Carlos Valverde-foto- recibe una beca de la Fundación Botín para desarrollar su proyecto y otra para viajar a Japón .
Salió de Cáceres hace siete años y lo hizo para expandir sus horizontes artísticos y vitales. Primero al País Vasco, a Bilbao, en donde se licenció con honores en Bellas Artes y luego a Barcelona, en donde estos días termina un máster en producciones artísticas e investigación. En medio, otro fértil año de estudios en Berlín. No es el País Vasco un sitio habitual de emigración universitaria para los jóvenes extremeños, pero él buscaba «un lugar grande pero no tanto y una universidad en la que tuviera importancia el sector de lo audiovisual», explica en una entrevista con este diario. «En Bilbao aprendes a trabajar, porque tienen una cultura del trabajo muy fuerte, Barcelona es distinta, es más burguesa, se trabaja menos para conseguir las cosas», afirma desde una mirada que ha experimentado habitar ambas ciudades con personalidad.
Puertas que se abren
La biografía de Carlos Valverde da cuenta de cómo el tiempo es una goma que se puede estirar mucho si uno se lo propone. Él solo tiene 25 años pero ha participado ya en 15 exposiciones colectivas en el País Vasco, Madrid o Cataluña y ha mostrado su obra individualmente en dos muestras, en Vitoria y Bilbao. 2012 parece ser su año: ha sido seleccionado por la Fundación Botín para llevar a cabo un proyecto artístico. También vivirá tres meses en Japón con la beca Tokio Wonder Site, es un centro de arte basado en la promoción del arte y la cultura contemporánea.
Su propuesta para la Fundación Botín, que le ha aportado 16.000 euros para ejecutar su trabajo, es «someter una arquitectura a todo tipo de experimentación espacial, como si fuera un laboratorio, trabajar el arte en el espacio para entender qué es lo que ocurre la relación entre soportes físicos y las audiencias». Cada tres meses realizará un acontecimiento público en ese lugar transformado. Él documentará los cambios que irá experimentando la nave, pero habrá una parte del trabajo que será privada, para que nadie sepa lo que está pasando hasta que no abra las puertas de esos espacios. Estas actividades pueden desarrollarse en diversas ubicaciones, e incluso en distintos puntos geográficos. Valverde se considera un escultor y un artista multimedia. Trabaja la fotografía y el dibujo en relación directa con la arquitectura.
En Cáceres ha expuesto poco, asegura, que porque no se ha dado la oportunidad. «Me gustaría, pero está difícil». Le hicieron una propuesta para el Embarcadero y el mandó su proyecto aunque no recibió respuesta. Sí estuvo en la feria Foro Sur. Le encanta el Museo Vostell y también la Fundación Helga de Alvear, igual que la galería Casa Sin Fin.
La situación para la cultura en estos tiempos sin blanca añade una nueva complicación a un mundo difícil de por sí. Carlos Valverde contempla cómo en Cataluña están cayendo las fuertes ayudas que se dedicaban a la creación. «No es que sea la nada absoluta, porque siempre de lo que dicen las voces del pánico a lo que luego en realidad hay una gran distancia, pero hay sitios que están desapareciendo». La solución puede estar en la iniciativa privada, que debería también fijarse en los nuevos valores, arriesgando, sostiene. «Tendría que haber un buen equilibrio, en ocasiones solo se apuesta por los grandes nombres para fanfarronear, pero hay cosas económicas y que resultan interesantes, y ahí está el artista joven y emergente».
TÍTULO: MUCHOS ME QUIEREN ECHAR: Ana Rosa .
Ana Rosa despide la temporada este viernes. Tras ocho años, sigue siendo la 'reina de las mañanas.'
TÍTULO: MUCHOS ME QUIEREN ECHAR: Ana Rosa .
Ana Rosa despide la temporada este viernes. Tras ocho años, sigue siendo la 'reina de las mañanas.'
El 'Programa de Ana Rosa' despide este viernes su octava temporada con sorpresas preparadas para su audiencia. La presentadora y su compañero Maxim Huerta se van de vacaciones y ponen fin a un año muy reñido en el que vuelven a superar en share (16,8%) a sus 'rivales' de la franja horaria matinal como 'Espejo Público', presentado por Susanna Griso, que ha recortado distancias. Ana Rosa será sustituida a partir del lunes por Carmen Alcayde y Joaquín Prat en 'El programa de verano'.
- Ha definido esta temporada como apasionante por la importancia de las informaciones económicas. ¿Desea que la siguiente sea tan 'apasionante'?
- Espero que no, por supuesto. Los términos económicos se han vuelto normales en el lenguaje habitual de la gente, hasta mi madre me pregunta por la prima de riesgo. Estamos viviendo momentos tremendos, muy duros.
- El trono de 'reina de las mañanas' ha estado muy disputado con 'Espejo Público', ¿cómo es su relación con Susanna Griso?
- Tengo una relación normal con ella, la conozco desde hace muchos años cuando estábamos en Antena 3. Pero evidentemente ni Susanna ni yo tenemos tiempo para ir de compras juntas.
- ¿Seguirá dando tanta importancia a los sucesos la próxima temporada?
- No somos el programa que más tiempo le dedica. Pero si hay un caso importante como el de Marta del Castillo, o el de los niños de Córdoba y hay una demanda de información, pues seguiremos dedicándole el mismo tiempo.
- Después de tantos años, ¿se mantiene ilusionada y con ganas de seguir?
- El periodismo es mi vida, lo llevo en la sangre desde que salí de la facultad. Además siempre hay algún asunto que te apasiona. Me gusta lo que hago y el día que deje de gustarme me marcharé a casa.
- ¿Qué otro reto le gustaría afrontar en televisión?
- Calla, calla. Ahora mismo no me lo planteo. Creo que mi programa solo tiene un pequeño defecto, el madrugón diario.
- ¿Le reclaman en casa?
- Mis hijos tienen ya siete años y salen del colegio a las cinco de la tarde. Yo normalmente llego a casa a las seis, por tanto no sienten tanto mi ausencia. Quizá si ahora tuviese otro horario me vendría peor.
- ¿Le molesta que le persigan los fotógrafos en verano?
- Lo entiendo, no me quejo y no protesto. Pero me molesta porque no me puedo relajar como quiero y sobre todo porque no me gusta que saquen a mis niños.
- ¿Qué tal se lleva con las redes sociales? Hay alguna cuenta en Twitter con su nombre que no es real…
- Tengo una que es la verdadera y luego hay unas cuantas que no soy yo (se ríe). Reconozco que no soy muy constante, hay temporadas que entro mucho y hay otras que no.
- ¿Qué opina del fenómeno 'gracias Sara'?
- Me parece una frivolidad. Es una chica joven, enamorada, con una gran responsabilidad en televisión, si nos pusieran la lupa que le ponen a ella no sobreviviríamos ni dos días. Si Sara no fuera novia de Iker y no fuera ese bellezón nadie la criticaría.
- ¿Nunca le ha defraudado la televisión, ni siquiera al meterse a empresaria (Cuarzo)?
- Esta profesión no es un cuento de hadas y en la vida hay que ser realista. Tiene malos momentos y buenos momentos, por eso es tan difícil tener éxito en televisión.
- ¿No se pone un límite?
- Yo sé que muchos me quieren echar, pero voy a aguantar. El límite es que tengas ilusión, que tengas ganas y que las circunstancias también se den. Si el público y la cadena quieren que siga, me parecería desagradecido irme.
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