domingo, 23 de junio de 2013

CONOCER HISTORIA CIENCIA, EN BUSCA DEL TESORO OCULTO EN SEVILLA,._/ QUE COMPETECIAS SE REQUIEREN PARA TRIUNFAR,.

TÍTULO: CONOCER HISTORIA CIENCIA, EN BUSCA DEL TESOR OCULTO EN SEVILLA,.

 busca del tesoro oculto en sevilla

  1. En busca del tesoro oculto en Sevill
    Se imagina una completa fotografía subterránea de una de las tierras con más historia y cultura de España? ¿Una imagen que mostrara con ...
     
    Ciencia

    En busca del tesoro oculto en Sevilla

    Fenicios, romanos, árabes... Todas las culturas de Andalucía dejaron su huella en Sanlúcar la Mayor. Para desvelar los secretos de uno de los puntos con más historia de España, la Fundación Focus-Abengoa, junto con arqueólogos de las universidades de Southampton y Sevilla, han sacado a la luz un yacimiento en el que se puede 'leer' el pasado de toda la región. 


    Se imagina una completa fotografía subterránea de una de las tierras con más historia y cultura de España? ¿Una imagen que mostrara con precisión muros y otras construcciones árabes, romanas y fenicias bajo tierra?
    ¿Incluso materiales cerámicos oantiguas orillas de un río ya inexistente en las profundidades de la provincia de Sevilla? Pues en tomar esa fotografía se han empleado a fondo durante tres meses arqueólogos de las universidades de Southampton (Reino Unido) y Sevilla, realizando codo con codo una serie de prospecciones geofísicas para localizar y cartografiar antiguos yacimientos en Sanlúcar la Mayor. ¿Cómo lo han hecho? Con sofisticadas técnicas no invasivas, como la magnetometría, que usa sensores para medir variaciones en el campo magnético terrestre, y la resistividad, que detecta los cambios en la resistencia del subsuelo al hacer pasar por él una corriente eléctrica. Así han podido realizar un mapa de cinco yacimientos ubicados en los terrenos que rodean las imponentes torres de la Plataforma Solúcar, una de las más importantes instalaciones de ingeniería de la región para la obtención de energía solar por concentración, promovidas por Abengoa en la finca de Casa Quemada.
    Y es que las huellas del paso del hombre por la tierra quedan ahí. Algunas sin duda, las más recientes saltan a la vista, como las torres de Abengoa. Pero muchas otras se encuentran escondidas bajo tierra, como los restos arqueológicos que han ido dejando los distintos habitantes de esta región. Una riqueza hoy preservada, parcialmente restaurada y expuesta por la Fundación Focus-Abengoa, bajo la dirección científica de Fernando Amores Carredano, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.
    El director del proyecto De la Tierra al Sol. Historia de los paisajes del Guadiamar habla con entusiasmo: «El paisaje es como un palimpsesto, compuesto de distintas capas donde se puede observar la huella del tiempo. La secuencia histórica dice es mucho más amplia de lo esperado: abarca desde el Bronce final tartesio, pasando por el periodo romano, hasta la Antigüedad tardía y el periodo islámico. Casi dos mil años de historia almacenada en los archivos de la tierra de estos yacimientos». A partir de las imágenes obtenidas en las prospecciones, los expertos seleccionaron las mejores áreas en las que realizar pequeños muestreos superficiales para ampliar la información. «La prospección geofísica comenta Amores Carredano es como una radiografía que te permite elegir después donde realizar la operación quirúrgica». El análisis del material superficial arroja, en cambio, información sobre quién y cuándo se asentó en esa región y qué actividades desarrolló en ella.
    Así, el trabajo arqueológico revela no solo las construcciones levantadas por los distintos pobladores, sino también su influencia en el paisaje. Una evolución que ha modificado un entorno heredado hasta darle su forma actual: en su origen más remoto, el valle del Guadiamar fue un mar que se fue retirando para dejar a la vista suaves lomas después colonizadas por álamos, olmos y sauces. Así lo atestiguan los fósiles marinos hallados a muchos kilómetros de la actual línea de costa. Fueron los fenicios, primero, y los romanos, después, quienes se encargaron de abrir claros en el bosque, para hacerse con la leña necesaria para levantar sus edificaciones y, en gran medida, para su actividad metalúrgica. Y es que las minas de Aznalcóllar son las responsables de los asentamientos humanos aquí desde la Edad de Bronce. En época romana llegó a haber miles de habitantes en los distintos asentamientos de la actual finca y sus alrededores: el cercano asentamiento de Laelia de especial importancia estratégica para la administración romana sería el principal y a su alrededor crecieron otros como los llamados Lagunillas la extensa villa romana que concentraba el núcleo de actividad agraria y residencial o Molinillo, equivalente en la época a un polígono industrial, donde se trataba el mineral extraído en Aznalcóllar.
    También la toponimia el estudio del origen y la significación de los nombres propios de un lugar aporta mucha información histórica. Y se han encontrado incluso restos que aluden a hornos de fundición y transformación del mineral extraído. Este largo camino explica el proceso que ha modelado el paisaje hasta llegar a las características dehesas actuales de la región, hogar para la cría de ganado, especialmente toros. Y podemos ver su huella todavía hoy en eventos como la romería de la Virgen del Rocío, donde la imagen de la Blanca Paloma es transportada por carretas tiradas por bueyes engalanados con adornos cuyo origen se remonta a los fenicios y su culto al dios Baal, representado como un toro. No en vano los templos que han aparecido en yacimientos cercanos, como el de Carambolo (en Camas, Sevilla), exhiben altares en forma de piel de toro. Estos templos están orientados de tal manera que sus puertas coinciden con la salida del Sol durante el solsticio de verano: el 21 0 22 de junio, según el año. Estas fechas eran especialmente importantes en la región desde tiempos de los fenicios y siguieron siéndolo en la época romana.
    El culto al Sol hoy ha desaparecido, pero sigue dominando el paisaje a través de las imponentes torres de Abengoa, que, además de energía solar, concentra, a través de su fundación, la memoria de una tierra preñada de cultura y riqueza patrimonial.

