De cuando Evita enceló a Carmen Polo
A Carmen Polo le devoraban los celos por las miradas furtivas que su marido, Francisco Franco, dirigía a Evita. En 1947, cuando la primera ...
LIBROS
De cuando Evita enceló a Carmen Polo
La primera dama argentina concitó
la irritación de la esposa de Franco, enojada por las miradas codiciosas
que dirigía el dictador a la mujer de Perón,.
A Carmen Polo le devoraban los celos por
las miradas furtivas que su marido, Francisco Franco, dirigía a Evita.
En 1947, cuando la primera dama viajó a España en representación de la
'Nueva Argentina', el Caudillo, como muchos otros, sucumbió a la belleza
turbadora que despedía la esposa del general Juan Domingo Perón. Carmen
Polo no era la única enojada por los encantos de esta mujer de orígenes
humildes y personalidad arrolladora. El propio Perón recelaba de su
mujer, cuyo ascendiente entre los descamisados y las clases populares le
desasosegaba. La dedicación de Evita a los obreros le llevó a ejercer
de enlace entre el mundo sindical y su marido.
Perón veía cómo el mito crecía y que
aquella mujer, a la que consideraba «su» criatura, se emancipaba de su
hacedor. Estos y otros chismes figuran en la biografía 'Eva, realidad y
mito' (Destino), que el historiador argentino Felipe Pigna acaba de
publicar en España. El divulgador bonaerense, cuyos libros se venden
como 'best sellers' en su país, entra al trapo cuando se le plantean
ucronías. ¿De vivir ahora, habría nacionalizado Evita Repsol-YPF? El
historiador lo tiene claro. Por supuesto que lo habría hecho. No en
vano, entre la actual presidenta argentina, Cristina Fernández de
Kirchner, y Eva Duarte hay semejanzas, como el gusto por irritar al
adversario y la pose desafiante.
En 1947, la España de la posguerra estaba
aislada tras la derrota de las potencias del Eje. Franco, aliado de
Hitler y Mussolini, gobernaba a unos españoles sumidos en la hambruna.
El convenio bilateral acordado con Argentina en 1946 salvó al dictador y
abasteció al país de cereales. Pero el Generalísimo, a quien Estados
Unidos y Gran Bretaña preferían mantener en el poder por su
anticomunismo feroz, estaba solo en el plano diplomático. El plan
Marshall pasó de largo por España y el régimen necesitaba ayuda para
reconstruir un país devastado por la Guerra Civil.
La Argentina de Perón vino en auxilio de
los españoles. Y en estas llegó a Madrid Eva Duarte. Si algo tenía la
primera dama era 'glamour'. Su elegancia, sus vestidos de Chanel, sus
brazos descubiertos y sus hermosas pantorrillas suscitaban admiración en
la España de posguerra. La enteca y pudibunda Carmen Polo no podía
competir con la exuberante Evita, una mujer mundana y desenvuelta,
actriz de radioteatro que encandilaba a los obreros.
Eva Duarte era insolente y provocadora,
guapa y a su manera feminista. Los cronistas cuentan que el recibimiento
en el aeropuerto de Barajas fue apoteósico. No en balde, el régimen
había ordenado a las empresas que dieran el día libre a los trabajadores
para que agasajaran a 'La Cholita'. La comitiva necesitó cuatro horas
para atravesar Madrid y llegar al palacio de El Pardo.
