TÍTULO: NOTICIAS CASTUERA, ANTAÑO,.
Ceferino Hidalgo, de concejal falangista a candidato comunista,.
Noventa años repletos de historia y anécdotas que-foto- Ceferino comparte con los lectores de la Revista Antaño y el diario Hoy Castuera
El tiempo puede
ser voraz, cruel, rápido, a veces fugaz, pero las historias se
acunan en él y se transmiten con el devenir de su imparable marcha.
Algunas son meras anécdotas y otras merecen conocerse por su
trasfondo, por sus enseñanzas o porque, simplemente, los nietos
necesitamos prestar oídos a algunos abuelos como Ceferino para
satisfacer nuestra curiosidad y enriquecer la mente y el alma.
La historia de Ceferino Isidro Hidalgo Martínez, que a día de hoy tiene 89 años, comienza, como toda historia, por su origen. Su padre, Antonio Hidalgo Núñez - 'Antoñito el de Nemesio' - siendo muy joven emigró a Linares para trabajar en un comercio llamado Las Siete Puertas. De allí viajó a La Roda, en Albacete, donde conoció a la sobrina del comerciante para el que trabajaba, Primitiva Martínez Jiménez. Poco después viajó a Venezuela, a un pueblo que llamaban 'el Sombrero', y empezó a trabajar fabricando jabón y aguardiente de "gran calidad", vendiendo los productos al triple de lo que le costaban y amasando una pequeña fortuna, pero contrajo la malaria y volvió, "casi muerto", a España para recuperarse junto a Primitiva, con quien se casó y se trasladó a Castuera.
Fue entonces cuando Antoñito el de Nemesio montó un comercio en el lugar donde ahora se ubican la Banca Pueyo y la Relojería Nefer. "Era uno de los más populares de la localidad" y tenían todo tipo de productos, desde ferretería y droguería hasta madera o materiales de construcción.
Ceferino comenzó a trabajar en el negocio familiar desde muy joven, sacando tiempo cada tarde para aprender el oficio y dedicándose a él de forma exclusiva desde el año 36, con 13 años, edad con la que dejó la escuela. Su padre, perseguido por los fascinerosos, tuvo que huir a Valencia, dejando a su retoño al frente del comercio. Ceferino contaba con la ayuda y compañía de Juan Manuel 'el de la Prima' y José María Atalaya, empleados durante muchos años por su padre.
No tardó en asumir las responsabilidades que sobre él caían al ser el único varón de la familia y tuvo que ver cómo, en varias ocasiones, miembros del Ayuntamiento republicano entraban en el comercio para 'abastecerse' de cuanto querían y decían necesitar durante los primeros meses de la guerra.
Tres años más tarde, en el año 39 con la llegada de las tropas del Caudillo, cogieron "a los cuatro que estábamos" para enrolarlos en el ejército falangista, fuesen de izquierdas o de derechas. "Nos dieron una camisa azul, un instructor y unos fusiles de madera", y después de cientos de desfiles con tambores y cornetas, recibieron armas reales y los nombraron guardias. No era grata su labor, pues escoltaban a cientos de personas desde la estación de tren hasta la Plaza de San Juan; personas que después "eran llevadas al campo de concentración", aunque algunos eran liberados, pero "no los de izquierdas".
En otro orden de acontecimientos, Ceferino comenzó a coquetear con la política siendo 'pionero rojo', un frente comunista con sede donde ahora se ubica el Bar Plaza. Eran muy pocos, y él se unió a ellos gracias a su amigo Cabanillas y a su hermano Eusebio, el más revolucionario de todos - "incluso estuvo en Rusia" -, quienes le ayudaron a defenderse de dos muchachos que le perseguían y molestaban a la salida de su comercio.
Poco más tarde, alrededor del año 41, Ceferino dio un giro de 180 grados y fue concejal de Castuera por el partido falangista, ya que el marido de su hermana Rosa ostentaba un alto cargo en la Falange. Él no quería, pero ante la tristeza de su familia accedió "a remolque" para poder defender la expropiación de un terreno que habían comprado, ahora el mercado de Abastos, junto a su negocio.
