Entre los peatones que pasean por Enrique Segura Otaño, la avenida Villanueva, la avenida de Huelva o Santa Marina hay un denominador común en muchos casos: llevan una bolsa o varias. La presencia de El Corte Inglés convirtió esta zona en una ruta indispensable para los compradores y desde que se puso en marcha este centro comercial sus alrededores han ido plagándose de tiendas. Los comerciantes, sin embargo, se sienten discriminados.
El problema es que estos empresarios aseguran que se promocionan otras zonas de la ciudad, mientras se ignora a la suya. Tras estas protestas hay un conflicto que lleva años agrandándose. En Badajoz hay tres centros comerciales abiertos: Menacho, Casco Antiguo y San Roque. Santa Marina, sin embargo, ha solicitado este título cuatro veces y se lo han negado.
Ser centro comercial abierto supone promoción, carteles para señalizar la zona, mapas de las tiendas y, lo más importante, una sustanciosa aportación económica para que los comerciantes la inviertan en mejorar sus calles. Pero Santa Marina se ha quedado sin todos estos apoyos y sus comerciantes están en pie de guerra. «No lo entendemos. Se niegan a dárnoslo, pero ni siquiera nos han informado de los motivos», se lamenta María Moirón, dueña de la tienda M&kela, quien concluye que esta área comercial está abandonada a su suerte.
Ana González, de la juguetería Eureka Kids, reivindica que estas calles son una zona clave para el comercio. «Estas zonas son buenísimas y sobre todo es el principal destino para los que vienen de fuera, como los portugueses».
En este punto coinciden muchos de los comerciantes de Santa Marina. Insisten en que sus vías tienen más fuerza comercial que muchos otros barrios de la ciudad. «Siempre hay una zona que suena más que las otras, pero aquí cada vez hay más tiendas y uno no puede centrarse tanto en promocionar solo una parte de la ciudad», se queja Margarita del Río, de la tienda infantil Cotton Candy.
Todas estas reivindicaciones llevan tiempo centrando las demandas de estos comerciantes, pero ahora la polémica es mayor porque el conflicto ha acabado con la Asociación de Empresarios de Santa Marina. Esta agrupación decidió hace tres semanas disolverse al considerar que las instituciones les ignoraban. No haber conseguido ser centro comercial abierto fue una de las causas principales, pero según explica José Antonio Trejo, portavoz de la ya extinta asociación, la gota que colmó el vaso fueron las luces navideñas.
El problema es que, según estos empresarios, el Ayuntamiento les exige que paguen su propia iluminación si quieren decorar las calles. Sin embargo, dice Trejo, lo colocan gratuitamente en el Casco Antiguo y San Roque. Este empresario añade que tanto él como sus compañeros se ven incapaces de pagarlo por sí mismos. «El sobrecoste para Santa Marina es enorme. Son avenidas muy grandes y no podemos asumir ese presupuesto. Es una lástima».
Tras un octubre negro respecto a las ventas, la Navidad es su gran esperanza de mejorar la situación crítica que viven. Por esa razón, todos los comerciantes están preocupados por quedarse sin luces y piden una ayuda para contar con decoración navideña. «La situación es difícil y hace falta ambientar la calle, que haya alegría para propiciar las ventas. Esta zona es incluso mejor que Menacho y se la debería cuidar un poco más», resume Begoña Álvarez, de la tienda Cool Suite.
JOSÉ A. URBANO TIENDA DE ROPA ELEGANT
«Es una zona comercial innegable y sería beneficioso ser centro comercial abierto»
SANTIAGO PÉREZ ZAPATERÍA SANTY
«Deberíamos unirnos y hacer algo porque por esta zona pasa tanta gente como por Menacho»
MARÍA MOIRÓN TIENDA DE MODA M&KELA
«Hemos tenido un octubre horrible y encima quieren que paguemos las luces de Navidad.
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