Un joven fue detenido por la Policía Nacional el pasado día 19 como
presunto autor de un delito de hurto, también se le acusa de otro delito de
resistencia y desobediencia.
Los hechos sucedieron sobre las 18,45 horas cuando, a través de una
llamada a la Sala 091 de la Comisaría de Cáceres, la dependienta de un
establecimiento comercial alertó de que un hombre acababa de intentar sustraer
varias botellas de bebidas alcohólicas, huyendo del lugar cuando le recriminó su
actitud. La empleada aportó las características del mismo y la dirección por la
que huyó.
Los agentes policiales realizaron una batida por la zona mencionada
y los alrededores del lugar observando a un varón que coincidía con los datos
aportados. En el momento en el que se dio el alto, el joven que corría le dio un
fuerte empujón al policía, volviendo a emprender la carrera. No obstante, fue
interceptado y reducido por los agentes.
El detenido es un joven de 24 años de edad, de nacionalidad rumana,
con antecedentes, quien tras la instrucción del pertinente atestado fue puesto a
disposición judicial.
El método que utilizaba para sustraer las botellas era el conocido
como el 'método del bañador', que consiste en vestir como ropa interior un
bañador de mujer.
El día del hurto se había guardado bajo el bañador hasta seis
botellas de bebidas alcohólicas, a las que había forzado previamente los
cabezales de metacrilato de seguridad; luego, salió del local sin abonarlas,
momento en que, según la empleada, se le habría caído una de ellas, por lo que
le llamó la atención. Ante esta circunstancia, se le exigió el pago de todo lo
que portaba encima, que ascendía a un total de 73 euros, negándose a ello y
huyendo rápidamente del lugar.
Este sistema del bañador, según informa la Policía, «se ha
detectado como forma utilizada mayoritariamente por delincuentes de nacionalidad
rumana, quienes se ponen un bañador de mujer como ropa interior de tallas
menores a las que les corresponde, y al ser material elástico, los productos que
esconden en su interior quedan ocultas ante los dependientes de los
establecimientos, consiguiendo salir de los locales sin llamar la
atención».
Dos encapuchados atracaron a punta de pistola el restaurante El Tordo de Don Benito, amenazaron a los dos trabajadores que estaban en,.
Dos encapuchados atracaron a punta de pistola el restaurante 'El
Tordo' de Don Benito, amenazaron a los dos trabajadores que estaban en ese
momento el bar, les hicieron tirarse al suelo y les encerraron en el pasillo del
baño antes de llevarse el dinero de la caja y de las máquinas tragaperras. Los
dos sospechosos de este delito tenían acento de Europa del Este y algunos
momentos se mostraron muy violentos con los dos camareros. De hecho llegaron a
disparar al techo del local y a encañonar con una pistola a uno de los
trabajadores para que se callase. Se llevaron unos 2.000 euros.
Habían pasado pocos minutos del término del partido de fútbol
cuando dos encapuchados entraron en el bar diciendo que era un atraco. Al
principio los dos trabajadores pensaron que se trataba de una broma, pero
después uno de los dos hombres disparó al techo con una pistola «Esto no es
cachondeo, esto es un atraco», dijo el atracador según Alexis Ripoll, uno de los
camareros del bar. Inmediatamente les ordenaron tumbarse en el suelo, cerraron
las verjas y las ventanas y les dijeron que «si se meneaban les pegaban un
tiro». El otro trabajador les pidió que se fueran varias veces e intentó
dialogar con ellos pero en ese momento le encañonaron en la espalada y le
amenazaron con dispararle.
Les encerraron en el servicio y en apenas seis minutos registraron
el bar. Se llevaron el dinero de la caja y de las tragaperras, que ya habían
sacado los camareros antes. «Iban despacio y lo tenían bien pensado» asegura
Ripoll, quien llegó a temer por su vida «Creí que nos metían un tiro a cada
uno». Este camarero afirma que fue todo «como una película». También les
pidieron los teléfonos y los rompieron para que no hubiese posibilidad de llamar
a nadie. Lograron salir del baño y pedir ayuda a un coche que pasaba por la
carretera de Miajadas, en donde se encuentra este restaurante.
Uno entró con una pistola con un silenciador. Era un hombre grande.
El otro, mayor, entró con una barra de hierro. Aunque no hay sospecha de quién
puede ser, lo único que acertaron a atisbar es que uno tenía barba y que tenían
acento rumano.
TÏTULO:EL TIEMPO EN CASTUERA, VIERNES 22 FEBRERO 2013,.
En el Pueblo de Castuera cae una gran tormenta
de agua y granizos que da miedo andar por las calles, con mucho frío, no se puede llevar el paraguas mejor quedarse en casa al lado del brasero con un vaso de café calentito con galletas María, etc,.
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