Durante un pleno en el Ayuntamiento, su único voto en contra y su encomiable valor ante el entonces alcalde, Alfonso Gallego, no fueron suficientes para evitar la traída de aguas que suponía el uso de su terreno.
Dos años después, Ceferino comenzó el servicio militar obligatorio, la mili. Fue una de las épocas más bonitas y divertidas de su vida, ya que su padre le daba "350 pesetas, cuando el soldado que más cobraba recibía 25". Podía pagarse una habitación, que le costaba 50, y además estaba "enchufado" gracias a un amigo de la familia, Anselmo Pérez; así tuvo la oportunidad de trabajar en el negociado de Presupuestos del Ejército en unas oficinas de la calle Quintana de Madrid.
Muchos y muy buenos recuerdos acuden a la memoria de Ceferino al hablar de Francisco Leva López, íntimo amigo de Almendral con quien compartió trabajo. Aún recuerda entre carcajadas la tarde en que compraron un bocadillo y fueron a dar cuenta de él en el despacho del General, "que nunca estaba por las tardes". Al ser descubiertos por éste, no tardaron en quitar los pies de encima de la mesa, cuadrarse como un resorte y balbucear algunas disculpas ante el que resultó ser "el más bueno y bendito de todos los generales de España", que con una sonrisa les tranquilizó.
Tras aproximadamente 30 meses, Ceferino regresó a Castuera para no irse más, dedicándose de forma exclusiva a su comercio y ferretería. En el año 54, se casó con Josefa Gallego Fernández y tuvieron 5 hijos. Pero la actividad política no había terminado para él, ya que en el año 79, con la llegada de la democracia, fue número 2 en las listas y candidato a la concejalía del Ayuntamiento de Castuera por el Partido Comunista, el cual encabezaba Pedro Torrado. Poco tiempo después, Torrado partió hacia Australia y él no quiso tomar los mandos del partido..
Ceferino Isidro Hidalgo Martínez vivió una guerra, vio cómo su padre era obligado a huir de su tierra, llevó las riendas de un negocio desde los 13 años y hoy, 76 años después, nos cuenta, feliz, las historias de una vida plena omitiendo los recuerdos tristes que ha decidido guardar; recuerdos que ningún hombre debería tener.
El valor, la madurez y el compromiso social son las palabras que mejor resumen los 89 años de andanzas que el abuelo Ceferino ha tenido a bien compartir para que, a buen seguro, el tiempo las acune y se las regale a quien tenga la fortuna de leerlas y, sobre todo, de sentirlas.
La historia de Ceferino Isidro Hidalgo Martínez, que a día de hoy tiene 89 años, comienza, como toda historia, por su origen. Su padre, Antonio Hidalgo Núñez - 'Antoñito el de Nemesio' - siendo muy joven emigró a Linares para trabajar en un comercio llamado Las Siete Puertas. De allí viajó a La Roda, en Albacete, donde conoció a la sobrina del comerciante para el que trabajaba, Primitiva Martínez Jiménez. Poco después viajó a Venezuela, a un pueblo que llamaban 'el Sombrero', y empezó a trabajar fabricando jabón y aguardiente de "gran calidad", vendiendo los productos al triple de lo que le costaban y amasando una pequeña fortuna, pero contrajo la malaria y volvió, "casi muerto", a España para recuperarse junto a Primitiva, con quien se casó y se trasladó a Castuera.
Fue entonces cuando Antoñito el de Nemesio montó un comercio en el lugar donde ahora se ubican la Banca Pueyo y la Relojería Nefer. "Era uno de los más populares de la localidad" y tenían todo tipo de productos, desde ferretería y droguería hasta madera o materiales de construcción.
Ceferino comenzó a trabajar en el negocio familiar desde muy joven, sacando tiempo cada tarde para aprender el oficio y dedicándose a él de forma exclusiva desde el año 36, con 13 años, edad con la que dejó la escuela. Su padre, perseguido por los fascinerosos, tuvo que huir a Valencia, dejando a su retoño al frente del comercio. Ceferino contaba con la ayuda y compañía de Juan Manuel 'el de la Prima' y José María Atalaya, empleados durante muchos años por su padre.
