Hoy cumple años… Anabel Alonso-foto,.
Nací en Santurce (Vizcaya) hace 48 años. Siempre tuve claro que
quería ser actriz, pero pensé que sería un pasatiempo de fin de semana. ¡Y
mírame! Estoy de gira con la obra Lastres, que ahora llega a Madrid.
Y
menos ahora. Pero cuando tienes una trayectoria y la fortuna de ser
conocida, tienes más opciones de generar un proyecto.XL. Ya...
Anabel Alonso: "Las mujeres tenemos más pudor; por eso hay menos cómicas",.
Nací en Santurce (Vizcaya) hace 48 años. Siempre tuve claro que
quería ser actriz, pero pensé que sería un pasatiempo de fin de semana. ¡Y
mírame! Estoy de gira con la obra Lastres, que ahora llega a Madrid.
XLSemanal. «Quiero volver al teatro», dijo en septiembre. Y aquí
está. ¿Siempre es tan fácil?
Anabel Alonso. No. Y menos ahora. Pero cuando tienes una trayectoria y la fortuna de ser conocida, tienes más opciones de generar un proyecto.
XL. Ya puestos, pida otra cosa por si cae la breva de nuevo...
A.A. [Risas]. Afortunadamente, en este trabajo siempre quedan cosas por hacer. No he hecho revista, ni teatro clásico, ni cine de terror ni Shakespeare... Una Lady Macbeth no me vendría mal.
XL. ¿Qué lastres arrastra usted?
A.A. No soy muy analítica conmigo misma, pero siempre se arrastran complejos de la infancia, cosas que debiste decir en su momento, errores que cometes una y otra vez... ¡Pero no voy a seguir, porque no quiero que descubran mis miserias!
XL. ¿Y ese lastre en forma de escayola que lleva en el brazo?
A.A. Me caí ensayando [ríe]. Me la van a quitar pronto, pero para la obra no afecta. ¡Mi personaje se cae tanto que la escayola está perfectamente integrada!
XL. Ha dicho que la obra es «bestia y descarnada». ¿Como la vida misma?
A.A. [Duda]. La realidad supera la ficción, lo vemos a diario. De casi cualquier noticia puedes sacar una función de teatro. Estamos en un momento convulso y descarnado.
XL. ¿Habría que cambiar al guionista?
A.A. ¡Igual sí! [Ríe].
XL. «Con la crisis el mundo sigue, no se acaba», ha dicho. ¿Pecamos de catastrofistas?
A.A. Mira, yo tengo 48 años. Pero tú pregunta a uno de 70 años, que ha vivido una guerra, una posguerra, una dictadura... Él sabe lo que es vivir mal.
XL. ¿Hemos sido niños mimados?
A.A. Quizá estamos muy bien acostumbrados. Fernán Gómez decía que la mía es la primera generación española que no ha pasado hambre. Me temo que hay que recoger velas.
XL. Hay menos mujeres cómicas que hombres. ¿Por qué?
A.A. Tal vez las mujeres tenemos más pudor, más sentido del ridículo. Parece que, al hacer reír, ponemos de manifiesto nuestras miserias, los puntos flacos.
XL. Y si le dan a elegir, qué prefiere: ¿un guaperas o un gracioso?
A.A. El kit completo no puede ser, ¿verdad? [Ríe]. Para una noche, con el guaperas va bien. Pero si quieres algo más, el gracioso. Además, la belleza caduca; el sentido del humor, no.
El desayuno de Anabel Alonso: «Soy de café con leche y cruasán a la plancha con mantequilla y mermelada. Un clásico. Y poca cantidad, que yo de buena mañana no soy de comer mucho».
TÍTULO: DEL AUTOR Y SU COMPROMISO ,.
Anabel Alonso. No. Y menos ahora. Pero cuando tienes una trayectoria y la fortuna de ser conocida, tienes más opciones de generar un proyecto.
XL. Ya puestos, pida otra cosa por si cae la breva de nuevo...
A.A. [Risas]. Afortunadamente, en este trabajo siempre quedan cosas por hacer. No he hecho revista, ni teatro clásico, ni cine de terror ni Shakespeare... Una Lady Macbeth no me vendría mal.
XL. ¿Qué lastres arrastra usted?
A.A. No soy muy analítica conmigo misma, pero siempre se arrastran complejos de la infancia, cosas que debiste decir en su momento, errores que cometes una y otra vez... ¡Pero no voy a seguir, porque no quiero que descubran mis miserias!
XL. ¿Y ese lastre en forma de escayola que lleva en el brazo?
A.A. Me caí ensayando [ríe]. Me la van a quitar pronto, pero para la obra no afecta. ¡Mi personaje se cae tanto que la escayola está perfectamente integrada!
XL. Ha dicho que la obra es «bestia y descarnada». ¿Como la vida misma?
A.A. [Duda]. La realidad supera la ficción, lo vemos a diario. De casi cualquier noticia puedes sacar una función de teatro. Estamos en un momento convulso y descarnado.
XL. ¿Habría que cambiar al guionista?
A.A. ¡Igual sí! [Ríe].
