miércoles, 7 de marzo de 2012

COLORES LITÚRGICOS. PARA LA RELIGIÓN CRISTIANA./ LA HELADA NEGRA Y LA HELADA BLANCA./ EL CLIMA.

TÍTULO: COLORES LITÚRGICOS. PARA LA RELIGIÓN CRISTIANA:

Los colores litúrgicos son los colores específicos que se utilizan para la liturgia cristiana. Los colores sirven para subrayar las características de un tiempo determinado del año litúrgico, destacar una fiesta o feria determinada del calendario o una ocasión especial.
  • Blanco: Simboliza paz y hora de venida de Jesús . Se refiere a la virtud de la fe. Es usado en los momentos principales del calendario litúrgico; Navidad y Pascua. También se usa en fiestas dedicadas a la Virgen o Santos. (Antiguamente, en el funeral de un niño recién nacido que ya hubiese sido bautizado, se usaban también vestiduras blancas). Para las grandes solemnidades, aun sin ser color litúrgico, las vestiduras se visten de dorado, aunque la presencia de este color se deba habitualmente a las decoraciones doradas de los ornamentos, también presentes en otras vestiduas. Para las fiestas más importantes, se usarán siempre las vestiduras más dignas y hermosas, aunque no sean del color correspondiente. En algunas ocasiones (principalmente Pascua y Navidad), también suele ser usado en Funerales como Signo de Resurrección, además se usa para Bautismo y Matrimonio.
  • Morado: Simboliza una profundización espiritual, una preparación. Se usa en Adviento y en Cuaresma, tiempos de preparación para la Navidad y la Pascua respectivamente. También se usa en funerales y misas de difuntos.
  • Verde: Simboliza la virtud de la esperanza. Es usado durante el Tiempo Ordinario, después de Navidad hasta Cuaresma, y después de la Pascua hasta el Adviento. Es tiempo de esperanza por la venida del Mesías y por la Resurrección salvadora respectivamente. Este tiempo se conoce como Tiempo Ordinario dentro del calendario litúrgico.
  • Rosa: Se utiliza potestativamente en la misa del domingo Gaudete (el tercero de Adviento) para indicar la cercanía de Navidad y el domingo Laetare (el cuarto de Cuaresma) por la misma cercanía de la Pascua. Es mezcla del morado con el blanco.
  • Negro Existía antiguamente la costumbre de usar (con más frecuencia que ahora, aunque sigue permitiéndose en las misas exequiales o de funerales) el color negro. En el rito romano tradicional se usa el Viernes Santo, en las Misas de difuntos o de Requiem y en las tres misas que se dicen en la Conmemoración de los Fieles Difuntos, 2 de noviembre. Aún más anteriormente en Cuaresma, pero hoy día su uso, que ya no es obligatorio (en la misa de Pablo VI), solamente se recomienda para la Conmemoración del 2 de noviembre. Simboliza el duelo y la tristeza.

 Otros colores:

España tiene el privilegio de usar el color azul, que simboliza la pureza y la virginidad, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de este país, aunque por extensión se utiliza en otras fiestas de la Virgen. En Chile, este color se usa en el Santuario Nacional de Maipú, en homenaje a la Virgen del Carmen, patrona del país.

TÍTULO: LA HELADA NEGRA:

¿Qué es una helada negra?

Las heladas son fenómenos meteorológicos que suceden cuando la temperatura de la masa de aire más próxima al suelo desciende por debajo de los 0 ºC. Este enfriamiento puede ocurrir por diferentes motivos. En el caso de la helada negra, ésta acontece durante la noche debido a una pérdida de calor del suelo por radiación hacia la atmósfera. La fuga calorífica se ve favorecida por una baja humedad del aire, cielo despejado y ausencia de viento.


La helada negra es muy perjudicial para las plantas y tiene lugar cuando la temperatura del aire, aun por debajo de los cero grados, no alcanza el punto de rocío y no hay formación de cristales de hielo sobre el vegetal. En estas condiciones, los tejidos sufren quemaduras más o menos graves que confieren a las plantas una apariencia negruzca. De este hecho se deriva el término helada negra, que es muy temida por los campesinos.


TÍTULO: LA HELADA: Y LA HELADA BLANCA.

La helada es un fenómeno climático que consiste en un descenso de la temperatura ambiente a niveles inferiores al punto de congelación del agua y hace que el agua o el vapor que está en el aire se congele depositándose en forma de hielo en las superficies. Más precisamente, la Organización Meteorológica Mundial habla de helada en el suelo, en referencia a diversos tipos de cobertura de hielo sobre el suelo, producidas por la deposición directa del vapor de agua.[1]
Hay varios tipos de helada. Helada por radiación (hielo)
La helada por radiación se debe a un enfriamiento progresivo e intenso del suelo, por radiación de su calor en las noches de cielo despejado y limpio. La humedad atmosférica, que puede ser relativamente cálida y seca, se condensa sobre las superficies sólidas en forma de rocío o congelándose, si aquéllas se hallan a menos de 0 °C.Helada por radiación en Braganza, Portuga-foto-
Este tipo es frecuente en tierras templadas y subtropicales. Se conoce normalmente como escarcha.

 Helada por advección:

La helada por advección es ocasionada por la invasión de una corriente o masa de aire frío con temperatura inferior a 0 °C. La acción del aire frío, generalmente procedente de las regiones polares, puede ser continua y durar por varios días.
Este tipo es frecuente en tierras norteñas.

 Helada por evaporación

La helada por evaporación es debida al transporte de aire húmedo sobre una superficie cuya temperatura está a 0 °C o aún menos. Es un tipo bastante raro de helada.[1]
Se conocen en los cultivos dos tipos de heladas:
  • Helada negra: se efectúa un enfriamiento general en la atmósfera que ataca, por su amplitud de acción, hasta especies vegetales "resistentes", como parrales, es por ello que el humus y el riego que se pone en práctica, desde la madrugada puede dar buenos resultados para combatirla.
  • Helada blanca: dado el estado de floración de la planta se impone introducir una buena poda, o conviene que el agricultor practique dentro de cuatro a ocho días y no postergarla más allá de veinte, de modo que se desarrollen las yemas latentes que existan en los brazos y los troncos, esta labor debe ser ayudada por el riego inmediato y trabajos superficiales que al mantener mullido el terreno impidan la pérdida de humedad, el desarrollo de malas hierbas y la producción de costra. Además la aplicación de nitratos reforman el sistema vegetativo tan dañado. Conviene también la aplicación de caloríficos distribuidos en forma adecuada alimentados con petróleos, aplicados con frecuencia en la región.
EL CLIMA:

El clima abarca, entre otros, los valores meteorológicos sobre temperatura, humedad, presión, viento y precipitaciones en la atmósfera. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica, durante períodos que se consideran suficientemente representativos, de 30 años o más. Estas épocas necesitan ser más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical, especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y menos variable en lo que respecta a los parámetros meteorológicos.
Los factores naturales que afectan al clima son las estaciones del año, la latitud, altitud, junto con el relieve, continentalidad (o distancia al mar) y corrientes marinas. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.
El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es difícil de predecir, por una parte hay tendencias a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como la de la concentración de los gases de efecto invernadero, la de la radiación solar o los cambios orbitales. Por otra, existen fluctuaciones más o menos caóticas debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y moderadores. De cualquier forma el efecto de las fluctuaciones poco predecibles del tiempo atmosférico es prácticamente anulado si nos ceñimos al estudio de las tendencias (que es la materia que realmente interesa en la climatología) y podemos hacer predicciones con considerable precisión.[1] Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más incierto a medida que se retrocede en el tiempo. Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos polares. De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.,etc,.

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