lunes, 10 de octubre de 2011

PERO CON SU ASTRECANADA DEL HURACÁN.

Gracias a la generosidad de la lluvia
has mesurado esta tarde
los extremos recónditos del jardín:
un fotograma en blanco y negro. Lentitud
que ennoblece la llanura del plano
y te convoca a la calidez
de otra historia, reduciéndolo todo
a su última pasión nefanda.
Como un amor adolescente
o un atentado terrorista,
en cuya gravitación se mueve, inexorable,
la palabra que conspira
-desalmada-,
puesta al servicio de unos dogmas
que buscan equivalencia
entre el espíritu y la forma,
entre el amanecer y el mar.
Quizás,
después de todo,
la verdadera poesía está
fuera del tiesto.

Ya está muriendo el huracán

que pasó por aquí

y estremeció mi vida,

ya ha mermado la melancolía

y estoy dispuesta

a vivir mejor la vida,

contigo a mi lado alma mía

todas las penas se olvidan,

espero tenerte siempre

porque eres mi dicha y mi tormento,

sin ti mi vida, no tendría sentido.

Aunque por tu ausencia

haya yo sufrido,

aunque lejos estés de este nido,

eso no es impedimento,

para que yo sueñe contigo,

quiero tenerte

en mí en todo momento,

para brindarte mis caricias,

para decirte lo que siento,

para decirte,

que invades mi pensamiento

de un dulce sueño,

que se alarga en la distancia

y te toca en donde te encuentres,

que quiero que seas el dueño

de mis intimos anhelos,

que seas el dueño

de este corazón arrebatado

que por tí palpita

como caballo desbocado,

para decirte,

que siempre, siempre, AMIGO POETA, el huracán del tiempo va pasando-foto.

estaré a tu lado,

aunque nuestros cuerpos

nunca se hayan tocado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario