La campaña del tomate en Extremadura arranca con una caída en la producción de más del 20%.
Todo el sector tomatero coincide en resaltar la "tranquilidad" del inicio de la recogida del producto. La peor parte se la llevan los agricultores: a la reducción de los cultivos se unen los bajos precios.
Contenedores de tomate en una industria transformadora de Santa Amalia. Este año la superficie sembrada se ha reducido-FOTO.Extremadura ocupa el cuarto puesto en el ranking mundial de producción de tomate. Las labores de recogida comenzaron hace unos días y ya han comenzado a entrar en las industrias transformadoras las primeras toneladas de esta hortaliza. Este año se han sembrado 19.900 hectáreas, unas 6.000 menos que el anterior. La razón, la existencia de tomate concentrado que las industrias no vendieron la anterior temporada. Ayer en la Consejería de Agricultura su titular, José Antonio Echávarri, recibió a los miembros de la 'Mesa del Tomate', un organismo que ejerce de intermediario entre los productores y la industria transformadora, y a representantes de la Agrupación Española de Fabricantes de Conservas Vegetales. El objetivo, conocer la situación del sector. Una situación que difiere según quien la explique.
Para Juan Francisco Blanco, presidente de la 'Mesa del Tomate', la campaña se está desarrollando con "tranquilidad". Señala que de las 2 millones de toneladas que las fábricas extremeñas pueden transformar se elaborarán esta temporada 1,3 millones, una cifra menor debida a la reducción de algo más del 20% en la contratación de comienzos de campaña. Desde su punto de vista el ritmo de trabajo es bueno y así los agricultores no deben esperar a que sus productos entren en las industrias. Pero para ellos sería más propicia esa espera. El que el número de hectáreas contratadas se redujera ha supuesto también una caída en los puestos de trabajo. A la menor producción se une una menor productividad. Las lluvias de la primavera provocaron atrasos en la siembra y una peor calidad del tomate en algunas zonas como la de Miajadas. Tanto Juan Moreno, presidente de COAG, como Miguel Leal, secretario de Organización de UPA-UCE confirman este hecho. Coinciden en destacar el problema de los precios que perciben por sus cosechas. El pasado año por cada tonelada de tomate cobraban unos 75 euros, éste 10 menos.
La campaña se está desarrollando, señala Leal, sin incidentes. Pero el problema es para los agricultores. Destaca que éstos han tenido que sembrar menos debido a la reducción de la contratación, más barato, como consecuencia de la bajada de precios, y, además, con menor productividad, causada por la climatología de esta primavera. En las industrias el trabajo no cesa. Domínguez Fernández, gerente de 'Tomates del Guadiana', asegura que las máquinas funcionan las 24 horas. El número de empleados se mantiene pero reconoce que la duración de la campaña será algo menor. De momento, de los 150 millones de kilogramos contratados, se ha transformado el 26%. Las esperanzas para los agricultores están puestas en el tomate de mediados y final de temporada. En su cabeza están las previsiones de pérdidas que algunos cuantifican en 11 millones de euros esta campaña. Una cifra casi inasumible para uno de los cultivos por excelencia de Extremadura.
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