viernes, 28 de junio de 2013

REVISTA XL SEMANAL CASO SNOWDEN,./ CÓDIGOS HASTA LA MUERTE,.

TÍTULO: REVISTA XL SEMANAL CASO SNOWDEN,.

  CASO SNOWDEN,.

AFP
  1. Ecuador renuncia a acuerdos aranceralios con EE UU debido al caso Snowden
    El Congreso no parecía dispuesto a renovar unos acuerdos que expiraban el 31 de julio, más allá de las tensiones por el filtrador.

    Ecuador ha anunciado este jueves que ha renunciado a renovar los acuerdos comerciales con el Congreso de Estados Unidos que le otorgaban beneficios y preferencias arancelarias sobre la exportación de determinados productos a este país. La decisión, anunciada por el ministro de Comunicación ecuatoriano, Fernando Alvarado, se produce un día después de que el presidente del comité de Asuntos Exteriores del Senado, el influyente demócrata Bob Menéndez, advirtiera por escrito al Gobierno de Rafael Correa de que, si consentía en dar asilo a Edward Snowden, se encargaría de no reautorizar esos pactos.
    La ruptura de estos acuerdos comerciales se produce en medio de una escalada de tensión entre ambos países a cuenta del caso Snowden. “El Gobierno de Ecuador no va a aceptar amenazas de nadie. Nosotros no nos supeditamos a los intereses económicos”, ha asegurado Alvarado. Aunque el gobierno de Ecuador sostiene que EE UU está utilizando la baza de los tratados con este país para influir en la decisión de otorgar asilo al exanalista estadounidense, el hecho es que el Congreso de este país parecía decidido a no renovar unos acuerdos que expiran el próximo 31 de julio mucho antes de que saltara el escándalo de las filtraciones. Ecuador era consciente y ha aprovechado una situación casi inevitable para sumarla a sus gestos beligerantes hacia EE UU.
    El Congreso estadounidense mantiene con Ecuador dos acuerdos comerciales, el del Sistema Generalizado de Preferencias, (GSP en sus siglas en inglés) y el de Erradicación de las Drogas y Promoción del Comercio Andino (TPA). Ambos son tratados de carácter global que abarcan a muchos más Estados, a través de los que el Gobierno estadounidense potencia el crecimiento económico de países en desarrollo. En el caso concreto del TPA, en un primer momento, incluía también a Perú, Bolivia y Colombia, pero la firma de convenios de libre comercio con los tres ha dejado a Ecuador como el único miembro de ese pacto comercial. En 2012, gracias al GSP, Ecuador se benefició de 107 millones de dólares y las exportaciones de flores, atún y frutas y hortalizas le reportaron 318 millones de dólares debido a las rebajas arancelarias del TPA, de acuerdo con los datos de la oficina del Representante Comercial de EE UU.
    Ecuador ha renunciado a unos importantes beneficios económicos que EE UU tampoco parecía tener mayor interés por renovar y su decisión en ningún modo perjudica a los intereses de este país ya que el único beneficiario de esos programas es el Estado sudamericano. La no renovación del acuerdo puede suponer para la industria floral ecuatoriana, que ha experimentado un crecimiento importante bajo el amparo del TPA, la pérdida de 100.000 puestos de trabajo.
    “Nuestro Gobierno no recompensa a los países por su mal comportamiento. Los beneficios comerciales son un privilegio para las naciones, no un derecho. Urjo al presidente Correa a que haga lo correcto para EE UU y Ecuador y deniegue la petición de asilo a Snowden”, decía el comunicado del senador Menéndez. La decisión de renovar esos privilegios con otros países la adopta el Congreso de EE UU por razones eminentemente económicas y no políticas, advierten desde la Administración, y esa decisión, insisten, ya parecía que no iba a ser favorable para Euador en todo caso.
    El caso Snowden ha provocado, sin embrago, un aumento de la retórica beligerante por parte de ambos países. El miércoles, la Embajada de Ecuador en EE UU emitía un comunicado en el que informaba de que su Gobierno había solicitado a EE UU que le remitiera por escrito las razones por las que no debía otorgar asilo a Snowden. “Mientras el Ejecutivo de Ecuador cumple con sus obligaciones, la Embajada rechaza las declaraciones de los miembros del Gobierno estadounidense con contenido dañino, falso e improductivo sobre Ecuador”.

    TÍTULO: CÓDIGOS HASTA LA MUERTE,.

    Códigos hasta la muerte

    Cuando en 1952 los estadounidenses Joseph Woodland, Jordin Johanson y Bernard Silver patentaron el código de barras no podían ...

    Códigos hasta la muerteCuando en 1952 los estadounidenses Joseph Woodland, Jordin Johanson y Bernard Silver patentaron el código de barras no podían imaginar la revolución que iba a suponer para la humanidad. Su primer destino fue catalogar vagones de ferrocarril, pero no fue hasta 1966 cuando comenzó a utilizarse comercialmente. En España comenzó a funcionar a mediados de los 80 y aligeró, sobre todo, las colas en los hipermercados. Hoy se cataloga con rayas desde un lapicero a una medicina, pasando por el inventario de una empresa. Y lo que es más raro, hasta un cementerio.
    Interpretar el código de barras es sumamente sencillo con una pistola lectora. Otra cosa es hacerlo sin herramientas. Las primeras rayas son el prefijo, lo que es fácil de saber dado que por debajo están los números que identifican al país (84 en el caso de España). Después va el código asignado a la empresa registrada, que tiene entre cinco y ocho dígitos. A ellos le siguen los números del código del producto establecido por el fabricante y luego aparece un dígito de control.
    Con un poco de paciencia es fácil descubrir el fabricante de la marca blanca de leche que se compra en el supermercado o en qué nación han sido elaborados los frutos secos que se toman con el aperitivo o, incluso, el lugar del mundo donde ha sido fabricado el carísimo bañador que se va a utilizar este verano -con casi toda seguridad en un país del Tercer Mundo-. A las barras se ha sumado ahora el código QR, más sofisticado y con mayores aplicaciones multimedia.
    Lo complicado es saber cómo son catalogadas con un código digital las lápidas del cementerio Subset Memorial Park, al norte de la ciudad estadounidense de Filadelfia. La empresa Digital Legacy, fundada por Rick Miller, se dedica a ofrecer un servicio añadido a sus clientes, los familiares de los difuntos. El invento da un valor añadido a los camposantos, lo que en el mundo de las funerarias poco a poco va teniendo más tirón, pese a la crisis.
    Para entrar en el legado digital, el amigo o familiar del finado tendrá que ir provisto de un teléfono inteligente o una tableta con la aplicación para leer el código de barras o el QR. Tras postrarse ante la lápida para saludar a su amigo o ser querido, solo tendrá que pasar el aparato por delante por la pegatina con el código para escanearlo. De inmediato, como ocurre cuando se pasa un pollo precocinado por la caja del súper, el 'smartphone' o la tableta ofrece un amplio menú de posibilidades que van desde visionar fotografías o vídeos del fallecido a escuchar sus canciones favoritas, conocer las dedicatorias póstumas que le hicieron, dejar escrito algo en ese registro y compartirlo a través de las redes sociales como Facebook o Twitter.
    En Estados Unidos la iniciativa suma adeptos día a día. Sin embargo, en países como España, donde morirse cuesta un riñón, la incineración manda, aun a riesgo de ser multado esparciendo las cenizas en un monte, un río o la playa, cuando no en un estadio de fútbol. En ese caso, estas etiquetas con los códigos podrían comenzar a ser vistas tanto en las barandillas de los paseos marítimos, en los puentes o en los terrenos de juego.

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