No tardó en asumir las responsabilidades que sobre él caían al ser el único varón de la familia y tuvo que ver cómo, en varias ocasiones, miembros del Ayuntamiento republicano entraban en el comercio para 'abastecerse' de cuanto querían y decían necesitar durante los primeros meses de la guerra.
Tres años más tarde, en el año 39 con la llegada de las tropas del Caudillo, cogieron "a los cuatro que estábamos" para enrolarlos en el ejército falangista, fuesen de izquierdas o de derechas. "Nos dieron una camisa azul, un instructor y unos fusiles de madera", y después de cientos de desfiles con tambores y cornetas, recibieron armas reales y los nombraron guardias. No era grata su labor, pues escoltaban a cientos de personas desde la estación de tren hasta la Plaza de San Juan; personas que después "eran llevadas al campo de concentración", aunque algunos eran liberados, pero "no los de izquierdas".
En otro orden de acontecimientos, Ceferino comenzó a coquetear con la política siendo 'pionero rojo', un frente comunista con sede donde ahora se ubica el Bar Plaza. Eran muy pocos, y él se unió a ellos gracias a su amigo Cabanillas y a su hermano Eusebio, el más revolucionario de todos - "incluso estuvo en Rusia" -, quienes le ayudaron a defenderse de dos muchachos que le perseguían y molestaban a la salida de su comercio.
Poco más tarde, alrededor del año 41, Ceferino dio un giro de 180 grados y fue concejal de Castuera por el partido falangista, ya que el marido de su hermana Rosa ostentaba un alto cargo en la Falange. Él no quería, pero ante la tristeza de su familia accedió "a remolque" para poder defender la expropiación de un terreno que habían comprado, ahora el mercado de Abastos, junto a su negocio.
Durante un pleno en el Ayuntamiento, su único voto en contra y su encomiable valor ante el entonces alcalde, Alfonso Gallego, no fueron suficientes para evitar la traída de aguas que suponía el uso de su terreno.
Dos años después, Ceferino comenzó el servicio militar obligatorio, la mili. Fue una de las épocas más bonitas y divertidas de su vida, ya que su padre le daba "350 pesetas, cuando el soldado que más cobraba recibía 25". Podía pagarse una habitación, que le costaba 50, y además estaba "enchufado" gracias a un amigo de la familia, Anselmo Pérez; así tuvo la oportunidad de trabajar en el negociado de Presupuestos del Ejército en unas oficinas de la calle Quintana de Madrid.
Muchos y muy buenos recuerdos acuden a la memoria de Ceferino al hablar de Francisco Leva López, íntimo amigo de Almendral con quien compartió trabajo. Aún recuerda entre carcajadas la tarde en que compraron un bocadillo y fueron a dar cuenta de él en el despacho del General, "que nunca estaba por las tardes". Al ser descubiertos por éste, no tardaron en quitar los pies de encima de la mesa, cuadrarse como un resorte y balbucear algunas disculpas ante el que resultó ser "el más bueno y bendito de todos los generales de España", que con una sonrisa les tranquilizó.
Tras aproximadamente 30 meses, Ceferino regresó a Castuera para no irse más, dedicándose de forma exclusiva a su comercio y ferretería. En el año 54, se casó con Josefa Gallego Fernández y tuvieron 5 hijos. Pero la actividad política no había terminado para él, ya que en el año 79, con la llegada de la democracia, fue número 2 en las listas y candidato a la concejalía del Ayuntamiento de Castuera por el Partido Comunista, el cual encabezaba Pedro Torrado. Poco tiempo después, Torrado partió hacia Australia y él no quiso tomar los mandos del partido..
Ceferino Isidro Hidalgo Martínez vivió una guerra, vio cómo su padre era obligado a huir de su tierra, llevó las riendas de un negocio desde los 13 años y hoy, 76 años después, nos cuenta, feliz, las historias de una vida plena omitiendo los recuerdos tristes que ha decidido guardar; recuerdos que ningún hombre debería tener.
El valor, la madurez y el compromiso social son las palabras que mejor resumen los 89 años de andanzas que el abuelo Ceferino ha tenido a bien compartir para que, a buen seguro, el tiempo las acune y se las regale a quien tenga la fortuna de leerlas y, sobre todo, de sentirlas.
TÍTULO: ASCENSO A 3ª DIVISIÓN,.
El CD Castuera-Subastacar supera la primera ronda del "play off" de ascenso a tercera,.
Los locales pasan a la siguiente ronda y se enfrentarán al CASTUERA-1--Aceuchal--1--
Jugadores y seguidores celebran el pase a la final.
Tres goles, uno de ellos de Jorge de penalti
en los compases finales de la primera parte, y los otros dos de Ismael y
Paquito en la segunda mitad, solucionaron la papeleta que tenía el
Castuera de pasar a la siguiente ronda de la promoción de ascenso a
Tercera División y en cuya fase final se enfrentará al Aceuchal.
De hecho, el equipo que entrena Antonio Riballo "Tato" no sólo ganó el partido, sino que lo hizo con una solvencia suficiente (1-3) para lograr un pase de ronda en la búsqueda de un ascenso que se le atraganta en las últimas temporadas.
La intensidad vivida en los campos de fútbol de Pinilla en Cáceres era digna de lo que había en juego, además de por los casi tres centenares de aficionados turroneros que desplazaron hasta Cáceres para animar a su equipo y que pusieron la nota de color en las gradas.
No estuvo solo el CD Castuera-Subastacar en este decisivo partido, pues los cánticos de los seguidores del conjunto turronero apenas dejaban oír a los aficionados del "Dioce" que a pesar de jugar en casa estuvieron en franca minoría.
Gritos de animo a todos los jugadores del equipo sonaron durante todo el partido, y antes, de forma especial, cánticos con el "si se puede" que escucho con más fuerza que nunca. Si se pretendía crear un atmósfera que pusiese un plus me motivación a los ya de por si motivados jugadores, sin duda que se consiguió y equipo y afición estuvieron más unidos que nunca.
El cierre del partido con la victoria del Castuera fue una apoteosis con jugadores, técnicos, directivos y aficionados celebrando por todo el campo el éxito alcanzado.
El encuentro frente al Diocesano se presentaba como "partido trampa" ya que el resultado de empate en el Manuel Ruiz le daba una cierta ventaja al equipo Carreño.
Desde el pitido inicial ambos equipos salieron a por todas y fue el Castuera el primero en avisar con tres lanzamientos de falta en los cinco primeros minutos. Sin embargo al igual que sucediese en el Manuel Ruiz fue el "Dioce" el que golpeó primero y José Antonio en el minuto 28 conseguía adelantar a los suyos.
En esta fase del partido el "Dioce" estuvo más enchufado en el partido y llevó más peligro a la portería turronera aunque sin obtener fruto alguno.
Fueron los peores minutos de un Castuera que poco a poco se fue recomponiendo hasta volverse a hacer con el mando del partido.
Finalizando la primera parte llegaría el empate para el Castuera al transformar Jorge en el minuto 44 un penalti con el que el árbitro del encuentro sancionó un claro derribo a Paquito.
La segunda parte fue más movida ya que eliminatoria volvía a estar igualada y quedaba partido. Con el paso de los minutos el Castuera fue haciéndose con el control de juego y arropado por sus aficionados puso la directa en busca de la victoria.
Las ocasiones se sucedían y las jugadas de los de "Tato" se convertían en continuos contraataques. Así, en el minuto 21 llegaba el segundo gol de Castuera obra de Ismael que había entrado en sustitución de Javi Oliva. Con este nuevo gol el Castuera encarrilaba definitivamente una eliminatoria que nunca se vio peligrar y además, para despejar dudas Paquito conseguía tercero y llevaba la alegría a los numerosos aficionados turroneros que se dieron cita en Cáceres.
En resumen, el CD Castuera-Subastacar fue claro dominador de la eliminatoria, e hizo morder el polvo al CD Diocesano, que fue un digno adversario pero no pudo con la mayor intensidad que imprimieron al juego los jugadores locales.
FICHA DEL PARTIDO
CD DIOCESANO: Pablo, Carlos Duran (Javier), David, Jorge, Alejandro, Pavón, Carlos (Javi González), Marcos, Jorge Sánchez, Carrasco y Samuel (José Pedro). Entrenador: Ángel Tomé
CD CASTUERA-SUBASTACAR: Chelín, Antonio, Fabián (Paco), David Gallego, Gatillo, Alfonso, Javi Oliva (Ismael), Jorge, Mati y Dioni (David). Entrenador: Antonio Riballo.
GOLES: Primera parte: 1-0 (Marcos) 1-1 (Jorge). Segunda parte: 2-1 (Ismael) 3-1(Paquito)
ARBITRO: Carnerero Basco, auxiliado en las bandas por Cerrato Charro y Ares Amador. Mostró cartulina amarilla a los jugadores del Diocesano: Carrasco, Mario, Carlos Duran, Pavón, y David. Expulsó al entrenador del "Dioce" Ángel Tome y al jugador Marcos. Por parte del Castuera vieron la amarilla David Gallego, Javi Oliva, Jorge, Antonio y Gatillo en dos ocasiones y roja.
INCIDENCIAS: Extraordinario ambiente en la gradas con presencia mayoritaria de seguidores del Castuera y también de algunos aficionados del equipo cacereño.
RONDA FINAL PARA EL ASCENSO
El CD Castuera-Subastacar se enfrenta este próximo domingo, día 2 de junio, al Aceuchal a las doce del mediodía en el municipal de deportes "Manuel Ruiz en el partido de ida de la eliminatoria final por el ascenso a 3ª División.
El club confía en que la afición turronera llene de nuevo el estadio y le ayude a conseguir una buena renta para el choque de vuelta en Aceuchal.
El CD Castuera-Subastacar llega hasta eliminatoria final con la moral por las nubes tras la excelente eliminatoria que ha realizado ante el Diocesano al que derrotó a domicilio por 3-1 después del empate a uno en el Manuel Ruiz. Aquel partido fue un rotundo éxito de público, ya que más de mil personas acudieron al municipal de deportes.
En la directiva del Club están convencidos de que la afición volverá este domingo a llenar el estadio para ver un partido histórico y donde se espera poner las bases para afrontar con ciertas garantías el partido de vuelta que se jugará en Aceuchal el domingo 9 de junio.
La entrada al estadio volverá a ser gratuita y los aficionados ya pueden recoger las entradas en los bares de la localidad o poniéndose en contacto con algún miembro de la junta directiva del Club.
De hecho, el equipo que entrena Antonio Riballo "Tato" no sólo ganó el partido, sino que lo hizo con una solvencia suficiente (1-3) para lograr un pase de ronda en la búsqueda de un ascenso que se le atraganta en las últimas temporadas.
La intensidad vivida en los campos de fútbol de Pinilla en Cáceres era digna de lo que había en juego, además de por los casi tres centenares de aficionados turroneros que desplazaron hasta Cáceres para animar a su equipo y que pusieron la nota de color en las gradas.
No estuvo solo el CD Castuera-Subastacar en este decisivo partido, pues los cánticos de los seguidores del conjunto turronero apenas dejaban oír a los aficionados del "Dioce" que a pesar de jugar en casa estuvieron en franca minoría.
Gritos de animo a todos los jugadores del equipo sonaron durante todo el partido, y antes, de forma especial, cánticos con el "si se puede" que escucho con más fuerza que nunca. Si se pretendía crear un atmósfera que pusiese un plus me motivación a los ya de por si motivados jugadores, sin duda que se consiguió y equipo y afición estuvieron más unidos que nunca.
El cierre del partido con la victoria del Castuera fue una apoteosis con jugadores, técnicos, directivos y aficionados celebrando por todo el campo el éxito alcanzado.
El encuentro frente al Diocesano se presentaba como "partido trampa" ya que el resultado de empate en el Manuel Ruiz le daba una cierta ventaja al equipo Carreño.
Desde el pitido inicial ambos equipos salieron a por todas y fue el Castuera el primero en avisar con tres lanzamientos de falta en los cinco primeros minutos. Sin embargo al igual que sucediese en el Manuel Ruiz fue el "Dioce" el que golpeó primero y José Antonio en el minuto 28 conseguía adelantar a los suyos.