La visita estuvo plagada de momentos
tensos. Cuando Eva Duarte de Perón pidió a Carmen visitar los barrios
obreros, 'la Collares' pensó que se trataría de un cómodo paseo en
coche. Pero la mujer del dictador ignoraba cómo se las gastaba la esposa
de Perón. Harta de que Carmen Polo tildara a los menesterosos de
'rojos', Evita estalló y enmendó la plana a la esposa de Franco: "Yo me
aguanté un par de veces, hasta que no pude aguantarme más y le respondí
que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo, sino por
imposición de una victoria", confesó Evita. Carmen Polo, obstinada y muy
católica, invocó la autoridad moral de la Iglesia: "Los obispos
vuestros -dijo- pueden dar razón de las tropelías de los rojos.". Evita
zanjó esta desabrida discusión, no sin antes amonestar a la esposa del
jefe del Estado. "Señora, cuando se fomentan guerras, hay que aguantar
sus resultados. El general Franco gobierna tras la guerra, y es fácil
tildar de colores a sus participantes. Nuestros obispos se ocupan de
cosas argentinas", dijo Evita a una perpleja Carmen Polo.
Hija de una costurera y un estanciero que
jamás la reconoció como suya, Eva Duarte de Perón fue tan amada como
odiada. Sus enemigos trataron de borrar su huella de la faz de la tierra
cuando, en 1955, Perón fue derrocado por un golpe militar y el general
se exilió en Madrid, en el barrio residencial de Puerta de Hierro.
Evita murió a los 33 años, el 26 de julio
de 1952. La flaca se fue siendo un saco de huesos, consumida por el
cáncer. La radio oficial informaba del deceso y daba cuenta del
fallecimiento de la 'jefa espiritual de la Nación'. Hubo quince días de
duelo popular y el pueblo se echó a la calle con llantos desconsolados.
¿Idolatría?, ¿culto a la personalidad?, ¿histeria colectiva? Felipe
Pigna aduce en descargo del pueblo argentino que este se comportó igual
que los británicos cuando murió Diana Spencer, aunque, puestos a
comparar, el legado de Lady Di sale malparado con respecto al de la
argentina. "Evita detestaba la beneficencia y las obras de caridad por
considerarlas humillantes para sus beneficiarios", sostiene Pigna. Eva
Duarte quería más justicia social y menos limosnas, según el
historiador.
Los conmilitones que derrocaron a Perón
inauguraron un periodo que bautizaron como 'Revolución Libertadora'.
Pronto quisieron borrar el rastro de Eva Duarte. A partir de aquí
comienza una historia que cuadra más con el realismo mágico de García
Márquez que con la política. Para evitar que la sede del sindicato de la
CGT, donde descansaba el cadáver de Evita, se convirtiera en un lugar
de peregrinación de partidarios del peronismo, un comandó secuestro el
cadáver de Eva Duarte. Los militares abrieron el ataúd y secuestraron el
cuerpo. El cadáver viajó en un barco que partió el 23 de abril de 1957.
La nave que transportaba el ataúd pasó por Santos, Río de Janeiro y
Cartagena (España). Al final los restos mortales se enterraron en el
Cementerio Mayor de Milán con el nombre de María Maggi Magistris. El
cuerpo fue exhumado en 1971. Tres años después, cuando las hermanas de
Eva vieron el cadáver, comprobaron que presentaba horribles
mutilaciones. Tenía varias cuchilladas en la sien y cuatro en la frente,
un gran tajo en la mejilla y la nariz hundida, entre otras cosas.
Perón se casó en 1961 con María Estela
Martínez Cartas de Perón, 'Isabelita', pero esa ya es otra historia.
Pigna no sabe muy bien qué vio perón en esta mujer. Afincada también en
España, a principios de 2007 el Gobierno argentino solicitó su
extradición a raíz de la apertura de varias causas por asesinatos
políticos.
TÍTULO: EL INTERMEDIO.
Messi, como Lola Flores en 'El Intermedio': "Si cada español me diera una peseta..."
El programa de Wyoming emite un vídeo manipulado del futbolista argentino con la voz de 'la faraona'
Leo Messi en una rueda de prensa. EFE
Redacción El supuesto fraude fiscal cometido por el jugador del FC Barcelona Leo Messi está llenando muchos minutos en los programas de televisión, aunque no todos lo cubren de la misma manera.
En 'El Intermedio', como siempre, han sacado el lado humorístico a la noticia y han creado un vídeo manipulado de lo más divertido.
