jueves, 8 de marzo de 2012

REVISTA MUJER HOY CON LILY DONALDSON./ BARBARA LENNIE.

TÍTULO: REVISTA MUJER HOY CON LILY DONALDSON.

Revista Mujer Hoy Con Lily Donaldson = Lily Donaldson , la mujer Eco Blue: A sus 25 años, la joven modelo, ha sido elegida embajadora de una firma de belleza.

Lily Donaldson-foto- (n. Londres, Inglaterra, 27 de Enero de 1987) es una Supermodelo Britanica conocida por sus ojos y labios. Ella ha sido la cara para las campañas de Miss Sixty, Burberry, Jil Sander, Lanvin, Roberto Cavalli, Dolce & Gabbana, Mulberry, Nicole Farhi, Christian Dior, MaxMara.[2]
Fue descubierta en 2003 por un agente de la agencia Select Modeling Agency mientras estaba de compras en Camden Town, Londres. En 2004 se convierte en el rostro de Miss Sixty, siendo Mario Testino quien fotografió a Donaldson para Burberry, junto a Stella Tennant y Karen Elson. Lily debuta en la pasarela de Jil Sander y Rochas otoño en Milán y París.
Mayo 2007 apareció en la portada de la revista Vogue como una de las siguiente supermodelos del mundo, fotografiada por Steven Meisel. Renueva su contrato con Burberry, reemplazando a Kate Moss y se convierte en la cara de MaxMara, en sustitución de Raquel Zimmermann y destaco en la portada de la revista Numéro octubre. En el año 2008 Patrick Demarchelier fotografia Donaldson para el calendario Pirelli, renueva contrato con MaxMara, Steven Klein fotografia Donaldson para Dolce & Gabbana con Jessica Stam y Gemma Ward, y destaco en la portada de i-D junto a su buena amiga Gemma Ward.

 Personal:

Es novia de Vladimir Restoin Roitfeld, hijo de Carine Roitfeld la editora de la revista Vogue francesa, se conocieron desde 2007.[3]
En 20 de Mayo de 2008 se reporto que Lily compro un apartamento en Tompkins Square Park cerca al este de 8th Street (Manhattan) por $ 2.2 millones el más caro de la cooperativa jamás vendida en el bloque.

10-3-2012--TÍTULO: BARBARA LENNIE-

"Barbara Lennie: "Quiero pisar la alfombra roja sin falsearme".

La elegancia de esta madrileña de raíces porteñas es de las que nacen de dentro. Esta semana vuelve al cine con un papel de mujer desgarrada en 'Dictado'.

El insondable misterio de eso que llaman 'charme', exquisitez o elegancia se trasluce, en la piel de Bárbara Lennie, en escandalosa sencillez. Desde el saludo hasta la despedida, nada en ella es impostura, porque es un ser de pensamientos de techo alto. Escucha las preguntas acurrucada sobre sí misma. Susurra las respuestas y convence son su mirada cristalina y su serena gestualidad. No le hace falta ser nadie, porque es ella misma: una actriz llamada a grandes épicas en el celuloide y sobre las tablas. Una década después de estrenarse en el mundo de la interpretación –'Obaba', 'Las trece rosas', 'Amar en tiempos revueltos' y 'La piel que habito' figuran en su currículum– ha desfilado por el prestigioso festival de cine de Berlín con 'Dictado', la película en la que asume su primer papel protagonista. Bárbara Lennie y Juan Diego Botto son Laura y Daniel, una pareja que acoge a Julia, hija de un amigo que acaba de suicidarse. Junto a la niña, también le abren las puertas a fantasmas del pasado y a la destrucción de su amor.

Mujer hoy. Su última película, 'Dictado', clasificada como de 'terror psicológico', de algún modo, podría ser una tragedia griega...
Barbara Lennie. ¡Por descontado! Como en los textos clásicos, trata de un hombre abocado a su destino que tiene que enfrentare a sus dioses y su pasado que vuelven a él de un modo terrible. Cuando se consuma la maldición, lo que está escrito en el libro de su vida, se ejecuta como en un 'dictado' que tenemos que copiar y es implacable.

Su personaje defiende el papel de madre protectora, mientras que el de Juan Diego Botto, cada vez se aleja más, hasta abrazar la paranoia terrorífica.
Mi personaje está en una situación muy frágil. Es una mujer que quiere cuidar y ser necesitada por alguien, porque acaba de perder un bebé en gestación. Y Julia, la niña que acoge la pareja, viene a cubrir ese espacio. Y no tendría que ser así, porque nadie puede reemplazar a nadie, pero además, también pone sobre la mesa su egoísmo humano que no le permite ver lo que le está pasando realmente a su compañero.

Como actriz, usted no juega en la liga de las alfombras rojas, las portadas y las fiestas. No es fácil verla en entregas de premios, eventos o programas de televisión...
He estado recientemente en el Festival de Berlín y también dos veces en el de San Sebastián, pero es cierto que no suelo pisar moquetas de festivales internacionales. Reconozco que durante un tiempo me costaba enfrentarme a la exposición mediática e intentaba que en mi vida hubiera una parte pública y otra privada. Pretendo que ambas cosas, con el devenir, dialoguen bien y que yo esté a gusto con lo que pueda enseñar en una première, frente a los flashes, pero que tenga que ver conmigo. Sin pervertirme ni falsearme. Y todo ello, manteniendo una privacidad. Pero entiendo que forma parte de mi trabajo y lo asumo. Hay actrices que les ha costado menos y con 14 o 15 años, se plantan sin nervios delante de todos.

Es frecuente verla en papeles que no le corresponden por época, por edad, por físico. En 'Dictado' tanto Botto como usted salen realmente feos, siendo como son los dos guapísimos.
Confieso que salí de la proyección maldiciendo eso mismo. Pero el director, Antonio Chavarrías, quería que fuera natural. Quizá un poco de feísmo no le viene mal a esta historia. Más allá de la posible vanidad de una actriz por salir estupenda, entiendo y respeto la decisión del realizador. Aunque en la película 'Todas las canciones hablan de mí', dentro de lo que cabe, no estoy tan mal. ¡Ya me tocará un papel de carmín, y melena al viento que diga: "Yo soy la guapa de la peli". [Risas].

Tuvo un papel en 'La piel que habito'. Para una actriz, ser 'chica Almodóvar', ¿es como poner una pica en Flandes?
No sé para las demás, pero yo me siento afortunada. Fue precioso. Había oído tantas historias, tantas anécdotas sobre él, tanta leyenda... Realmente, llegas un poco asustada, pero él sabe hacértelo fácil. Todo salió como la seda. Es el apriorismo que tenemos los inseguros: primero te carcomen los miedos, y después el que menos piensas que te va a imponer te asusta para después estar frente a Almodóvar y empatizar de maravilla.

Los actores y la eterna inseguridad... ¿No sería mejor psicoanalizase, máxime usted con sus raíces porteñas?
Es verdad, ¡qué pesados somos! Pero en la actuación, el equilibrio entre la inseguridad y la convicción absoluta, se dan la mano continuamente. Sobre un escenario o ante la cámara, está todo pautado: no hay espacio para lo imprevisto ni para el error, por lo menos en cuanto a lo que tu personaje dice o hace. Tienes un guión y sabes perfectamente dónde están los límites, hacia dónde tienes que caminar y lo que tienes que decir. Entonces, te abandonas. Aunque jugamos con cosas muy sutiles, muy frágiles, con desnudarte física y emocionalmente. Hay veces que te cuesta más y, otras, menos, pero siempre termina siendo como una sesión de terapia.

Carmen Maura siempre dice que ella se deja a sí misma colgada en un perchero y se recoge como un abrigo, cuando finaliza el rodaje... ¿Cómo afronta usted la interpretación?
Si te fijas, Carmen es más Carmen que nadie. Sabes quien es, y puede tener que ver con su privacidad o no, pero hay algo que emana que es suyo y que buscamos y reconocemos como espectadores. A mí me gustan los actores que se dejan ver, que traslucen sus personalidades. Yo al menos lo intento. Especialmente en el teatro, donde
no hay trampa ni cartón.

Entonces, ¿podemos verla a usted a través de sus personajes?
Puede ser, aunque me trabajo mucho el 'naturalismo'. Hay mucho de mí, pero también un tremendo trabajo para hacer que lo más difícil parezca fácil. El espectador no tiene por qué saber 'del taller' ni de la “trastienda” de tu trabajo previo. Él solo tiene que ocuparse de disfrutarlo, lo demás, nos va en el sueldo y en la pasión por las cosas bien hechas.

¿Volverá a la tele, esa fábrica de llevar espectadores al teatro, al reclamo de un nombre?
Acabo de terminar una serie sobre Isabel la Católica para Televisión Española donde soy Juana de Portugal. ¡Ahí sí que me ponen guapa!

Mucho antes del éxito de 'The artist', usted ya soñaba con trabajar en una película muda. ¿Es cierto?
Sí, pero no como en 'The artist', que aunque me gustó, me dejó un poco fría también. No sé, creo que ya que te pones, habría que actualizar y revisitar el género y no calcarlo al pie de la letra.

Otra de las triunfadoras del año ha sido Meryl Streep, que está inmensa encarnando a Margaret Thatcher. Si tuviera que hacer un biopic de un personaje, ¿cuál le emocionaría?
El de la actriz Margarita Xirgu, por ejemplo. O Isadora Duncan. ¿Te imaginas? ¡Sería un verdadero sueño!

¿Es de las que va un miércoles a la última fila para escuchar los comentarios después de la proyección de una de sus películas?
¡No! ¿Hay actrices que hacen eso? Yo veo la película en el estreno y se acabó. Hay que intentar protegerse de los halagos excesivos y de las defenestraciones. Ni lo uno ni lo otro son ciertos. Yo casi siempre escucho la sincera opinión de mis padres –que son ajenos a este mundo– y de dos personas de mi consideración. De lo demás, intento inhibirme.

Muy personal
  • Hija de... médico y psicóloga argentinos. Aunque nació en Madrid en 1984, vivió en Buenos Aires hasta los seis años.
  • Nominada al Goya a la Mejor actriz revelación en 2006 por 'Obaba', de Montxo Armendáriz. Premio Ojo Crítico 2009 por 'Los condenados', de Isaki Lacuesta y premio Mejor actriz revelación de la Unión de Actores por 'La función por hacer', el gran éxito teatral de 2010.
  • Sin fronteras. "Me gustaría trabajar en coproducciones británicas. Además del inglés, hablo francés, así que irme 'un rato' a París, también estaría bien. En cuanto a América, para trabajar allí hay que invertir mucho tiempo, abandonar tu mundo personal para entregarte al profesional. Y yo tengo un problema: ¡Me gusta mucho Madrid, mi entorno, mis cosas, mis plantas...!".

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