Una nueva generación de mujeres sumilleres es la responsable de la carta de vinos de los restaurantes más glamurosos.
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José Andrés tiene catorce restaurantes en EE.UU. y ahora arrasa con su camión de venta de comida rápida, PEPE, en Washington.
Comprarse un bocadillo de jamón ibérico y queso manchego a la hora del almuerzo a las puertas del Departamento de Estado, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, o de la Casa Blanca se ha convertido estos días en moda en la capital estadounidense gracias a PEPE, un camión de venta ambulante de comida que recorre las calles de Washington por iniciativa de José Andrés, el chef español más conocido en EE.UU.
«Adoro la comida española», dice Chris, que ha venido andando varias manzanas desde la Asociación Nacional de Televisiones, una de tantas patronales y lobbies con sede en Washington. Quiere darse el lujo de un pepito de ibérico, que al lomo y jamón le pone el complemento de pimiento y cebolla. A pesar de ser el más caro (20 dólares, unos 15 euros), es el bocadillo que «más fama tiene ahora», asegura Jake Márquez, el mánager de PEPE. Jake también destaca el llamado fútbol club barcelona, compuesto de pollo, bacon, lechuga y tomate, cuyo precio, más bajo, nueve dólares, unos siete euros, es el habitual para el resto del menú.
«Compras un camión, lo transformas por dentro y te pones a vender»
Es consciente de que los estadounidenses paran poco para comer a mediodía, que compran algo rápido en los chiringuitos ambulantes que hay en cualquier esquina de las grandes ciudades y que se conforman con sándwiches menos sofisticados, pero cree que un buen bocadillo tiene su sitio. «No es barato pero al final en tu vida eres tú quien decide lo que quieres meterte en el cuerpo», dice el cocinero de Mieres. El proceso es sencillo. «Compras un camión, lo transformas por dentro y te pones a vender. Es un negocio distinto al mío, porque es dar de comer de manera distinta, pero creo que este puede ser el primer camión de comida variada», comenta. «Este camión es un intento conseguido de transformar el típico camión de helados en una versión 2.0, más avanzada e innovadora».
Cuatro personas a bordo del vehículo atienden los pedidos: una cobra y las otras tres preparan los bocadillos. Como parte de la oferta hay hamburguesa de butifarra, escalivada y queso al grill con membrillo, todo servido en bocadillos de flauta. Para beber, lo especial es sangría sin alcohol. Próxima novedad serán unas patatas bravas que está diseñando su amigo Miguel Urmeneta, de Kukumutxu.
El camión de PEPE está cada día en lugares distintos. Anuncia su ubicación mediante su específica cuenta de Facebook y Twitter, y allí se planta los días laborables entre las 11.30 y las 14.30 horas, que es cuando la gente sale de las oficinas para tomar almorzar. Las colas que se están formando indican que rápidamente ha corrido la noticia del nuevo invento de José Andrés y que, cuando menos, hay interés en probar la modalidad española del bocata. Algunos clientes incluso llegan en taxi desde otras partes de la ciudad. Ahora habrá que esperar la llamada de la Casa Blanca para que, en medio de sesiones de trabajo, se sirvan los bocadillos de jamón y queso de PEPE.
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