Carmen Alcayde-foto- sustituye a Ana Rosa, aunque ella «juega en una liga superior». «Es la selección española y yo el Valencia» .
Carmen Alcayde (Valencia, 1973) repite a partir de hoy (9.00 horas) como presentadora de 'El Programa del Verano'. Ana Rosa ha montado una guardia pretoriana durante sus vacaciones formada por la valenciana, Joaquín Prat y Pilar García de la Granja. Las espadas están en alto.
- Este verano la competencia con 'Espejo Público' va a estar muy reñida, ¿cómo los ven?
- Ellos lo hacen muy bien y darán lo mejor de sí mismos, como nosotros. Pero creo que nuestro programa es mejor (se ríe).
- ¿Qué novedades nos vamos a encontrar en 'El Programa del Verano'?
- La información va a tener mucho más peso y, en ese sentido, creo que el fichaje de Pilar García de la Granja ha sido muy acertado. Pero también habrá mucha diversión, porque no podemos olvidar que estamos en verano y tenemos derecho a reírnos un poco.
- ¿Van entonces a imponer un formato más lúdico que el de la temporada normal?
- Claro que sí, porque el verano da para eso y lo aprovechamos para hacer muchas cosas que durante el año no se hacen y que son mucho más festivas. La parte dedicada a risas y a humor es más amplia y haremos lo que haga falta.
- Estará acompañada de Joaquín Prat y Pilar García de la Granja, ¿será más difícil conducir el magacín entre los tres?
- Joaquín va a ser el que lleve las riendas, ni Pilar ni yo haremos lo que suele hacer Ana Rosa. Él va a estar en todo el programa y va a mezclarse en todas las secciones. Lo que no sé es si vamos a coincidir los tres en pantalla. Va a ser fácil para él porque tiene muchísima experiencia.
- ¿Le sienta mal que la comparen con Ana Rosa?
- Nunca me he comparado, ella juega en una liga superior. Es verdad que a mí se me da mejor hacer reír, pero no me siento su sustituta. Si ella es la selección española, yo soy el Valencia.
- Sandra Daviú sustituirá a Susanna Griso, ¿la conoce?
- No la conozco, pero es muy buena. Es bonito competir con los mejores y creo que va a ser una dura competidora.
- ¿Con qué otro formato se atrevería?
- Con un 'reality' divertido o algún concurso donde me lo pase bien y pueda hacer el loco. Cuanto más me salga de la norma y haga más 'el cabra', mejor.
- ¿Le cuesta digerir la fama?
- No me causa ningún trastorno que me saluden o me hagan fotos. Pero lo peor es por la noche, cuando la gente ya va un poco piripi y te tienes que ir a casa a las tres en vez de a las cinco.
- ¿Ha dejado aparcada su carrera como escritora?
- Estoy preparando ya mi tercera novela, que me apetece muchísimo. Mi intención es que sea divertida y optimista. Habla sobre las mujeres de cuarenta años, porque son las nuevas treintañeras, igual que los jueves son los nuevos viernes.
- ¿A dónde no va a ir de vacaciones?
- Al Caribe, al que me encantaría irme. Si veo agua turquesa me pongo como mis hijos cuando ven las gominolas.
TÍTULO: QUIERO SER J.R. HASTA QUE MUERA.
Veinte años después, Larry Hagman vuelve a ponerse el sombrero de vaquero para dar vida al malo de los Ewing en 'Dallas' (domingos en TNT).
Estamos en una enorme suite de un hotel de Los Ángeles. La portada del 'USA Today' habla de la crisis que sufren EE UU y Europa, y Larry Hagman (Texas, 1931), el famoso J.R., bajo su elegante sombrero blanco, reflexiona: «La historia se repite, tal vez por eso regresa 'Dallas'». Desde mediados de junio, el canal de pago TNT emite el 'remake' de la mítica serie (domingos, a las 22:30). Y funcionará si es que la teoría de Hagman es cierta: «Cuando la serie empezó a emitirse, en los 80, el país atravesaba una grave recesión y la gente no salía porque no podía permitirse el lujo de contratar a una niñera. Ahora nos enfrentamos al mismo contexto». 'Dallas', la de 2012, recupera el apellido Ewing con los herederos de J.R. y Bobby. Se reencarnan sus odios, intrigas y rencores, los mismos que engancharon a millones de fans a lo largo y ancho del planeta hace tres décadas.
- ¿Hay alguna diferencia entre el J.R. de hace veinte años y el de ahora?
- Algunas personas nunca cambian. La idea de los productores era volver a hacer 'Dallas' con sus mismos genes. Llevan dando vueltas para recuperar esta serie más de una década, nos han mandado infinidad de guiones, la mayoría malísimos, atroces. Pero cuando leímos el guión de Cynthia Cidre todo cambio. Nos encontramos ante una historia que se veía posible y real, y por primera vez en mucho tiempo sentimos que la 'Dallas' podría continuar.
- ¿Cuáles son las grandes diferencias entre la original y esta nueva versión?
- La gente que ha visto la serie original va a sentir como que ha vuelto a casa y esa sensación solo sucede cuando uno ve caras familiares. Además, en el reencuentro de Patrick Duffy (Bobby) y Linda Gray (Sue Ellen) con la nueva generación de la familia se ven muchas cosas desde una perspectiva distinta. Si el público consideraba que J.R. era un villano, que se preparen, porque los nuevos chicos son aún peores.
- ¿Con qué se está encontrando el público?
- Los televidentes van a tener que poner mucha atención. Hay intriga, suspense, romance y, como antes, nadie es lo que dice ser. Muchos personajes van a recibir puñaladas en la espalda de sus seres queridos. Cada vez que leo un guión me sorprendo con la capacidad de los escritores para desarrollar historias.
- ¿Por qué la fórmula mágica de atractivo físico, dinero y poder sigue seduciendo al mundo?
- Es ley de la vida. Los humanos somos egoístas y nos dejamos llevar por nuestra sed de placer. Tal vez la razón es sencilla, el 90% de la gente en el mundo no tiene el dinero ni el poder que un círculo social reducido puede disfrutar. Por eso nos fascina ver lo peor de los ricos y los famosos. Es un poco triste que la sociedad sienta esa obsesión, pero es una realidad que nunca pasa de moda.
- Los Ewing definen a una familia disfuncional y millonaria. ¿Realmente se acerca a la realidad esa forma de relación en una familia adinerada estadounidense?
- Sí, absolutamente. Si alguien ataca a uno de la familia, respondemos como pirañas. Puede que haya problemas entre los familiares, como en cualquier país del mundo, pero si alguien se mete con uno, nos lo comemos vivo.
Poder, sexo e intriga
- Es interesante ver que los Ewing, que viven del petróleo, ahora estén interesados en energías renovables. ¿Se dan aires de actualidad en 'Dallas'?
- Posiblemente, pero para mí es un elemento más de la historia. Se trata de crear un conflicto entre dos partes de la familia. El núcleo sigue siendo la relación entre sus protagonistas: poder, sexo e intriga.
- ¿Cómo definiría a J.R. Ewing?
- Como un hombre responsable, que lucha por lo que cree y que sabe muy bien cómo divertirse.
- ¿Como ha afectado a su carrera y a su vida interpretar un personaje icono de la televisión?
- Le debo todo a J.R. Siempre me ha encantado y ha sido maravilloso tener la oportunidad de interpretarlo. Además, me ha permitido sentarme en las mesas de los buenos restaurantes. Quiero ser J.R. hasta que me muera.
Carmen Alcayde (Valencia, 1973) repite a partir de hoy (9.00 horas) como presentadora de 'El Programa del Verano'. Ana Rosa ha montado una guardia pretoriana durante sus vacaciones formada por la valenciana, Joaquín Prat y Pilar García de la Granja. Las espadas están en alto.
- Este verano la competencia con 'Espejo Público' va a estar muy reñida, ¿cómo los ven?
- Ellos lo hacen muy bien y darán lo mejor de sí mismos, como nosotros. Pero creo que nuestro programa es mejor (se ríe).
- ¿Qué novedades nos vamos a encontrar en 'El Programa del Verano'?
- La información va a tener mucho más peso y, en ese sentido, creo que el fichaje de Pilar García de la Granja ha sido muy acertado. Pero también habrá mucha diversión, porque no podemos olvidar que estamos en verano y tenemos derecho a reírnos un poco.
- ¿Van entonces a imponer un formato más lúdico que el de la temporada normal?
- Claro que sí, porque el verano da para eso y lo aprovechamos para hacer muchas cosas que durante el año no se hacen y que son mucho más festivas. La parte dedicada a risas y a humor es más amplia y haremos lo que haga falta.
- Estará acompañada de Joaquín Prat y Pilar García de la Granja, ¿será más difícil conducir el magacín entre los tres?
- Joaquín va a ser el que lleve las riendas, ni Pilar ni yo haremos lo que suele hacer Ana Rosa. Él va a estar en todo el programa y va a mezclarse en todas las secciones. Lo que no sé es si vamos a coincidir los tres en pantalla. Va a ser fácil para él porque tiene muchísima experiencia.
- ¿Le sienta mal que la comparen con Ana Rosa?
- Nunca me he comparado, ella juega en una liga superior. Es verdad que a mí se me da mejor hacer reír, pero no me siento su sustituta. Si ella es la selección española, yo soy el Valencia.
- Sandra Daviú sustituirá a Susanna Griso, ¿la conoce?
