domingo, 17 de julio de 2011

EL BLOC DEL CARTERO. RECAPACITANDO.-O CARTA SEMANAL.

Vicente Ferrer, la sencillezA finales de marzo del año 2000, volviendo de un viaje, me encontraba con mi mujer, en el aeropuerto en obras del Prat, en una pequeña y fría habitación sin apenas asientos, habilitada como sala de espera para tránsitos. Creo recordar que éramos ocho personas. En un lateral, casi inadvertido, estaban sentados Vicente Ferrer y su esposa Anna y, de pie, el periodista Alberto Olivera, que los acompañaba. No nos lo podíamos creer. Conteniendo la alegría, nos acercamos a saludarlo y, al ver nuestra intención, se levantó ese gran hombre en tan débil cuerpo. Le preguntamos sobre su obra, recibiendo de él y su esposa amables explicaciones. Al final, le pregunté cómo se podía ayudar económicamente a su labor. Nos contestó: «Nada de dinero, vengan por nuestra casa en Anantapur y nosotros les ofreceremos el alojamiento y la manutención». Y continuó: «El tiempo que estén allí enseñen lo que sepan a las personas que le indiquemos». Nos dio su tarjeta personal y quedamos alucinados de su sencillez y carisma. Creo que es el encuentro personal que, siendo breve, más recuerdo y que más impresionado me ha dejado. Seguro que su fundación alcanzará el premio Nobel. Él, premio Príncipe de Asturias de la Concordia, donde esté, tras haber hecho el bien, habrá alcanzado lo que todos deseamos: paz.  ¡ya no trae cartas el cartero!foto.

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