«De niña acampaba con mi madre»
La
Sierra de Gredos ha sido tomada por Sonia Ferrer (Barcelona, 1977) y
los once famosos que están en Campamento de verano (Telecinco).
La Sierra de Gredos ha sido tomada por Sonia Ferrer
(Barcelona, 1977) y los once famosos que están en 'Campamento de verano'
(Telecinco). Tras zambullirse en '¡Mira quién salta!', Ferrer regresa a
la televisión para controlar este 'reality' en pleno revuelo por su
separación de Marco Vricella y su actual relación con Álvaro Muñoz
Escassi, con quien coincidió en el concurso de trampolines.
- Los exploradores tienen un perfil de lo más variopinto.
- Sí, pero es un buen casting. Creo que van a dar mucho juego. Ya han empezado a dar buenos ratos, a hacernos disfrutar y reír.
- Lucía Etxebarria ha dado la sorpresa del programa.
- Sí, sorpresa para todos. No nos lo esperábamos. En un
principio pensé que le costaría adaptarse, pero la veo integradísima con
sus compañeros y encantada. El jueves, en la nominación, estaba
nerviosísima porque no se quería ir, se lo está pasado muy bien.
- Sus compañeros no sabían quien era. ¿Usted la reconoció?
- Pues claro (risas). A Esteban tuve que echarle una
pequeña reprimenda para que fuera respetuoso y se aprendiera por lo
menos su nombre. Llamarla 'la mujer de los perros' me parecía una falta
de respeto tremenda.
- ¿Conseguirán imponer una disciplina férrea?
- Sí, pero no lo pasarán mal. Están todo el día comiendo,
de hecho creo que van a volver más gorditos de lo que llegaron. Tampoco
están teniendo unas actividades que les lleven al límite físico. Hay una
disciplina que tienen que cumplir porque es un campamento. Pero también
disfrutan de sus momentos de ocio y de diversión.
- El tribunal (Kiko Hernández, Jimmy Giménez-Arnau y Belén Rodríguez) muestra mano dura con los concursantes.
- Hay que tenerla porque los exploradores pueden
descontrolarse un poquito. También es su función y los concursantes
deben acatar sus órdenes. No podemos permitir que un concursante, que
conoce las normas y además gana un dinero por está aquí, diga: 'no me da
la gana'. Lo considero una insubordinación absurda y no se puede
permitir.
«Mi vida está expuesta»
- ¿De pequeña iba de acampada?
- ¡Y hasta hace pocos años! De hecho, en mis primeros años
de 'Gente', todos los fines de semana me iba de acampada libre. El
problema es que ya no se permite y para mí perdió la gracia. De pequeña,
mi madre me cogía los viernes y nos íbamos a la montaña. Soy muy de
campo, siempre me ha gustado mucho.
- Firmó la paz con Mónica Pont, con quien tenía rencillas desde '¡Mira quién salta!'.
- Por mi parte nunca hubo guerra. El martes ella interpretó mal un comentario y se lo expliqué.
- Cuando supo que Mónica iba al campamento. ¿Cómo reaccionó?
- Totalmente normal. Tanta gente ha hablado y opinado de mi
vida, incluso faltándome al respeto, que te aseguro que cualquier cosa
que haya dicho Mónica no me ha afectado ni lo más mínimo. Cuando me
enteré de que estaba en el concurso me pareció fenomenal.
- ¿Se arrepiente de su paso por '¡Mira quién salta!'?
- No me arrepiento. Es cierto que ha tenido su lado
negativo, pero también el positivo. Estoy encantada de haber pasado por
'¡Mira quién salta!'. Lo disfruté, me lo pasé muy bien y conocí a gente
que es muy importante en mi vida.
- Desde entonces oímos cosas de su divorcio, su actual pareja...
- Estoy en un momento delicado porque mi vida privada está
expuesta por motivos totalmente ajenos a mi voluntad. Hay que
enfrentarse al problema e intentar solucionarlo para que acabe lo antes
posible. En eso estoy yo.
TÍTULO;Froome para hoy, Quintana para mañana.
Froome para hoy, Quintana para mañana
El africano sella el Tour, el colombiano gana la etapa y 'Purito' saca del podio a Contador
Vale la pena subir a la cima de Semnoz. El telesilla que
sobrevuela los dos kilómetros entre la sofocante sala de prensa, que ya
huele a veintitantos días de Tour, y la última cumbre de esta edición
asciende tanto que desde arriba se puede ver todo: la bella Annecy, la
'Venecia' de los Alpes, y el Tour al completo. Es el mejor palco. Se
hace visera con la mano y se mira. Allí vienen los tres mejores, los
tres que ayer ganaron. Quintana, en el día nacional de Colombia, se
quedó con casi todo, con la etapa, con el segundo puesto en la general,
con el maillot de mejor joven y con el de la montaña. «Mi vida va
volando», dice. Tiene 23 años y en una tarde ha ganado tanto como el
mito cafetero, Lucho Herrera. Tras él aparece 'Purito' Rodríguez,
vencedor a su manera: «Ya tengo podio en las tres grandes». Ya es
tercero en el Tour, un puesto por delante de Contador, decapitado ayer,
sin fuerzas, cojo, con una rodilla machacada. Y, tercero en la cima,
aparece el vencedor total, Froome. El africano. «Ya está. Ya tengo el
maillot. Ya es mío», repite. Hoy lo será. Mañana, en 2014, se lo
disputará Quintana. Desde Semnoz se ve tanto que la vista alcanza hasta
el futuro.
