viernes, 21 de junio de 2013

Un soñador en la Revolución francesa / UN RESPIRO PARA EL SECTOR GRACIAS A LOS BUENOS VENTAS DE LA FERIA DEL LIBRO,.

Un soñador en la Revolución francesa

TÍTULO: Un soñador en la Revolución francesa

Andrés Vidal aborda en su tercera novela el afán aventurero y épico en los albores del siglo XIX

CULTURA

La época napoleónica ha sido, durante muchos años, un coto privado para los escritores ingleses. Ellos, como Patrick O'Brian o Bernard Cornwell, han recreado tanto en el mar como en las llanuras castellanas una de las primeras guerras a gran escala e intercontinental. Una época histórica, la de la Guerra de la Independencia Española 1808-1814) que ha sido abandonada por los escritores nacionales, salvo los 'Episodios nacionales' de Benito Pérez Galdós. Regresó a esta época Arturo Pérez-Reverte con dos de sus últimas novelas ('Día de cólera' y 'El asedio') pero, en gran medida, los autores españoles no se han prodigado en exceso por esta época. Una particularidad que sorprende a Andrés Vidal al constatar que «la maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia», como la denominó el propio Napoleón, pero que no prolifera por la literatura española.
Vidal, el alter ego literario del catalán Màrius Mollà, sí que ha vuelto a esta época que intentó cambiar el curso de las potencias europeas de la época -ahí está la revolucionaria 'Pepa'-. pero lo ha hecho mezclando intrigas familiares, sueños aventureros y el deseo de los miembros de las clases más bajas de la sociedad de poder tener una vida digna ante uno de los cambios políticos de los últimos siglos. Unos ingredientes que llenan 'El mar de los hombres libres' (Planeta), la tercera novela de este escritor que se ha atrevido a abandonar su anonimato y a sacar su libro de su Cataluña natal.
No está adscrita a la industrialización del mundo rural (como pasa en 'La herencia de la tierra') ni a la convulsa Barcelona de principios del siglo XX ('El sueño de la ciudad'). Ahora, la acción comienza en Languedoc (Francia). «Es una zona humilde, alejada de la gran capital y en contacto con el mar. Tiene esa sensación de libertad de la que tanto hablan y que tanto aman sus incondicionales», confiesa el autor, que vio enseguida el marco para la «extraordinaria sensibilidad» de su Christophe Marchand.
El protagonista de este libro de aventuras dejará su plácida vida por culpa de unas traiciones familiares y decide enrolarse en las tropas de ese pequeño corso que está atemorizando Europa. El joven Marchand comenzará su vida como soldado para acabar comandando una nave corsaria al servicio de Napoleón surcando el mar, que toma «corporeidad» a lo largo de las páginas. «Lo hace de modo natural, de manos de los personajes, apareciendo junto a ellos, interactuando en lo que hacen, incluso en lo que dicen. A mi entender, si lo consigues, es uno de los mejores premios del género novela. Y el mar, el infinito mar, supone uno de los retos más atrevidos», indica Vidal.
Esa relación con el agua fue lo que impulso al escritor a decantarse por la Revolución francesa, debido a la trascendencia que tuvo el mundo de la navegación en este tiempo que no tuvo, al final un resultado esperado «a pesar de la sacudida que la burguesía supo imprimir al devenir de Francia». «No se consiguió el progreso y la estabilidad deseados o, por lo menos, con la rapidez esperada; la pobreza del campo y de las ciudades seguía allí. Los negocios burgueses no prosperaban. Esa perversión de la revolución 'incompleta' llama poderosamente la atención», reflexiona el autor, que siempre se ha decantado por los soñadores en sus novelas. «No se trata solo del movimiento que de modo directo provocan en la sociedad. Es también la inspiración que despiertan, el estímulo que representan para avanzar hacia un mundo mejor», añade Vidal. O Màrius Mollà, que ahora descubrirá «el tono muscular del escritor con mucha mayor precisión».

TÍTULO:  UN RESPIRO PARA EL SECTOR GRACIAS A LOS BUENOS VENTAS DE LA FERIA DEL LIBRO,.


Cifras para la esperanza, aunque no para tirar cohetes, conocidas horas antes de la clausura del Feria del Libro de Madrid. La cita má,.ibros vendidos por valor de 7,1 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,3% en relación con el año anterior. Cifras para la esperanza, aunque no para tirar cohetes, conocidas horas antes de la clausura del Feria del Libro de Madrid. La cita más importante, junto con Sant Jordi, del sector librero en España echó ayer el cierre con este positivo resultado que planta cara a la grave crisis del sector, al menos durante los 17 días de duracióndel certamen. Invierte además una tendencia negativa, ya que la feria de 2012 cerró con una caída en las ventas de 1,5 millones de euros.
El clima acompañó, como el interés de los lectores y su afluencia masiva, y las ventas crecieron dando un ansiado respiro a los libreros, un débil eslabón en la cadena del castigadísimo sector editorial que ve como las ventas del libro convencional caen sin remedio durante el resto del curso y las del libro electrónico no despegan. Solo en este semestre las pérdidas del sector se habían cifrado en un 20%.
Los organizadores no hicieron un análisis decididamente optimista de la feria. Su director, Teodoro Sacristán, la resumió como «un balón de oxígeno para el sector». Agradeció Sacristán su esfuerzo a los expositores, el respaldo masivo del público y el apoyo de los escritores, pero planteó sus reservas. «Seguro que las librerías estarán mañana tan vacías como el 31 de mayo», dijo aludiendo a fecha en que la Reina Sofía inauguró una feria a la que acudieron más de 3.600 autores -un 15% más que el año pasado- que no han faltado a su cita anual con los lectores para celebrar el tradicional ritual de la firma.
A pesar de que la organización renunció hace años a las listas de libros y autores más exitosos, entre las más vendedoras -sin el respaldo de los datos pero avalada por las colas ante sus casetas-, Matilde Asensi, toda una maga del 'best seller' en batalla abierta con Dan Brow. El norteamericano y autor de 'Inferno' es también uno de los mas vendedores de la feria, batiéndose el cobre con Javier Sierra y 'El maestro del Prado' o Albert Espinosa, autor de 'Brujas que buscan sonrisas perdidas'. También ha sido notable el tirón de Antonio Muñoz Molina, último premio Príncipe de Asturias de las Letras.
No faltaron a su cita con el lector Almudena Grandes, Javier Marías, Juan José Millás, Manuel Vicent, Fernando Aramburu, Javier Cercas, Julio Llamazares o Laura Gallego, cuyas colas no desmerecieron a las de personajes mediáticos, como los chefs y autores de libros de cocina. Frente a ellos, pensadores como Javier Gomá o Emilio Lledó, con una demanda mucho más minoritaria.
Hubo homenajes al fallecido escritor, humanista y académico José Luis Sampedro y al distribuidor Javier Cambronero, muy apreciado en sector, fallecido en el transcurso de la feria y factótum del grupo Contexto, un selecto conjunto de pequeñas editoriales que demuestran que el pez chico sabe y puede plantar cara al grande y encantar al lector.
 

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