en el
juego estático para obtener un tanteo corto que le permita ser
competitivo con las grandes selecciones. Y en Europa, mientras no se
demuestre lo contrario, España es la más grande.
Ante 'La Roja', en un Celje Arena repleto, eufórico y
volcado en animar a su equipo nacional, Maljkovic se esmeró en
transmitir a sus pupilos la necesidad de gobernar el tiempo del partido,
apurar la cuenta de 24 segundos y controlar las pulsaciones al máximo
para frenar el ritmo frenético que es capaz de imprimir el equipo
español, con contraataques vertiginosos y transiciones veloces
finalizadas eficazmente en superioridad. Además, trató de ensuciar el
juego de Marc Gasol con defensas duras, ayudas, y cargas constantes
contra el pívot catalán en cada rebote.
Pero hasta en esas circunstancias los bicampeones se mueven
bien. Ya lo advirtió Juan Antonio Orenga instantes antes del choque más
importante de la primera fase, ya que la victoria contará probablemente
para la segunda ronda, que sus hombres están acostumbrados a este tipo
de ambientes hostiles y se sienten cómodos en ellos. De hecho, ya es una
tradición que España se enfrente a los anfitriones en los últimos
torneos.
No fue sin embargo un choque como el de Croacia en el
estreno y no mostró una imagen de equipo sólido, sin alardes. La
selección estuvo aguerrida en defensa en la primera mitad, pero no en la
segunda parte, cuando recibió un parcial de 53-36, y le faltó
efectividad y cierta claridad en ataque, pese a estar nuevamente
liderada por el '13'.
Lo de Marc -17 puntos y siete rebotes- es digno de
admiración. Recibió golpes, agarrones y mandobles que sacarían de quicio
a cualquiera. Ni una mala cara. Se dedicó a dar la réplica mostrándose
como el más dominante sobre la cancha. Infranqueable atrás, resolutivo
en campo contrario. El mayor problema de tener a un jugador tan especial
es la dependencia que genera. Apenas descansó y cuando lo hizo sus
compañeros lo notaron. Solo estuvo acompañado esta vez por Calderón (14
puntos), en su nuevo papel de sustituto de Juan Carlos Navarro.
Pese a que España dominó la primera mitad, aunque con
distancias que no se fueron más allá de los ocho puntos, Maljkovic logró
que el partido se moviera según sus previsiones. En un ambiente espeso,
de tirones y poco ritmo, el entrenador local sabía que Eslovenia iba a
tener su oportunidad. Y, poco antes del final del tercer cuarto, el
exmadridista Begic puso por delante a su equipo.
A partir de ahí, cada canasta se convirtió en un
sufrimiento y un triunfo, pero los eslovenos contaron con el extra de
motivación externa que no tenía España. Ese extra que suelta muñecas a
unos y encoge el brazo a otros. En los dos últimos minutos, los
eslovenos disfrutaron de la gloria mientras los españoles se entregaban.
Para ellos significaba un triunfo histórico (el segundo en catorce
partidos ante 'La Roja'), para los de Orenga, una derrota que no lleva a
nada y ya habitual antes de encarar la fase decisiva, cuando se juegan
las medallas, aquella en la que España no falla.
Hubo un tiempo en el que Bozidar Maljkovic era capaz de
manejar a su antojo el baloncesto europeo y de imponer a los demás la
forma jugar que más convenía a sus equipos. Lo hizo primero con el
estilo vivo, vibrante y repleto de talento de la Jugoplastika Split de
Kukoc, Radja, Tabak o Savic, en la que apostaba por potenciar la calidad
y castigar al rival con una ofensiva de múltiples variantes, no carente
de orden. Y cambió radicalmente el modelo poco después, cuando hizo
campeón continental a un Limoges con escaso talento pero una fe
inquebrantable en su entrenador, que basaba su éxito en arrastrar a la
desesperación a su adversario mediante múltiples trampas y una defensa
repleta de afiladas aristas, generar marcadores inferiores a los 60
puntos y fiar la suerte anotadora al genio del estadounidense Michael
Young. Durante un tiempo, todos se apuntaron al efectivo feísmo de
'Boza'.
Con Eslovenia, que busca su primera medalla en un
campeonato, el veterano técnico ha pretendido crear un híbrido entre los
croatas y los franceses, intentando correr hacia el aro contrario de la
mano del base de los Suns Dragic pero alargando las posesiones en el
juego estático para obtener un tanteo corto que le permita ser
competitivo con las grandes selecciones. Y en Europa, mientras no se
demuestre lo contrario, España es la más grande.
Ante 'La Roja', en un Celje Arena repleto, eufórico y
volcado en animar a su equipo nacional, Maljkovic se esmeró en
transmitir a sus pupilos la necesidad de gobernar el tiempo del partido,
apurar la cuenta de 24 segundos y controlar las pulsaciones al máximo
para frenar el ritmo frenético que es capaz de imprimir el equipo
español, con contraataques vertiginosos y transiciones veloces
finalizadas eficazmente en superioridad. Además, trató de ensuciar el
juego de Marc Gasol con defensas duras, ayudas, y cargas constantes
contra el pívot catalán en cada rebote.
Pero hasta en esas circunstancias los bicampeones se mueven
bien. Ya lo advirtió Juan Antonio Orenga instantes antes del choque más
importante de la primera fase, ya que la victoria contará probablemente
para la segunda ronda, que sus hombres están acostumbrados a este tipo
de ambientes hostiles y se sienten cómodos en ellos. De hecho, ya es una
tradición que España se enfrente a los anfitriones en los últimos
torneos.
No fue sin embargo un choque como el de Croacia en el
estreno y no mostró una imagen de equipo sólido, sin alardes. La
selección estuvo aguerrida en defensa en la primera mitad, pero no en la
segunda parte, cuando recibió un parcial de 53-36, y le faltó
efectividad y cierta claridad en ataque, pese a estar nuevamente
liderada por el '13'.
Lo de Marc -17 puntos y siete rebotes- es digno de
admiración. Recibió golpes, agarrones y mandobles que sacarían de quicio
a cualquiera. Ni una mala cara. Se dedicó a dar la réplica mostrándose
como el más dominante sobre la cancha. Infranqueable atrás, resolutivo
en campo contrario. El mayor problema de tener a un jugador tan especial
es la dependencia que genera. Apenas descansó y cuando lo hizo sus
compañeros lo notaron. Solo estuvo acompañado esta vez por Calderón (14
puntos), en su nuevo papel de sustituto de Juan Carlos Navarro.
Pese a que España dominó la primera mitad, aunque con
distancias que no se fueron más allá de los ocho puntos, Maljkovic logró
que el partido se moviera según sus previsiones. En un ambiente espeso,
de tirones y poco ritmo, el entrenador local sabía que Eslovenia iba a
tener su oportunidad. Y, poco antes del final del tercer cuarto, el
exmadridista Begic puso por delante a su equipo.
A partir de ahí, cada canasta se convirtió en un
sufrimiento y un triunfo, pero los eslovenos contaron con el extra de
motivación externa que no tenía España. Ese extra que suelta muñecas a
unos y encoge el brazo a otros. En los dos últimos minutos, los
eslovenos disfrutaron de la gloria mientras los españoles se entregaban.
Para ellos significaba un triunfo histórico (el segundo en catorce
partidos ante 'La Roja'), para los de Orenga, una derrota que no lleva a
nada y ya habitual antes de encarar la fase decisiva, cuando se juegan
las medallas, aquella en la que España no falla.
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