Nadal toca el cielo en París.
Las peripecias con la raqueta de dos deportistas españoles protagonizaron la tarde en París. La grada francesa, dividida entre la perplejidad y ...
Las peripecias con la raqueta de dos deportistas españoles
protagonizaron la tarde en París. La grada francesa, dividida entre la
perplejidad y el recelo, aplaudió pero sin mucho entusiasmo. Más tensión
que golpes talentosos. Era una final. Las condiciones del partido no
eran buenas para Nadal: el cielo, repleto de nubes; la temperatura,
fría. Incluso llovía a ráfagas, no lo suficiente como para detener el
duelo. Así sus golpes no son mortales. Pero es así como hace historia.
Nada ni nadie le para. Ni siquiera Ferrer, que llegaba a la final sin
haber cedido un set y con seis horas menos en pista que su oponente.
Rafael Nadal Parera es insaciable.
Hace nueve años de la primera victoria de Nadal en Roland
Garros. Su camiseta naranja sin mangas del momento y los pantalones
piratas ya no existen. Sí perdura su sed de triunfos, esa que le lleva a
ganar su octavo título en París. Enfrente, David Ferrer aguantó al
principio pero acabó cediendo tras dos horas y 16 minutos por 6-3, 6-2 y
6-3. El trofeo convirtió a Rafa en el primer jugador de la historia en
lograr el mismo 'Grand Slam' en ocho ocasiones. Un triunfo que le pone
con un récord en París de 59 victorias por una sola derrota y que le
otorga su séptimo torneo en este 2013. Parecen ya muy lejanos los siete
meses de lesión; en estos momentos la gloria es suya.
Las primeras palabras del campeón fueron para su rival:
«Felicitar a Ferrer. Es un luchador». «El ultimo año tuvimos momentos
complicados. Nunca pensé que algo así podría ocurrir», añadió. Ferrer
también tuvo halagos para su oponente: «Él es el mejor. Tengo que seguir
trabajando para hacerlo mejor. Espero que no sea la última final de
'Grand Slam'». «Felicito a Rafa por el récord. Si hay alguien que se lo
merece es él», concluyó el finalista.
Durante el partido, a medida que transcurría el tiempo y
aumentaban las prestaciones de uno y otro, las heridas de Ferrer se
agigantaban. Los dos buscaban poner en marcha su plan, pero solo Nadal
lo consiguió. Fue él quién franqueó todas las trampas que le planteó su
rival. Extrañamente, el alicantino estuvo más lento que de costumbre y
fue incapaz de hacer sufrir al balear. Cosas de la tensión. Como
consuelo, el alicantino sube una posición en la clasificación y termina
este Roland Garros como nuevo número cuatro del mundo. Nadal como
quinto. Todo tras su novena final y séptimo título en el 2013.
Intratable
El inicio del partido confirmó, por si había alguna duda,
que se trataba de una final de Roland Garros. Los nervios pesaban y
bloqueaban a ambos. Eso propició errores y fallos inexplicables. La mano
temblaba. Así, loco y confuso, empezó un encuentro que entró en calor
rápidamente. El que mejor saltó a la pista fue el alicantino, que se
puso 3-2 a su favor. Hasta ahí llegó Ferru. A partir de ese momento su
rival se ajustó y comenzó a triturarle. El partido se jugaba de la
derecha del manacorense al revés de su oponente. Así era imposible para
el alicantino. Del 2-3 se pasó al 6-3 del balear.
Un alud de derechas ganadoras invadió el inicio del segundo
acto. Ferrer se había desenganchado. Por eso cedió un parcial de 7-0.
La bola de Nadal era imparable y, mientras tanto, Ferrer andaba
totalmente bloqueado. Debe ser difícil medirte a un rival que te ha
ganado las 16 últimas veces sobre tierra batida. De vez en cuando se
animaba con su derecha. A veces se acordaba de cortarle el ritmo al
manacorense, de llevarlo a la red y de hacerle dejadas. Pero era
imposible.
El ya ocho veces campeón de Roland Garros estaba más
agresivo que nunca. Dentro de la pista era incontestable. No mostraba
debilidades, solo virtudes. En medio de ese vendaval, un espontáneo con
una bengala en la mano saltó a la pista y paró el partido. Poco tiempo,
lo suficiente para que el público parisino, muy callado todo el partido,
se avivase y rechazase el acto. Perdió ese juego Rafa, pero
inmediatamente después cerró el set. Un campeón.
