domingo, 17 de febrero de 2013

DESAYUNO DE DOMINGO FERNANDO TEJERO ,/ Creando monstruos por Carmen Posadas,./

TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO FERNANDO TEJERO:
  1. Nací en Cádiz en el 69. Antes del verano estreno `Fuera de juego´ y en septiembre empiezo a rodar

    `La gran vida´, una serie para televisión ...
     
    Desayuno de domingo con...

    Fernando Tejero-foto: "Me dio miedo presentar los Goya"

    Nací en Cádiz en el 69. Antes del verano estreno Fuera de juego y en septiembre empiezo a rodar La gran vida, una serie para televisión con José Mota. De momento, no me quejo.
    Nací en Cádiz en el 69. Antes del verano estreno `Fuera de juego´ y en septiembre empiezo a rodar `La gran vida´, una serie para televisión con José Mota. De momento, no me quejo.
    XLSemanal. A dos películas por año, la crisis no la ve ni de lejos.
    Fernando Tejero. La noto, sí; ahí estoy rebajando sueldos y, como todo el mundo, bajándome un poco los pantalones porque, si no, viene otro y te levanta el curro.
    XL. Lleva ya cuatro películas sobre el mundo del fútbol... sin gustarle este deporte.
    F.T. Esta es la magia del cine. No detesto el fútbol, pero ahora empieza a interesarme más [risas].
    XL. Es hijo de torero y hermano de dos banderilleros; por cierto, uno de ellos es idéntico a usted.
    F.T. Sí, sí [se ríe], pero yo jamás me vestiría de luces; ni me gusta ni lo termino de entender.
    XL. Así que ni toros ni fútbol. Está como el protagonista argentino de Fuera de juego...
    F.T. ¡Maricón perdido! ¡Totalmente, sí! Pero me gusta mucho el cine y, en especial, el español.
    XL. Rechazó la oferta de presentar los premios Goya.
    F.T. Mmmm, me dio mucho miedo. Todo el que los presenta está acojonado por lo que le viene después. Y a mí no me va la marcha.
    XL. Pues la de la noche hubo un tiempo en que sí le iba...
    F.T. [Se ríe]. Reconozco que me gusta mucho el mundo de la noche, aunque sea para estar tranquilito en mi casa leyendo un libro.
    XL. ¿Quééé? 
    F.T. Hoy salgo, exclusivamente, para ligar. Si tuviera pareja no saldría, porque me aburre. Me encantaría estar ya casado y con hijos. Pero a medida que me hago mayor, me vuelvo más puñetero y más egoísta.
    XL. «Si pudiera, robaría todas las cintas de Aquí no hay quien viva, para que dejen de emitirlas».
    F.T. Es que siguen saliendo por no sé cuántos canales. Cuando las veo, es como si Drácula viera un crucifijo. ¡Dios mío! ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Me saturó entonces y me satura ahora mucho más. Han pasado seis años y esto es el cuento del haba que nunca se acaba.
    XL. Y dice que en Córdoba es usted como Antonio Banderas en Málaga.
    F.T. ¡Hombre, sí! pero con menos dinero, con menos chalé y sin una mujer americana al lado. Pero, como él, me siento muy querido en mi tierra. Tanto es así que, si quiero salir a pasear a mis perros, tengo que hacerlo vestido de atracador de banco.

    Su desayuno es el siguiente un café con leche calentito con tostadas de bimbo con mantequilla y mermelada de fresa y un zumo de naranja natural,.

    TÍTULO: Creando monstruos por Carmen Posadas,.

    En el caso del monstruo de Amstetten, por ejemplo, primero nos cuentan su .... por el sillón y otros por la pasta, estamos creando una sociedad que lejos de,.
     
