sábado, 29 de octubre de 2011

LAS CASAS DE LOS POETAS MUERTOS./LA CASA DEL ESPÍRITU DORADO

TÍTULO: LAS CASAS DE LOS POETAS MUERTOS.

Somos camaradas de caminos,

-arterias del paisaje-

y una misma coyunda nos empuja

en busca de la tarde,

no es raro ni imposible

que andemos, tropecemos y caigamos

de modo semejante.

 

Hoy tengo mis pecados a punto de leerlos

sin rencor hacia nadie, 

aunque sepa que muchos fueron míos

por culpa de ese alguien

que siempre nos empuja y no sabemos

en dónde está su calle.

Aquí tengo la lista:

el primero, no amarte; 

el segundo, creerte una herramienta,

y el tercero, envidiarte.

Que toda la basura de esta noche,

en tres golpes fatales,

se concentra y se pudre

desde el seno hasta el aire.

 

Hoy tengo mis pecados:

tres sorbos de vinagre

en la vieja vasija

del barro de mi carne.


TÍTULO: LA CASA DEL ESPÍRITU DORADO.

Desdentado mástil, robusta pieza,

gótica, renacentista y barroca,

señera silueta que evoca

cristianas gestas de rudeza.

 

Más que una Iglesia: fortaleza y,

esa estampa exterior choca

cuando a Dios el coro invoca;

tallada madera que también reza.

 

Reposa en el claustro más de un deán

desde era lejana, casi medieval, nobles,

hidalgos y algún sacristán.

 

Lienzos, tapices, son viva señal

que todo un museo hay en San Juan

¡Y tantos ignoran a su Catedral!


Dame , Señor, la firme voluntad

compañera y sostén de la virtud; 

la que sabe en el golfo hallar quietud

y en medio de las sombras claridad:

      la que trueca en tesón la veleidad

y el ocio en perenal solicitud, 

y las ásperas fiebres en salud,

y los torpes engaños en verdad!

     Y así conseguirá mi corazón

que los favores que a tu amor debí

te ofrezcan algún fruto en galardón...

     y aún Tú, Señor, conseguirás así

que no llegue a romper mi confusión

la imagen tuya que pusiste en mí. Foto de un jardín de una casa.

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