lunes, 17 de junio de 2013

NUEVO INCUNABLE CAURIENSE / RODEADOS DE NOSOTROS MISMOS,.

TÍTULO: NUEVO INCUNABLE CAURIENSE,.

Llama profundamente la atención de los historiadores de la imprenta española un dato irrebatible: sólo seis lustros después de que Gutenberg lo inventase, ya funcionaba en la lejana Coria tan maravilloso invento. Al parecer, fue por voluntad del prelado de la diócesis, D. Pedro Jiménez, quien, al ser nombrado obispo de dicha ciudad, se llevó consigo a Bartolomé de Lila. Las habilidades de este impresor flamenco harían que allí viese la luz, el año 1489, el libro Blasón general y nobleza del universo, obra de Pedro de Gracia Dei, un gallego que fue “rey de armas” de los Reyes Católicos. Antonio Rodríguez Moñino reseñó este incunable con el nº 1 entre los extremeños (cfr. La imprenta en Extremadura, Badajoz, 1945). Siglos después, dicha obra, convertida ya en joya bibliográfica, fue reeditada facsímil (Madrid, 1882) por Pascual de Gayangos, quien le puso un extenso y hoy discutible preliminar. Su corta tirada (102 ejemplares) volvería a hacerla pronto casi ilocalizable. Recién fundada la Unión de Bibliófilos Extremeños (UBEx), y merced al empeño de Mariano Encomienda, la obra volvió a imprimirse (Badajoz, 1993), reproduciéndose la edición de Gayangos.
Justo Vila, director entonces de la Biblioteca de Extremadura, tuvo noticias de otro incunable impreso también en Coria por las mismas fechas que el Blasón y conservado, parcialmente, en la Bodleian Library de Oxford. La UBEx realizó las gestiones para facilitar a los lectores contemporáneos, lo que ahora se cumple ahora con sello compartido por la Editora Regional de Extremadura, este Officium Visitationis Beatae Mariae Virginis, instituido en su día por el Papa Sixto IV. Aparece al cuidado de Pedro Martín Baños, merced a cuya sapiencia y generosa constancia el nuevo volumen tiene unas características especiales. Discípulo de Pedro Cátedra, el joven profesor, experto latinista (véase su web Corpus Nebrissense), ha realizado excelentemente estas labores: reconstruir el original completo de la obra, no sin arduas pesquisas; verterla al castellano en una impecable traducción, con el texto latino en las páginas pares y el español en las impares ; adjuntarle un muy documentado estudio preliminar, identificando las numerosas fuentes bíblicas, patrísticas y teológicas que en el Officium se insertan, y sugerir a los talleres gráficos las oportunas advertencias para el facsímil de las hojas originales conservadas. (Lástima que vaya a aparecer entre los trabajos finales de Indugrafic, firma que de modo tan sustancial ha venido contribuyendo a resolver una de las seculares carencias extremeñas).
El texto recuperado posee una importancia histórica, bibliográfica, literaria filológica y teológica indudable. Suscribimos plenamente lo que ha escrito en su blog (jmvalerus) José Miguel Valero, profesor de filología en la Universidad de Salamanca y a la sazón presidente del prestigioso SEMYR (Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas) de dicha institución:
“El lector descubrirá que, lejos de la supuesta aridez de la liturgia cristiana (que es siempre un prejuicio), se oculta un caudal poético y expresivo de calado que convendría frecuentar. Ediciones como esta ponen a disposición del interesado todos los elementos para facilitar la comprensión y la lectura de un grupo de textos, como son los oficios, que resultan difíciles de comprender fuera de su marco y su uso. Cualquier cuestión urgente sobre el texto como tal y sobre su producción impresa en particular queda resuelta en una introducción breve pero enjundiosa, escrita en un estilo realmente limpio y atractivo que, por desgracia, circula cada vez menos, incluso entre especialistas de filología e historia literaria”.

TÍTULO:  RODEADOS DE NOSOTROS MISMOS,.

Estamos rodeados

Y llegó por fin el tan meneado 25S, el día que empezó siendo el de la ocupación del Congreso sin desestimar ningún método y derivó en rodeo amable, como símbolo de una desobediencia civil bastante light. El día de una concentración que casi parece interesarle más al Gobierno para hacer una demostración de fuerza y de un ‘aquí mando yo’, o a los medios que lo sostienen, deseosos de altercados e incidentes que justifiquen el imponente e injustificable despliegue policial y que criminalicen a los movimientos populares; que al grueso de una ciudadanía que hoy mirará lo que ocurra por televisión, y eso en el mejor de los casos.