En esta fase del partido el "Dioce" estuvo más enchufado en el partido y llevó más peligro a la portería turronera aunque sin obtener fruto alguno.
Fueron los peores minutos de un Castuera que poco a poco se fue recomponiendo hasta volverse a hacer con el mando del partido.
Finalizando la primera parte llegaría el empate para el Castuera al transformar Jorge en el minuto 44 un penalti con el que el árbitro del encuentro sancionó un claro derribo a Paquito.
La segunda parte fue más movida ya que eliminatoria volvía a estar igualada y quedaba partido. Con el paso de los minutos el Castuera fue haciéndose con el control de juego y arropado por sus aficionados puso la directa en busca de la victoria.
Las ocasiones se sucedían y las jugadas de los de "Tato" se convertían en continuos contraataques. Así, en el minuto 21 llegaba el segundo gol de Castuera obra de Ismael que había entrado en sustitución de Javi Oliva. Con este nuevo gol el Castuera encarrilaba definitivamente una eliminatoria que nunca se vio peligrar y además, para despejar dudas Paquito conseguía tercero y llevaba la alegría a los numerosos aficionados turroneros que se dieron cita en Cáceres.
En resumen, el CD Castuera-Subastacar fue claro dominador de la eliminatoria, e hizo morder el polvo al CD Diocesano, que fue un digno adversario pero no pudo con la mayor intensidad que imprimieron al juego los jugadores locales.
FICHA DEL PARTIDO
CD DIOCESANO: Pablo, Carlos Duran (Javier), David, Jorge, Alejandro, Pavón, Carlos (Javi González), Marcos, Jorge Sánchez, Carrasco y Samuel (José Pedro). Entrenador: Ángel Tomé
CD CASTUERA-SUBASTACAR: Chelín, Antonio, Fabián (Paco), David Gallego, Gatillo, Alfonso, Javi Oliva (Ismael), Jorge, Mati y Dioni (David). Entrenador: Antonio Riballo.
GOLES: Primera parte: 1-0 (Marcos) 1-1 (Jorge). Segunda parte: 2-1 (Ismael) 3-1(Paquito)
ARBITRO: Carnerero Basco, auxiliado en las bandas por Cerrato Charro y Ares Amador. Mostró cartulina amarilla a los jugadores del Diocesano: Carrasco, Mario, Carlos Duran, Pavón, y David. Expulsó al entrenador del "Dioce" Ángel Tome y al jugador Marcos. Por parte del Castuera vieron la amarilla David Gallego, Javi Oliva, Jorge, Antonio y Gatillo en dos ocasiones y roja.
INCIDENCIAS: Extraordinario ambiente en la gradas con presencia mayoritaria de seguidores del Castuera y también de algunos aficionados del equipo cacereño.
RONDA FINAL PARA EL ASCENSO
El CD Castuera-Subastacar se enfrenta este próximo domingo, día 2 de junio, al Aceuchal a las doce del mediodía en el municipal de deportes "Manuel Ruiz en el partido de ida de la eliminatoria final por el ascenso a 3ª División.
El club confía en que la afición turronera llene de nuevo el estadio y le ayude a conseguir una buena renta para el choque de vuelta en Aceuchal.
El CD Castuera-Subastacar llega hasta eliminatoria final con la moral por las nubes tras la excelente eliminatoria que ha realizado ante el Diocesano al que derrotó a domicilio por 3-1 después del empate a uno en el Manuel Ruiz. Aquel partido fue un rotundo éxito de público, ya que más de mil personas acudieron al municipal de deportes.
En la directiva del Club están convencidos de que la afición volverá este domingo a llenar el estadio para ver un partido histórico y donde se espera poner las bases para afrontar con ciertas garantías el partido de vuelta que se jugará en Aceuchal el domingo 9 de junio.
La entrada al estadio volverá a ser gratuita y los aficionados ya pueden recoger las entradas en los bares de la localidad o poniéndose en contacto con algún miembro de la junta directiva del Club.
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