domingo, 3 de febrero de 2013

EL DUQUE EMBARGADO,./ CRÓNICA DE UNA RESURRECCIÓN,.

TÍTULO: EL DUQUE EMBARGADO,.


ñaki Urdangarin y Diego Torres tienen hasta el miércoles para reunir y depositar en el Juzgado número 3 de Instrucción de Palma nada .
 ñaki Urdangarin y Diego Torres tienen hasta el miércoles para reunir y depositar en el Juzgado número 3 de Instrucción de Palma nada menos que 8.189.448,44 euros, la fianza civil que les ha impuesto el juez José Castro por la supuesta apropiación de fondos públicos a través del Instituto Nóos. De momento, el duque de Palma va a recurrir la medida, con lo que podría retrasar el abono de semejante montaña de dinero. ¿Podrá pagarla?
A estas alturas del folletín judicial, que el yerno del Rey reúna en cinco días cuatro millones (si lo hacen a medias, pues las proporciones del pago tendrán que negociarlas los exsocios) puede ser tan escandaloso como que no lo consiga y sus bienes queden embargados. Al fin y al cabo, solamente la fianza supone el sueldo íntegro de 350 años de trabajo de un español medio. Mientras dirimen el pago con avales bancarios, bienes en garantía o en efectivo, esto es lo que se sabe que tienen Urdangarin y Torres para responder ante la Ley.
Porque el patrimonio real de Torres y el duque es un enorme interrogante que se investiga día a día. El dinero obtenido en las labores financieras de la pareja se pierde en un entramado galáctico de participaciones societarias mucho más allá del Instituto Nóos y la empresa inmobiliaria Aizoon, participada por la infanta Cristina. A finales de 2011, en pleno estallido del caso, los informes preliminares de la Brigada Antiblanqueo y Anticorrupción de la Policía apuntaban a que, desde 2004, Iñaki Urdangarin había amasado a través de su red de empresas una fortuna de once millones de euros, mientras que su socio en Nóos, Diego Torres, se había hecho con cinco.
Todo se les puede llegar a embargar. De Torres se sabe que posee en Sant Cugat del Vallés un lujoso adosado valorado en 1,5 millones de euros. Lo compró con una hipoteca de 1,2 millones más 400.000 euros que le habrían prestado los duques de Palma antes de partir peras. También se habló de un velero de diez metros de eslora, que Torres supuestamente alquilaba a una sociedad cuya administradora es su propia mujer.
Alquilado hasta verano
La estrella inmobiliaria de la trama ha estado a la vista de todos desde hace años. Se trata del conocidísimo palacio de Pedralbes, una exclusiva propiedad en el barrio más caro de Barcelona con 1.200 metros cuadrados de vivienda y otros 1.300 de jardín que los duques compraron en 2004. Cuatro años antes, Urdangarin cobraba menos de 100.000 euros al año como jugador de balonmano. El palacio, símbolo de sus sueños de grandeza, estuvo alquilado hasta el pasado verano por una familia (se ha publicado que pagaban 13.000 euros al mes), mientras el matrimonio vivía en Washington. Después de un tiempo buscando otro inquilino y asediados por la justicia, han puesto a la venta el inmueble. Urdangarin, protagonista de tan sideral ascenso y posterior caída, pide por el insigne edificio siete millones de euros. Él pagó seis (con una hipoteca de cinco) y lo mejoró con reformas por otros dos más. No es una locura. En la red se encuentran terrenos vecinos con casas más pequeñas por el mismo precio. Hay más. Entre 2003 y 2007, el duque y la infanta no fueron ajenos al afán de invertir en ladrillo. Su empresa Aizoon se hizo con cinco pisos en Palma, uno en Terrasa (Barcelona), además de dos garajes y un trastero. Están valorados en 1,3 millones de euros. Si no pagan, serán embargados. El matrimonio está «preocupado», ha confirmado el abogado del duque. 
 
TÍTULO : CRÓNICA DE UNA RESURRECCIÓN,.
 
En septiembre pasado, la temporada 2012 estaba acabando para el Extremadura Spiuk, al otro lado del teléfono Alfonso Rodríguez, .
 
