Había una vez un grupo de abejas que vivían en un árbol grande, pero estas abejas son
trabajadoras que tenían una reina. La reina ordena todos los trabajos dentro de sus casas. Cada una
de las abejas tienen sus trabajos, algunas de las abejas llegan a traer agua; otras abejas quedan a
barrer sus casas y preparan sus comidas; también, las demás abejas, se quedan a vigilar la puerta
de su casa para que nadie entre; también la reina se queda reinando la casa, pero la mayoría de las
abejas salen a trabajar cada día, bien temprano salen, todo el día andan en las plantas y hay flores
que siguen buscando como alimentos para darle a la reina. Y así en la tarde se regresan a sus
casas. Así les pasa todos los días. Pero llegó un día que llegaron abejas más grandes. Cuando
llegaron con la reina le dijeron:
-¡Venimos a trabajar!
Preguntó la reina:
-¿Qué trabajo saben hacer?
-¡Nada!
Les preguntó:
-¡No!
-¿Saben barrer la casa?
-¡No!
-¿Saben vigilar la casa?
-¡No!
-¿Entonces qué es lo que saben?
-¡Lo que sabemos es anunciar cuándo llueve, o cuando es tiempo de sequía y gritamos muy fuerte!
Un tiempo trabajaron bien, pero, llegó un día, era tiempo de agua, ya no anunciaron. Es por eso que
muchas abejas mueren en tiempo de lluvia o sequía.
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