- No la conozco, pero es muy buena. Es bonito competir con los mejores y creo que va a ser una dura competidora.
- ¿Con qué otro formato se atrevería?
- Con un 'reality' divertido o algún concurso donde me lo pase bien y pueda hacer el loco. Cuanto más me salga de la norma y haga más 'el cabra', mejor.
- ¿Le cuesta digerir la fama?
- No me causa ningún trastorno que me saluden o me hagan fotos. Pero lo peor es por la noche, cuando la gente ya va un poco piripi y te tienes que ir a casa a las tres en vez de a las cinco.
- ¿Ha dejado aparcada su carrera como escritora?
- Estoy preparando ya mi tercera novela, que me apetece muchísimo. Mi intención es que sea divertida y optimista. Habla sobre las mujeres de cuarenta años, porque son las nuevas treintañeras, igual que los jueves son los nuevos viernes.
- ¿A dónde no va a ir de vacaciones?
- Al Caribe, al que me encantaría irme. Si veo agua turquesa me pongo como mis hijos cuando ven las gominolas.
TÍTULO: QUIERO SER J.R. HASTA QUE MUERA.
TÍTULO: QUIERO SER J.R. HASTA QUE MUERA.
Veinte años después, Larry Hagman vuelve a ponerse el sombrero de vaquero para dar vida al malo de los Ewing en 'Dallas' (domingos en TNT).
Estamos en una enorme suite de un hotel de Los Ángeles. La portada del 'USA Today' habla de la crisis que sufren EE UU y Europa, y Larry Hagman (Texas, 1931), el famoso J.R., bajo su elegante sombrero blanco, reflexiona: «La historia se repite, tal vez por eso regresa 'Dallas'». Desde mediados de junio, el canal de pago TNT emite el 'remake' de la mítica serie (domingos, a las 22:30). Y funcionará si es que la teoría de Hagman es cierta: «Cuando la serie empezó a emitirse, en los 80, el país atravesaba una grave recesión y la gente no salía porque no podía permitirse el lujo de contratar a una niñera. Ahora nos enfrentamos al mismo contexto». 'Dallas', la de 2012, recupera el apellido Ewing con los herederos de J.R. y Bobby. Se reencarnan sus odios, intrigas y rencores, los mismos que engancharon a millones de fans a lo largo y ancho del planeta hace tres décadas.
- ¿Hay alguna diferencia entre el J.R. de hace veinte años y el de ahora?
- Algunas personas nunca cambian. La idea de los productores era volver a hacer 'Dallas' con sus mismos genes. Llevan dando vueltas para recuperar esta serie más de una década, nos han mandado infinidad de guiones, la mayoría malísimos, atroces. Pero cuando leímos el guión de Cynthia Cidre todo cambio. Nos encontramos ante una historia que se veía posible y real, y por primera vez en mucho tiempo sentimos que la 'Dallas' podría continuar.
- ¿Cuáles son las grandes diferencias entre la original y esta nueva versión?
- La gente que ha visto la serie original va a sentir como que ha vuelto a casa y esa sensación solo sucede cuando uno ve caras familiares. Además, en el reencuentro de Patrick Duffy (Bobby) y Linda Gray (Sue Ellen) con la nueva generación de la familia se ven muchas cosas desde una perspectiva distinta. Si el público consideraba que J.R. era un villano, que se preparen, porque los nuevos chicos son aún peores.
- ¿Con qué se está encontrando el público?
- Los televidentes van a tener que poner mucha atención. Hay intriga, suspense, romance y, como antes, nadie es lo que dice ser. Muchos personajes van a recibir puñaladas en la espalda de sus seres queridos. Cada vez que leo un guión me sorprendo con la capacidad de los escritores para desarrollar historias.
- ¿Por qué la fórmula mágica de atractivo físico, dinero y poder sigue seduciendo al mundo?
- Es ley de la vida. Los humanos somos egoístas y nos dejamos llevar por nuestra sed de placer. Tal vez la razón es sencilla, el 90% de la gente en el mundo no tiene el dinero ni el poder que un círculo social reducido puede disfrutar. Por eso nos fascina ver lo peor de los ricos y los famosos. Es un poco triste que la sociedad sienta esa obsesión, pero es una realidad que nunca pasa de moda.
- Los Ewing definen a una familia disfuncional y millonaria. ¿Realmente se acerca a la realidad esa forma de relación en una familia adinerada estadounidense?
- Sí, absolutamente. Si alguien ataca a uno de la familia, respondemos como pirañas. Puede que haya problemas entre los familiares, como en cualquier país del mundo, pero si alguien se mete con uno, nos lo comemos vivo.
Poder, sexo e intriga
- Es interesante ver que los Ewing, que viven del petróleo, ahora estén interesados en energías renovables. ¿Se dan aires de actualidad en 'Dallas'?
- Posiblemente, pero para mí es un elemento más de la historia. Se trata de crear un conflicto entre dos partes de la familia. El núcleo sigue siendo la relación entre sus protagonistas: poder, sexo e intriga.
- ¿Cómo definiría a J.R. Ewing?
- Como un hombre responsable, que lucha por lo que cree y que sabe muy bien cómo divertirse.
- ¿Como ha afectado a su carrera y a su vida interpretar un personaje icono de la televisión?
- Le debo todo a J.R. Siempre me ha encantado y ha sido maravilloso tener la oportunidad de interpretarlo. Además, me ha permitido sentarme en las mesas de los buenos restaurantes. Quiero ser J.R. hasta que me muera.
Estamos en una enorme suite de un hotel de Los Ángeles. La portada del 'USA Today' habla de la crisis que sufren EE UU y Europa, y Larry Hagman (Texas, 1931), el famoso J.R., bajo su elegante sombrero blanco, reflexiona: «La historia se repite, tal vez por eso regresa 'Dallas'». Desde mediados de junio, el canal de pago TNT emite el 'remake' de la mítica serie (domingos, a las 22:30). Y funcionará si es que la teoría de Hagman es cierta: «Cuando la serie empezó a emitirse, en los 80, el país atravesaba una grave recesión y la gente no salía porque no podía permitirse el lujo de contratar a una niñera. Ahora nos enfrentamos al mismo contexto». 'Dallas', la de 2012, recupera el apellido Ewing con los herederos de J.R. y Bobby. Se reencarnan sus odios, intrigas y rencores, los mismos que engancharon a millones de fans a lo largo y ancho del planeta hace tres décadas.
- ¿Hay alguna diferencia entre el J.R. de hace veinte años y el de ahora?
- Algunas personas nunca cambian. La idea de los productores era volver a hacer 'Dallas' con sus mismos genes. Llevan dando vueltas para recuperar esta serie más de una década, nos han mandado infinidad de guiones, la mayoría malísimos, atroces. Pero cuando leímos el guión de Cynthia Cidre todo cambio. Nos encontramos ante una historia que se veía posible y real, y por primera vez en mucho tiempo sentimos que la 'Dallas' podría continuar.
- ¿Cuáles son las grandes diferencias entre la original y esta nueva versión?
- La gente que ha visto la serie original va a sentir como que ha vuelto a casa y esa sensación solo sucede cuando uno ve caras familiares. Además, en el reencuentro de Patrick Duffy (Bobby) y Linda Gray (Sue Ellen) con la nueva generación de la familia se ven muchas cosas desde una perspectiva distinta. Si el público consideraba que J.R. era un villano, que se preparen, porque los nuevos chicos son aún peores.
- ¿Con qué se está encontrando el público?
- Los televidentes van a tener que poner mucha atención. Hay intriga, suspense, romance y, como antes, nadie es lo que dice ser. Muchos personajes van a recibir puñaladas en la espalda de sus seres queridos. Cada vez que leo un guión me sorprendo con la capacidad de los escritores para desarrollar historias.
- ¿Por qué la fórmula mágica de atractivo físico, dinero y poder sigue seduciendo al mundo?
- Es ley de la vida. Los humanos somos egoístas y nos dejamos llevar por nuestra sed de placer. Tal vez la razón es sencilla, el 90% de la gente en el mundo no tiene el dinero ni el poder que un círculo social reducido puede disfrutar. Por eso nos fascina ver lo peor de los ricos y los famosos. Es un poco triste que la sociedad sienta esa obsesión, pero es una realidad que nunca pasa de moda.
- Los Ewing definen a una familia disfuncional y millonaria. ¿Realmente se acerca a la realidad esa forma de relación en una familia adinerada estadounidense?
- Sí, absolutamente. Si alguien ataca a uno de la familia, respondemos como pirañas. Puede que haya problemas entre los familiares, como en cualquier país del mundo, pero si alguien se mete con uno, nos lo comemos vivo.
Poder, sexo e intriga
- Es interesante ver que los Ewing, que viven del petróleo, ahora estén interesados en energías renovables. ¿Se dan aires de actualidad en 'Dallas'?
- Posiblemente, pero para mí es un elemento más de la historia. Se trata de crear un conflicto entre dos partes de la familia. El núcleo sigue siendo la relación entre sus protagonistas: poder, sexo e intriga.
- ¿Cómo definiría a J.R. Ewing?
- Como un hombre responsable, que lucha por lo que cree y que sabe muy bien cómo divertirse.
- ¿Como ha afectado a su carrera y a su vida interpretar un personaje icono de la televisión?
- Le debo todo a J.R. Siempre me ha encantado y ha sido maravilloso tener la oportunidad de interpretarlo. Además, me ha permitido sentarme en las mesas de los buenos restaurantes. Quiero ser J.R. hasta que me muera.
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