Día Internacional de la mujer 8 de marzo 2012 Castuera.
Jueves 8 Actividades importantes son las siguientes hacer.
12:00 h---- Reparto de Lazos como símbolo de IGUALDAD DE OPORTUNIDADES ENTRE LAS PERSONAS a cargo de la Asociación de mujeres de Castuera ( Mercado y Plaza España ).
13:30 h--- Programa de Radio ( 107.1 F. m. Radio Zújar).
"Las mujeres, avanzando a través del tiempo"
Invitadas: Personal Técnico de Igual del Ayto. / UPC.
18:30 h---Visita, en torno a un café, a la exposición:
"Extremadura y la Modernidad: La construcción de la España Constitucional".
Diputación de Badajoz
Sala de Exposiciones Centro Cultural.
19:00 h--- Mesa Redonda: Centro Cultural
" Igualdad Real / Igualdad Legal"
Ponente: Mª Felix Tena Aragón
( Magistrada. Presidenta Sección 2ª, Audiencia Provincial de Cáceres).
20:00 h ----- Pleno Extraordinario AYTO. Castuera.
Lectura de Manifiesto DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER.
VIERNES 9 Y LUNES 11 DE MARZO- 2012
21:00 h--- LA DAMA DE HIERRO ( ÓScar Mejor Actriz 2012).
Notas:---La Biblioteca Municipal mantendrá expuesta muestra monográfica con bibliografía de Mujer.
Foto del Casino de la Serena Castuera.
TÍTULO: Sara Mérida: "Llegué a pensar en dejar el fútbol".
Sara Mérida vuelve a sonreír. La futbolista del Espanyol acaba de recibir el alta médica de la lesión del ligamento cruzado anterior que se produjo el 23 de enero en 2011, que tuvo una recaída cuando se disponía a regresar a la competición y que estuvo a punto de arruinar la carrera de una jugadora de la que se espera mucho en el futuro.
Espanyol-Real Sociedad. Ciutat Esportiva Sant Adrià. Sara Mérida salta al terreno de juego en el minuto 60 sustituyendo a Alexia Putellas y se coloca, como le pide el entonces técnico Óscar Aja, en banda derecha. Diez minutos después, a banda cambiada, Sara presionó a una rival en la salida de balón y entonces sucedió: "Me acuerdo muchas veces de aquella jugada. Por desgracia, nunca me voy a olvidar de ella. Recuerdo que estiré la pierna izquierda para robar el balón, dejé la derecha de apoyo y entonces todo sucedió muy rápido. Enseguida me dí cuenta de que tenía la pierna colgando. En unos segundos tenía la pierna como un melón, me retorcía del dolor, chillaba como una loca y lloraba desconsolada. Cuando miraba para arriba veía a mis compañeras echarse las manos a la cabeza. Incluso mis padres saltaron al terreno de juego para socorrerme. Fue un shock del que tardé en reponerme", cuenta la protagonista como si el hecho narrado estuviera reciente. Aquel partido acabó 7-0 a favor de las periquitas, pero la cabeza estaba puesta en la resaca de aquel episodio.El diagnóstico no pudo ser más fatídico: rotura del ligamento cruzado con afectación del lateral interno. Adiós a la temporada y a un periplo cargado de buenas noticias que le habían llevado a proclamarse campeona de Europa con la selección sub'17, conseguir la medalla de bronce en el Mundial, debutar en Superliga con 16 años y acaparar los focos mediáticos gracias a su calidad y buen hacer en el centro del campo blanquiazul. "Estuve tres semanas sin salir de casa, sin apenas comer y llorando continuamente. Tuve que desconectar el teléfono y no encender el ordenador porque me emocionaba con cada mensaje de apoyo que me llegaba. Fueron muchos y estoy agradecidos a todos aquellos que, conociéndome o sin conocerme, dedicaros su tiempo a mandarme mucha fuerza. Gracias a ellos, el club, mis compañeras y mi familia, pude remontar el vuelo y salir hacia adelante", dice Sara. Aprovechó el tiempo de reposo para acabar el Bachillerato y sacar la nota suficiente en la selectividad como para poder cursar ahora INEF en la Universidad de Barcelona.
Agradecida por tanta muestra de ánimo
"Lo que no te mata te hace más fuerte. El tiempo parada me sirvió para madurar y dar más valor al fútbol que el que tenía para mí entonces", afirma Sara, que recibió de buen agrado los consejos de su hermano, Fran Mérida, jugador del Atlético de Madrid. "Me apoyó mucho en el plano psicológico. Tiene la virtud de sacarme siempre una sonrisa y hacerme desconectar de todos los problemas que tenga. Me repetía una y otra vez que todo trabajo tiene su recompensa y que pronto volvería a estar dando patadas a un balón. Fui una buena enferma y trabajé concienzudamente para recuperarme lo antes posible", cuenta.
