domingo, 2 de junio de 2013

DESAYUNO DE DOMINGO CON Mª ÁNGELES LÓPEZ DE CELIS. / UNA ZAMBULLIDA EN LA INFANCIA,./ FASE A 3 REFERENTE CASTUERA- 1- ACEUCHAL-1-

TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON Mª ÁNGELES LÓPEZ DE CELIS,.

ma ángeles lópez de celis

Periodista Digital
  1. M.ª Ángeles López de Celis: "La mujer de Calvo Sotelo fue la primera dama más austera"
    XLSemanal. A ninguna le gustó vivir en este palacio. No me extraña si, como cuenta, estaba lleno de cucarachas...M.ª Ángeles López de Celis.
     
    Desayuno de domingo con...

    -foto--M.ª Ángeles López de Celis: "La mujer de Calvo Sotelo fue la primera dama más austera"

    Soy psicóloga y escritora y he trabajado 32 años en la Moncloa. Tras publicar Los presidentes en zapatillas, ahora hablo de ellas en Las damas de la Moncloa.
    XLSemanal. A ninguna le gustó vivir en este palacio. No me extraña si, como cuenta, estaba lleno de cucarachas...
    M.ª Ángeles López de Celis. Vivimos muchos años así, porque el palacio formaba parte de las instalaciones del Ministerio de Agricultura y estaba lleno de viveros y plantas. Felipe González lo modernizó.
    XL. Amparo Illana, la mujer de Suárez, se deprimió y la reina iba a animarla.
    M.A.L.C. Amparo tendía a la depresión y la reina se autoinvitaba a comer cuando la veía melancólica, y la animaba con una dulzura y una paciencia infinitas.
    XL. Pilar Ibáñez cuenta que salieron de la Moncloa peor que entraron: sin una peseta... y sus hijos, con rodilleras y coderas por todas partes.
    M.A.L.C. Calvo Sotelo ganaba más en la empresa privada, pero aceptó porque, para él, lo primero era servir a España. Pilar, su mujer, fue la más austera de las seis damas de la Moncloa. Luego, el presupuesto se dignificó un poco.
    XL. Cita una docena de mujeres a las que se relacionó con Felipe González. ¿Su matrimonio con Carmen Romero se resintió en el palacio?
    M.A.L.C. Cuando llegaron, ya eran un matrimonio poco al uso; cada uno hacía su vida. Ella llegó a decir que nunca había sido felipista y que no sabía qué era la felicidad. Eso es muy fuerte.
    XL. Cuenta que Ana Botella tapizó y retapizó el palacio hasta convertirlo en una casa pomposa y empachante.
    M.A.L.C. Nosotros sentimos vergüenza. Sus declaraciones al llegar fueron inoportunas y desagradables, para herir a la familia González. Decía que todo era horrible. Criticó todo y a todos, y cambió y recargó el palacio al máximo.
    XL. Y del 'barroco Botella' se pasó al 'minimalismo Espinosa'...
    M.A.L.C. Sonsoles aligeró todo: quitó tapizados y devolvió muchas cosas a Patrimonio. Frente a la sobreexposición de Botella, ella se fue al otro extremo: apenas acompañaba a Zapatero, que viajaba como un single. Verlo siempre solo me chirriaba...
    XL. Dice que sus hijas lo pasaron fatal...
    M.A.L.C. Cuando llegaron, eran unas niñas dulces y nada góticas. Pero el último año desarrollaron una rebeldía extrema. La pequeña empezó a suspender y la mayor se fue de okupa a Sevilla. Fue una locura para sus padres.
    XL. De la mujer de Rajoy cuenta poco....
    M.A.L.C. Es la única con la que no he trabajado, pero debería prodigarse más. Su imagen en el balcón de Génova abrazada a Rajoy me cautivó.
    Su desayuno: «Trato de cuidarme porque tiendo a engordar. Desayuno poco, tomo un café con leche y un zumo de naranja; y, a veces, dos o tres galletas María». 

    TÍTULO:  UNA ZAMBULLIDA EN LA INFANCIA,.

