No sé por qué la musa de la poesía
Necesita del silencio y la soledad para existir
Oculta se encuentra entre la más callada noche
O en un naranja amanecer
Igual puede cabalgar sobre las gotas
De una repentina lluvia
O en el fulgor de una perdida estrella
De una lejana constelación
Y es cuando despierta y acaricia
A aquellos que la pueden comprender y amar
No sé en qué momento de mi vida nos encontramos
Pero ha sido mi rebelde y errática compañera
Desde entonces
Yo, queriéndola ignorar a veces
Y ella imponiéndose
A costa de mis rebeldes y empeñados olvidos
Me despierta sin misericordia
A la mitad de un sueño
Ha trastocado mis noches y mis días
Se ha apoderado de mis instintos
Mis sentimientos y mis temores
Aprisionándolos en letras
párrafos y una cascada de versos
Ha sido viajera de mi ausencia
Y compañera de mis recuerdos
Late sin compasión en mi instinto
Y se alimenta y vive de mis agotamientos
Hay momentos en que deseara
Que las palabras durmieran como un abanico cerrado
Pero laten por sí mismas
Cobran vida como un delirio
Y es entonces cuando la poesía me incita
A aquietarlas y ordenarlas
Como niñas traviesas en el banco de los renglones
Y así pasan los días
Llenos de una pasiva rebeldía
Yo queriendo escapar como la brisa
Y la poesía atándome
Como un molino a una misteriosa melodía.
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