TÍTULO: MUJERES EN PRIMERA LÍNEA CON
Chimamanda Ngozi Adichie.
Chimamanda Ngozi Adichie (Abba, Enugu, 15 de septiembre, de 1977) es una novelista nigeriana.
Nació en la aldea de Abba, quinta hija del matrimonio de etnia
igbo formado por Grace Ifeoma y James Nwoye Adichie. Pasó su infancia en la ciudad de
Nsukka, sede de la
Universidad de Nigeria, en una casa que anteriormente había sido habitada por el célebre escritor nigeriano
Chinua Achebe. Su padre era profesor de estadística, y su madre trabajaba también en la universidad, como secretaria. A la edad de diecinueve años se trasladó a
Estados Unidos con una beca por dos años para estudiar comunicación y ciencias políticas en la
Universidad de Drexel, en
Filadelfia. Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en la que se graduó en 2001. Más adelante ha llevado a cabo estudios de escritura creativa en la
Universidad John Hopkins de
Baltimore, y un máster de estudios africanos en la
Universidad de Yale.
Bandera de Biafra, con el medio sol amarillo en el centro..
En 2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, La flor púrpura (Purple Hibiscus), que fue muy bien recibida por la crítica y recibió el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book (2005).
La acción de su segunda novela, Medio sol amarillo (Half of a Yellow Sun, 2006), así titulada en referencia al diseño de la bandera de la efímera nación de Biafra, se desarrolla durante la Guerra Civil nigeriana. En 2007 esta obra, alabada, entre otros, por el escritor nigeriano Chinua Achebe, fue galardonada con el Orange Prize for Fiction.[1]
En 2009 publicó una colección de relatos breves, titulada The Thing Around Your Neck.[2],etc
TÍTULO: REVISTA XL SEMANAL CON SABINE HAZBOUN.
A sus 18 años, la nadadora palestina Sabine Hazboun pasea por el CAR de Sant Cugat una sonrisa que debe esconder en su ciudad: Belén.
ENTREVISTA | Sabine Hazboun
"Ni el deporte puede unir a Israel y Palestina"
A sus 18 años, la nadadora palestina Sabine Hazboun pasea por el CAR de Sant Cugat una sonrisa que debe esconder en su ciudad: Belén. Una beca de Solidaridad Olímpica la sacó de entrenar en condiciones paupérrimas y podrá cumplir su sueño olímpico. Competirá el 3 de agosto en 50 libres.
¿Qué sintió cuándo la seleccionaron para ir a Londres gracias a la beca del programa Solidaridad Olímpica?
Que cumplía un sueño que tenía de pequeña. Intenté pelear por la beca, ser la mejor nadadora de Palestina, pero me encontré con muchas dificultades. Me entrenaba en una piscina de 18 metros, no nos dejaban viajar y no podía salir de Belén, mi ciudad. Hice todo lo posible para ver cómo podía irme de mi país a aprender más y a entrenar en mejores condiciones, y la única opción era obtener esta beca. En Jerusalén sí hay una piscina olímpica, pero está el muro que lo separa todo...
Imposible, pues.
No podemos competir israelíes con palestinos. Nunca ha sucedido. Ni el deporte es capaz de unirnos.
¿Se solucionará el conflicto algún día?
Supongo que con el tiempo, pero no lo sé, la verdad. Ya son muchos años.
¿El arraigo de la religión en su región no es un problema para los deportistas?
No lo veo así. El deporte es salud, y la religión quiere el bienestar de las personas. Soy católica y allí todos somos practicantes. Todos los domingos voy a misa, a la iglesia que simboliza el nacimiento de Jesús. La tengo al lado de casa.
¿Cómo le dio por la natación ante tanta dificultad?
Comencé a competir con nueve años. Mi padre era entrenador en la Acción Católica de Belén y mi madre había sido nadadora, pero sólo lo practicaba como afición. Lo probé y me gustó.
¿Y cómo eran los entrenamientos en su país?
No tenían nada que ver con los que realizo en el CAR de Sant Cugat, claro. Aquí lo tengo todo. En Palestina hacíamos competiciones pero con cronómetro de mano, aún no ha llegado el electrónico. Creo que con eso se lo digo todo.
¿No hay ayudas de la Federación o del Gobierno a los deportistas?
Todas las ayudas se las lleva el fútbol. Ellos son los famosos y el centro de atención del país. Pero, luego, los que vamos a los Juegos, somos nadadores y atletas. Nuestros deportes también están bien vistos, pero no hay muchos recursos.
¿Quién es el mejor deportista de la historia de Palestina?
No sé lo sabría decir. Creo que no hay ídolos. Debutamos en unos Juegos en 1996.
¿Cómo afronta la competición olímpica y qué opciones tiene?
Nado los 50 libres. He mejorado mi marca desde que llegue hace menos de un año al CAR y con eso ya estoy contenta. El día 6 regresaré a Palestina a ver a mi familia, pero pelearé por conseguir otra vez una beca y volver a España.
¿Y su nadadora referente?
Me quedo con Natalie Coughlin y Melissa Franklin. Esta última va a ser una leyenda.
¿Y de las españolas?
Empecé nadando con Erika Villaecija, porque Joan Fortuny era mi entrenador. Luego está Mireia Belmonte, que va a nadar muchísimas pruebas. Cada día, conozco a más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario