Triciex está pensado tanto para turistas como para ciudadanos que tengan que realizar recorridos cortos por la zona céntrica.-foto-
El pacense Antonio León crea un nuevo servicio de transporte innovador en la región.
Dicen que en tiempos de crisis el ingenio se dispara. Este es el caso de Antonio León, un pacense de 52 años de edad, que tras más de tres décadas trabajando en el sector de la construcción, ha creado un nuevo servicio para los ciudadanos pacenses y turistas.
Se trata de Triciex, un vehículo pensado para realizar paseos cortos, agradables y con un toque diferente. Según explica Antonio, a principios de año fue despedido de su puesto de encargado en la construcción lo que provocó que este pacense buscara alguna solución para sacarle provecho a ese nuevo «tiempo libre obligado» y además plantarle cara a la crisis.
De esta manera nació la idea. Antonio es un aficionado al ciclismo, además utiliza de forma habitual Internet, donde encontró ciudades como Londres, Madrid o Barcelona, en las que este 'triciclo' ya está asentado. «Entonces pensé, ¿si allí funciona, por qué no aquí? Y lo traje», explica.
Nadie en Extremadura había dado este paso con anterioridad. Sabe que es un riesgo, pero quiere correrlo. «Cuando se lo comenté a mi mujer y a mi hija, como son conscientes de que si se me mete algo en la cabeza no me pueden parar, me apoyaron. Compré la bici y salí a la calle. Si sale bien me alegro, si no no me arrepiento, al menos lo he probado», explica.
A día de hoy, tan solo es un vehículo particular con el que ofrece, tanto a turistas como a vecinos de la ciudad, viajes gratuitos. «En primer lugar quiero promocionarlo -indica- y ver si funciona. Algo así como un estudio de mercado. Saber si es factible un negocio de este tipo».
Para ello, Antonio pedalea desde su casa cada mañana hasta los alrededores de la Plaza Alta. Allí empieza su día a día. Espera a los turistas o vecinos que quieran experimentar estos viajes. «Si algún turista está interesado le doy un paseo por los puntos más emblemáticos de la ciudad».
Los recorridos los marca según las guías de Badajoz. Durante una hora aproximadamente les muestra dónde se encuentran los museos, los edificios más señalados, las fachadas más llamativas, las calles relevantes como San Juan, los monumentos como Puerta del Pilar, Puerta de Palmas, Puerta de la Trinidad o los puentes. También, les lleva hasta las oficinas de turismo para que, además este paseo de muestreo, puedan ver con más detenimiento los lugares destacados.
Pero no es solamente un servicio pensado para el turismo. Antonio quiere llegar más lejos. Tal y como explica, en localidades como Londres estos vehículos son usados para trasladar a sus residentes desde el metro hasta sus lugares de trabajo. «Recorridos cortos, de uno o dos kilómetros, y por zonas peatonales», indica.
Así, Antonio ha solicitado un permiso al Ayuntamiento de Badajoz con el que se le autorice para transitar por las calles para viandantes. «Al alcanzar una velocidad media de 8 a 10 kilómetros por hora no hay peligros». De esta manera, ofrece a los pacenses un vehículo de transporte de lo más ecológico. «Por las tardes suelo ir a los parques, por si los abuelos y niños quieren probarlo. También traslado a los vecinos que tengan que ir por ejemplo desde la Plaza Alta, donde mucha gente suele aparcar, a San Francisco, a la calle Menacho o al Corte Inglés». «Es una manera de hacer los trayectos de forma cómoda, rápida y diferente», añade.
Cruzar fronteras
El primer día que Antonio salió a la calle, el pasado mes de junio, con su 'triciclo' la gente se quedaba sorprendida, y a día de hoy sigue siendo así. «¡Algunos incluso cuando les ofrezco el paseo creen que tienen que conducir ellos! Y hasta que no les explico que el que conduce soy yo, no lo quieren ni probar», explica entre risas.
También asegura que aún hay personas que por vergüenza no se atreven a subirse, «aunque lo estén deseando». Por eso, su principal objetivo es el de luchar contra este pudor, buscarle la mejor salida a este servicio, bien sea para los turistas, para esos trayectos cortos para ciudadanos o para celebrar eventos como despedidas de solteros, y crear una empresa con la que la crisis desaparezca al menos de su casa.
«Mi idea va más allá. Quiero que esto funcione. Es como el cuento de la lechera, la cuestión es que en este caso la leche no se vierta». De esta manera su aventura comienza con este único 'triciclo' pero con vistas a que si la gente responde pueda ampliar su flota a más, a contratar a gente e incluso a trasladar su servicio a otras ciudades de la región como Cáceres y Mérida. «Cada una tiene sus particularidades por el terreno y la situación, pero se estudiará en su momento como solventar los problemas».
Si es un ejemplo a seguir, él no quiere ni pensarlo. Pero desde luego es consciente de que es una de esas personas que se crecen ante la adversidad y que están dispuestas a afrontar el momento y a buscar una salida. Antonio apuesta por innovar para no morir. «Yo no soy quién para dar ejemplos a nadie. Mi valor no es que invente nada sino que me arriesgue. Y así por lo menos promuevo algo a la vez que me ayudo a mí mismo. Para un parado esto es como una terapia. No podría quedarme quieto, necesito saber que mañana tengo que levantarme y hacer algo. Tengo que apostar por esto», concluye.
TÍTULO: LA RED SOCIAL DEL SIGLO XX.
Medio centenar de radioaficionados se dieron cita en Alburquerque para 'activar' el castillo de Luna ,.
TÍTULO: LA RED SOCIAL DEL SIGLO XX.
Medio centenar de radioaficionados se dieron cita en Alburquerque para 'activar' el castillo de Luna ,.
En plena revolución tecnológica, en la era de Internet, ellos permanecen fieles a su transmisor y a su antena, a un equipo que muchos podríamos pensar que se quedó obsoleto hace medio siglo. Y encima se muestran orgullosos y apuntan que la mejor red social es la suya, la que conforman los radioaficionados. «No tenemos necesidad de pagar una cuota, hablamos en directo mediante un código internacional que nos permite entendernos con cualquier ciudadano del mundo y tenemos red propia», apunta Valentín Márquez, un radioaficionado pacense que empezó a los 14 años con este hobby y lo mantiene vivo en la actualidad, con 57. Él es uno del medio centenar de personas que se dieron cita días atrás en Alburquerque para 'activar' el castillo de Luna.
Ante la imposibilidad de realizarla en el interior del castillo, cerrado desde hace cinco años, la actividad se desarrolló a los pies de la fortaleza, en un restaurante ubicado junto a la iglesia de Santa María del Mercado. Desde allí, y entre las 9 y las 13 horas, contactaron con más de 350 radioaficionados de toda España, Portugal, Francia e Italia. Únicamente contaban con una antena, un transmisor, una fuente de alimentación y un ordenador para ir introduciendo los datos de todos aquellos con lo que lograban comunicar. Estos se guardan porque, tras la activación, se remite a cada uno una tarjeta postal con la imagen del castillo y el indicativo de los promotores de la iniciativa: la Unión de Radioaficionados de España y la Unión de Radioaficionados de Badajoz. Su nombre es Diploma de Monumentos y Vestigios de España y tiene como objetivo crear un nuevo punto de encuentro en la radio y poder disfrutar de las activaciones que ofrecen los innumerables monumentos que se distinguen por su interés histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico, científico y etnográfico.
Labor social
Pero los radioaficionados recuerdan que, aunque principalmente utilizan esta forma de comunicación como hobby, están obligados por ley a ceder sus equipos en casos de emergencias o catástrofes, cuando fallan las comunicaciones vía telefónica o electrónica. El radioaficionadoJosé Antonio Tercero, señala que su actuación en la riada de Badajoz fue reconocida con el nombre de una calle en el Cerro de Reyes, en concreto el 'Paseo de la Radio'.
Actualmente, la Unión de Radioaficionados de Badajoz cuenta con algo más de 300 socios y un número similar de personas se 'enganchan' casi diariamente al transmisor pero no están asociados. Hace dos décadas, el número era 20 veces mayor.
Por lo pronto la activación del castillo de Alburquerque demostró que aún quedan muchos nostálgicos de esta red social del siglo XX. En la pequeña estación improvisada a los pies de la fortaleza no pararon de entrar radioaficionados en toda la mañana. «Eco, alfa 4 Delta 9» y otras frases como ésta ininteligibles para los profanos se escuchaban a través del transmisor. Horas antes de iniciarse la final de la Eurocopa, un grupo de radioaficionados gritó: «Soy español, español, español.». Eso sí lo entendimos bien.
TÍTULO: MUERE CLAUDIO CARUDEL, EL MEJOR JOCKEL DE LA HISTORIA DEL TURF ESPAÑOL.
Claudio Carudel, el mejor jockey de la historia de las carreras de caballos españolas, ha fallecido esta tarde en un hospital madrileño a los 73 años de edad, informaron fuentes próximas a la familia.
Con cerca de 1.500 victorias desde que aterrizara en Madrid en 1957 -entre ellas doce en el Gran Premio de Madrid, carrera de referencia del hipódromo de La Zarzuela-, su nombre se identificó durante décadas con el turf español para aficionados y no aficionados.
Siempre se le recordará como el jockey de los mejores propietarios, como Villapadierna, Beamonte y, en especial, de la cuadra Rosales de la familia Blasco, con la que permaneció 21 años unido y para la que al final de su etapa deportiva fue también preparador.
Desde que se estrenara en La Zarzuela con "Abe de Fuego" en el Gran Premio de Madrid de 1957 -en el que concluyó quinto- hasta su retirada en 1996, su nombre se asoció a infinidad de campeones. El último y uno de los mejores, "Teresa", la yegua que también entrenaba y que, después de ganarlo todo en España, llegó a participar en todo un Arco del Triunfo de París.
El 'Rubio de Oro', sobrenombre con el que se le conocía en su etapa como jockey, ganó dieciocho veces la estadística de jockeys de España y en doce años terminó segundo.
TÍTULO: MUERE CLAUDIO CARUDEL, EL MEJOR JOCKEL DE LA HISTORIA DEL TURF ESPAÑOL.
a los 73 años de edad.
Con cerca de 1.500 victorias desde que aterrizara en Madrid en 1957 -entre ellas doce en el Gran Premio de Madrid, carrera de referencia del hipódromo de La Zarzuela-, su nombre se identificó durante décadas con el turf español para aficionados y no aficionados.
Siempre se le recordará como el jockey de los mejores propietarios, como Villapadierna, Beamonte y, en especial, de la cuadra Rosales de la familia Blasco, con la que permaneció 21 años unido y para la que al final de su etapa deportiva fue también preparador.
Desde que se estrenara en La Zarzuela con "Abe de Fuego" en el Gran Premio de Madrid de 1957 -en el que concluyó quinto- hasta su retirada en 1996, su nombre se asoció a infinidad de campeones. El último y uno de los mejores, "Teresa", la yegua que también entrenaba y que, después de ganarlo todo en España, llegó a participar en todo un Arco del Triunfo de París.
El 'Rubio de Oro', sobrenombre con el que se le conocía en su etapa como jockey, ganó dieciocho veces la estadística de jockeys de España y en doce años terminó segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario