Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en la tradicional Osaka,
cuatro mujeres de clase alta intentan preservar una forma de vida ancestral que
está a punto de desaparecer. Las hermanas Makioka, obra
fundamental de Junichiro Tanizaki, es el retrato conmovedor e
implacable de una familia y, a la vez, de una sociedad que se enfrenta al abismo
de la modernidad. A través de bellas y exquisitas estampas de la aristocracia
japonesa, Tanizaki captura tanto las convenciones sociales como
la íntima angustia de sus protagonistas. Fruto de una redacción lenta y
meditada, Las hermanas Makioka fue para su autor un refugio
ante la catástrofe de la guerra y se ha convertido, con el paso del tiempo, en
un clásico universal.
TÍTULO: PROTAGONISTA HILLARY CLINTON-- PRESIDENTA,.
Después de haber visitado 112 países y de haber completado 1.528.403 kilómetros en sus cuatro años como secretaria de Estado, los seis kilómetros y medio que recorrió en enero entre sus oficinas en Foggy Botton y el edificio del Capitolio se cuentan entre los más largos de este interminable viaje de Hillary Clinton hacia la historia.
Era uno de sus últimos días en el cargo. Un frío polar anunciaba la primera nevada del año en Washington. Hillary Clinton o Hillary Rodham Clinton, como intentó ser durante sus primeros años de matrimonio, o Hillary a secas, como frecuentemente se le denomina, con la llaneza que se reserva para las mujeres o los políticos extraordinariamente populares, tenía que comparecer ante las comisiones de Asuntos Exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes sobre los sucesos del 11 de septiembre de 2012, que costaron la vida en Bengasi al embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, y otros tres ciudadanos norteamericanos.
Ese episodio es el único borrón de una actuación espléndida al frente de la diplomacia estadounidense y, tan importante como eso, uno de los momentos más dolorosos de sus años de servicio a esta Administración. Stevens era amigo de Clinton. Hombre decidido, capaz, abierto y liberal, representaba la quintaesencia de lo que Clinton considera el diplomático moderno. Su muerte le causó un profundo impacto.
Se trata de una constante en la carrera
de esta figura algo dramática: la conjunción reiterada entre sus afectos y sus
decisiones, entre su vida personal y su trayectoria política. También en 1993,
poco después de llegar a Washington por primera vez como primera dama, tuvo que
soportar la muerte por suicidio de su amigo y colaborador Vince Foster en medio
de una tormenta política que acabaría de retirarla del primer plano durante
bastantes años. Stevens no era, ni mucho menos, tan próximo como Foster, pero
igualmente le da una dimensión íntima y trágica al conflicto político desatado
en Bengasi.
Por eso, entre otras cosas, llegó
Clinton al Congreso el miércoles día 23 especialmente encendida para esta
declaración. Fue vestida de verde. Aunque ella, a quien le costó aceptar que
la moda formaba inevitablemente parte de su imagen, lamentaría que se reparase
en este detalle. Seguramente, un experto le añadiría a ese verde alguna mayor
precisión de tonalidad. Pero dejémoslo en verde, color que refleja relajación y
paz interior, y que en esta oportunidad servía para resaltar que el
percance de salud sufrido durante las Navidades, cuando la secretaria de Estado
tuvo que ser ingresada en un hospital por una caída y un posterior trombo en la
cabeza, había sido superado con éxito. El abandono temporal de las lentes de
contacto y el regreso a las gafas de gruesos cristales son, temporalmente, las
únicas secuelas de ese episodio.
“Es un placer verla plenamente
recuperada y tan combativa como siempre”, le recordó el senador John McCain, uno de
tantos rivales políticos y, al mismo tiempo, admirador de Clinton. Fue otro
senador republicano presente en esa comparecencia, Ron Johnson, la principal
víctima de la rabia contenida por la secretaria de Estado desde que los
conservadores quisieron convertir los sucesos de Bengasi en un escándalo con el
que arruinar su trayectoria. “Con todo el debido respeto”, le dijo, subiendo la
voz y golpeando la mesa con el puño, “el hecho es que tenemos cuatro
norteamericanos muertos. Si eso es como consecuencia de una protesta o porque
unos cuantos tipos salen una noche de paseo decididos a matar algunos
estadounidenses, ¿qué diferencia hay?, ¿qué importa eso en estos momentos?”.
Quizá importe, pero ese grito enmudeció la sala y dejó al tal Johnson buscando
una respuesta que hasta el día de hoy no ha encontrado.
La cólera de Hillary Clinton es uno de
los muchos tópicos de una leyenda nacida desde su primer día en Washington. Al
Ala Este de la Casa Blanca, donde reside la familia del presidente, se le
denominaba en ese tiempo El territorio de Hillary, como advertencia
para no cruzarlo. Incluso en el Ala Oeste, donde están las oficinas, se tenía
mucho cuidado de no contradecir a la primera dama. Bill Clinton ofreció en su
campaña presidencial a “dos por el precio de uno”, y nadie dudaba de que su
principal consejero era su propia esposa.
Por esa razón, en esos primeros años,
Hillary Clinton fue el blanco principal de los ataques de la derecha, que la
demonizó como nunca antes se había conocido y nunca más se vería hasta Barack
Obama. La presión sobre ella, agudizada por el fracaso de su proyecto de reforma
sanitaria, llegó a tal grado que uno de los asesores que el presidente contrató
para sacarle de los peores momentos de apuro durante su primer mandato, Dick
Morris, la calificó como “el mayor lastre de esta presidencia”.,etc,.
TÍTULO. CUANDO UN SUEÑO DA DINERO,.EMPRESARIAS,.
Pero, igual que en el amor, el mayor impulso es la valentía. Lanzarse aunque dé vértigo. Algo a lo que cada vez se atreven más mujeres –según la última Encuesta de Población Activa, crece el número de trabajadoras autónomas–, aunque solo el 3,88% de las acciones emprendedoras en nuestro país están encabezados por ellas, según un estudio del IE Business School. La receta es siempre la misma: una curiosidad, un descubrimiento, la intuición de poder ofrecer lo que otros necesitan. “24fab (24 horas fabulosa) era algo que no existía, ni en España, ni fuera”, recuerda Anabel Zamora, creadora de la empresa, la única de venta y alquiler on line de ropa de lujo de temporada. “Arriesgarse es la única forma, si quieres que salgan proyectos innovadores”.
Atar los cabos
Es el mismo ingrediente, el riesgo, que Sandra Segimón y Natacha Apolinario, creadoras del éxito de Sushita, la más importante empresa de comida oriental preparada de España, creen imprescindible. “No hay que tener miedo, ni esperar que todos los cabos estén atados –afirma Sandra–. El valor y la intuición son importantes, y también ser constante y estar a pie de obra, hablar con el cliente. Se tarda en conocer cómo funciona un negocio y en penetrar en el mercado, que la gente te tome como referencia en ese sector. Y hay miles de momentos en los que crees que te has equivocado”.
Pies en la tierra
El otro ingrediente es la pasión. “Nunca he necesitado una gran inversión, lo básico siempre han sido mi cabeza y un ordenador”, apunta María Covarrubias, fundadora de MCLighting Projects, prestigioso estudio de iluminación arquitectónica y jardines. “Al diseñar un proyecto busco hacerlo siempre desde un prisma artístico, se plantea como un escenario, tiene más que ver con pintar con la luz que con utilizarla como herramienta práctica”, explica.
“Las fórmulas mágicas no existen; cuanto antes te equivoques, mejor, para solucionarlo y seguir. A veces te equivocas, otras aciertas y avanzas –afirma Anabel–. Pero al final, hay mucho de olfato: qué tengo que te pueda gustar y cómo te lo cuento”. “La crisis ha amilanado a muchos y hay que saber tener los pies en la tierra”, señala Natacha Apolinario, de Sushita. Pero también ha aguzado la imaginación de jóvenes con ganas de poner en pie lo que les gusta. Como Mercedes Valdenebro y Mercedes Peralta, socias del estudio de interiorismo Las2Mercedes. ¿No les dio miedo lanzarse? “Esa es una de las cosas buenas de la crisis –reflexiona Valdenebro–. Aprendes a tener pocos recursos, a no tirar un euro. Y si llegan más encargos, creces y hacia adelante”.
Mercedes Peralta y Mercedes Valdenebro, 29 y 27 años, socias del estudio de interiorismo Las2Mercedes.
Las dos son de Sevilla y son hijas de prestigiosos rejoneadores y amigas desde niñas. ¿Qué mejores socias para lanzar un proyecto basado en la pasión que comparten: la decoración y el interiorismo? Mercedes Peralta estudió Arquitectura de Interiores en Madrid y Nueva York, y trabajó, primero, en el estudio de Erico Navazo y, luego, en el de Tomás Urquijo.
Mercedes Valdenebro estudió Derecho, pero siempre quiso dedicarse al diseño. “Nada más terminar la carrera, empecé a trabajar en una casa de subastas”. El estudio se llama Las2Mercedes y nació hace dos años, aunque solo hace unos meses que tienen oficina. “Empezamos haciendo fotografías de piezas para subasta y decoración low cost de apartamentos para alquilar”, explica Peralta.
Hace un año, surgió su primer gran proyecto: el interiorismo de dos hoteles de la nueva cadena One Shot en Madrid, un nuevo concepto de hotel-galería, en el que se convocarán concursos y exposiciones de fotografía. “Nos apasiona la mezcla y el reto de adaptarnos al cliente”, explica Valdenebro. Ella se ocupa de los materiales, los proveedores y los acabados. Peralta, de los planos y la distribución. “Tenemos una gran complicidad que nos obliga a revisar ideas juntas y nos ayuda a poner en común las dudas”, confiesa Peralta. “Mi lema es no decir que no a nada y tirar para adelante” añade Valdenebro. “¿Especializarnos en hoteles? Puede que sí. No nos importaría. Está siendo una gran experiencia”, dicen entre risas. (Info: www.las2mercedes.com)
Anabel Zamora, fundadora de 24Fab.
