domingo, 30 de octubre de 2011

¿ POR QUÉ CREES QUE NO TENGO SIDA? 1 DICIEMBRE DÍA MUNDIAL DEL SIDA.

Detrás de un físico de infarto se puede esconder una de las enfermedades más graves del siglo XX: el sida. La Fundación Triángulo advierte de que en los últimos años la transmisión del virus VIH no ha dejado de crecer en el colectivo homosexual, especialmente en la población de entre 15 y 24 años. Por eso ha lanzado la campaña ¿Por qué crees que no tengo VIH? Para que cuando uno de esos chicos elija un compañero para practicar sexo, el plantearse esa pregunta le lleve a hacerlo siempre con protección.
Ocho extremeños han prestado su imagen a la Fundación para ponerle cara a la idea. Son guapos, jóvenes profesionales o estudiantes integrados en la sociedad y aparentemente saludables. Bajo sus fotos aparece la pregunta del millón, junto a su nombre y sus edades. La idea es incidir en la percepción de riesgo de contagio «para que aquellas generaciones que no habían nacido cuando apareció el virus, y que no valoran la infección como algo ante lo que hay que protegerse, empiecen a tenerle respeto a la enfermedad, que no miedo», subraya José María Núñez, presidente de la Fundación Triángulo .
José Luis es uno de los jóvenes que ha prestado su imagen de forma desinteresada para ilustrar la campaña. Trabaja para la Junta en temas relacionados con el turismo y conoce de cerca a personas que le ponen nombre y apellidos a ese incremento de casos de sida entre menores de 25 años que denuncia la Fundación Triángulo. De hecho, uno de sus mejores amigos contrajo la enfermedad cuando tenía 22, por practicar sexo sin protección. «Yo creo que los jóvenes de hoy en día están como 'asalvajados'. No piensan en las consecuencias. Cuando tienes 18 años crees que a ti no te va a tocar y desgraciadamente puede pasarle a cualquiera», apunta José Luis, que tiene 27 años.
Señala que ha habido varias generaciones de extremeños a los que la información que les llegaba del sida era que se trataba de una enfermedad que podía ser letal. «Ahora se ha convertido en una dolencia casi crónica y la percepción de peligro es mucho menor. Eso hace que la gente se relaje más», considera.
Tampoco Pedro, que regenta un bar en Navas del Madroño (Cáceres), lo dudó un momento a la hora de prestar su imagen altruistamente. Además de por compromiso con la causa, lo ha hecho por «todos los amigos que ya no están». Cuenta que descubrió su sexualidad a los 17 años y que un grupo de chicos mayores que él, de 25, le 'adoptaron' en la pandilla. «Viví momentos muy bonitos con ellos, pero fue muy duro porque cuando se empezó a hablar del VIH ellos ya estaban contagiados y fueron cayendo uno por uno. Esa es una de las razones que me ha animado a participar. Porque aunque la peor época fueron los 80, el sida es una lacra que sigue presente en nuestros días», advierte Pedro, que ahora tiene 41 años.
Ellos reconocen que prácticas como el 'cruising' (literalmente significa ir de crucero, pero en el argot alude a practicar relaciones sexuales al azar con desconocidos en un lugar público previamente determinado) pueden ser muy peligrosas. «En Badajoz, suele hacerse en el río. También la estación de autobuses es un conocido lugar de encuentros homosexuales. Yo no sé hasta qué punto algo así puede resultar satisfactorio», valora José Luis, que reconoce que este tipo de conductas son las que les dan argumentos a la gente que considera que los gays son muy promiscuos.
Prudencia
Tomás, un estudiante de 18 años que ha formado también parte de la campaña, puntualiza que sobre todo hay que ser prudente. «Yo entiendo que la gente, y sobre todo a cierta edad, sienta curiosidad por este tipo de prácticas. Pero me parece muy arriesgado mantener relaciones sexuales con una persona que no conoces de nada, y que quizás nunca vuelvas a ver, sin ningún tipo de precaución. Son conductas que pueden tener consecuencias muy graves. No me parece mal que se haga, pero siempre midiendo las consecuencias», opina Tomás.
Todos coinciden en que, en muchos casos y entre los más jóvenes, la testosterona, la vergüenza y la falta de presupuesto pueden ser una combinación peligrosa. «Estamos hablando de una edad en la que no tienen demasiado dinero y en la que les da corte entrar en una farmacia a comprar condones. Si a eso le unes la excitación de esos años... Es un cóctel tremendo», opina José Luis, que en varias ocasiones ha dado charlas sobre sexualidad en institutos de Secundaria de la región.
El más joven del grupo, Tomás, apoya esta teoría. «No creo que exista falta de información. De hecho, en clase o en Internet nos dan a conocer todos los detalles no solo de enfermedades venéreas, sino de cómo prevenir embarazos y demás. Yo creo que el problema es que a cierta edad, las hormonas tiran mucho y no se le da importancia en general a cosas que sí que la tienen. Un calentón de una noche te puede salir muy caro...», resume Tomás, muy maduro para su edad.
Reconoce que entre su grupo de amigos no hay «miedo» frente al sida y asegura que a no ser que exista algún tipo de percance, normalmente no hay preocupación. Pese a ser tan joven, asegura que se realiza una prueba del sida al año. «Chico precavido vale por dos», afirma.
Pedro también se somete a los test anualmente desde que cumplió los 18. «Hablo muy libremente de ello y es sorprendente cuánta gente no se hace ningún test pese a realizar prácticas de riesgo. Y no te hablo solo de gays, también de chicos que van con prostitutas o chicas que toman la píldora y piensan que con eso es suficiente. Creo que es importante hablar de estas cosas. De hecho, me he traído una caja de preservativos de la Fundación Triángulo y los reparto en el bar», relata.
«Es muy importante incidir en la detección precoz y para ello hace falta realizarse las pruebas como medida de diagnóstico y prevención», subraya José María Núñez, que recuerda que en Triángulo las realizan gratuitamente.
«Yo creo que los jóvenes de hoy en día están como asalvajados, en lo que a sexo se refiere».
«A cierta edad, las hormonas tiran mucho y no se le da importancia a cosas que sí la tienen».
«Me hago las pruebas del sida una vez al año, desde que cumplí los 18.

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