    TÍTULO: QUE COMPETECIAS SE REQUIEREN PARA TRIUNFAR,.

    ¿Qué competencias se requieren para triunfar?

    Es fácil decir que la ausencia de las nuevas competencias que exige la sociedad del conocimiento, comparadas con las modeladas por la ...
     Es fácil decir que la ausencia de las nuevas competencias que exige la sociedad del conocimiento, comparadas con las modeladas por la revolución industrial, tiene la culpa del índice atrabiliario de paro entre los jóvenes. Lo difícil es demostrarlo y, más que eso, explicar el contenido de las competencias que se echan de menos.
    No existe ninguna fórmula matemática que indique la falta aprendizaje de los conocimientos y estilos de vida necesarios para el mundo nuevo que vivimos. Sencillamente, constatamos que, cuando no se ejerce el liderazgo que reclaman las circunstancias nuevas, la empresa deja de ser productiva; que, cuando no se dominan las técnicas para decidir intuitiva y emocionalmente, algo falla a nivel organizativo. En definitiva, solo el balance final puede aportar la prueba de que se aplicaron o dejaron de aplicarse las nuevas competencias requeridas.
    Pero, entretanto, no es bueno confiarlo todo a la buena suerte y lo lógico sería profundizar en la definición de esas competencias. En primer lugar se trata de suplantar el sistema competitivo al que se nos ha acostumbrado por un diseño totalmente opuesto, basado en la colaboración. Trabajar en equipo requiere no fiarse solo de uno mismo, sino diseñar con la ayuda del resto la manera de profundizar en el conocimiento. Colaborar, en lugar de competir, requiere un trato y una sabiduría a los que se está poco acostumbrado.
    Uno de los descubrimientos que han cimentado la posibilidad de aplicar el aprendizaje social y emocional ha sido el papel inusitado del inconsciente; resulta que el lugar ocupado por el pensamiento racional en el cerebro es insignificante comparado con el poder de la intuición. Casi todo se elabora en el inconsciente partiendo de premisas intuitivas. Ahora bien, sería iluso creer que la intuición puede funcionar sin cierta preparación; todos los investigadores, incluidos premios Nobel como Kahneman, nos alertan de la necesidad de saber desgranar las estructuras que también caracterizan a la intuición.
    Es preciso, además, aceptar lisa y llanamente lo que se ha demostrado en los laboratorios: las demandas instigadas por la empatía, por la facultad de saber ponerse en el lugar del otro, son mucho más decisivas que las movidas por el puro egoísmo. Cuesta al común de los mortales aceptar los resultados de los experimentos de la Harvard Business School que demuestran que uno tiene muchas más posibilidades de dar con la felicidad cuando busca la de los demás que la suya propia.
    Estamos saliendo solo de la Prehistoria en lo que se refiere a las técnicas de comunicación. Es preciso mejorarlas recurriendo a las técnicas digitales, pero no solo así. Hacer llegar a los demás el mensaje implícito en las nuevas tecnologías requiere atender, entre otros impactos, a la comunicación no verbal.
    No hemos siquiera iniciado la elaboración de las técnicas de concentración. Muchos padres y educadores atribuyen la supuesta falta de atención de sus hijos y sus alumnos a su fácil acceso a plataformas dispares. Pero en realidad, como dicen los sajones, it's not a deficit attention, it's that I am not interested (no es un déficit de atención, es que no estoy interesado). No tenemos respuestas todavía a la falta de aprendizaje de la creatividad con la que se enfrentan los alumnos, no solo los artistas.
    Ahora bien, si debiéramos establecer un orden de prioridades, sin caer en el vicio anterior de la jerarquización de las competencias que tanto daño ha hecho proscribiendo la creatividad, nadie debiera olvidarse de la necesidad imperiosa de que cada alumno, cada maestro y cada persona sea capaz de identificar aquello que le hace vibrar y desearlo para comunicarse con los demás. Sin olvidar que no basta con localizar el elemento, sino que hace falta profundizar en su conocimiento hasta controlarlo. Yo no sé de otra



No hay comentarios:

Publicar un comentario