Después de hacer una buena pretemporada, Sara parecía dispuesta a regresar a la competición tras ocho meses alejada de los terrenos de juego, pero un giro inesperado durante un entrenamiento volvió a tornar de gris el cielo al que reprochaba: "¿Qué hecho yo para tener tan mala suerte? Estaba trotando y me falló la rodilla. Creí que no era nada porque, aunque la tenía muy hinchada, el dolor que sentía era soportable". Sin embargo, la primera exploración advirtió una nueva rotura. "Se me cayó el mundo encima, estaba destrozada. Incluso le dije a mi padre que dejaba el fútbol", señala. La segunda prueba realizada por el Dr. Álvarez dos semanas confirmó la rotura, pero matizó que era parcial, lo que significaba que se podía esquivar el quirófano. Propuso tratarla con factores de crecimiento, un tratamiento que no siempre acaba con final feliz. "Me daba igual qué tuviera que hacer con tal de verme de nuevo jugando al fútbol", concluye.
El pasado lunes recibió por fin el alta médica. Lleva dos semanas entrenando a menor ritmo con sus compañeras y a partir de ahora irá incrementando la exigencia hasta que el técnico, Lluis Carrión, estime oportuno que esté preparada para jugar. "Hablé con el fisio que me ha acompañado en cada revisión (Roberto) para meterle presión. ¡Ni te imaginas las ganas que tengo de jugar! De momento descartamos este fin de semana porque el equipo viaja a un campo difícil y exigente como el del Reocín Racing, pero espero disfrutar de unos minutos la próxima semana -ante el Sporting de Huelva en casa-", asevera. La elástica con el '17' a la espalda, su dorsal, le espera doblada en el banco del vestuario blanquiazul. "Quiero aportar lo máximo posible al equipo, ya sea en el tramo final de la Liga o en la Copa de la Reina. Todo lo que he conseguido hasta ahora es gracias a ellos y quiero corresponderles en el campo", dice. A pesar de haber jugado en banda en el pasado, en esta nueva etapa espera poder desenvolverse como mediocentro o en la mediapunta, posiciones donde más puede aportar, "aunque ahora mismo sólo pienso en recuperarme del todo y jugar donde haga falta. Desde que me dieron el alta no he dejado de soñar con el momento de saltar al campo vestida de corto". Llegará, todo trabajo tiene su recompensa...
Sara Mérida: "Llegué a pensar en dejar el fútbol".
Sara Mérida vuelve a sonreír. La futbolista del Espanyol acaba de recibir el alta médica de la lesión del ligamento cruzado anterior que se produjo el 23 de enero en 2011, que tuvo una recaída cuando se disponía a regresar a la competición y que estuvo a punto de arruinar la carrera de una jugadora de la que se espera mucho en el futuro.
Espanyol-Real Sociedad. Ciutat Esportiva Sant Adrià. Sara Mérida salta al terreno de juego en el minuto 60 sustituyendo a Alexia Putellas y se coloca, como le pide el entonces técnico Óscar Aja, en banda derecha. Diez minutos después, a banda cambiada, Sara presionó a una rival en la salida de balón y entonces sucedió: "Me acuerdo muchas veces de aquella jugada. Por desgracia, nunca me voy a olvidar de ella. Recuerdo que estiré la pierna izquierda para robar el balón, dejé la derecha de apoyo y entonces todo sucedió muy rápido. Enseguida me dí cuenta de que tenía la pierna colgando. En unos segundos tenía la pierna como un melón, me retorcía del dolor, chillaba como una loca y lloraba desconsolada. Cuando miraba para arriba veía a mis compañeras echarse las manos a la cabeza. Incluso mis padres saltaron al terreno de juego para socorrerme. Fue un shock del que tardé en reponerme", cuenta la protagonista como si el hecho narrado estuviera reciente. Aquel partido acabó 7-0 a favor de las periquitas, pero la cabeza estaba puesta en la resaca de aquel episodio.
