TÍTULO; VILLA REGRESA AL ROJIBLANCO,.
Villa regresa al rojiblanco
Hace tiempo que el Vicente Calderón no se viste de rojiblanco. Cuesta percatarse de que el estadio acoge a un equipo con esos colores si .
Hace tiempo que el Vicente Calderón no se viste de
rojiblanco. Cuesta percatarse de que el estadio acoge a un equipo con
esos colores si uno no se acerca y se fija en los detalles. La otra
opción bordear orilla del Manzanares en un día de partido y observar las
riadas de aficionados vestidos con la camiseta del equipo. Por eso,
destaca que David Villa haya logrado recuperar los colores rojiblancos
una calurosa tarde de julio. Más de 20.000 espectadores recibieron al
nuevo delantero del vigente campeón de Copa en un recibimiento
impregnado de alegría para el máximo goleador de la selección española
que terminó en allanamiento del césped del Vicente Calderón.
Villa, por supuesto, se sintió a gusto con el rojiblanco.
Con esos colores debutó en Segunda División y abrió el camino para
triunfar en su carrera deportiva. El asturiano reconoció en su puesta de
largo ante los aficionados que le convenció “en solo tres días”. “En
principio tenía unas ideas puestas en la ‘Premier League’, pero llegó un
momento en que apareció el Atlético de Madrid. Ha quedado tercero en la
Liga, ha peleado hasta última hora con el Real Madrid, ha luchado por
títulos y así no era difícil convencer a Villa o a ningún jugador del
mundo”, explicó el ariete que considera ahora –en público- al Atlético
de Madrid “el mejor club del mundo”.
Villa tendrá el ‘9’ sobre la rojiblanca porque el ‘7’ es de
Adrián. Pero también será el número que ocupe en la estrategia de
Simeone. “Lo que hemos podido hablar es para que juegue en la posición
de nueve, el hueco vacante que ocupaba Falcao, pero iré dónde sea más
útil siempre ha sido mi actitud durante toda mi carrera”, señaló el
Guaje.
Pero la fuerza de Villa suma algo más que lo futbolístico
porque es el tercer hito de ilusión en los últimos años. Desde el calor
de la “fanaticada” a Falcao o la irrupción de Simeone en un frío
diciembre, el aficionado rojiblanco no se había desplazado al Vicente
Calderón con el deseo de recibir a un ídolo que incluso arrancó los
aplausos de los directivos del equipo madrileño. No había muchos
seguidores con la camiseta de Villa en Atlético de Madrid aunque sí
varios con la de la selección española. También se apuntaron en la grada
la fusión de la bandera asturiana con la rojiblanca, pero todavía la
sección de venta del Atlético de Madrid no cuenta con el Guaje entre sus
éxitos al mirar a las gradas.
“Me voy a dejar la vida por el escudo y por esta camiseta”
fue la promesa que más apoyos arrancó entre los aficionados junto al
clásico “¡Aúpa Atleti!”. Después escuchó el que proyectan los
colchoneros como su grito de guerra: “¡Illa, illa, illa, Villa
maravilla”, un dardo al rival ciudadano que corea similares cánticos al
desaparecido Juanito. Pero Villa no lanzó ningún recado al Real Madrid.
Ni al Barça. “He salido del Barcelona porque no jugaba lo que deseaba y
aunque no hubiera mundial ni estuviera en la selección lo habría hecho”,
descubrió el delantero en su presentación.
Invasión del campo
Después, los aficionados saltaron con cuentagotas en busca
de un souvenir del jugador, un recuerdo o un acercamiento al ídolo para
guardarse una anécdota. Ante la simpatía general de la grada, la jarana y
el escaso número de efectivos de seguridad se multiplicaron los jóvenes
sobre el césped hasta que Villa debió escapar escoltado por la policía
para evitar daños por el exceso de cariño colchonero. No obstante, la
invasión de campo no se frenó: los jóvenes saltaron al verde y posaron
junto a los banquillos y cámaras mientras la seguridad se desbordó. La
situación resultó tan llamativa que hasta el presidente del Atlético de
Madrid, Enrique Cerezo, desenfundó su móvil para fotografiar la invasión
del Vicente Calderón que desde hacía tiempo no había observado.
Mientras, en el vestuario Villa respiró tranquilo. Con su
nuevo uniforme, el que le recuerda el Sporting. Vuelve a ser rojiblanco.
Lo disfrutan él y sus nuevos seguidores. Y sus hijas le acompañaron.
Aunque visten como su padre, lo que les importa es portar ‘Papi’ sobre
su espalda.
TÍTULO; CUANDO QUISE DARME CUENTA ESTABA ATRAPADO Y SOLO PENSABA EN ESCAPAR,José María González Herido en el encierro del pasado sábado en Pamplona, CASTUERA,
«Cuando quise darme cuenta estaba atrapado y solo pensaba en escapar»
Las
imágenes aún permanecen en la retina de los aficionados. Un enorme
tapón formado por decenas de personas impedía la entrada de ...
Las imágenes aún permanecen en la retina de los aficionados.
Un enorme 'tapón' formado por decenas de personas impedía la entrada de
mozos y morlacos a la plaza de toros de Pamplona durante el encierro de
los sanfermines del pasado sábado. Se vivieron momentos de angustia.
Más de una veintena de personas tuvieron que ser atendidas por diversas
heridas. Entre ellas, José María González Castillo, natural de Castuera y
de 21 años de edad, conocido cariñosamente como el 'Chato', un apodo
familiar.
A pesar de no revestir gravedad ninguna de sus lesiones,
pasó por uno de los momentos más angustiosos de su vida pero reconoce
que no dudaría en repetirlo, pues como gran aficionado al mundo taurino
disfrutó en estas fiestas «como nunca lo había hecho».
Recuperado casi totalmente de las heridas, a su llegada a
Castuera ha sido arropado por decenas de vecinos que no han dudado en
preguntarle por su experiencia o su estado de salud, e incluso hay quien
le ha vitoreado a grito de 'torero, torero'. Ahora comparte con HOY sus
impresiones acerca del suceso.
-¿Por qué decidió ir a los sanfermines?
-Tenía muchas ganas de ir desde hacía tiempo. Llevo más de
15 años viéndolo en televisión, así que se presentó la oportunidad y
pude convencer a mi novia, Virginia, para verlo en directo. Soy un gran
aficionado al mundo taurino desde pequeño y ha sido una experiencia
impresionante, la gente necesitaría vivirlo para comprenderlo, pues es
difícil de explicar.
-¿Qué tramos recorrió?
-Participé en cinco encierros, desde el martes hasta el
sábado. El día del percance recorrí la mitad de la calle Estafeta, pasé
por la esquina del edificio de Telefónica e hice la entrada al callejón.
Lo curioso es que la policía me permitió pasar la barrera y correr por
apenas cinco minutos, pues llegué algo justo de tiempo. A pesar de lo
que pasó, el encierro del sábado fue el que más me gustó por la gran
cantidad de gente que había.
-¿Qué le pareció el ambiente de las fiestas?
-Increíble, no se podía ni andar de tantas personas que
había. Mucho espíritu de fiesta, buen humor y buen ambiente en general,
aunque a veces las aglomeraciones y el descuido de la gente suponen un
peligro para los corredores. Hay que ser precavido con los que no se
toman en serio los encierros y no son conscientes del riesgo que corren.
De todos modos, fue muy agradable y disfruté mucho.
-¿Cómo vivió lo acontecido el sábado?
-El problema fue que se cerró una de las puertas de acceso a
la plaza. La gente que llegó en primer lugar formó un tapón al no poder
acceder al interior mientras más gente se iba aglomerando. Al llegar
nuestro grupo, con los toros a apenas ocho metros de distancia, no
pudimos hacer nada. Cuando quise darme cuenta estaba atrapado y solo
pensaba en escapar. Uno de los toros llegó a embestirme, aunque tuve
suerte por no ser alcanzado por ninguna de las astas. Perdí las
zapatillas y los pantalones y sin saber bien cómo pude escapar y subir
por el burladero con ayuda de algunas personas que estaban allí.
-¿Qué sintió durante el incidente el pasado sábado?
-Muchísimo miedo y dolor, pues uno de los hombros se me
dislocó y apenas podía moverlo, y en cuanto pude bajar fui atendido
rápidamente por los servicios médicos, que me trasladaron en camilla
hasta el hospital. Justo antes tuve la tremenda suerte de encontrar mis
zapatillas entre cientos de pares, aunque el pantalón no lo encontré.
Tres horas en el hospital
-¿Cómo fue la atención médica?
-Algo lenta. Estuve más de tres horas esperando en el
hospital debido a la gran cantidad de heridos que hubo ese día, 23 si no
me equivoco. Después fui examinado por los doctores y esa misma tarde
me dieron el alta, ya que no tenía ninguna lesión grave. Solamente
algunas contracturas en el cuello y contusiones en los hombros y las
piernas. Estoy prácticamente recuperado y no he necesitado guardar
reposo, solo tomar algunas pastillas para el dolor.
-¿Cree que lo que sucedió se podría haber evitado?
-Tal vez con algo más de atención en la puerta que se
cerró, que debía estar fijada de algún modo. De todas formas es difícil
evitar este tipo de contratiempos, son imprevisibles.
-¿Repetiría la experiencia?
-Sin ninguna duda. A pesar del susto, volvería mil veces,
aunque, eso sí, con mucho respeto. En general puedo decir que disfruté
muchísimo y fue una experiencia increíble, difícil de igualar.
-¿Cómo ha sido la vuelta a su pueblo, Castuera?
-Me han recibido casi como a un héroe. Me han llamado de
diferentes emisoras de radio y de varios periódicos, y la gente se ha
preocupado por saber si estoy bien. Además he conseguido muchos
seguidores en Twitter, desde donde he ido informando de todo (ríe).
No hay comentarios:
Publicar un comentario