La última cima de este Tour centenario es nueva. De
estreno. Y es de esas metas que una vez cruzada la raya siguen cuesta
arriba. Faltan manos para remolcar a los ciclistas. A Froome, que le ha
cedido 29 segundos a Quintana, lo rodean policías, auxiliares y prensa.
Cara de Tintín. Resopla. «Solo me he visto ganador del Tour a dos
kilómetros del final. Ha sido una sensación curiosa», relata. Desvela su
monólogo interior: «Me he dicho: 'Ya está'. Solo me quedaban cinco
minutos de sufrimiento». Sufría, se reía, disfrutaba. Dos kilómetros de
desfile triunfal mientras la victoria de etapa corría ya pegada a la
sombra de Quintana. Froome lanzó ayer un mensaje a África. Todo es
posible. Si la enfermedad que él y millones de africanos tienen, la
bilharzia, hubiera afectado al primer mundo, ya habría vacuna. África
muere en silencio. Froome ha venido al Tour para darle voz. Y para
confirmar que su equipo, el Sky, ganador el año pasado con Wiggins, ha
dado con el camino.
La cima de Semnoz es un hormiguero. Mientras las cámaras
rodean a Froome, Quintana se emociona. Saca la medalla que cuelga de su
pecho. La muestra. «Me la dio Mauricio Soler», el ciclista colombiano
que se rompió la vida en una caída durante la Vuelta a Suiza. Llora
Quintana. «Pero lloro de felicidad». No para de repartir gracias. «La
clase que tengo se la debo a Dios y a mis padres. Y todo esto es por el
trabajo del equipo». Y, sobre todo, por él. Anda por Semnoz Eusebio
Unzúe, director de Nairo en el Movistar. Tiene un tesoro. Oro negro. Lo
sabe. Cuando Valverde quedó cortado en la etapa de los abanicos, le
pidieron a Quintana, un novato, un recién llegado, que asumiera el
liderato del equipo: «Por supuesto», contestó. Seguro. «Tiene una enorme
personalidad». Lo tiene todo: «Motor y cabeza». Además, aprende.
Observa. «Es como un Ángel Arroyo, pero más calculador y más completo».
Unzúe no le quita ojo a Quintana, venga a subir al podio. El colombiano
es el porvenir: «La gente me pide que gane el Tour», dice Nairo.
Colombia revive. Le ven con el maillot de lunares y ven a Lucho Herrera.
«Creo que Quintana le superará», pronostica Unzúe.
La llegada de Contador
Desde el periscopio de Semnoz se ha visto una etapa breve,
explosiva, a cuchillo. Con una fuga trepidante, llena de ciclistas
ilustres, Voigt, el que más duró, más Rolland, Van Garderen, Riblón,
Igor Antón... Pero había demasiado en juego. El Movistar de Quintana y
el Katusha de 'Purito' querían apartar a Contador del podio. Tras
laminar a los escapados ya en las primeras rampas de Semnoz, 'Purito'
descorchó sus piernas. Froome y Quintana se subieron a su sombra. Nadie
más. Contador, que ha renunciado a disputar la próxima Vuelta, quería y
no podía. Se echó agua al cuello y se tocó la rodilla, la herida que le
dejó su coraje en el descenso de Manse, en aquella etapa de Gap. Cuarto
del Tour. Derrotado.
A Semnoz llega calcinado. Acelera tras la meta para
alejarse un rato de los periodistas y recargar aire. Para y le rodean.
Contesta. «Felicito a Quintana y 'Purito' por entrar en el podio. Han
sido mejores que yo». También habla de su rodilla: «Es lo que pasa
cuando arriesgas». Es lo que tiene ser Contador. Fiel a sí mismo, en la
victoria y en la derrota. Viene Dani Navarro, que pregunta: «¿Sigo
octavo en la general?». Él mismo responde: «Creo que sí». Casi acierta.
Es noveno, un éxito para él. Le ha pasado Valverde, el protector de
Quintana, el que aceleró a los mejores en el inicio del puerto. Hay
cuatro españoles entre los diez primeros.
Semnoz es la mejor fotografía de este Tour que ha hecho
honor a su centenario. Arriba, más arriba aún, en el podio, luce el
amarillo del primer africano que gana la Grande Boucle. Detrás de él, en
Semnoz, se ve a un colombiano que llora. Feliz porque cree que él
también será el primero, el primer sudamericano del Tour.
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