 Radio 3 se suma a la celabracion del Día Mundial de 
la Radio instituido por la UNESCO. A lo largo de todo el día emitiremos 
unos,.
Radio 3 se suma a la celabracion del Día Mundial de 
la Radio instituido por la UNESCO. A lo largo de todo el día emitiremos 
unos,.Radio 3 se suma a la celabracion del Día Mundial de la Radio instituido por la UNESCO.
A lo largo de todo el día emitiremos unos microespacios en los que se proclama el valor de la radio como medio de comunicación ligado a la vida y a la cultura.
Músicos como Vetusta Morla, Lori Meyers o Los Coronas. Actrices como Cristina Alacázar o Aurea Garrido. Fotográfos como Chema Madoz o Alfons Rodríguez. Representantes de instituciones como el Círculo de Bellas, la Fábrica o el Embajador de España para la diplomacia cultural, hablan de su peculiar manera de escuchar la radio.
También los oyentes nos cuentan sus impresiones sobre la radio. Cómo la radio les informa e entretiene.
Nick Cave en concierto y Siglo21 desde Arco
Radio en directo, con todos nuestros programas. Saliendo donde está la noticia. Con la emisión de Siglo21 desde Arco en el momento de su inauguración.Radio llevando la música a los oyentes con la emisión en directo desde Berlin de un concierto especial y exclusivo, el del australiano Nick Cave & The Bad Seeds.
Radio 3 celebra del día mundial de la radio haciendo radio.
TÍTULO: EL FIEL SECRETARIO BUSCA DESTINO,.
.El escándalo Vatileaks puso de manifiesto la soledad de Benedicto XVI y la traición de los que tenía por sus más leales. Sin embargo, en ...
El escándalo 'Vatileaks' puso de manifiesto la soledad de Benedicto 
XVI y la traición de los que tenía por sus más leales. Sin embargo, en medio de 
las conspiraciones en la Curia emerge la figura de su más fiel servidor, su 
secretario personal, Georg Gänswein. Antes de abandonar el papado, Benedicto XVI 
ha asegurado a su asistente un porvenir en la jerarquía al nombrarle arzobispo. 
A medida que crecía el desencanto en su ánimo, Joseph Ratzinger se 
fue recluyendo en el silencio, el estudio y la oración. El Pontífice optó por el 
recogimiento y la compañía de la denominada familia pontificia, integrada por 
sus dos secretarios -Georg Gänswein y el sacerdote maltés Alfred Xuereb-, la 
monja que ayuda a Ratzinger en sus trabajos de estudio y escritura, capaz de 
descifrar su letra, sor Birgit Wansing; y las cuatro laicas consagradas de la 
comunidad Memores Domini, encargadas de cuidar el departamento papal: Carmela, 
Loredana, Cristina y Rosella. Había uno más dentro de ese círculo íntimo que se 
reveló como la manzana podrida: Paolo Gabriele, 'Paoletto', su mayordomo, el 
hombre que defraudó su confianza al robar los documentos reservados del 
Vaticano. 
El Papa decidió en diciembre proteger a Gänswein -su más estrecho 
colaborador, la persona que le llevaba su agenda y organizaba el protocolo- de 
las intrigas vaticanas. Y lo hizo ordenándole arzobispo. El atlético clérigo 
germano, cuya apostura contrasta con la senectud de Ratzinger, es prefecto de la 
casa pontificia y titular de la diócesis honorífica de Urbisaglia. 
Quienes creyeron que el 'caso Vatileaks' arrastraría a Gäswein 
erraron de cabo a rabo. De pronto el secretario del Papa se convirtió en 
sospechoso por el hecho de compartir despacho con Paolo Gabriele y ser la sombra 
del Pontífice. No conocían al secretario ni tampoco a Benedicto XVI, quien ha 
dado probadas muestras de predilección hacia su subordinado. Una norma no 
escrita obligaba a recompensar a los secretarios papales a la muerte del 
pontífice. El Papa ha roto con esa tradición y ha conferido a su protegido la 
dignidad episcopal en vida. 
Desde luego, Gänswein no le ha defraudado. Gracias a él se supo 
quién había hurtado los papeles de la discordia. Nada más salir el libro con los 
documentos del escándalo, el secretario repasó a conciencia los publicados y se 
percató de que había uno que solo había pasado por manos de dos personas, las de 
él mismo y las del asistente de cámara del Papa. Estaba claro que 'Paoletto', el 
hombre que ayudaba a vestirse a Ratzinger y acudía con él a misa todos los días, 
había quebrantado el compromiso de confidencialidad. 
'Monseñor George Clooney' 
Este hijo de herrero, políglota y aficionado al tenis, ha decidido 
unir su suerte a la de Joseph Ratzinger. Su obediencia al ocupante de la silla 
de Pedro es de tal naturaleza que cualquier acechanza al Papa la padece como 
propia. «Hay vientos hostiles, y si tocan al Santo Padre, a veces también tocan 
a su secretario», ha dicho este clérigo, a quien le disgusta ser conocido por el 
apodo de 'monseñor George Clooney'. 
Ahora se abre un paréntesis para este hombre cuya prestancia no 
pasa inadvertida. Puede hacer carrera en la Curia, un destino que resulta 
coherente con su promoción a arzobispo, o volver a Alemania. Regresar a su 
patria es la opción que tomó el secretario de Juan Pablo II, el polaco Stanislaw 
Dziwisz, cuando murió Wojtyla. 
Su identificación con el sucesor de Pedro llega a tal grado que 
hasta su mismo pensamiento parece ahormado por Ratzinger. Comparte con el Papa 
cierta prevención hacia el islam; no en balde calificó el controvertido discurso 
de Ratisbona de «profético». En una entrevista con un diario alemán, cargó 
contra las supuestas intenciones ocultas de los seguidores del Corán. «No 
podemos negar que existen intentos de islamizar Europa», dijo. 
El tono mundano con que se ha informado del agraciado arzobispo 
impide ver un hecho de gran trascendencia: su poder ha crecido de forma notable. 
El fiel secretario ha anudado lazos con prominentes personajes del 
mundo de la empresa y la política italianas. La prensa ha informado de varios 
encuentros con Federico Toniato, mano derecha del primer ministro italiano en 
funciones, Mario Monti. 
Ordenado sacerdote en 1984, Gänswein había trabajado como asistente 
del arzobispo de Friburgo. Como teólogo descollante, en 1996 recibió la llamada 
del Vaticano para incorporarse a la Congregación de Doctrina de la Fe, donde 
comenzó a trabajar a las órdenes del por entonces prefecto Ratzinger. También 
tuvo una cátedra en la universidad de la Santa Croce en Roma, del Opus Dei. En 
el envarado mundo eclesial, el ser portada de la edición italiana de 'Vanity 
fair' no le ha ayudado. Pero el secretario ha sabido cobijarse bajo la sombra 
protectora de un mentor inmejorable, Benedicto XVI. 
 
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