En “El sueño de Iván” veremos por primera vez en la historia a una selección mundial de estrellas del fútbol, un equipo que congrega a millones de personas delante de la televisión, jugar contra una selección mundial de… ¡niños! ¿Por qué? Para recaudar fondos y ayudar a las víctimas de un terrible terremoto ocurrido en África. Esto ocurre muchas veces: que equipos profesionales, o estrellas de fútbol, organizan partidos benéficos. Lo que nunca había ocurrido antes es que un partido así lo jueguen niños. La propuesta ha sido de UNICEF y FIFA. El seísmo ha provocado cientos de miles de niños desplazados, heridos y refugiados. Ha llegado la hora de dar una llamada de atención a todo el mundo. La crisis mundial exige reclamos drásticos. Y ahí empieza la película: Iván, un niño de once años, es elegido para participar en la Selección Mundial Infantil. Al mismo tiempo, Iván tendrá que conquistar a Paula y competir con Morenilla, un niño de su colegio que anda detrás de la misma chica, que le saca una cabeza y que además es mucho mejor jugando al fútbol.TÍTULO: A ORILLAS DEL GOLFO PÉRSICO.
Félix Sánchez, extremeño de Miajadas, trabaja en un proyecto en Arabia.
Por las mañanas Félix Sánchez Avís no escucha el sonido de las campanas de la iglesia de Santiago de su pueblo, Miajadas, está a más de 6.000 kilómetros, ni el bullicio de la ciudad de Madrid, donde ha estado viviendo los últimos ocho años. Lo que sí escucha cada día es la llamada del muecín, el aviso del rezo que para la actividad de Arabia Saudí, cinco veces cada día. Este miajadeño de 30 años vive desde esta primavera en Al-Kobhar una ciudad a orillas del Golfo Pérsico, a más de 400 kilómetros de desierto de la capital del reino, Riad, y a apenas 80 del paraíso artificial de Bahareim. Hasta los años 30 esta ciudad era un pueblo de pescadores pero el petróleo lo cambió todo. Ahora es el puerto más importante del exportador número uno de oro negro.Félix Sánchez es un ejemplo más de la fuga de talentos que dicen que vive la región. Ingeniero Técnico Industrial en la Universidad de Extremadura, se fue a Madrid en 2003 para realizar los estudios superiores de Ingeniería, donde fue número uno de su promoción, como antes en Badajoz. En poco tiempo empezó a trabajar en la empresa Técnicas Reunidas y hace más de un año se le presentó la oportunidad de trabajar en un gran proyecto en el Golfo Pérsico. No se lo pensó, «es decisión propia, me lo propusieron y no lo pensé mucho. Para un ingeniero la experiencia en campo es esencial». Allí trabaja en un proyecto que se está realizando a 100 kilómetros al sur de Kuwait. Lo promueve Saudi Aramco, la mayor compañía productora de petróleo. Se trata de crear una planta inmensa de extracción. La producción diaria prevista a plena capacidad es de 900.000 barriles de petróleo al día. «Teniendo en cuenta el precio del barril actualmente, puede imaginarse la rentabilidad que obtienen», asegura.Es un proyecto inmenso, en el que la empresa española se encarga de generar la electricidad y vapor de agua necesarios para la extracción del petróleo a través de una planta de cogeneración.El día a día no deja de estar lleno de cosas sorprendentes ya que impera la ley islámica. «Las 5 oraciones diarias se respetan al máximo. Puede llegar el caso de que estés en una cafetería y te echen amablemente, o incluso que estés en el Carrefour con el carro lleno y tengas que esperar media hora a que vengan a cobrarte». Otro aspecto que le llama la atención es la situación de la mujer, no solo por el hecho de que en la calle únicamente puedan ir de negro y solo se les vean los ojos, otra curiosidad, es que los restaurantes tienen dos secciones, de hombres solteros y de familias. «Cada matrimonio tiene un cubículo para que incluso entre ellos no se vean». Otra experiencia única ha sido o trabajar en verano con temperaturas de 50 grados. Por lo tanto las opciones de diversión son muy pocas. Afirma echar de menos a su familias, a su novia y pequeños placeres como salir a tomar unas cañas, charlar con los amigos y escaparse a Miajadas. «Siempre tengo la mirada puesta en mi tierra y en mi pueblo, es de donde vengo, es lo que soy» .
Por las mañanas Félix Sánchez Avís no escucha el sonido de las campanas de la iglesia de Santiago de su pueblo, Miajadas, está a más de 6.000 kilómetros, ni el bullicio de la ciudad de Madrid, donde ha estado viviendo los últimos ocho años. Lo que sí escucha cada día es la llamada del muecín, el aviso del rezo que para la actividad de Arabia Saudí, cinco veces cada día.
Este miajadeño de 30 años vive desde esta primavera en Al-Kobhar una ciudad a orillas del Golfo Pérsico, a más de 400 kilómetros de desierto de la capital del reino, Riad, y a apenas 80 del paraíso artificial de Bahareim. Hasta los años 30 esta ciudad era un pueblo de pescadores pero el petróleo lo cambió todo. Ahora es el puerto más importante del exportador número uno de oro negro.
Félix Sánchez es un ejemplo más de la fuga de talentos que dicen que vive la región. Ingeniero Técnico Industrial en la Universidad de Extremadura, se fue a Madrid en 2003 para realizar los estudios superiores de Ingeniería, donde fue número uno de su promoción, como antes en Badajoz. En poco tiempo empezó a trabajar en la empresa Técnicas Reunidas y hace más de un año se le presentó la oportunidad de trabajar en un gran proyecto en el Golfo Pérsico. No se lo pensó, «es decisión propia, me lo propusieron y no lo pensé mucho. Para un ingeniero la experiencia en campo es esencial».
Allí trabaja en un proyecto que se está realizando a 100 kilómetros al sur de Kuwait. Lo promueve Saudi Aramco, la mayor compañía productora de petróleo. Se trata de crear una planta inmensa de extracción. La producción diaria prevista a plena capacidad es de 900.000 barriles de petróleo al día. «Teniendo en cuenta el precio del barril actualmente, puede imaginarse la rentabilidad que obtienen», asegura.Es un proyecto inmenso, en el que la empresa española se encarga de generar la electricidad y vapor de agua necesarios para la extracción del petróleo a través de una planta de cogeneración.
El día a día no deja de estar lleno de cosas sorprendentes ya que impera la ley islámica. «Las 5 oraciones diarias se respetan al máximo. Puede llegar el caso de que estés en una cafetería y te echen amablemente, o incluso que estés en el Carrefour con el carro lleno y tengas que esperar media hora a que vengan a cobrarte». Otro aspecto que le llama la atención es la situación de la mujer, no solo por el hecho de que en la calle únicamente puedan ir de negro y solo se les vean los ojos, otra curiosidad, es que los restaurantes tienen dos secciones, de hombres solteros y de familias. «Cada matrimonio tiene un cubículo para que incluso entre ellos no se vean». Otra experiencia única ha sido o trabajar en verano con temperaturas de 50 grados.
Por lo tanto las opciones de diversión son muy pocas. Afirma echar de menos a su familias, a su novia y pequeños placeres como salir a tomar unas cañas, charlar con los amigos y escaparse a Miajadas. «Siempre tengo la mirada puesta en mi tierra y en mi pueblo, es de donde vengo, es lo que soy» .
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