El diagnóstico no pudo ser más fatídico: rotura del ligamento cruzado con afectación del lateral interno. Adiós a la temporada y a un periplo cargado de buenas noticias que le habían llevado a proclamarse campeona de Europa con la selección sub'17, conseguir la medalla de bronce en el Mundial, debutar en Superliga con 16 años y acaparar los focos mediáticos gracias a su calidad y buen hacer en el centro del campo blanquiazul. "Estuve tres semanas sin salir de casa, sin apenas comer y llorando continuamente. Tuve que desconectar el teléfono y no encender el ordenador porque me emocionaba con cada mensaje de apoyo que me llegaba. Fueron muchos y estoy agradecidos a todos aquellos que, conociéndome o sin conocerme, dedicaros su tiempo a mandarme mucha fuerza. Gracias a ellos, el club, mis compañeras y mi familia, pude remontar el vuelo y salir hacia adelante", dice Sara. Aprovechó el tiempo de reposo para acabar el Bachillerato y sacar la nota suficiente en la selectividad como para poder cursar ahora INEF en la Universidad de Barcelona.
Agradecida por tanta muestra de ánimo
"Lo que no te mata te hace más fuerte. El tiempo parada me sirvió para madurar y dar más valor al fútbol que el que tenía para mí entonces", afirma Sara, que recibió de buen agrado los consejos de su hermano, Fran Mérida, jugador del Atlético de Madrid. "Me apoyó mucho en el plano psicológico. Tiene la virtud de sacarme siempre una sonrisa y hacerme desconectar de todos los problemas que tenga. Me repetía una y otra vez que todo trabajo tiene su recompensa y que pronto volvería a estar dando patadas a un balón. Fui una buena enferma y trabajé concienzudamente para recuperarme lo antes posible", cuenta.
Después de hacer una buena pretemporada, Sara parecía dispuesta a regresar a la competición tras ocho meses alejada de los terrenos de juego, pero un giro inesperado durante un entrenamiento volvió a tornar de gris el cielo al que reprochaba: "¿Qué hecho yo para tener tan mala suerte? Estaba trotando y me falló la rodilla. Creí que no era nada porque, aunque la tenía muy hinchada, el dolor que sentía era soportable". Sin embargo, la primera exploración advirtió una nueva rotura. "Se me cayó el mundo encima, estaba destrozada. Incluso le dije a mi padre que dejaba el fútbol", señala. La segunda prueba realizada por el Dr. Álvarez dos semanas confirmó la rotura, pero matizó que era parcial, lo que significaba que se podía esquivar el quirófano. Propuso tratarla con factores de crecimiento, un tratamiento que no siempre acaba con final feliz. "Me daba igual qué tuviera que hacer con tal de verme de nuevo jugando al fútbol", concluye.
El pasado lunes recibió por fin el alta médica. Lleva dos semanas entrenando a menor ritmo con sus compañeras y a partir de ahora irá incrementando la exigencia hasta que el técnico, Lluis Carrión, estime oportuno que esté preparada para jugar. "Hablé con el fisio que me ha acompañado en cada revisión (Roberto) para meterle presión. ¡Ni te imaginas las ganas que tengo de jugar! De momento descartamos este fin de semana porque el equipo viaja a un campo difícil y exigente como el del Reocín Racing, pero espero disfrutar de unos minutos la próxima semana -ante el Sporting de Huelva en casa-", asevera. La elástica con el '17' a la espalda, su dorsal, le espera doblada en el banco del vestuario blanquiazul. "Quiero aportar lo máximo posible al equipo, ya sea en el tramo final de la Liga o en la Copa de la Reina. Todo lo que he conseguido hasta ahora es gracias a ellos y quiero corresponderles en el campo", dice. A pesar de haber jugado en banda en el pasado, en esta nueva etapa espera poder desenvolverse como mediocentro o en la mediapunta, posiciones donde más puede aportar, "aunque ahora mismo sólo pienso en recuperarme del todo y jugar donde haga falta. Desde que me dieron el alta no he dejado de soñar con el momento de saltar al campo vestida de corto". Llegará, todo trabajo tiene su recompensa...
Espanyol-Real Sociedad. Ciutat Esportiva Sant Adrià. Sara Mérida salta al terreno de juego en el minuto 60 sustituyendo a Alexia Putellas y se coloca, como le pide el entonces técnico Óscar Aja, en banda derecha. Diez minutos después, a banda cambiada, Sara presionó a una rival en la salida de balón y entonces sucedió: "Me acuerdo muchas veces de aquella jugada. Por desgracia, nunca me voy a olvidar de ella. Recuerdo que estiré la pierna izquierda para robar el balón, dejé la derecha de apoyo y entonces todo sucedió muy rápido. Enseguida me dí cuenta de que tenía la pierna colgando. En unos segundos tenía la pierna como un melón, me retorcía del dolor, chillaba como una loca y lloraba desconsolada. Cuando miraba para arriba veía a mis compañeras echarse las manos a la cabeza. Incluso mis padres saltaron al terreno de juego para socorrerme. Fue un shock del que tardé en reponerme", cuenta la protagonista como si el hecho narrado estuviera reciente. Aquel partido acabó 7-0 a favor de las periquitas, pero la cabeza estaba puesta en la resaca de aquel episodio.