    De monstruos y manzanas podridas

    He seguido consternada la terrible historia del monstruo de Amstetten que ahora, tras su juicio y condena, pasará a ser sólo un caso más de maldad extrema con los que la realidad se encarga de recordarnos cada cierto tiempo de qué infamias es capaz el ser humano. En otro tiempo, este suceso habría acabado aquí, con el miserable pudriéndose en la cárcel y su víctima intentando recuperarse de tamaño horror, pero el circo mediático en el que vivimos hace que historias como esta tengan siempre su secuela en el más cinematográfico sentido del término. Me refiero a esa banalización del mal, a esa absurda manía de convertir en espectáculo todo aquello que llame la atención. Por eso, ahora, exclusiva millonaria por medio, habremos de enterarnos de boca del propio Josef Fritzl que en realidad él no es un monstruo sino una víctima, que todo lo que hizo se debió a los abusos que padeció en su infancia a manos de su madre. Dirá (como ya apuntó el psiquiatra del caso) que sufre de un “déficit emocional masivo” que él trató de subsanar sometiendo a su hija a su poder absoluto. Resumiendo, intentará hacernos comulgar con esa enorme y estúpida rueda de molino posmoderna que dice que, en realidad, nadie es malo, que son las circunstancias las culpables de todo. Debo reconocer que cada vez me molesta más esta bobada new age de afirmar que to er mundo e´ güeno. No solo me molesta, sino que la encuentro muy peligrosa. Actualmente, para todo se busca una coartada o razón psicológica que explique por qué un ser humano es capaz de las mayores abyecciones. “Sí, sí” –acepta el papanatismo en que vivimos– “Fulano es un violador / asesino / ladrón…" (rellénense los puntos suspensivos con cualquier otra tropelía) "pero es que tiene su razones". "Al pobrecito su mamá no lo quería / en el colegio sufrió mobbing / su papá era un fascista…" (rellénense ahora los puntos suspensivos con cualquier otra excusa cuanto más estúpida mejor). La Psiquiatría y la Psicología son dos disciplinas fundamentales que han aportado grandes avances en la fascinante tarea de comprender al ser humano. Una y otra ayudan a explicar nuestro comportamiento, incluso nuestras pulsiones más oscuras, pero una cosa es explicar y otra muy distinta exculpar. A poco que se reflexione, esa tontería de justificar las tropelías que se cometen buscando una raíz que se hunde en la infancia del individuo no aguanta el más mínimo análisis. Si hacemos caso de las estadísticas, más de la mitad de la población reconoce haber sufrido algún tipo de abuso en su infancia, ya sea maltrato, acoso escolar o abusos sexuales en mayor o menor grado. Y, como es evidente, estas personas, en su enorme mayoría, no desarrollan una conducta disfuncional, no se convierten en violadores o en asesinos. Está claro que si se quiere justificar la maldad en la vida de las personas siempre hay un clavo ardiente al que agarrarse, pero eso no debe servir en ningún caso de excusa ni mucho menos de eximente. Esta sociedad sobreprotectora en que vivimos tiende a defender demasiado a sus manzanas podridas. La razón, a mi modo de ver, es que en España, durante el franquismo, se vivió bajo un régimen tan autoritario que ahora el péndulo se ha ido al otro extremo y aquí todo tiene una explicación, una coartada, un atenuante. También los medios de comunicación, con su capacidad de convertirlo todo en espectáculo, alimentan esta paradoja moderna. En el caso del monstruo de Amstetten, por ejemplo, primero nos cuentan su tropelías, nos acongojan con su maldad y monstruosidad y luego, para seguir generando portadas, le pagan cantidades millonarias para que explique su tragedia, su triste historia de niño abusado por su madre. Y mientras todo esto ocurre, nosotros, sufridos espectadores, nos tragamos toda esta bazofia sin digerir, sin pararnos a pensar que con nuestra actitud no hacemos más que alimentar al monstruo. No al de Amstetten, precisamente, sino al del relativismo papanatas que todo lo banaliza hasta la maldad, la perversidad, la irracionalidad. Lamentable.

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