En septiembre pasado, la temporada 2012 estaba acabando para el Extremadura Spiuk, al otro lado del teléfono Alfonso Rodríguez, su director deportivo desde su creación en 2001, contestaba con medias palabras y con silencios poco alentadores. Apuntaba sin apuntar que la historia del único equipo extremeño que ha llegado al pelotón profesional quemaba su última etapa. No había muchas más opciones. Las cuentas son muy fáciles de hacer y no salían.
Después de la Vuelta a Galicia, el último compromiso del equipo la temporada pasada, Alfonso Rodríguez les dijo a sus corredores lo que había, que no esperaran nada del Extremadura Spiuk y que si tenían una oferta que no se lo pensasen, que se agarrarán a ella. Sentimentalismos los justos. El domingo pasado, el Bicicletas Rodríguez realizó su primer entrenamiento conjunto, los primeros kilómetros de un nuevo equipo que es el de siempre. ¿Qué ha cambiado desde septiembre para que el equipo haya inesperadamente resucitado?
No, no ha sido un milagro. No porque no existan, es porque en ciclismo los santos se llaman patrocinadores y no hacen milagros, ponen dinero.
El patrocinador principal de un equipo es el que pone el nombre y la mayor parte del dinero, en el caso del Extremadura hasta este año era la Junta. Después del principal hay un patrocinador secundario, en el caso que nos ocupa era Spiuk. Y tras ellos un montón de pequeños colaboradores que suelen tener razones más sentimentales que económicas para apoyar a un club.
Con este esquema, la temporada pasada el Extremadura Spiuk salió a competir en categoría Élite y Sub 23 muy mermado y haciendo bolillos para encajar el presupuesto. Esta temporada, en la misma categoría, con las ayudas públicas a la baja o en vías de extinción -El Ayuntamiento de Zafra hace dos años que no aporta nada- se planteaba imposible. La única posibilidad de resucitar el proyecto era que apareciera un patrocinador nuevo. Tony Pedrera, director general de Deportes, estaba muy interesado en la continuidad del proyecto, pero dinero no podía poner más -En dos años la Junta ha reducido su patrocinio en un 70%- por eso estaba abierto a cualquier solución imaginativa aunque eso supusiera que el nombre de Extremadura pasará a un segundo término. El problema es que los patrocinadores son huesos duros de encontrar.
Alfonso Rodríguez tanteó a varias empresas, una andaluza vinculada al mundo del ciclismo incluso se mostró interesada, no pudo ser. En principio, la opción de que Bicicletas Rodríguez, el negocio familiar de Alfonso Rodríguez, fuera ese patrocinador salvador ni se contemplaba, pero surgió y tomó forma de la manera más inesperada. Muchas cuentas, alguna noche sin dormir y una pizca de insensatez cocinaron el nuevo equipo.
Director y patrón
Después tocaba convencer a Spiuk para que dejará su privilegiado sitio en el nombre del equipo. No hizo falta. El equipo extremeño es casi una apuesta personal de la empresa alavesa, concretamente de su fundador José Fernández que falleció el año pasado. Spiuk aporta lo mismo que la temporada pasada y no le importa desaparecer de la denominación del equipo si eso asegura su continuidad. Otra manera de entender los negocios.
Pues con el nombre y el presupuesto atado tocaba rehacer un equipo Élite y Sub-23casi desde cero. Alfonso Rodríguez, además, tenía el difícil papel de ser al mismo tiempo director deportivo y patrón. Una parte de su cabeza le pide gastar sin control y la otra cierra el grifo.
El presupuesto de mínimos da para diez ciclistas, una cifra que deja poco hueco a las lesiones y limita mucho el número de combinaciones posibles. A las pruebas de la Copa de España hay que llevar siete ciclistas y tener la suerte de que todos los corredores estén disponibles al mismo tiempo es mucho confiar en una temporada larga.
Ilusión
La máquina ya está en funcionamiento. El domingo pasado tuvo lugar el primer entrenamiento colectivo y la primera charla de Alfonso Rodríguez a sus pupilos. Habrá más entrenamientos hasta que llegue la concentración previa al comienzo de la temporada, que un año más será en Don Benito. El próximo 24 de febrero se disputará el Circuito Guadiana, prueba que un año más abrirá la Copa de España, que este año tiene ocho citas.
La Copa de España será el principal objetivo del equipo, pero también estará en una decena de vueltas por etapas y clásicas nacionales como la Vuelta a León, la Vuelta a Valencia, la Volta a Galicia o la Prueba Loinaz. Un calendario exigente en el que el Bicicletas Rodríguez Extremadura tiene puestas muchas ilusiones.
El equipo es corto porque lo ideal sería contar con 12 o 13 ciclistas, pero no le falta calidad, mucho futuro, la edad media no pasa de los 21, y variedad como para optar a victorias en todo tipo de pruebas. Adrián Alvarado puede ser un candidato a la general de la Copa de España. Alberto Gallego, en las pruebas que tengan más montaña, y Edison Bravo o Daniel Sánchez Cidoncha, en las que se llegue en grupo, son siempre candidatos a victorias parciales. El propio Alberto Gallego o Marcos Miguel Vivas podrían disputar la general de alguna vuelta por etapas.
La carretera medirá sus verdaderas opciones. Todos ellos saben que este año es casi un regalo y que los milagros, si existen, no se repiten. Si aprovechan la oportunidad, puede que el año que viene no haga falta un milagro para seguir compitiendo. La otro opción es mejor no mencionarla.

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