El madrileño participa hoy, a las ocho y media, en una charla coloquio junto a Talavante en el Club Taurino Extremeño de Badajoz
Agustín Díaz Yanes Director-foto- de cine y aficionado.
TÍTULO: PAISAJE CON SED.
Hijo de un torero, aficionado con mayúsculas y un genio del cine. Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) visita esta tarde Badajoz para participar, junto a Alejandro Talavante, en una tertulia que ofrece el Club Taurino Extremeño con motivo de su XXVI Semana Taurina pacense.
A las ocho y media de la noche, el hijo de 'Michelín' (diestro manchego que llegó a anunciarse junto a Manolete como novillero y fue torero de plata en las cuadrillas de Antonio Ordóñez, Manolo González o Paco Camino, entre otros) versará sobre los lazos de unión entre la tauromaquia y el séptimo arte. Antes de partir hacia Badajoz, Díaz Yanes ha charlado con HOY vía telefónica.
-¿Cómo nació su afición?
-A través de mi padre, que fue torero. El toro siempre estuvo presente en mi vida.
-¿Pensó alguna vez en seguir sus pasos?
-No lo intenté. Decir eso sería faltarle el respeto a los toreros. Me hubiese gustado torear y lo hice en algunos tentaderos pero pronto me eché para atrás.
-¿Por falta de valor o de vocación?
-Por las dos cosas. Me faltaba valor y no tenía mentalidad de sacrificio.
-Y entonces decidió dedicares a las letras.
-Estudié Filosofía y Letras, la rama de Historia. Me gustaba escribir y quería ser escritor y comencé, con un amigo, haciendo guiones. Me compraron uno, escribe tres o cuatro más y terminé dirigiendo. Paso a paso una cosa me llevó a otra.
-Escribió el guión de la película 'Belmonte'.
-Sí, me lo propuso el director y accedí encantado. Estaba basado en el libro de Chaves Nogales. En todas mis películas trato de incluir alguna secuencia taurina.
-En el Club Taurino ofrecerá una tertulia sobre el toreo y el cine. ¿Cómo es esa relación?
-No muy buena, la verdad. Por alguna razón no se ha logrado que haya grandes películas de toro como sí las hay de boxeo, por ejemplo. Sobresale especialmente 'Torero', de Carlos Velo, pero no ha habido suerte con el resto de películas, quedan raras. No sé si es que el toro no es buen actor o porque es muy difícil captar la emoción de la tarde.
-¿Está abandonada la temática taurina en la gran pantalla?
-Es que casi nunca ha funcionado. Están las películas de los años 60 con 'El Cordobés' o Palomo. A mí no me gustan pero es cierto que tenían bastante éxito en España y fuera de ella. Desde hace tiempo no ha habido ninguna película centrada en el mundo de los toros y se ha abandonado bastante.
-¿Haría usted un filme taurino?
-Me encantaría. Algún día lo haré. No sé cuando, pero lo haré.
-Es un gran admirador del maestro Chenel, ¿llevaría al cine la vida de 'Antoñete'?
-Tenía una vida interesante. Le conocí y era amigo suyo y sus vivencias eran fantásticas, pero su película duraría ocho o nueve horas.
-¿Cree que la divulgación del toreo a través del cine ayudaría a que la gente conociese la fiesta?
-Claro, sobre todo fuera de España. Sería extraordinario que alguien, que me encantaría que fuese yo, rodase una película sobre el toreo que pudiese competir con las grandes películas españolas, europeas o americanas. Sería el 'no va más'.
-Como aficionado, ¿qué le hace falta a la fiesta: unión en el sector, apoyo político, difusión social...?
-Todo eso es bueno, pero yo creo que ahora estamos en una época de transición. Vivimos en una época dorada de toreros pero no de toros. Cuando los ganaderos consigan que el toro, además de bueno, tenga emoción, no habrá ningún problema. Al final como en todo, como en el cine, todo depende de los protagonistas. Si logran esa buena unión la gente se animará porque el espectáculo es único. Si la afición está presente, resurgirá el apoyo político y mediático, que son estupendos, pero lo fundamental es el toro y el torero.
-Comparte cartel con Alejandro Talavante en el Club Taurino de Badajoz.
-Sí, aparte de ser mi amigo soy un seguidor de su tauromaquia. Le he visto desde el principio y me considero un talavantista acérrimo. Es un torero estupendo, tiene una magia especial y es distinto.
TÍTULO: PAISAJE CON SED.
Los terrones de los campos aragoneses están más duros que nunca. Otros años revientan en cuanto llegan las primeras heladas pero este invierno el ambiente es tan seco que las bajas temperaturas, en lugar de fragmentarlos, los apelmazan aún más. «Están como piedras», confirma Jaime Ferrer, un agricultor de Tamarite de Litera, en la linde entre Aragón y Cataluña. Ferrer atiende una de las 4.500 estaciones de la red secundaria que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene repartidas por el territorio nacional. Todos los días a la misma hora, las ocho y media de la mañana, anota los registros de temperatura y precipitaciones para hacerlos llegar a la sede de Aemet. En sus 43 años a cargo de la instalación ha visto de todo, pero le cuesta recordar un invierno como el actual. «En el Ebro siempre ha habido ciclos de sequía pero creo que va a ser difícil hallar otro invierno tan seco», subraya Ferrer. Al norte de Tamarite de la Litera, en Jaca, hay fuentes que han empezado a dejar de dar agua. Ramón Galindo, que es el responsable de la estación que Aemet tiene en el Instituto Pirenaico de Ecología, un organismo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), pone cifras a lo que se ha convertido ya en el principal tema de conversación de sus convecinos. «Entre diciembre, enero y febrero hemos recogido 33 litros por metro cuadrado cuando la media de precipitaciones en ese periodo es de 204 litros», precisa.
Jaca arriba, las cosas no están mejor. El manto blanco que suele cubrir por estas fechas las laderas del Pirineo aparece salpicado de grandes calvas. Las estaciones de esquí hacen malabarismos para mantener sus pistas abiertas con los cañones de nieve artificial. Las estimaciones sobre las reservas de agua que hace la Confederación Hidrográfica del Ebro a partir de la nieve acumulada en la cordillera no son nada tranquilizadoras. En la cuenca del río Aragón, que es el que abastece el embalse de Yesa, conocido también como el Mar del Pirineo, se calcula que hay 19 hectómetros cúbicos cuando la media de los cinco últimos años es de 124 hectómetros, es decir, un 85% menos.
Las estadísticas confirman que la ausencia de precipitaciones, un fenómeno que afecta a la práctica totalidad de la península, está castigando especialmente al Valle del Ebro. Hay comarcas donde no han visto caer una gota desde noviembre. En La Rioja la inquietud se palpa entre los agricultores. Sus pantanos se encuentran al 30% de su capacidad cuando hace un año estaban al borde del 67%. Porcentualmente son los que más han bajado de España.
El centro de Navarra han tenido que aprobar unas obras de urgencia porque el embalse de Mairaga, que abastece a localidades como Tafalla u Olite, se ha quedado literalmente seco. Los especialistas creen que el cierzo, nombre que recibe en el Ebro el viento del noroeste, tiene mucho que ver con el fenómeno. «El anticiclón continental que lleva instalado en España desde el 31 de enero está favoreciendo la circulación constante de un cierzo que no lleva nada de humedad y que lo está dejando todo seco», explica Margarita Martín, meteoróloga de Aemet.
'Ad petendam pluviam'
En Aragón no falta mucho para que se empiecen escuchar rogativas 'ad petendam pluviam' (para pedir la lluvia). De momento es su consejero de Agricultura, Modesto Lobón, el que más está insistiendo para que el Gobierno central adopte medidas paliativas. «La situación es patética», dijo el consejero poco antes de reunirse el lunes con el ministro del ramo, Miguel Arias Cañete. El titular de Agricultura no se muestra tan alarmado: «Es curioso que el centro de la península, el levante y el sur estén en mejores condiciones que los Pirineos o el Valle del Ebro, pero las reservas nos dan cierto margen porque los embalses están al 62%».
Arias Cañete ha descartado de momento la aprobación de un decreto de sequía como el que solicita Aragón. Se trata de una disposición que se aplicó por última vez en 2005 y que contempla un abanico de medidas -exenciones fiscales, créditos blandos...- destinadas a paliar las pérdidas en el campo. «Confío en que los refranes que asocian la primavera con la lluvia se hagan realidad y el panorama cambie en las próximas semanas», declaró el ministro.
Pero no son muchos los que comparten su fe en el refranero. Jaime Ferrer, el agricultor-meteorólogo de Tamarite de Litera, ve las cosas de otra forma. «Al cultivo de secano le falta poco para morirse porque ni siquiera tiene la humedad de la escarcha, y con las limitaciones de agua poco se puede hacer con el regadío».
Entre la gente del campo comienza a cundir la preocupación. Las asociaciones del sector -COAG. UPA y Asaja- apuestan por la aprobación del decreto de sequía. Lorenzo Ramos, secretario general de UPA, estima que habrá unas pérdidas de unos 250 millones de euros en el cultivo de cereales, a la vez que un encarecimiento de los costes para la alimentación de ganado por valor de 400 millones. «Hay que comprar pienso para dar de comer a los animales porque a cualquier sitio que vas les ves comiendo tierra en vez de pasto», detalla.
Aunque es en el Valle del Ebro donde peor están las cosas, a medida que pasan los días la alarma comienza a extenderse por la península. La muy verde Galicia es otra de las paradas de esta ruta por la España seca. Allí se han encendido las luces rojas. El presidente de la comunidad calificó ayer de «comprometida» la situación y advirtió que puede haber problemas de abastecimiento en zonas rurales si no empieza a llover. Los embalses gallegos están al 53,4% de su capacidad, muy por debajo del 76% que tenían hace un año. La combinación de sequía y bajas temperaturas ha tenido efectos desastrosos en casi todas las comunidades. En Andalucía, por ejemplo, el kilo de paja está más caro que el kilo de naranjas en origen, según aseguró ayer Ricardo Serra, responsable de Asaja en Sevilla. La organización agraria ha pedido la declaración de zona catastrófica para la comunidad.
Con la excepción de la cornisa cantábrica, el único lugar donde ha llovido algo en los últimos meses, la preocupación por la sequía es generalizada. No es una situación excepcional, pero podría complicar las cosas si las precipitaciones no llegan pronto, algo bastante improbable. «La situación atmosférica es muy estable y da la impresión de que no va a haber lluvia en los próximos días salvo en puntos del Cantábrico», vaticina Margarita Martín.
Todos esperan que con la llegada de la primavera desaparezca el cerco del anticiclón y deje paso a los húmedos frentes atlánticos. El rico patrimonio de plegarias y refranes que invocan la llegada de la lluvia constituye el ejemplo más evidente de que los periodos de sequía están asociados desde la noche de los tiempos al clima peninsular. Los especialistas lo saben, así que no son partidarios de añadir dramatismo a episodios que forman parte de nuestras rutinas meteorológicas. «Ya lo dijo el Génesis, primero viene un ciclo de siete años de vacas gordas y luego otros siete de vacas flacas, en eso estamos», relativiza Margarita Martín.
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