sábado, 22 de octubre de 2011

LA HISTORIA O EL RELATO = UNA VISITA INESPERADA.

Había tenido ocasión de conocerlo personalmente. Una noche de otoño del 99 se presentó inesperadamente acompañado de una atractiva joven sudamericana de cabellos color azabache y ojos verdes claros a la que llevaba al menos veinte años. El Porsche aparcado delante del jardín era como un insulto a los modestos coches de los vecinos. Ello incomodó bastante a mis padres ya que no les gustaba llamar la atención, pero su contestación fue simple y tajante: "No tengo porque esconder mi coche a las miradas de nadie"
Fue una visita fugaz pero congeniamos muy rápidamente. A ello contribuyó en gran manera mi mal disimulada curiosidad por su espíritu aventurero y la curiosidad propia de mis diecisiete años. Lo cierto es que me cayó bien como persona y no ví en él ninguno de los rasgos egoístas que en ocasiones había oído comentar a mis padres. Sólo estuvo una noche. Por la mañana me lo encontré paseando solo por el parque pensativo. Me dijo que tenía que marchar de nuevo, no podía estar muchos días en un mismo lugar.
Había venido porque sentía melancolía del lugar donde había pasado casi toda su vida pero al mismo tiempo se daba cuenta que era muy diferente a todos los que le rodeaban, hecho que provocaba que le miraran con desconfianza. Me habló de que hacía algo muy importante, pero que precisamente esa importancia dependía de que lo supiese la menor gente posible. Me aseguró que no infringía ninguna norma y ví sinceridad en sus ojos.
Cuando se despidió su apretón de manos fue tan fuerte como sincero y sus palabras vuelven ahora con fuerza a mis oídos con un significado especial: "Si algún día tengo que confiar en alguien, sé que podré contar contigo"
Durante los dos días siguientes a cada visita, llamada o carta no existía en la casa otro tema de conversación, todo eran cábalas sobre Fernando y sus fuentes de ingresos. Al tercer día la intensidad de las conversaciones comenzaba a decrecer desapareciendo por completo hasta que se produjese la próxima llamada.
Nunca había prestado demasiada atención a los comentarios de sus padres. Siempre pensé que si les intrigaba tanto era porqué quizás ellos deseaban interiormente imitar su ritmo de vida y poder viajar alrededor del mundo con toda clase de lujos.

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