    Una zambullida en la infancia

    Hans Christian Andersen (1805-1875) fue el escritor danés que con sus historias enriqueció la infancia de muchas generaciones. Andersen nació en Odense: su padre era zapatero, la madre trabajaba como lavandera, y por las noches le contaba a su hijo las historias del folclore danés. Fue ella quien lo animó a escribir sus propias fábulas y a organizar pequeños espectáculos de marionetas.
    No hay mayor homenaje a Andersen que el de compartir con mis lectores su cuento El soldadito de plomo, con el que yo solía llorar siempre que mi madre me lo contaba. A continuación, una versión resumida:
    Érase una vez veinticinco soldados de plomo; todos, hermanos, como esquejes sacados de una misma planta. Cada uno de ellos cargaba su fusil y todos iban vestidos con sus flamantes uniformes, de rojo y azul. Las primeras palabras que el pequeño batallón escuchó vinieron de los labios de un niño:
    -¡Soldados, soldados!
    El chico manifestaba su alegría ante su regalo de cumpleaños. Los componentes de este ejército eran exactamente iguales, con la excepción de uno, que tenía solo una pierna, pues el plomo se había agotado antes de que él estuviera terminado. Pero se equilibraba tan bien que el niño decidió guardarlo.
    Sobre la mesa había otros muchos juguetes, siendo el más atractivo de todos un encantador castillo de cartón, en el que una bella bailarina -también de papel, con un vestido de gasa muy fino y unas lentejuelas muy brillantes- extendía sus delicados brazos hacia el cielo. Su paso era tan bello, se alzaba tanto en el aire, que el soldado imaginó que a ella también le faltaba una pierna.
    -Sería la esposa más adecuada para mí pensó. Pero ella vive en un palacio.
    Decidió esconder su amor y pasarse el resto de la vida apenas contemplando a la pequeña bailarina.
    Cada noche, cuando las personas de la casa se iban a dormir, llegaba la hora en que los muñecos jugaban y se divertían visitándose unos a otros, realizando batallas o dando bailes. Los soldados de plomo se aburrían en su caja, pero habían sido educados para tener disciplina y educación.
    Cierto día, la sirvienta vio que había un soldado sin pierna y lo tiró por la ventana. Unos niños que pasaban vieron el muñeco roto y lo pusieron en un barco de papel, que fue navegando por la cuneta hasta las alcantarillas, que a su vez acabaron llevándolo hasta un río.
    Allí, un pez se tragó al soldado, pero él continuaba impávido, con su fusil al hombro y soñando con los días felices que había pasado junto a su amor.
    El pez acabó siendo pescado y vendido a la misma casa en la que, un día, un niño recibiera veinticinco soldaditos de regalo. La misma sirvienta que lo había tirado por la ventana lo encontró en el vientre del pescado, y en esta ocasión arrojó al soldadito al fuego.
    Antes de caer entre las llamas, él pudo ver, por última vez, a los mismos niños, los mismos juguetes sobre la mesa y el hermoso castillo con la linda bailarina en la puerta.
    Y vio, en los ojos de la bailarina, una lágrima de cartón ella también lo había extrañado.
    Poco a poco, rodeado por las llamas, empezó a derretirse. A medida que sus ropas perdían los colores, él procuraba mantener su porte marcial, con los ojos fijos en aquella a quien jurara amor eterno. Los dos se contemplaban, tristes por estar lejos y contentos por la oportunidad de encontrarse una vez más. No se sabe cómo, pero una corriente de aire atravesó la sala y arrancó de su lugar a la pequeña bailarina, que voló como un hada y también fue a caer entre las llamas.
    Dicen que Dios es generoso con los que aman, y que por eso siempre les da la oportunidad de estar juntos.
    Al día siguiente, cuando la sirvienta retiraba las cenizas de la chimenea, reparó en un pequeño corazón hecho de plomo que tenía en el centro una lentejuela que ella lo sabía pertenecía a otro juguete que estaba en la mesa de los niños.

    TÍTULO; FASE A 3 PREFERENTE CASTUERA- 1- ACEUCHAL-1-,.

    El Castuera y el Aceuchal han jugado un gran partido para subir a tercera preferente con mucha gente de los equipos con buen juego con el resultado final de empate a -1-, 1-, etc.

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