"Si
una peseta me diera cada español, quizás saldaría de la deuda y
después, yo no sé, me iría al estadio con todos los que han dado esa
peseta o esas cien pesetas, para tomarme una copa con ellos y llorar de
alegría", comenta Messi en el vídeo con la voz de Lola Flores, 'La Faraona'.
A Carmen Polo le devoraban los celos por
las miradas furtivas que su marido, Francisco Franco, dirigía a Evita.
En 1947, cuando la primera dama viajó a España en representación de la
'Nueva Argentina', el Caudillo, como muchos otros, sucumbió a la belleza
turbadora que despedía la esposa del general Juan Domingo Perón. Carmen
Polo no era la única enojada por los encantos de esta mujer de orígenes
humildes y personalidad arrolladora. El propio Perón recelaba de su
mujer, cuyo ascendiente entre los descamisados y las clases populares le
desasosegaba. La dedicación de Evita a los obreros le llevó a ejercer
de enlace entre el mundo sindical y su marido.
Perón veía cómo el mito crecía y que
aquella mujer, a la que consideraba «su» criatura, se emancipaba de su
hacedor. Estos y otros chismes figuran en la biografía 'Eva, realidad y
mito' (Destino), que el historiador argentino Felipe Pigna acaba de
publicar en España. El divulgador bonaerense, cuyos libros se venden
como 'best sellers' en su país, entra al trapo cuando se le plantean
ucronías. ¿De vivir ahora, habría nacionalizado Evita Repsol-YPF? El
historiador lo tiene claro. Por supuesto que lo habría hecho. No en
vano, entre la actual presidenta argentina, Cristina Fernández de
Kirchner, y Eva Duarte hay semejanzas, como el gusto por irritar al
adversario y la pose desafiante.
En 1947, la España de la posguerra estaba
aislada tras la derrota de las potencias del Eje. Franco, aliado de
Hitler y Mussolini, gobernaba a unos españoles sumidos en la hambruna.
El convenio bilateral acordado con Argentina en 1946 salvó al dictador y
abasteció al país de cereales. Pero el Generalísimo, a quien Estados
Unidos y Gran Bretaña preferían mantener en el poder por su
anticomunismo feroz, estaba solo en el plano diplomático. El plan
Marshall pasó de largo por España y el régimen necesitaba ayuda para
reconstruir un país devastado por la Guerra Civil.
La Argentina de Perón vino en auxilio de
los españoles. Y en estas llegó a Madrid Eva Duarte. Si algo tenía la
primera dama era 'glamour'. Su elegancia, sus vestidos de Chanel, sus
brazos descubiertos y sus hermosas pantorrillas suscitaban admiración en
la España de posguerra. La enteca y pudibunda Carmen Polo no podía
competir con la exuberante Evita, una mujer mundana y desenvuelta,
actriz de radioteatro que encandilaba a los obreros.
Eva Duarte era insolente y provocadora,
guapa y a su manera feminista. Los cronistas cuentan que el recibimiento
en el aeropuerto de Barajas fue apoteósico. No en balde, el régimen
había ordenado a las empresas que dieran el día libre a los trabajadores
para que agasajaran a 'La Cholita'. La comitiva necesitó cuatro horas
para atravesar Madrid y llegar al palacio de El Pardo.
La visita estuvo plagada de momentos
tensos. Cuando Eva Duarte de Perón pidió a Carmen visitar los barrios
obreros, 'la Collares' pensó que se trataría de un cómodo paseo en
coche. Pero la mujer del dictador ignoraba cómo se las gastaba la esposa
de Perón. Harta de que Carmen Polo tildara a los menesterosos de
'rojos', Evita estalló y enmendó la plana a la esposa de Franco: "Yo me
aguanté un par de veces, hasta que no pude aguantarme más y le respondí
que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo, sino por
imposición de una victoria", confesó Evita. Carmen Polo, obstinada y muy
católica, invocó la autoridad moral de la Iglesia: "Los obispos
vuestros -dijo- pueden dar razón de las tropelías de los rojos.". Evita
zanjó esta desabrida discusión, no sin antes amonestar a la esposa del
jefe del Estado. "Señora, cuando se fomentan guerras, hay que aguantar
sus resultados. El general Franco gobierna tras la guerra, y es fácil
tildar de colores a sus participantes. Nuestros obispos se ocupan de
cosas argentinas", dijo Evita a una perpleja Carmen Polo.