El diagnóstico no pudo ser más fatídico: rotura del ligamento cruzado con afectación del lateral interno. Adiós a la temporada y a un periplo cargado de buenas noticias que le habían llevado a proclamarse campeona de Europa con la selección sub'17, conseguir la medalla de bronce en el Mundial, debutar en Superliga con 16 años y acaparar los focos mediáticos gracias a su calidad y buen hacer en el centro del campo blanquiazul. "Estuve tres semanas sin salir de casa, sin apenas comer y llorando continuamente. Tuve que desconectar el teléfono y no encender el ordenador porque me emocionaba con cada mensaje de apoyo que me llegaba. Fueron muchos y estoy agradecidos a todos aquellos que, conociéndome o sin conocerme, dedicaros su tiempo a mandarme mucha fuerza. Gracias a ellos, el club, mis compañeras y mi familia, pude remontar el vuelo y salir hacia adelante", dice Sara. Aprovechó el tiempo de reposo para acabar el Bachillerato y sacar la nota suficiente en la selectividad como para poder cursar ahora INEF en la Universidad de Barcelona.
Agradecida por tanta muestra de ánimo
"Lo que no te mata te hace más fuerte. El tiempo parada me sirvió para madurar y dar más valor al fútbol que el que tenía para mí entonces", afirma Sara, que recibió de buen agrado los consejos de su hermano, Fran Mérida, jugador del Atlético de Madrid. "Me apoyó mucho en el plano psicológico. Tiene la virtud de sacarme siempre una sonrisa y hacerme desconectar de todos los problemas que tenga. Me repetía una y otra vez que todo trabajo tiene su recompensa y que pronto volvería a estar dando patadas a un balón. Fui una buena enferma y trabajé concienzudamente para recuperarme lo antes posible", cuenta.
Después de hacer una buena pretemporada, Sara parecía dispuesta a regresar a la competición tras ocho meses alejada de los terrenos de juego, pero un giro inesperado durante un entrenamiento volvió a tornar de gris el cielo al que reprochaba: "¿Qué hecho yo para tener tan mala suerte? Estaba trotando y me falló la rodilla. Creí que no era nada porque, aunque la tenía muy hinchada, el dolor que sentía era soportable". Sin embargo, la primera exploración advirtió una nueva rotura. "Se me cayó el mundo encima, estaba destrozada. Incluso le dije a mi padre que dejaba el fútbol", señala. La segunda prueba realizada por el Dr. Álvarez dos semanas confirmó la rotura, pero matizó que era parcial, lo que significaba que se podía esquivar el quirófano. Propuso tratarla con factores de crecimiento, un tratamiento que no siempre acaba con final feliz. "Me daba igual qué tuviera que hacer con tal de verme de nuevo jugando al fútbol", concluye.
El pasado lunes recibió por fin el alta médica. Lleva dos semanas entrenando a menor ritmo con sus compañeras y a partir de ahora irá incrementando la exigencia hasta que el técnico, Lluis Carrión, estime oportuno que esté preparada para jugar. "Hablé con el fisio que me ha acompañado en cada revisión (Roberto) para meterle presión. ¡Ni te imaginas las ganas que tengo de jugar! De momento descartamos este fin de semana porque el equipo viaja a un campo difícil y exigente como el del Reocín Racing, pero espero disfrutar de unos minutos la próxima semana -ante el Sporting de Huelva en casa-", asevera. La elástica con el '17' a la espalda, su dorsal, le espera doblada en el banco del vestuario blanquiazul. "Quiero aportar lo máximo posible al equipo, ya sea en el tramo final de la Liga o en la Copa de la Reina. Todo lo que he conseguido hasta ahora es gracias a ellos y quiero corresponderles en el campo", dice. A pesar de haber jugado en banda en el pasado, en esta nueva etapa espera poder desenvolverse como mediocentro o en la mediapunta, posiciones donde más puede aportar, "aunque ahora mismo sólo pienso en recuperarme del todo y jugar donde haga falta. Desde que me dieron el alta no he dejado de soñar con el momento de saltar al campo vestida de corto". Llegará, todo trabajo tiene su recompensa...
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