sábado, 13 de agosto de 2011

50 AÑOS DEL MURO DE BERLÍN- ALEMANIA.

Este sábado, Berlín se ha sumido en un minuto de silencio, en recuerdo de los 28 años de división que marcaron Alemania. La caniller alemana, Angela Merkel, ha evocado lo que supuso la construcción del Muro para su familia hace 50 años: "Yo tenía siete años, pero recuerdo el horror".
El acto central ha tenido lugar en la emblemática calle Bernauer de la capital alemana, donde el 13 de agosto de 1961 miles de soldados de la extinta Alemania oriental (RDA) comenzaron a construir el Muro que dividiría la ciudad y el mundo durante 28 años. La ceremonia, encabezada por el presidente Christian Wulff, ha dejado una consigna clara: que no se vuelva a repetir jamás.
El golpe fue secreto, imprevisto, veloz: en la madrugada del 13 de agosto de 1961, soldados armados recorrieron Berlín bloqueando calles con barricadas, alambre de púa y columnas de cemento. Así nacía hace 50 años el muro que dividiría una ciudad y el mundo durante casi tres décadas."También nosotros fuimos separados forzosamente de nuestras tías y nuestros abuelos", ha dicho la canciller.
Las fotos tomadas en diversos puntos de Berlín en esa mañana algo nublada de domingo siguen transmitiendo hoy la perplejidad y el pánico de quienes despertaron con una pared frente a la puerta de su casa, separados de familiares, vecinos, lugares de trabajo.
Fue el día más trágico en la historia de Berlín desde el fin de la Segunda Guerra Mundial", sostuvo recientemente el alcalde de la capital alemana, el socialdemócrata Klaus Wowereit. "El Muro fue y sigue siendo símbolo de una política inhumana y dictatorial".
Los testimonios le dan la razón: "Estuve una hora mirando a los que lo construían, sin atreverme a hablarles", recordó Stefan Heyde, hoy de 64 años y entonces símbolo involuntario de la historia, al quedar retratado de niño en una famosa foto mirando la incipiente pared. "Tuve la sensación de que comenzábamos a vivir en una gran prisión".
El "Muro de la vergüenza", como se empezó a denominar en occidente, o el "Muro de contención antifascista", como prefirió llamarlo la cúpula del régimen satélite de Moscú, fue el último eslabón en una cadena de medidas desesperadas para frenar la imparable huida de los habitantes de la República Democrática Alemana (RDA).
Desde su fundación en octubre de 1949, más de dos millones y medio de personas habían emigrado buscando un futuro mejor en el oeste. Sólo en 1960, alrededor de 199.000 ciudadanos huyeron a la Alemania occidental. Y casi todos lo hacían pasando por Berlín.
A principios de 1961, el presidente de la RDA y jefe del Partido Socialista Unificado (SED), Walter Ulbricht, acordó un posible "refuerzo de la frontera" hacia la Alemania occidental y hacia Berlín oeste y en marzo pidió "una lucha decidida contra la emigración de la RDA".

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