Los puntos caían siempre a favor de Nadal. El alicantino
luchaba pero cedía. Sin embargo la lluvia fue incrementando su
intensidad. El duelo fue perdiendo ritmo, algo bueno para Ferrer, que se
animó. Él y la grada, que se arrancó con un «¡David, David!». Con 3-3,
tuvo bola de 'break', pero tres errores no forzados sepultaron sus
opciones. El manacorense era el ganador. Y ya después de que Usain Bolt
le entregase la Copa de los Mosqueteros, volvió a vivir un instante
eterno: la octava vez que levantaba el trofeo y escuchaba el himno
español. Nadal, que no tiene límites, ya ha alcanzado lo imposible.
París ha glorificado al mejor tenista sobre tierra batida de la
historia. Estuvo en lo más alto, cayó y se levantó. Un héroe.
TÍTULO: La terna abandona a hombros la plaza de Plasencia junto al mayoral
Ganadería.
Cuatro toros de Hermanos García Jiménez (1º, 2º, 3º y 5º) y dos de Olga
Jiménez (4º y 6º), justos de presentación y manejables en ..
TOROS
La terna abandona a hombros la plaza de Plasencia junto al mayoral
Juan José Padilla paseó dos
apéndices y tres se llevaron tanto 'El Fandi' como Daniel Luque en el
festejo que cerraba la feria de junio, con toros de García Jiménez.
Tarde triunfal para cerrar la feria de Plasencia. La terna
abandonó el coso a hombros junto al mayoral de la ganadería de Hermanos
García Jiménez. Este último, un galardón muy excesivo para un encierro
justo de presentación y de juego desigual, en el que sobresalió la
nobleza de los astados y un buen sexto, más encastado, que fue premiado
con la vuelta al ruedo al arrastre.
El presidente, más estricto y riguroso en la primera mitad
de la corrida y generoso en la segunda, premió a Padilla con dos orejas y
a 'El Fandi' y Daniel Luque con tres tras una tarde en la que se llenó
algo más de media plaza en los tendidos.
Al primero de la tarde, 'Almendrito', lo recibió Juan José
Padilla a la verónica, rematando con una revolera. La suerte de varas
brilló por su ausencia y salió del caballo del picador perdiendo las
manos. No pensaba el diestro jerezano poner las banderillas, pero el
público protestó y tomó los palos. Puso el torero el primer par al
cuarteo, el segundo al quiebro y el tercero al violín.
Tras una tanda de trasteo en la que fijó al toro, comenzó a
lidiarlo con la diestra, sin bajarle mucho la mano, llevándolo a media
altura para evitar que enterrase los pitones en la arena. Justo de
fuerzas, Padilla instrumentó una faena bastante discreta, toreando
siempre al hilo del pitón.
No logró ligazón con la zurda y fue dando los pases de uno
en uno, pues además el toro se colaba por el pitón izquierdo. Acortó
distancias y en el último tramo de la faena se adornó con algún
desplante. Tras una última tanda de manoletinas fue a por el estoque. El
astado se arrancó mientras lo estaba cuadrando y mató recibiendo,
aunque la estocada quedó algo trasera y necesitó dos golpes de
verduguillo para que rodase el animal. Hubo una leve petición de oreja
no concedida por el palco. Padilla salió a saludar tras una ovación.
Con una larga cambiada de rodillas en el tercio, verónicas a
pies juntos y una chicuelina recibió Juan José Padilla a 'Pelifino', el
cuarto de la tarde, un animal que dio un par de sustos antes de llegar
al desolladero. Tras un puyazo discreto y un quite por delantales tomó
nuevamente los palos 'El Ciclón de Jerez'. En los tres, al cuarteo,
apretó el morlaco. Puso un cuarto par al violín para pararlo después en
el centro del ruedo.
Brindó al público Juan José Padilla y comenzó con un
ajustadísimo pase cambiado por la espalda la faena. A punto de estuvo de
arrollarle el morlaco, pero el diestro no rectificó e inició su labor
con mucha quietud, a pies juntos. El animal se desplazaba bien y
repetía, aunque sin destilar clase en la muleta del andaluz, ya que
salía un tanto suelto de los engaños. El jerezano lo lidió por ambos
pitones con mucha entrega y tras un pinchazo dejó una entera que, aunque
un tanto trasera, resultó efectiva y paseó las dos orejas que le abrían
la puerta grande. Un tanto generosas si se compara esta faena con las
de 'El Fandi' y Luque a los primeros de su lote.
Y es que 'El Fandi' tuvo una meritoria actuación ante el
primero de su lote, 'Relimpio', herrado con el número 35. El granadino,
que el sábado de la semana anterior se había encerrado con seis astados
de distintas ganaderías en su ciudad natal, recibiendo una cornada de un
ejemplar de Victorino Martín, no se resintió del percance y estuvo
dominador en los tres tercios y muy templado en la muleta.
Recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio a
su oponente, del que poco más se pudo ver en el capote, salía suelto de
los engaños y perdiendo las manos. Por chicuelinas al paso lo llevó
hasta el caballo para cobrar un puyazo en buen sitio. Quite por
zapopinas, también llamadas lopecinas, que gustó mucho al respetable,
por lo vistoso y variado, y remate a una mano de rodillas.
Tomó los palos el granadino para poner un primer par al
cuarteo, un segundo andándole para atrás al toro antes del embroque y un
tercero girando sobre sí mismo para citar al morlaco. Pidió permiso
para un cuarto, al violín y brindó al público.
De rodillas inició la faena de muleta, pero el toro perdía
las manos si le obligaba a humillar. Sin embargo, lo fue enseñando a
embestir y lo supo entender y cuidar, pues el animal se echó antes de la
segunda tanda. Ligó el redondo y pronto acortó distancias, haciendo una
faena de toreo de cercanías. Lo llevaba a media altura con mucha
suavidad, dando los pases de uno en uno hasta que comenzó a bajar la
muleta y acortando aún más las distancias.
Ya entre pitones fue sumándolos de uno en uno con mucha
quietud y exposición, adornándose con desplantes y el péndulo. Arrimón
de 'El Fandi' con un toro ya que buscaba la salida. Dejó una estocada
entera en buen sitio y el toro rodó. Pidió el público la oreja, que
concedió el presidente, no así la segunda, por lo que fue abroncado.
Verónicas de saludo rematadas a una mano para la lidia del
quinto, al que volvió a llevar al caballo con chicuelinas al paso. Cobró
un buen puyazo 'Delicado' y lo probó 'El Fandi' con un quite por
chicuelinas y delantales. Puso tres pares al cuarteo y brindó al
respetable. Brusco en la muleta en el inicio de faena, el animal
remataba el muletazo con la cara alta.
Hasta la tercera tanda no se acoplaron toro y torero,
logrando una serie de derechazos de mucha profundidad, llevando siempre
al morlaco muy tapado. Repetía el animal, que tomaba los engaños con
codicia, transmitiendo mucho. De peor nota por el pitón izquierdo, pues
embestía al paso y había que administrárselos de uno en uno. Comenzó
entonces a quedarse más parado y 'El Fandi' remató su labor con
molinetes antes de ir a por la espada. Una estocada casi entera en buen
sitio fue suficiente para que el astado rodase y el diestro pasease las
dos orejas.
Sin clase de salida y frío, el tercero de la tarde,
'Doctor', no le gustó a nadie. Ni siquiera al propio Daniel Luque, que
resopló al ver el comportamiento del animal, que no dijo nada en su
capote. Estuvo a punto de derribar al picador y entonces pareció
encelarse y cambió su comportamiento en la muleta, aunque antes hizo el
diestro sevillano un quite por chicuelinas.
Brindó al público la faena a este morlaco, que comenzó con
mucha quietud, a pies juntos. El toro metía bien la cara en la muleta y
tuvo mucha fijeza. Al natural de embestida más brusca, pero también
repetidor y noble. Componía mucho la figura Daniel Luque, que dejó
buenas tandas por ambos pitones antes de que el animal se rajase. Con
trincherazos terminó su labor, que concluyó con una estocada entera en
el rincón de Ordóñez. Fue premiado con una oreja y de nuevo el
respetable entendió que había sido insuficiente, por lo que volvieron a
abroncar al presidente.
El último de la tarde, segundo de Daniel Luque, fue el de
mejor comportamiento del encierro, pues tenía más casta y raza que el
resto con lo que transmitía mucho a los tendidos. 'Almendrito', de la
ganadería de Olga Jiménez, echaba las manos por delante en el capote.