XL. «Con la crisis el mundo sigue, no se acaba», ha dicho. ¿Pecamos de catastrofistas?
A.A. Mira, yo tengo 48 años. Pero tú pregunta a uno de 70 años, que ha vivido una guerra, una posguerra, una dictadura... Él sabe lo que es vivir mal.
XL. ¿Hemos sido niños mimados?
A.A. Quizá estamos muy bien acostumbrados. Fernán Gómez decía que la mía es la primera generación española que no ha pasado hambre. Me temo que hay que recoger velas.
XL. Hay menos mujeres cómicas que hombres. ¿Por qué?
A.A. Tal vez las mujeres tenemos más pudor, más sentido del ridículo. Parece que, al hacer reír, ponemos de manifiesto nuestras miserias, los puntos flacos.
XL. Y si le dan a elegir, qué prefiere: ¿un guaperas o un gracioso?
A.A. El kit completo no puede ser, ¿verdad? [Ríe]. Para una noche, con el guaperas va bien. Pero si quieres algo más, el gracioso. Además, la belleza caduca; el sentido del humor, no.
El desayuno de Anabel Alonso: «Soy de café con leche y cruasán a la plancha con mantequilla y mermelada. Un clásico. Y poca cantidad, que yo de buena mañana no soy de comer mucho».
TÍTULO: DEL AUTOR Y SU COMPROMISO ,.
Acerca del autor y su compromiso | |
El día 29 de mayo de 2002, horas antes de colocar el punto final de mi
nuevo libro, fui hasta la Gruta de Lourdes, en Francia, para llenar algunas
botellas de agua milagrosa en la fuente que allí se encuentra. Ya dentro del
terreno de la catedral, un señor de aproximadamente 70 años me dijo "¿Sabe que
usted se parece a Paulo Coelho?" Le respondí que era yo mismo. El hombre me abrazó, me presentó a su esposa y a su nieta. Habló sobre la importancia de mis libros en su vida, concluyendo : "Ellos me hacen soñar". Ya escuché esta frase en otras ocasiones y siempre me deja contento. En aquel momento, sin embargo, me asusté, porque sabía que "Once minutos" hablaba de un asunto delicado, contundente, chocante: la trayectoria de una prostituta brasileña en busca del encuentro con su alma. Caminé hasta la fuente, llené las botellas, regresé, le pregunté dónde vivía (en el norte de Francia, cerca de Bélgica) y anoté su nombre. En ese momento tomé la decisión de dedicar mi libro a este señor, Maurice Gravelines. Tengo una obligación hacia él, su mujer, su nieta, y también conmigo mismo: hablar sobre lo que me preocupa, y no de lo que a todos les gustaría escuchar. Algunos libros nos hacen soñar, otros nos traen a la realidad, pero ninguno puede escaparse de aquello que es más importante para un autor: la honestidad con que se escribe. Escribir sobre sexo, para mí, era un desafío que me acompañaba desde mi juventud, cuando la revolución hippie creó una serie de nuevas conductas a ese respecto, llegando a veces hasta el límite del sentido común. Después de estos años locos, pasamos por un período conservador, por la llegada de enfermedades mortales, por aquella pregunta siempre reiterada: "¿pero el sexo es realmente tan importante?" Vivimos en un mundo de comportamiento-patrón: patrón de belleza, de calidad, de inteligencia, de eficiencia. Consideramos que existe un modelo para todo y creemos también que siguiendo este modelo estaremos seguros. Y por causa de eso establecemos un "patrón sexo" que, en verdad, está compuesto por una serie de mentiras: orgasmo vaginal, virilidad por encima de todo, mejor fingir que dejar al otro decepcionado, etc. Como consecuencia directa, este tipo de actitud ha dejado a millones de personas frustradas, infelices, con sentimiento de culpa. Y ha provocado todo tipo de aberraciones, como la pedofilia, el incesto o el estupro.¿Por qué nos comportamos así con algo tan importante? De la misma manera que un autor no sabe jamás la trayectoria que recorrerán sus libros - y por eso permite que sus textos caminen en direcciones inesperadas - nosotros también necesitamos vivir nuestras contradicciones, principalmente en áreas tan sensibles como el sexo y el amor. El hombre que quiere seguir siempre un patrón, estará obligado a pensar hoy lo que pensaba ayer, y a usar siempre la corbata combinando con sus calcetines; ¿puede haber algo más aburrido? La sociedad que hoy aborda el comportamiento sexual con el "patrón" sin respetar las diferencias individuales, debe de procurar recordar uno de los más hermosos poemas sobre la condición humana, el Himno a Isis, descubierto por Nag Hammadi, que los expertos datan entre los siglos III y IV de nuestra era: Porque yo soy la primera y la última Yo soy la venerada y la despreciada Yo soy la prostituta y la santa Yo soy la esposa y la virgen Yo soy la madre y la hija Yo soy los brazos de mi madre Yo soy la estéril, y numerosos son mis hijos Yo soy la bien-casada y la soltera Yo soy la que da a luz y que jamás procreó Yo soy la esposa y el esposo Y fue mi hombre quien me generó en su vientre Yo soy la madre de mi padre Soy la hermana de mi marido Y él es mi hijo rechazado Respétenme siempre Porque yo soy la escandalosa y la discreta. | |
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