CON IGNASI HE VISTO LA VIDA DE OTRA MANERA./CON GALOPE FIRME HACIA LA PLATA.

TÍTULO: CON IGNASI HE VISTO LA VIDA DE OTRA MANERA.

Mikel Iglesias es el malote de Pulseras Rojas. La serie hospitalaria que hizo llorar y reir a Steven Spielberg conquista a la udiencia en su estreno.foto.-

Los chavales de 'Pulseras Rojas' se estrenaron el lunes en Antena 3 con un resultado que es un lujo para las fechas en las que estamos.

Los chavales de 'Pulseras Rojas' se estrenaron el lunes en Antena 3 con un resultado que es un lujo para las fechas en las que estamos. La exitosa serie de TV3 -la que versionará Spielberg- llegó a la televisión nacional emocionando a tres millones de espectadores y generando 60.000 'tuits', seis 'trending topics' en España y otro a nivel mundial. Fue el mejor regalo para Mikel Iglesias (Rubí, Barcelona, 1996), Ignasi en la ficción, que ayer cumplió 16 años.

- ¡Menudo estreno!

- Es una pasada. Todo empezó a cambiar cuando la serie se convirtió en algo más para mí y para la gente que la veía. Luego vino lo de Steven Spielberg, lo de Antena 3... Es algo demasiado fuerte para nosotros.

- Le ha tocado el papel del guapo del grupo. ¿Está preparado para ser ídolo de las chicas?

- No sé. He hecho mi papel siendo yo mismo, no quería ser más que mi personaje. Que sí, que era el guaperas, pero yo lo que intentaba era ser lo que me pedían Pau (Freixas) y Albert (Espinosa) -director y creador de la serie-. El chulo, y luego el bueno. A las niñas y al público en general les gustó. Pero cada uno de nosotros tenemos nuestros seguidores. No quiero subir, porque si subes, bajas (risas).

- Pero no será tan malote como en la serie, ¿no?

- (Risas) Siempre digo que cuando me dieron este papel le metí muchas cosas de Mikel. A ver... Nunca pegaría a un niño porque no me pasa el balón. Pero sí es verdad que tengo un punto fuerte, a la vez que un corazón grande. Me gusta estar bien con todo el mundo. Mi punto débil es que tengo un pronto muy fuerte. Lo utilicé en 'Pulseras' y entró bien.

- ¿Cómo enfrenta la dura realidad que le ha tocado interpretar en 'Pulseras Rojas'?

- Desde que interpreto a Ignasi veo la vida de otra manera. Antes veía el cáncer como la muerte, una cosa que no se curaba. Tuve un familiar que sufrió cáncer, pero era muy pequeño, y ahora ha coincidido que un amigo ha caído en ello. Me gusta que la vea y que le entren ganas de luchar, de seguir adelante.

- También le habrá ayudado a madurar.

- Sí, porque me he dado cuenta de la realidad. De que tienes que vivir la vida y no enfadarte por tonterías.

- Me imagino que habrán recogido las impresiones de familiares y chavales que estén pasando por una situación así.

- Es lo más bonito, era lo que buscábamos. Una chica salió de su habitación después de dos años al ver el primer capítulo. Otro chaval se decidió a hacer 'quimio' cuando le quedaba un 3% de vida y ahora se ha curado. Por esta serie la gente se intenta salvar y tiene ganas de luchar.

Con otra voz

- ¿Qué tal se escucha doblado al castellano?

- Nosotros este pasado invierno doblamos las voces para el canal de pago TNT y no sé por qué motivos Antena 3 ha cambiado las voces. Me resulta un poco raro. Mi madre ha salido a la calle y no han dejado de repetirle que qué raro, que no me reconocen. Yo acabo de ver un poco del capítulo, porque estaba flipando. Se parece, y son dobladores profesionales, pero no es lo mismo.

- ¿Cómo se imagina a Ignasi en la versión de Spielberg?

- Seguro que lo hace estupendamente. Si de verdad ha reído y ha llorado con 'Pulseras' lo hará tan bien como nosotros. ¡O el doble!

- Y eso de que un grande como él haya visto su trabajo, ¿no intimida un poco?

- Cuando me llamó Albert para decírmelo me quedé blanco. Es que no sé cómo explicarlo. Es increíble, no tiene precio. Y que emitan 'Pulseras' en Latinoamerica, en Finlandia, en Corea... Nunca me lo habría imaginado.

TÍTULO: CON GALOPE FIRME HACIA LA PLATA.

La ganadora individual de la prueba, en la que tomaron la salida unos 50 participantes, fue la asturiana Celia Villarroel .

