martes, 30 de agosto de 2011

MIENTRAS LA ARENA QUEMA TUS PIES DESNUDOS./ELISA KIDANE.

TÍTULO: MIENTRAS LA ARENA QUEMA TUS PIES DESNUDOS.Mientras el sol ardiente quema impetuoso tu rostro, que tratas de proteger con tus manos.
Mientras la arena quema tus pies desnudos, que hunden sus pasos con la esperanza de dejar huella de una historia infinita. Mientras el cántaro rebosante de agua encorva tu espalda, pero tu corazón, deseoso de apagar la sed de los que amas. Mientras tu vientre esconde, nutre y protege el enésimo fruto de tu ahelo, de un amor más verdadero y humano. Otros, extraño y lejanos a ti, a tu mundo y a tus problemas, que  nunca te han visto ni saben quién eres... Otros hacen programas para dirigir el futuro y deciden según sus esquemas cómo y cuándo tendrás que ser Madre. Otros, usurpando tu derecho de palabras, pensamiento y opinión, codifican según sus intereses tu silencio, pisotean tu dignidad de mujer e ignoran tu privilegio de Madre de la humanidad. Entonces, mientras el sol ardiente quema impetuoso tu rostro, una fuerza nueva te nace dentro y te empuja a apresurar el paso para dar vida a tu sueño milenario de justicia y liberación.

TÍTULO: ELISA KIDANE (foto). Mientras el sol ardiente
quema impetuoso tu rostro
que tratas de proteger con tus manos.


Mientras la arena
quema tus pies desnudos
que hunden sus pasos
con la esperanza de dejar huella
de una historia infinita.


Mientras el cántaro rebosante de agua
encorva tu espalda pero no tu corazón,
deseoso de apagar la sed
de los que amas.


Mientras tu vientre
esconde, nutre y protege
el enésimo fruto de tu anhelo,
de un amor más verdadero y humano...


Otros, extraños y lejanos a ti,
a tu mundo y a tus problemas,
que nunca te han visto
ni saben quién eres...


Otros hacen programas
para dirigir tu futuro
y deciden según sus esquemas
cómo y cuándo tendrás que ser Madre.


Otros, usurpando tu derecho de palabra,
pensamiento y opinión,
codifican según sus intereses tu silencio,
pisotean tu dignidad de mujer
e ignoran tu privilegio
de Madre de la Humanidad.


Entonces,
mientras el sol ardiente
quema impetuoso tu rostro,
una fuerza nueva te nace dentro
y te empuja a presurar el paso
para dar vida a tu sueño milenario
de justicia y liberación .


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