Fue en Londres, ante un escaparate, cuando Anabel (entonces directora de marketing de una empresa de moda española) tuvo la idea. “Vi una chaqueta maravillosa de 6.000 €. Y me pregunté: ¿me gastaría yo ese dinero? No, pero no me importaría alquilarla”. Así surgió 24fab: una empresa de alquiler y compra de ropa de lujo de temporada. En 2009 lanzó la idea, “primero como una web; luego, con una tienda en Madrid”.
La clienta recibe en 24 horas el modelo escogido y puede probárselo en casa y disfrutarlo con la misma calidad y seguridad que si lo estrenara. “El mayor desafío fue convencer a las marcas –comenta Zamora–. Por eso cuidé mucho la imagen. Hice una inversión inicial de 30.000 €, sin préstamos. Fue mi entorno directo quien creyó en el proyecto e invirtió”. El boca a boca fue también fundamental, “y el esfuerzo, mucho esfuerzo y mucha creatividad”, dice Anabel, que ahora cuenta con un equipo de seis personas.
“Es una nueva forma de consumo, más pragmática. Permite disfrutar de algo que de otro modo es inaccesible; pero también soluciona problemas prácticos. Por eso, la crisis nos ha ayudado”. A 24fab acuden jovencitas para puestas de largo, ejecutivas y políticas de intensa vida social, actrices y muchas invitadas a bodas. A medida que los modelos se alquilan, baja su precio. ¿La evolución? “Hoy, crecer en España y en un futuro no muy lejano, exportar la idea”. (Info: www.24fab.com).
María Covarrubias Soto, 32 años, fundadora de MC Lighting Projects, especializada en proyectos de iluminación y escenografía
Empezó hace 10 años en un campo fundamental para la arquitectura y el paisajismo, como es la iluminación, a la que, según María, nunca se le ha dado la importancia que merece. “Trabajar con la luz y la sombra es apasionante –explica–. La iluminación enfatiza y crea la atmósfera. Y realza el trabajo del arquitecto, el interiorista y el paisajista”. María estudió Arquitectura de Interiores en la Univ. Politécnica de Madrid y se marchó a Nueva York, donde hizo un máster en iluminación y estudió Teoría del Color y Bellas Artes.
Luego acabó un master en escenografía, en Barcelona. Por entonces, montó su estudio. Su fuerte: la iluminación de fachadas y jardines. Poco a poco, surgieron algunos encargos, hasta que llegó uno de los trabajos más emocionantes: la iluminación del Casón del Buen Retiro, en la inauguración de la ampliación del Museo del Prado. Este año se ha encargado de la iluminación para la exposición de joyas de Cartier en el Thyssen. Hoy tiene tres personas en su equipo y nuevo local. “Un proyecto de iluminación es pintar con luz, crear una escenografía. Es esencial que la atmósfera te atrape”, dice. Pero escuchándola hablar, uno se da cuenta de que lo esencial es enamorarse de este trabajo: “Sí, esto es una pasión para mí”. (Info: www.mclightingprojects.es).
Sandra Segimón y Natacha Apolinario, fundadoras de Sushita.
El proyecto surgió de un viaje. “En Nueva York vimos los supermercados llenos de bandejitas de sushi para llevar –dice Sandra– y nos dijimos: ahí está el futuro”. Ella había estudiado Gestión de Empresas y había creado con su hermano una compañía de comida de restaurantes a domicilio. Natacha era bróker de banca. Y ambas eran su propio “target”: mujeres profesionales que solucionan la comida o la cena gracias a un plato (saludable) listo para consumir. Sushita vio la luz en 1999, con una inversión inicial de 800.000 €.
“Nos endeudamos a muerte –recuerda Sandra–, pero tuvimos la suerte de poder hacerlo, justo antes de la crisis. Empezamos las dos y un cocinero. Al principio, trabajábamos para el banco. Hacíamos los catering, la distribución...”. Sushita tiene hoy 58 empleados y, cada día, sirven entre 4.000 y 9.000 bandejas. Sus ventas crecieron un 25% entre 2011 y 2012 y, en ese último año, facturaron cuatro millones de euros. Están presentes en “take away” de cafeterías, tiendas de conveniencia, grandes superficies de España y Portugal...
Además, tienen “corners” en centros comerciales y supermercados. También organizan caterings y barras con “sushiman”, una opción que arrasa en las bodas. ¿El futuro? Apuestan por los “corners”, en los que se elabora un sushi “gourmet” y a la medida del cliente, y seguir diversificando su oferta (woks, dim-sum). “Nuestro objetivo: ser la marca de comida oriental de calidad de referencia,.
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