Hija de una costurera y un estanciero que
jamás la reconoció como suya, Eva Duarte de Perón fue tan amada como
odiada. Sus enemigos trataron de borrar su huella de la faz de la tierra
cuando, en 1955, Perón fue derrocado por un golpe militar y el general
se exilió en Madrid, en el barrio residencial de Puerta de Hierro.
Evita murió a los 33 años, el 26 de julio
de 1952. La flaca se fue siendo un saco de huesos, consumida por el
cáncer. La radio oficial informaba del deceso y daba cuenta del
fallecimiento de la 'jefa espiritual de la Nación'. Hubo quince días de
duelo popular y el pueblo se echó a la calle con llantos desconsolados.
¿Idolatría?, ¿culto a la personalidad?, ¿histeria colectiva? Felipe
Pigna aduce en descargo del pueblo argentino que este se comportó igual
que los británicos cuando murió Diana Spencer, aunque, puestos a
comparar, el legado de Lady Di sale malparado con respecto al de la
argentina. "Evita detestaba la beneficencia y las obras de caridad por
considerarlas humillantes para sus beneficiarios", sostiene Pigna. Eva
Duarte quería más justicia social y menos limosnas, según el
historiador.
Los conmilitones que derrocaron a Perón
inauguraron un periodo que bautizaron como 'Revolución Libertadora'.
Pronto quisieron borrar el rastro de Eva Duarte. A partir de aquí
comienza una historia que cuadra más con el realismo mágico de García
Márquez que con la política. Para evitar que la sede del sindicato de la
CGT, donde descansaba el cadáver de Evita, se convirtiera en un lugar
de peregrinación de partidarios del peronismo, un comandó secuestro el
cadáver de Eva Duarte. Los militares abrieron el ataúd y secuestraron el
cuerpo. El cadáver viajó en un barco que partió el 23 de abril de 1957.
La nave que transportaba el ataúd pasó por Santos, Río de Janeiro y
Cartagena (España). Al final los restos mortales se enterraron en el
Cementerio Mayor de Milán con el nombre de María Maggi Magistris. El
cuerpo fue exhumado en 1971. Tres años después, cuando las hermanas de
Eva vieron el cadáver, comprobaron que presentaba horribles
mutilaciones. Tenía varias cuchilladas en la sien y cuatro en la frente,
un gran tajo en la mejilla y la nariz hundida, entre otras cosas.
Perón se casó en 1961 con María Estela
Martínez Cartas de Perón, 'Isabelita', pero esa ya es otra historia.
Pigna no sabe muy bien qué vio perón en esta mujer. Afincada también en
España, a principios de 2007 el Gobierno argentino solicitó su
extradición a raíz de la apertura de varias causas por asesinatos
políticos.
TÍTULO: EL INTERMEDIO.
Messi, como Lola Flores en 'El Intermedio': "Si cada español me diera una peseta..."
El programa de Wyoming emite un vídeo manipulado del futbolista argentino con la voz de 'la faraona'
Leo Messi en una rueda de prensa. EFE
En 'El Intermedio', como siempre, han sacado el lado humorístico a la noticia y han creado un vídeo manipulado de lo más divertido.
"Si una peseta me diera cada español, quizás saldaría de la deuda y después, yo no sé, me iría al estadio con todos los que han dado esa peseta o esas cien pesetas, para tomarme una copa con ellos y llorar de alegría", comenta Messi en el vídeo con la voz de Lola Flores, 'La Faraona'.
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