Extremadura finaliza segunda por equipos en el Campeonato de España de Jóvenes de Raid Hípico.

Con galope veloz y un trote firme. La nueva hornada de jockeys extremeños piden paso entre los grandes. Ayer, en el Campeonato de España de Raid Hípico para jóvenes jinetes lograron adjudicarse la medalla de plata por equipos, solo superados por Cataluña. Marta Odriozola, Nuria Rodríguez y Germán Meleno fueron los nombres propios a lomos de 'Zahara V', 'Mancha' y 'Emiga', respectivamente. Los andaluces completaron el podio.

El hipódromo se ubicó en los terrenos situados entre la carretera de Valverde y de La Albuera. Tomaron la salida unos 50 participantes, «quitando Cataluña, nadie tiene poder de congregar a medio centenar de participantes. En otros enclaves se llega como mucho a los 38». Así lo atestigua José Rodríguez, director de la prueba.

Fue una jornada para auténticos amantes del mundo ecuestre, que desde los primeros rayos del alba pudieron deleitarse con un espectáculo que contaba con 120 kilómetros y una prioridad, la preeminencia dogmática del bienestar del animal. Entre algodones, tanto en los instantes previos como durante la carrera. Cualquier síntoma de desfallecimiento o fatiga y el participante es automáticamente descalificado. Innegociable. Es una de las principales premisas en este tipo de pruebas, especialmente cuando las carreras llegan a ser maratonianas y soportan temperaturas extremeñas.

El puesto de jueces y veterinarios era una concurrida Torre de Babel: franceses, italianos, portugueses y españoles velan porque «el caballo no sufra ningún percance». Velan hasta el paroxismo por la salud del equino.

Ojo avizor y con una meticulosidad extrema, escrutan el estado físico de los caballos, realizando varios test durante el transcurso de la carrera, que consta de cuatro fases de 39, 37, 21 y 21 kilómetros que comienzan y finalizan en la Sociedad Hípica Lebrera.

Al terminar cada tramo deben pasar un control veterinario. En la primera etapa, el equino llega a la meta, donde se marca el tiempo. Posteriormente hay otro puesto al que tienen que acudir en 30 minutos. Allí se le realizan pruebas para examinar las pulsaciones. Inmediatamente, en una serie de calles delimitadas, se les somete a un test para cerciorarse de que no sufren ningún tipo de cojera. Acto seguido, se verifica que no hay descompensaciones metabólicas, que la respiración no está fuera de su ritmo y lo más crucial es que el intestino tenga la motilidad necesaria para que no se produzcan cólicos.

Luego, 40 minutos de descanso y en el siguiente tramo se repite el mismo procedimiento con exámenes exhaustivos. Otro periodo de reposo y la última etapa es el sprint. Tras la finalización de la competición, vuelven a verificar que se encuentra en condiciones óptimas. «No sería la primera vez que alguien que llega de los primeros clasificados ha quedado eliminado», comenta José Rodríguez. Tampoco se libran del antidoping. Les extraen sangre y en un plazo de una semana llega la notificación de los resultados.

La amazona triunfadora

La ganadora a nivel individual fue la amazona asturiana de 15 años, Celia Villarroel, con su caballo 'Calcetines'. «Al principio no lo veía nada claro. Íbamos muy fuerte y pensaba que no iba a acabar, pero al final se vino arriba el caballo y ganamos. Eran sus primeras impresiones tras celebrarlo con su equipo. «La penúltima fase fue clave, porque se deshicieron los grupos y quedamos cuatro. Salí tercera a casi cinco minutos de la primera y al final tiré y conseguí llegar».

Recelosa, confiesa que observó «algún que otro lío en la organización», en el que ella no se vio involucrada. «Tres jinetes atajaron y tuvieron piques y me parece injusto por los demás».

Las ovaciones se sucedían cuando los primeros participantes completaban el recorrido. Aplausos, alguna que otra lágrima, abrazos, felicitaciones, gratificaciones y mucha alegría. El sofocante calor convirtió los abrevaderos en una fuente improvisada en la que dar rienda suelta a la euforia. Pocos se alzan con la gloria de las medallas, trofeos y podios, pero cruzar la meta es «como el saltador que consigue realizar un doble mortal con tirabuzón. Es decir, llegar es triunfar», en palabras de José Rodríguez.

Al fin y al cabo son unas 4 horas de entrenamiento diario, un total de 250 kilómetros semanales, un derroche de entrega y simbiosis entre el binomio jinete-equino. «Tienes que aprender a saber lo que está sintiendo el caballo.