Llegó el 25S. Esta tarde habrá algunos miles de personas en Madrid tratando de rodear el búnker en que se ha convertido la sede de las Cortes. Pero la sensación que tengo es que los rodeados somos nosotros. Todas y todos. Y no solo por las sucesivas líneas de vallas y los miles de maderos que ocupan las calles de la ciudad, odetienen en las carreteras a los autobuses que están viniendo desde otros puntos del país. Ni siquiera, que también, por un sistema perverso y fraudulento que nos estafa, nos persigue, nos miente, nos degrada y nos empobrece desde todo punto de vista.
Estamos rodeados por el Poder económico que nos maltrata y nos ningunea. Y estamos rodeados por los políticos que en teoría nos representan (aunque en la práctica solo suelen representar al Poder económico), y no solo en España sino en toda Europa. Como los que entregan nuestros datos a las centrales de información de Estados Unidos solo por sobrevolar su espacio aéreo, como desvelaba ayer El País. O los que en Madrid contratan profesores extranjeros sin conocimientos de español para enseñar inglés y “fomentar el bilingüismo”. O los que convierten la identidad en nacionalismo desbocado, sin medir sus consecuencias. Y no me refiero a la posibilidad de independizar uno u otro territorio, que no es lo trascendente, sino en alentar los enfrentamientos y los odios, que una vez puestos a rodar nunca se sabe dónde van a detenerse. Y Europa conoce bastante de este tema.
Pero además, estamos rodeados desde la base, desde la raíz. Estamos rodeados desde la educación, la que recibimos en casa y en las escuelas. Estamos rodeados por la sociedad que hemos ayudado a construir, por activa o por pasiva. Estamos rodeados por nosotros mismos. Por los que son de nuestra misma condición, sufren nuestras mismas desgracias… y a veces sin darse cuenta actúan como si estuvieran en la acera de enfrente.
Estamos rodeados cuando el personal sanitario de un hospital público –desde los médicos al último celador- trata con desgana y escasa idoneidad a los ancianos, desprecia a sus familiares y cuidadores negándoles las explicaciones, demorando la atención o quejándose por tener que cambiar una vía “cuando me faltan cinco minutos para irme”, como si esos cinco minutos no formaran parte de su trabajo. Pero estamos rodeados porque no hay forma de denunciarlo, ni nadie que responda a la queja, porque los mismos a quienes defendemos en las calles para que no les bajen el salario se cubren entre sí, y no hay posibilidades prácticas de sustituir a quienes no quieren o no saben hacer bien su trabajo por gente idónea, con vocación y ganas de transformación. (Y no es una queja en el vacío, es un caso personal vivido en la última semana en el servicio de cirugía del hospital Virgen de la Concha, en Zamora. Y lamentablemente, no es nada excepcional).
Estamos rodeados cuando en Perú a una joven de 18 años le pagan 4.000 euros en un reality de la televisión para que confiese que, en lugar de trabajar en un locutorio, se prostituía, sin importar si eso era cierto o no. Y como consecuencia, su ex novio la secuestra, la viola y la mata, “por no soportar la humillación”.
Estamos rodeados cuando en Querétaro, México, se descubre un brote de intoxicación por talio que no se sabe de dónde procede y ya afecta a más de 15 personas, con una niña fallecida incluida, pero las autoridades informan de un caso aislado mientras piden a los enfermos y a quienes les rodean que por favor no digan nada para que no cunda la alarma. Y todo el mundo acata, porque no hay dónde denunciarlo e impera el miedo.
Estamos rodeados por nuestro afán consumista, nuestra ambición sin límites, nuestra avaricia, nuestra pérdida de sensibilidad, nuestro escaso interés por el planeta en el que vivimos, nuestra falta de respeto por el tiempo, el esfuerzo y el trabajo de los demás, por nuestra carencia de humanidad.
¿Se solucionará algo rodeando el Congreso este 25S? De fondo, evidentemente no. ¿Es inútil entonces tanto esfuerzo organizativo? Tampoco. Es bueno y saludable que algo se mueva. Sin participación ni movimiento, todo seguirá igual o peor.
Pero creí necesario llamar la atención en este día. A quienes asistan a la convocatoria y a quienes estén preparados para reprimirla. A quienes apoyen y a quienes criminalicen. Que quede claro que los rodeados somos nosotros. Unos y otros, unas y otras. Y que mientras no cambiemos desde la raíz, desde el más profundo interior de nosotras y nosotros mismos, dará igual la cantidad de rodeos que demos, siempre seguiremos en el mismo lugar.

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