Cobró un puyazo trasero y después hizo un quite a la verónica, de mano
baja, rematado con una media y una revolera.
Brindó la faena a su compañero de cartel, Juan José
Padilla, y comenzó doblándose con él, enseñándole a embestir y
llevándole hasta el centro del ruedo. Cosido a la muleta, con mucha
ligazón, el diestro citaba en las tandas de lejos para lidiarlo por
ambos pitones. Destacó una buena serie de naturales rematados con el
pase del desprecio.
Ya en el tramo final de la faena el toro enganchó al
diestro, pero tan solo recibió un varetazo. Estocada entera en buen
sitio, dos apéndices para Daniel Luque y vuelta al ruedo para el
morlaco.
Tarde triunfal para cerrar la feria de Plasencia. La terna
abandonó el coso a hombros junto al mayoral de la ganadería de Hermanos
García Jiménez. Este último, un galardón muy excesivo para un encierro
justo de presentación y de juego desigual, en el que sobresalió la
nobleza de los astados y un buen sexto, más encastado, que fue premiado
con la vuelta al ruedo al arrastre.
El presidente, más estricto y riguroso en la primera mitad
de la corrida y generoso en la segunda, premió a Padilla con dos orejas y
a 'El Fandi' y Daniel Luque con tres tras una tarde en la que se llenó
algo más de media plaza en los tendidos.
Al primero de la tarde, 'Almendrito', lo recibió Juan José
Padilla a la verónica, rematando con una revolera. La suerte de varas
brilló por su ausencia y salió del caballo del picador perdiendo las
manos. No pensaba el diestro jerezano poner las banderillas, pero el
público protestó y tomó los palos. Puso el torero el primer par al
cuarteo, el segundo al quiebro y el tercero al violín.
Tras una tanda de trasteo en la que fijó al toro, comenzó a
lidiarlo con la diestra, sin bajarle mucho la mano, llevándolo a media
altura para evitar que enterrase los pitones en la arena. Justo de
fuerzas, Padilla instrumentó una faena bastante discreta, toreando
siempre al hilo del pitón.
No logró ligazón con la zurda y fue dando los pases de uno
en uno, pues además el toro se colaba por el pitón izquierdo. Acortó
distancias y en el último tramo de la faena se adornó con algún
desplante. Tras una última tanda de manoletinas fue a por el estoque. El
astado se arrancó mientras lo estaba cuadrando y mató recibiendo,
aunque la estocada quedó algo trasera y necesitó dos golpes de
verduguillo para que rodase el animal. Hubo una leve petición de oreja
no concedida por el palco. Padilla salió a saludar tras una ovación.
Con una larga cambiada de rodillas en el tercio, verónicas a
pies juntos y una chicuelina recibió Juan José Padilla a 'Pelifino', el
cuarto de la tarde, un animal que dio un par de sustos antes de llegar
al desolladero. Tras un puyazo discreto y un quite por delantales tomó
nuevamente los palos 'El Ciclón de Jerez'. En los tres, al cuarteo,
apretó el morlaco. Puso un cuarto par al violín para pararlo después en
el centro del ruedo.
Brindó al público Juan José Padilla y comenzó con un
ajustadísimo pase cambiado por la espalda la faena. A punto de estuvo de
arrollarle el morlaco, pero el diestro no rectificó e inició su labor
con mucha quietud, a pies juntos. El animal se desplazaba bien y
repetía, aunque sin destilar clase en la muleta del andaluz, ya que
salía un tanto suelto de los engaños. El jerezano lo lidió por ambos
pitones con mucha entrega y tras un pinchazo dejó una entera que, aunque
un tanto trasera, resultó efectiva y paseó las dos orejas que le abrían
la puerta grande. Un tanto generosas si se compara esta faena con las
de 'El Fandi' y Luque a los primeros de su lote.
Y es que 'El Fandi' tuvo una meritoria actuación ante el
primero de su lote, 'Relimpio', herrado con el número 35. El granadino,
que el sábado de la semana anterior se había encerrado con seis astados
de distintas ganaderías en su ciudad natal, recibiendo una cornada de un
ejemplar de Victorino Martín, no se resintió del percance y estuvo
dominador en los tres tercios y muy templado en la muleta.
Recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio a
su oponente, del que poco más se pudo ver en el capote, salía suelto de
los engaños y perdiendo las manos. Por chicuelinas al paso lo llevó
hasta el caballo para cobrar un puyazo en buen sitio. Quite por
zapopinas, también llamadas lopecinas, que gustó mucho al respetable,
por lo vistoso y variado, y remate a una mano de rodillas.
Tomó los palos el granadino para poner un primer par al
cuarteo, un segundo andándole para atrás al toro antes del embroque y un
tercero girando sobre sí mismo para citar al morlaco. Pidió permiso
para un cuarto, al violín y brindó al público.
De rodillas inició la faena de muleta, pero el toro perdía
las manos si le obligaba a humillar. Sin embargo, lo fue enseñando a
embestir y lo supo entender y cuidar, pues el animal se echó antes de la
segunda tanda. Ligó el redondo y pronto acortó distancias, haciendo una
faena de toreo de cercanías. Lo llevaba a media altura con mucha
suavidad, dando los pases de uno en uno hasta que comenzó a bajar la
muleta y acortando aún más las distancias.
Ya entre pitones fue sumándolos de uno en uno con mucha
quietud y exposición, adornándose con desplantes y el péndulo. Arrimón
de 'El Fandi' con un toro ya que buscaba la salida. Dejó una estocada
entera en buen sitio y el toro rodó. Pidió el público la oreja, que
concedió el presidente, no así la segunda, por lo que fue abroncado.
Verónicas de saludo rematadas a una mano para la lidia del
quinto, al que volvió a llevar al caballo con chicuelinas al paso. Cobró
un buen puyazo 'Delicado' y lo probó 'El Fandi' con un quite por
chicuelinas y delantales. Puso tres pares al cuarteo y brindó al
respetable. Brusco en la muleta en el inicio de faena, el animal
remataba el muletazo con la cara alta.
Hasta la tercera tanda no se acoplaron toro y torero,
logrando una serie de derechazos de mucha profundidad, llevando siempre
al morlaco muy tapado. Repetía el animal, que tomaba los engaños con
codicia, transmitiendo mucho. De peor nota por el pitón izquierdo, pues
embestía al paso y había que administrárselos de uno en uno. Comenzó
entonces a quedarse más parado y 'El Fandi' remató su labor con
molinetes antes de ir a por la espada. Una estocada casi entera en buen
sitio fue suficiente para que el astado rodase y el diestro pasease las
dos orejas.
Sin clase de salida y frío, el tercero de la tarde,
'Doctor', no le gustó a nadie. Ni siquiera al propio Daniel Luque, que
resopló al ver el comportamiento del animal, que no dijo nada en su
capote. Estuvo a punto de derribar al picador y entonces pareció
encelarse y cambió su comportamiento en la muleta, aunque antes hizo el
diestro sevillano un quite por chicuelinas.
Brindó al público la faena a este morlaco, que comenzó con
mucha quietud, a pies juntos. El toro metía bien la cara en la muleta y
tuvo mucha fijeza. Al natural de embestida más brusca, pero también
repetidor y noble. Componía mucho la figura Daniel Luque, que dejó
buenas tandas por ambos pitones antes de que el animal se rajase. Con
trincherazos terminó su labor, que concluyó con una estocada entera en
el rincón de Ordóñez. Fue premiado con una oreja y de nuevo el
respetable entendió que había sido insuficiente, por lo que volvieron a
abroncar al presidente.
El último de la tarde, segundo de Daniel Luque, fue el de
mejor comportamiento del encierro, pues tenía más casta y raza que el
resto con lo que transmitía mucho a los tendidos. 'Almendrito', de la
ganadería de Olga Jiménez, echaba las manos por delante en el capote.
Cobró un puyazo trasero y después hizo un quite a la verónica, de mano
baja, rematado con una media y una revolera.
Brindó la faena a su compañero de cartel, Juan José
Padilla, y comenzó doblándose con él, enseñándole a embestir y
llevándole hasta el centro del ruedo. Cosido a la muleta, con mucha
ligazón, el diestro citaba en las tandas de lejos para lidiarlo por
ambos pitones. Destacó una buena serie de naturales rematados con el
pase del desprecio.
Ya en el tramo final de la faena el toro enganchó al
diestro, pero tan solo recibió un varetazo. Estocada entera en buen
sitio, dos apéndices para Daniel Luque y vuelta al ruedo para el
morlaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario